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Dame un minuto: Victoria y desmemoria

Dame un minuto: Victoria y desmemoria

Escrito por: Manuel Matamoros21 junio, 2021
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La posposición de la votación sobre la Superliga en la Asamblea del Barça es la segunda derrota que sufre la pareja Ceferin-Tebas en pocos días. Como descontaban la salida de los catalanes previendo el resultado de la votación, el revés no es menos importante, en el plano estratégico, que aquellos avances de la Superliga en el terreno judicial que forzaron a Ceferin a meter(se) sus expedientes en sus cajones. Por cierto, el dueto de amenazas proferidas, a renglón seguido, según dicta el manual del chulo, esta vez traía música de excusa para los propios fieles, más que de película de miedo para torcer la voluntad del contrario, como las precedentes. Patéticas, débiles, fiadas a un futuro que ni el propio Tebas sabe si pinta así por remoto, o por improbable.

Hay que reconocer a Joan Laporta que se batió como los bravos para defender la Superliga ante sus socios. Tampoco le tembló el pulso para escamotearles la prevista votación, que era una colosal memez colocada en medio de una guerra contra un ejército tenebroso. Acertó. La ganará si la vuelve a plantear en las condiciones de haber ganado a la UEFA el control de los derechos por los clubes. Pero en pleno despliegue de hostilidad por una potencia burocrática, tomar las decisiones relativas a ese conflicto en Asamblea es darle todas las ventajas a tu enemigo.

Cuando se vino arriba, para convencer a sus electores de que el club debe estar en la Superliga, Laporta disparó con todo. Y en el Barça, ya se sabe, la desmemoria es su munición de reglamento: «No queríamos repetir el error histórico de 1959 de no entrar en la Copa de Europa porque estábamos bien en la Copa de Ferias y cuando entramos, nuestro rival ya llevaba seis títulos».

Admito que, esta vez, el cuento es extrañamente fiel a la historia. Yo le haría un par de matices, quizá. El Madrid había ganado solo cuatro títulos, cuando, por fin, el Barça entró en la Copa de Europa. Y se lo había impedido, es cierto, un torpe error histórico: no ganar la Liga hasta el 59.

 

Fotografías Imago.

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Abogado. Colaborador de ZoomNews y tertuliano en diversos medios de comunicación. Madridista.

6 comentarios en: Dame un minuto: Victoria y desmemoria

  1. Y cuando consiguieron, por fin, ganar la liga y clasificarse, en su debut en la competicion (temporada 59-60) les eliminamos nosotros en semifinales ganándoles 3-1 en los dos partidos.
    Son muy aficionados por alli arriba a reescribir la historia a su conveniencia y hay bastantes zopencos dispuestos a creérselo.

    1. Cada vez más...
      Pero es que el Real Madrid se deja. Después de esas declaraciones, podría haber salido alguien del club a decir las verdades. Como han hecho el articulista y Orfeo en su comentario. Hay que contrarrestar el relato.
      Si nos callamos, otorgamos.

  2. Buenas tardes, podía el chulete catalán, de paso, haber recordado la 2ª participación de La ORGA, en la Copa de Europa en la temporada 1960-1961, en la cual se enfrentaron en octavos el Madrid y el equipo racista y pequeño burgués del Nordeste, primero en Madrid y luego en Barcelona, los arbitrajes fueron infames, sobre todo en el recien estrenado Kampf Nou, robo comparable al del Sr. Aytekin, hace unos años al P.S.G., Ellis y Leafe se llamaban los agradecidos árbitros ingleses que nos impidieron ganar la sexta Copa de Europa seguida. Les pongo una crónica del atraco criminal que sufrimos a manos de los catalanes, premonición de lo que vendría después. Entre paréntesis

    (El Real Madrid había conseguido cinco Copas de Europa consecutivas. Para Di Stéfano, Gento, Puskas y compañía no había rival. Dicen que si no se hubiera producido aquel desgraciado accidente de avión en 1958 en el que perecieron la mayoría de los jugadores del Manchester United, el equipo inglés podía haber arrebatado el trono al Madrid ese mismo año. Pura hipótesis. Lo cierto es que aquel Madrid era increíble y no había equipo capaz de acercársele ni siquiera un poco. Lo cierto es que el Real, en la temporada 1960-1961, iba camino de su 6ª Copa de Europa consecutiva. Había que hacer algo. Resultaba aburrido ver a los blancos levantando tantas Copas de forma continuada. “Los éxitos del Madrid escocían, era ya demasiado”, comenta Mateos, el mítico delantero blanco de la época. Y así, con estos antecedentes, se llegó a la eliminatoria más bochornosa de la historia del fútbol, el mayor robo perpetrado nunca en un campo de fútbol o, mejor dicho, en dos, porque primero el Bernabéu y después el Camp Nou fueron testigos de aquello.

    Real Madrid y Barcelona (¡qué casualidad!) se enfrentaban en los octavos de final de la sexta edición de la Copa de Europa. “De nuevo el equipo catalán se enfrentaba con nosotros – señala Mateos – después del repaso que le dimos en un enfrentamiento anterior”.

    Partido de ida en Madrid, 9 de noviembre de 1960:

    El partido de ida se disputó en Chamartín. Los dos equipos coincidían en su sistema de juego, un 3-2-5 que si alguien lo mostrara hoy sobre el tapete le tacharían de loco (si no fuera Guardiola, claro). La delantera del Madrid la formaban Herrera, el mencionado Mateos, Di Stéfano, Puskas y Gento, con Vidal y Del Sol más retrasados y Pachín, Marquitos y Casado resguardando al portero Vicente. El F.C. Barcelona jugaba con Czibor, Suárez, Kocsis, Evaristo y Villaverde arriba, con Gensana y Vergés en el medio y Gracia, Garay y Rodri escudando a Ramallets. El árbitro, un inglés de apellido Ellis.

    El Real Madrid bailó al equipo azulgrana durante todo el primer tiempo. Al descanso se llegó con 2-0 a favor de los blancos después del madrugador tanto de Mateos tras una galopada magnífica de Gento, que logró el segundo tras un pase largo de Puskas. Y pudo ser peor para los catalanes, que vieron como el mismo Mateos echó fuera el balón cuando sólo tenía que empujar la pelota al fondo de la red.

    Gento logra el segundo tanto
    Momento en el que Gento logra el segundo tanto en Chamartín

    Mateos comenta que fue en el segundo tiempo cuando comenzó lo que temían. “El juego del Barcelona pasó a ser sucio en muchas fases. Aquel tipo, el tal Ellis, que hasta toleró que algunos jugadores barcelonistas le zarandearan, nos hizo una gran faena cuando sólo faltaban un par de minutos para concluir el partido”. Suárez había marcado el 2-1 en el minuto 72 tras un lanzamiento de falta. El partido agonizaba y el Real Madrid llevaba un resultado favorable para el partido de vuelta. Fue entonces cuando Kocsis metió un pase para Evaristo, que estaba en clamoroso fuera de juego. El linier levantó la bandera, pero el señor Ellis, a pesar de los movimientos ostensibles de su asistente, no le hizo caso, y Evaristo fue derribado en la misma jugada por Vicente. El penalti sí que lo pitó. Suárez lo transformó y el partido acabó 2-2. “El penalti de Vicente no lo discutimos nunca. Pero, claro, si antes le hubiera dado la gana de ver la posición ilegal, nunca hubiera llegado el empate a dos. Pero debió de cerrar los ojos, y el resultado fue una total injusticia. Todos los temores quedaron confirmados – continua diciendo Mateos – y lo que habíamos pensado de los árbitros ingleses tenía fundamento. Entonces, Inglaterra tenía mucha influencia en el fútbol europeo.

    Ahora bien, lo de Arthur Ellis no fue nada comparado con lo que ocurriría dos semanas después en el Camp Nou.

    Partido de vuelta en Barcelona, 23 de noviembre de 1960:

    El equipo catalán y el Madrid se volvían a ver las caras en el partido de vuelta de la eliminatoria. El sistema utilizado por ambos equipos fue el mismo que en Chamartín. En el equipo anfitrión no hubo prácticamente cambios con respecto al partido de ida. Sólo destacó la entrada de Kubala por Czibor. En el equipo blanco, la vuelta de Santamaría al centro de la zaga supuso el adelantamiento de Pachín y Del Sol a posiciones de ataque, lo que propició la salida de Mateos del once titular. También se cayó del once Herrera en detrimento de Canario. El árbitro designado por la UEFA para el encuentro era otro colegiado británico (curioso). Se llamaba Leafe, Mr. Leafe y llegó a anular hasta cuatro goles legales al Real Madrid.

    El primero de ellos, que hubiera supuesto el 0-1, es de antología del disparate. Canario fue derribado en el área, pero la jugada continuó y Del Sol marcó inmediatamente después. El señor Leafe había pitado ya. Pero lo que nadie podía imaginar es que pitara ¡¡golpe franco a favor del Barcelona!! Increíble pero cierto. A la media hora, para más desgracia, Pachín desvió un golpeo de Vergés tras un córner lanzado por Kubala y la pelota se introdujo en la portería de Vicente. Gento había desperdiciado varias oportunidades claras y al Madrid le habían birlado ya el primer gol, pero el equipo que iba por delante en el marcador era el Barcelona. Y así se llegó al descanso.

    En el minuto 69 llegó el segundo robo. Di Stéfano marcó después de un preciso centro de Puskas, pero Mr. Leafe lo anuló por un inexistente fuera de juego. Poco después, Evaristo hizo el segundo gol de los locales y la eliminatoria se le ponía francamente difícil a los madridistas. El colegiado inglés no tenía suficiente con lo que había hecho y volvió a anular un gol a Pachín por otro fuera de juego inventado. Para más inri, Leafe tampoco quiso ver que una pelota lanzada por Gento había traspasado la línea de gol cuando Gracia alcanzó a despejarla. Sin embargo, a tres minutos del final, Canario hizo el definitivo 2-1 y aquel árbitro que se había vendido no lo anuló porque sabía que no iba a descontar nada. Mateos, pese a no salir de titular, vivió el partido desde el banquillo totalmente indignado: “La actuación del árbitro fue aún más descarada y perjudicial para el Madrid que la que protagonizara el tal Ellis en el Bernabéu. Nos anuló cuatro goles, nada menos, y le birló un penalti a Canario”. El Madrid, por primera vez, caía eliminado de la Copa de Europa.

    Pese a todo, los jugadores madridistas no dudaron en felicitar a sus vencedores después del partido, aun sabiendo que su eliminación había sido injusta. Ese gesto de caballerosidad y espíritu deportivo conmovió a los aficionados culés, que ovacionaron a los blancos.

    La cara de Pachín, desesperado ante Mr. Leafe, lo dice todo.
    https://rmadridcf.files.wordpress.com/2009/05/protestas1.jpg

    Ecos de la prensa mundial tras el atraco del siglo:

    Así titulaba el “Daily Herald” al día siguiente del partido de vuelta: “Los jugadores del Real Madrid nunca fueron tan grandes como en esta derrota”. El “Daily Express”, por su parte, hablaba así del equipo blanco: “El Real Madrid se marcha como los campeones que nunca han dejado de ser”. Por último, citamos aquí el comentario del corresponsal del “France Soir”: “Fue una victoria, pero no un éxito. Todos los honores de la guerra van al vencido, abatido por la coalición de la suerte y el arbitraje. Así pues, no fue lo que había soñado el Barcelona durante semanas, meses y años. No se figuraba que si subía al Capitolio sería por la puerta de servicio…”)
    Saludos blancos, castellanos y comuneros

    1. Viene de antaño, de muy antaño. Ese es el estilo cataculé de toda la vida. Roban y acusan a los demás de sus propios defectos. Lo que , según don Sigmundo, era algo habitual de los débiles mentales.

  3. Es curioso porque los culerdos nunca han reconocido esos "botijos de Franco", se ve que ahora sí son copas de Europa asimilables, cuando les interesa

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