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El Real Madrid y Guardiola: Holmes y Moriarty

El Real Madrid y Guardiola: Holmes y Moriarty

Escrito por: Santiago Castellanos28 abril, 2022
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En diciembre de 1893, Arthur Conan Doyle publicaba El problema final. En el relato, Sherlock Holmes y el profesor James Moriarty se enfrentaban poniendo en juego sus respectivas inteligencias. Finalmente —nunca mejor dicho, puesto que Doyle parecía poner punto y eso, final a Holmes, de ahí el título— desaparecían en las cataratas suizas de Reichenbach. Ciertamente, Doyle recuperó después a Holmes, al parecer bastante a su pesar y por la presión de los lectores. La caída a las cataratas, que Watson intuye por las pistas que encuentra al llegar al precipicio, es el punto álgido de una rivalidad profunda, un trasunto del eterno conflicto del Bien y el Mal, heredado en Occidente de las tragedias griegas. Pero, en la creación literaria de Conan Doyle, lo era también entre dos cerebros supremos, que Doyle describió como pocas veces se ha hecho. Holmes apostaba todo al enfrentamiento con el único rival que verdaderamente había estado a su altura. A quien detestaba por su falta de escrúpulos, su maldad calculada, pero al que respetaba por su inteligencia, su brillantez en las matemáticas, y sus dotes organizativas.

Los enfrentamientos entre Guardiola y el Real parecen girar sobre una suerte de némesis, como los de Holmes y Moriarty

Hace unos días estaba yo en Sevilla y pude ver in situ en el estadio de Nervión la gran remontada del Real Madrid C. F. frente al Sevilla F. C. Tuve la suerte de ir a caer en la tribuna junto a dos socios sevillistas, Juanma y Chema, que vivieron en sus carnes lo que supone lo de casi siempre. Lo experimentaron con educación, respeto, y ambiente afectuoso para con un servidor. No imaginaba yo —o sí— que la ida contra el City nos iba a llevar otra vez al tobogán, pero esta vez de ocho (siete, para ser exactos) vueltas. Porque el martes, todos los madridistas estuvimos, otra vez, al borde del patatús. Lo nuestro, lo del madridismo, es un maravilloso tobogán acuático pero de los (muy) rápidos, en los que vas recibiendo golpes laterales en tu cuerpo pero en los que, al tiempo, disfrutas de ese gustirrinín que supone saber que el agua te va llevando hasta el triunfo final, digo, hasta la piscina.

Guardiola en el City Real Madrid

Otra vez se van a encontrar Holmes y Moriarty. Ya lo hicieron el martes. Seguro que ustedes se han percatado de cómo, esta vez y durante todos estos días pasados, Moriarty había desplegado toda su capacidad seductora. La misma que no tuvo con el periodista español después del partido, por cierto. Imagino que algo parecido sucederá esta semana. Moriarty nos intentará hacer creer muchas cosas. Y serán transmitidas con idéntico servilismo con el que acataban sus designios las piezas del ajedrez (humanas) que el verdadero Moriarty movía para organizar sus estrategias.

Los enfrentamientos entre Guardiola y el Real parecen girar sobre una suerte de némesis, como los de Holmes y Moriarty. Némesis, en la mitología clásica, tiene que ver con muy relativo sentido de justicia, con el destino o la fortuna en cierto modo, pero sobre todo con la rivalidad y la venganza. Y, atención, Némesis se ceba con quienes quiebran el equilibrio universal. Y nadie más que el Real Madrid manda al carajo cualquier equilibrio universal.

Salvo que admitamos que el equilibrio universal es, precisamente, el Real Madrid C. F.

 

Getty Images.

Santiago Castellanos
Profesor Titular de Historia Antigua en la Universidad de León. Autor de novelas históricas en Ediciones B. Penguin Random House.

8 comentarios en: El Real Madrid y Guardiola: Holmes y Moriarty

  1. Nadie duda de que Guardiola sea un buen entrenador, pero a estas alturas hay que ser ya demasiado cándido o demasiado cínico para dejarse enredar por sus estrategias de comunicación. Sucede que, como némesis del madridismo, muchos antimadridistas le hacen la ola hasta que padecen en carne propia su hipocresía, como recientemente le pasó al Atleti. Es verdad que es listo, aunque aproximadamente la mitad de lo que creen sus admiradores, algo menos de lo que se cree él mismo, y bastante más que su discípulo Hernández.

  2. no suelo escuchar radio Marca, porque para "Sálvame diario" futbolero, pero el día después en la radio del coche lo pues ! no daba crédito a lo que oía "Guardiola tiene razón (decía un periodista, mientras los demás asentían) cuando desprecia a los periodistas, porque claro el sabe o sea mas de futbol que los que están en las ruedas de prensa" o sea que según ese razonamiento cuando yo voy a un restaurante ....... a comer lo que me ponen y a pagar sin rechistar. Así andamos

  3. Agreed. Yo añadiría, como señala el artículo, que es más malo que la quina como Moriarty y, si no, recordemos lo que le hizo a Tito Vilanova.

  4. Los datos sientan muy mal.
    Las matemáticas dejaron de ser compatibles con cierta manera de doblegar el concepto de estilo, un concepto que se intenta adulterar .
    Tener estilo es reconocer la realidad y darle al César lo que es del César. Incluso darle más al que lo intenta porque se esforzó, pero sin que se dé cuenta. Ningunear los datos no es una lección de estilo. Tener estilo es también saber perder y saber ganar.
    Hablando de lo que le toca a cada cual , hay personas que nunca podrán presumir de tener un carácter acto para los salones . Pongamos que hablo de Mouriño. Mouriño está hecho para el boxeo dialéctico . Mouriño puede repartir bofetadas en casi todos los idiomas. Cuando reparte ,todos se apartan.
    Koeman avanza con un español básico , pero eso ayuda . Lanza una de vez en cuando y se le entiende todo . Hoy sacó la calculadora. Quince menos ocho, igual a siete . Vaya , parece que le sale la cuenta . A Roberto hoy no le salía porque decía que Xavi tenía dos partidos menos que Koeman. Bueno Roberto , si Xavi los perdió será cosa suya. No le vamos a echar la culpa también a Koeman por estar en Abril de vacaciones.
    Guardiola cuenta siete y se lleva cuatro. Vaya , esto no pasa mucho en este lado de Manchester. Un equipo que se lleva tres , no le hace gracia. Busquemos en la Premier o en la Copa de Europa. Cuántos equipos se llevan en el avión tres a su casa directamente desde la ciudad de Manchester . Si escuchamos el ruido, se los sustrajeron de mala manera o sin estilo.
    Qué le pregunten a los aficionados que ven el fútbol sin vendas.
    Número uno . Benzema de espaldas a un toque vigilando la altura de un pase endiablado, engañando al defensa , al portero y midiendo la portería .Por si acaso .
    Número dos. Vinicius da la vuelta a la bicicleta y es una liebre en el canódromo de Caño Roto. La distancia más corta entre dos puntos, pero a veces hay que variarla si hay obstáculos Quien corría más deprisa que los defensas y menos que Vinicius sabía lo que iba a ocurrir, pero no salía en la foto de meta.
    Número tres . Un regalo.
    Esto también es fútbol. Un deporte que se puede jugar de muchas maneras. Pero si no dominas el arte del gol y no sabes perder , nunca ganarás la Copa de Europa, por muchas pizarras o libretas que rellenes.
    Se pueden meter goles de estrategia, pero hay cosas que se aprendieron a jugar en la calle y que no estaban escritas en ningún manual.
    Dice Rosendo que los hay que no lo pueden entender. Paco de Lucía tocaba muy bien cuando todavía no había aprendido a leer música. Dejemos que cada uno juegue sus cartas. Sin prejuicios disfrutemos de cada jugada , de cada gol , sin pedir documentos.
    Ganar o perder es sólo a veces una cuestión de suerte. Eso se ve al final, pero como en el amor o en el cine , no hay nada como una aventura emocionante .

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