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Shavi K’udis ch’ama

Shavi K’udis ch’ama

Escrito por: Rafael Gómez de Parada5 diciembre, 2023
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El pasado domingo tuve la suerte de participar en la maratón de Valencia, uno de los recorridos más rápidos de Europa, que discurre por una ciudad en la que, pese a mis filias y fobias futboleras, sigo teniendo buenos amigos. Cuando escribí en esta misma web ¿Por qué nos odian tanto los valencianistas?, lo hice amparado en las ventajas del anonimato, conveniente en esta época del odio exacerbado y los haters que invaden las redes sociales con su agresividad y falta de humor. Una agresividad que en ocasiones se manifiesta más allá de las pantallas o el teclado y se desahoga en las gradas.

El caso es que, desde que me apunté al maratón hace meses, semanas después del lamentable episodio que vivió Vinícius en Mestalla, bromeé con mis amigos diciendo que pensaba correr con la camiseta de Vini. Alguno me dijo que se trataba de completar los 42 kilómetros a buen trote y no de esprintar doscientos metros huyendo de algún energúmeno, que por desgracia los hay. La mirada de mi mujer el día que fanfarroneé en voz alta con tal posibilidad me hizo descartar la misma.

Desde que me apunté al maratón de Valencia, semanas después del lamentable episodio que vivió Vinícius en Mestalla, bromeé con mis amigos diciendo que pensaba correr con la camiseta de Vini. Alguno me dijo que se trataba de completar los 42 kilómetros a buen trote y no de esprintar doscientos metros huyendo de algún energúmeno

Así que la siguiente opción pasó a ser una camiseta negra del Madrid con la que ya corrí el maratón de nuestra ciudad en 2012, apenas doce horas después de que Cristiano aplacara los ánimos del Camp Nou y nos pusiera en bandeja la Liga de Mou. El problema es que esa camiseta recuerda bastante a la de la Octava en París, frente a… exacto, así que opté también por descartarla.

Camiseta negra del Real Madrid

Finalmente elegí una de tantas camisetas de corredor, una cualquiera. Pero a lo que no pude sustraerme fue a imprimir en mi espalda el hermoso mensaje que un amigo galernauta pronunció en cierta noche reciente en la que el Madrid goleaba 5-1 al Valencia: “Shavi k’udis ch’ama”. Un poco de pintura blanca, algo cutre, pero ahí quedó para pasear por las calles de Valencia.

—¿Qué significa ese mensaje? —me preguntó un corredor en la salida.

—Eeeeh… es un proverbio hindú —mentí—. “Un paso más en la dirección correcta”.

El tío me miró como diciendo: “ah, vale, tú sabrás”, nos deseamos suerte, y a eso de las nueve de la mañana arrancamos junto a la Ciudad de las Artes y las Ciencias.

El ambiente fue magnífico durante toda la carrera, y eso que a primera hora del día hacía un frío como el que deben sentir los colegiados de la sala VOR cuando esperan que les corrijan las líneas desde la sala anexa incomunicada e inexistente.

En aquel artículo que escribí hace casi tres años, lamentaba cómo se había deteriorado el ambiente para el madridismo en una ciudad que tradicionalmente nos había acogido muy bien. Era el lugar al que acudía el Real Madrid cuando nos cerraban el estadio y ahora esa visita nos da una pereza enorme. Una pena porque cada año va a peor. Y me gusta la ciudad y tengo buenos amigos allí. El sábado cumplí con una de las tradiciones y merendé una buena horchata con los correspondientes fartons de Daniel. El domingo cumplí con otra y me zampé una de tantas “la mejor paella de Valencia” con Angelito, Enrique y nuestras respectivas parejas mientras nos contaban la tradición sobre “tu parte” de la paella, comer directamente con la cuchara de la paella situada en el centro, y que todo lo que no fuera pollo, conejo y bachoquetas sobraba.

El ambiente fue magnífico durante toda la carrera, y eso que a primera hora hacía un frío como el que deben sentir los colegiados de la sala VOR cuando esperan que les corrijan las líneas desde la sala anexa incomunicada e inexistente

Salimos a buen ritmo, con grupos de música, percusionistas y rock por los altavoces cada pocos kilómetros. En el kilómetro 9 pusieron el 20 de abril del 90, que desde hace unos meses es para mí la canción de Negreira y Los CTAs Cortos. Ya soy incapaz de tararearla sin mi versión modificada: “Hola, Joan, cómo estás, ¿te sorprende que te escriba? Tanto tiempo no es normal”.

Ufff, estaba fatal, a ver si me concentraba en la carrera. Imposible porque en el kilómetro 15 pasábamos junto a Mestalla, así que tenía que dedicarle esta foto y el mensaje al autor de la idea, del que no diré el nombre, pero dejaré alguna pista: empieza por J y acaba por -ohn Falstaff.

Rafa frente a Mestalla

Un valenciano me vio señalarme la espalda a la manera de Raúl y me preguntó por el significado de la frase:

—Eeeeh… es del farsi, del persa, significa “allá donde se celebran las gestas”.

Parece que le gustó porque repitió la frase “¡Shavi k’udis ch’ama en meta, campeón!”, exacto, tú lo has dicho, amigo, ¡suerte! El ambiente en las carreras suele ser una maravilla: buen rollo, ganas de apoyar a los sufridores del asfalto, casi todo son ánimos y gestos de apoyo y complicidad. Lo normal, lo que debería ocurrir también en las gradas de los estadios. Por cierto, chiste valenciano que me contó Juanra, otro amigo de la zona, sobre el estadio inconcluso del Nou Mestalla: “Tenemos el medio campo más caro del mundo”.

Cerca del cartel del medio maratón había una batukada, un grupo de unos percusionistas perfectamente sincronizados, excepto uno de ellos, que llegaba tarde a cada golpe del tambor. Es increíble, pero uno solo hace que todo el conjunto suene mal. Otro chico, algo mayor que el descoordinado, le decía que cogiera el ritmo, que igualara al resto, pero no había manera.

El ambiente en las carreras suele ser una maravilla: buen rollo, ganas de apoyar a los sufridores del asfalto, casi todo son ánimos y gestos de apoyo y complicidad. Lo normal, lo que debería ocurrir también en las gradas de los estadios

Llegué al kilómetro 30 bastante bien, a 5.10 de media, pero todo el que ha corrido un maratón sabe que la pelea empieza justamente ahí. Es como el minuto 80 en el Bernabéu, el momento del temblor de piernas y la fortaleza de carácter. Todo lo anterior es calentamiento. A partir del 32 empecé a tener algunos problemas en los isquios y tuve que parar a estirar varias veces. El apoyo del público fue espectacular: “Vamos, Rafa”, “No queda nada”.

Llegando al 35 se me quedó la pierna tan tiesa como a Torres en aquel ridículo sprint de la final de Sudáfrica. Un tío majísimo al que llamaré Toni para la ocasión me dijo: “Túmbate y te estiro, crack, venga, lo que necesites”. Llevaba una carraca en una mano y una cerveza en la otra, y le dije de coña: “No tendrás una cerveza de sobra”.

—Sí, claro, toma.

De repente vi que tenía una neverita portátil con un pack de seis al que le faltaban dos y ya estaba sacándome una cuando tuve que decirle:

—No, hombre, no, era broma, muchas gracias. Me esperan varios litros en meta, pero ahora no puedo.

Se rio, nos reímos, logré recomponerme, me dio una palmada de ánimo junto al mensaje y poco a poco comencé la carrera de nuevo. Con la velocidad de Umtiti en sus peores tiempos, pero al menos arranqué. Tenía en el estómago una mezcla de plátanos, geles con carbohidratos, bebidas isotónicas y guarrerías minerales varias que harían palidecer los batidos del mismísimo doctor Pruna, así que estaba como para tomarme una cerveza con Toni. Que me apetecía un huevo, todo sea dicho de paso.

Entre unas cosas y otras, y ayudado por los ánimos de tanta buena gente allí congregada, logré llegar a meta en tres horas y cincuenta y tres minutos. La entrada era magnífica, muy bonita, junto a los edificios diseñados por Calatrava “a la manera de Calatrava”. Los aplausos de la multitud congregada en el puente y en los aledaños de la carrera nos ayudaron a hacer algo parecido a un sprint final, un tanto penoso, con una zancada tan corta como las de Andújar Oliver en sus peores tiempos (¿acaso algunos no lo fueron?).

Me he reconciliado con Valencia. Parcialmente, no del todo. La gente estuvo espectacular, de buen humor, animosos, generosos… menos un par de imbéciles que protestaban porque ocupábamos media ciudad y la policía no les dejaba pasar a yo-qué-sé-qué. Pensé en las gradas de Mestalla y en la batukada. El percusionista de la batukada hacía que el conjunto chirriara. Igual que las decenas de “faltones” o fartons en unas gradas con cuarenta mil personas hacen que el conjunto suene lamentable. Bochornoso, como vimos hace unos meses.

Pero el que dirige la batukada puede tratar de corregir al que chirría o reírle las gracias y hacer que el resto lo imiten. Para los elementos discordantes va dedicada la frase que llevaba puesta en la camiseta.

Y no es un proverbio indio ni una sentencia en Farsi.

 

Getty Images.

Rafael Gómez de Parada
AFKAB. Artist Formerly Known As Barney. Dice que corre maratones, juega al fútbol y al baloncesto, pero todo con nivel medio, como en el inglés. Nivel alto solo para escribir y portanalizar en La Galerna. Autor de "Volver al asfalto".

11 comentarios en: Shavi K’udis ch’ama

  1. Tienes un serio problema prejuzgando al conjunto de valencia por culpa de unos pocos imbeciles q no saben comportarse y reprimirse ante la provocacion de otro idiota
    Xq tu amado club tiene varios jugadores de color y al unico q le pasa siempre lo mismo es a vinicius jr. Xq sera? Quizas xq es un provocador
    Dicho esto mezclas maraton con futbol no entiendo bien xq
    Deberias haber disfrutado mas de correr uno de los mejores maratones del mundo, tanto x recorrido, animacion y marcas q imagino era a lo q habias venido
    Dicho todo esto espero sinceramente no haber ofendido, solo exponer mi opinion
    Esta ciudad esta encantada q vengais a disfrutar de su maraton y si podeis mejoreis marcas
    Un saludo

    1. Disfruté muchísimo el maratón de Valencia, la ciudad y el fenomenal ambiente, de ver a mis amigos... lo dejo claro en varias frases. He corrido 20 maratones en un montón de ciudades, y casi siempre ves a alguien con una camiseta del Barça, del Madrid o del PSG, no es que mezcle una cosa con otra, sino que a muchos les gusta presumir de orígenes o afinidad cuando van a un sitio. Yo he corrido varios kms con gente con la camiseta del Barça y bromeamos, comentamos, de buen rollo, que es lo que siempre debería primar en el deporte. Que haya gente que no sepa comportarse y que altere al resto es lo que critico. Muchas veces. Dejando claro qué sí y qué no. Y no me ofendo, ni mucho menos, este texto es una broma precisamente con ánimo de destacar lo positivo de Valencia y criticar a "esos otros". Un saludo.

    2. Ya estamos, David, acusando a la víctima de provocador, es como si un niño en clase es víctima de bullying y los acosadores dicen que hay más niños y el único que lo sufre es ese niño concreto, por provocador.
      Lo cierto es que en mi primer comentario trato de separar la ciudad de un equipo de fútbol venido a menos como el violencia pero comentarios como el tuyo me hacen arrepentirme de mi primer comentario, sois chusma.

      1. Recuerdo q el señor en cuestion cuando tuvo la oportunidad de defenderse en los tribunales x la ofensa recibida no se presento debia el muchacho parar sus vacaciones para venir a españa a declarar? No, no era necesario ya lo hacen x el gente como tu
        Vuelvo a repetir q teneis varios jugadores de color y al unico q le pasa no solo en mestalla es siempre al mismo
        X cierto el comentario de "chusma" creo primero q esta fuera de lugar y q define mas al q lo emite q al q lo recibe
        Cuestion de catadura moral

        1. ¿Provocador? ¿Desde dónde, desde casa? Te recuerdo que habíais cientos de tontos a las 3 realizado cánticos contra Vinicius JR desde mucho antes de que empezara el partido.

        2. Yo no soy el que defiende y justifica los insultos racistas a un jugador que no ha provocado ni ha hecho nada, la catadura moral que del que lo hace está bien clarita.

  2. Excelentes salidas ante las preguntas del significado de la frase de marras. Me has recordado a la primera vez que estuve en México capital, el DF se llamaba entonces. Éramos varios curiosos de lo sórdido y allá que nos dirigimos en microbús con guía; curiosos pero no suicidas. La gente en México ha cambiado mucho en cuanto a los españoles se refiere, pero en aquella época sentías un odio latente en cuanto reconocían tu acento. Recuerdo que, con el guía, fuimos a entrar en unas magníficas instalaciones deportivas y nos quedamos en la puerta porque los vigilantes no admitían "extranjeros" de España. El guía era un buen tipo y al marcharnos me dijo que lo sentía mucho, y yo le respondí que no importaba, que eran unos capullos y punto. En ese momento su careto cambió en plan: "¿qué dices tú de mis compatriotas?"; su mirada era como un libro abierto, a lo que respondí: "Que son capullos. Hermosos como flores pero cerrados de corazón y mente, muy cerrados." Cuando regresamos al microbús y delante de todos dijo el guía: "El problema aquí es que la mayoría somos como dice Jon: unos capullos", las cabezas de todos se giraron hacia mi con miradas de pánico. Valencia es una gran ciudad llena de gente maravillosa... aunque sean unos capullos.

  3. Paella en Valencia , en un sitio recomendado y después de haberse duchado e hidratado tras haber acabado una maratón, tiene su mérito.
    Parecido , aunque menos cansado, al de haber fraguado este artículo al respecto.
    Casi tanto como la ingesta de "fartons amb orxata". Es un placer que me queda por descubrir, lo reconozco.
    Valencia y los valencianos, más allá de temas futboleros, da mucho juego. Sus gentes , sus lugares... Uno intenta quedarse con lo que le gusta, en mi caso Raimon y Ovidi Montllor. Ha habido y hay gente , independientemente de su ideología, coherente con la suya y positiva. Buena gente. Incluso en Valencia.
    Sobre lo de la frase , me ha generado curiosidad.
    Intuyo que tiene que ver con Vinicius y/o el Real Madrid.
    Comprendo al corredor-reportero en su idea de cubrir los 42 km ,por las calles de la ciudad del Turia, con la camiseta de Vinicius. Puedo decir al respecto que uno también cumplió la promesa que se hizo a sí mismo cuando la 11a , o quizás fue por la decimosegunda, ya son tantas ....que quizás me confundiría por un año. El caso es que me paseé por Passeig de Gràcia hasta Plaça Catalunya, en la Diada del 11-S, con la zamarra del Real Madrid . Concretamente con una beige donde el escudo se distingue perfectamente. Recuerdo que me crucé de frente con la Joana Ortega (alto cargo por aquel entonces en la Generalitat) y que abrió los ojos al ser consciente de lo que estaba viendo. Aquella expresión creo que ,si no es por la visita cruel del doctor alemán,
    nunca la olvidaré.

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Se pasó ocho años @antoniohualde despotricando de Bale porque no hablaba español. Ahora le parece que Bellingham en cambio bien... aunque tampoco habla español.

Sin embargo, creo que le entiendo, aunque no comparta su texto.

Estamos ante un escenario -en fútbol y baloncesto- que puede hacer de 2024 el mejor año deportivo de nuestras vidas.
Concentración, humildad y ¡a por ello!
¡VAMOS REAL!

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