Arbitró Alejandro Quintero González del Comité andaluz. En el VAR estuvo Figueroa Vázquez.
Quintero González quiso protagonismo y lo consiguió. Tendrá su internacionalidad y sus finales de Copa.
El gremio arbitral en España tiene varias similitudes con la política. Está repleto de golfos, chulos, sinvergüenzas y corruptos que se llenan las arcas a bases de hacer mal su trabajo y tomar el pelo al personal. La diferencia es que unos entran en la cárcel y los otros todavía no. A lo mejor lo vemos pronto, aunque somos pesimistas.
Expulsó a Fran García, Carreras y Endrick, que estaba en el banquillo. Amarillas para Bellingham, Valverde, Rodrygo y Moriba.
Quintero González, IMPRESENTABLE.
-Courtois: APROBADO. No se le puede culpar de nada.
-Asencio: SUSPENSO. Anda justo de pericia para ser central. Ni te cuento para ser lateral.
-Fran García: MUY DEFICIENTE. A su penoso partido añadió una expulsión intolerable. No tiene calidad ni cabeza.
-Militao: APROBADO. Bien hasta su desgraciada lesión.
-Carreras: APROBADO. O no. Yo qué sé. No fue de los peores.
-Tchouaméni: NOTABLE. Curiosamente, creció cuando el equipo se quedó con diez. Ejecutó los pases más peligrosos.
-Güler: SUSPENSO. Sus subidas y bajadas de rendimiento ejemplifican a la perfección las del equipo. Igual no es tan gran jugador como pensábamos.
-Valverde: SUSPENSO. ¿Dónde está? ¿Qué fue de él? ¿En qué forma truncada de energía se ha convertido este otrora gran jugador?
-Mbappé: APROBADO. Bueno, yo qué sé también. Lo intentó.
-Vinícius: SUSPENSO. Negado.
-Bellingham: SUSPENSO. Irrelevante.
-Rodrygo: SUSPENSO. No hizo nada, qué sorpresa.
-Gonzalo: APROBADO. Por lo menos conectó un remate.
-Xabi Alonso: SUSPENSO. Nefasto planteamiento, nefasta alineación, nula reacción.
En un partido que no debería sorprender que acabara con la trayectoria de Xabi Alonso (y quizá no sería mala cosa), el Madrid perdió ante el Celta dos puntos, a Militao y dos jugadores de campo, que acabaron expulsados. También perdió media liga y el crédito que había ganado en Bilbao. Tras dicho partido, el de San Mamés, nuestro compañero Genaro Desailly titulaba su crónica “Virgencita, que este sea el Madrid”.
No lo es.
Sorprendió Xabi con la alineación, como por otro lado viene siendo habitual. Entraron Fran García, Asencio y Güler, por ejemplo, sin que quedara claro en qué disposición táctica jugarían. ¿Tres centrales? ¿442 clásico? ¿4141 con Valverde como interior, o sería carrilero con los mencionados tres centrales? Los primeros compases hicieron pensar que la línea defensiva era de 4, con Militao y Carreras en el centro. También que los blancos principiaban al ralentí, como por desgracia es habitual en muchos partidos. Esa cosa contemplativa tan irritante, que lo fía todo a la inercia y que permitió un virguero como Bryan Zaragoza comenzar a sembrar inquietud. La presión era laxa y descoordinada. Para haber echado de menos el Bernabéu, como Xabi había declarado y los resultados parecían respaldar, vimos un primer cuarto de hora en el que no se vio un ápice de esa presunta añoranza de los jugadores a su público. Sí has echado de menos a alguien, te comportas con algún respeto. Justo al borde esos quince minutos, una buena internada de Güler obligó a Radu a mandarla al córner. A resultas de ese saque de esquina, el portero céltico volvió a sacar una gran mano a testarazo de Bellingham.
A los veinte minutos, la peor noticia posible se materializó sobre Militao, el mejor y más frágil defensa de lo que va de siglo en el Real Madrid. Se lesionó en una carrera heroica en un contragolpe tras Pablo Durán. Lo de las lesiones en este equipo es desesperante. Entró Rüdiger en su lugar. El Madrid suele corresponder a estos traumas encajando, encima, goles en contra, pero por fortuna Bellingham se cruzó ante el pase de la muerte de Borja Iglesias.
Se cumplió media hora de mejor juego y dominio celtiña ante la inoperancia blanca. Asencio, apañado en el centro de la defensa, se mostraba nulo como lateral. Los ridículos tiritos desde lejos de Rüdiger y del propio Asencio certificaban el espanto, no así el mucho mejor disparo de Güler, que volvió a obligar a Radu a intervenir bien.
El Celta estaba comodísimo, tanto jugando como perdiendo indisimuladamente el tiempo cuando las condiciones lo aconsejaban. Hay jugadores que juegan bien muchas menos veces de las que por su calidad deberían, y otros que nunca tendrán calidad.
A los 37 minutos, pifió Güler en el punto de penalti una buena dejada de Mbappé. Había sido la mejor del partido, pero el turco se la dejó atrás. Todo era irritante. El Madrid no puede jugar así de mal, sencillamente. A los 40 minutos, Courtois hubo de intervenir ante un Pablo Durán que se le plantó delante con una facilidad inenarrable.
Aun siendo lamentable el juego, no faltaban las ocasiones. Un pase largo de Tchouaméni dejó a Vini solo, pero un enorme Radu abortó la ocasión. A pesar de las continuas pérdidas de tiempo, lesiones y demás calamidades, el árbitro solo descontó 4 minutos, que se cumplieron sin nada más que reseñar.
Con sorpresa encajó esta cronista la falta de reacción en el banquillo. Del túnel salieron los mismos once. Valverde pareció interpretar mi propia ira con un chut rabioso. Paró Radu. El propio Valverde y Carreras ensayaron internadas meritorias que concluyeron con muy gentiles entregas del balón al rival.
Pero podía ser peor. Podía calentar Rodrygo. Xabi puso a calentar a Rodrygo. Y podía marcar el Celta. Pues marcó. Williot anotó, en una jugada en la que el Celta hizo todo lo que le dio la gana. Y salió Rodrygo. Minuto mágico. Párrafo inolvidable.
Bailaba el Celta al Madrid. Es una vergüenza absoluta. Xabi no reaccionaba. Gonzalo calentando. Endrick en su casa, o yo qué sé. El árbitro sacando amarilla a Bellingham por no entrar en el campo con el permiso de Su Graciosa Majestad. En este momento, la cronista solo quiere que le reconozcan el mérito de seguir al pie del cañón. Fran García, que además de ser un jugador muy limitado no parece Albert Einstein, se ganó dos tarjetas en un minuto. Pues eso. Que me den las gracias. Ustedes lo sufren en sus casas y luego se van a beber o a follar. Yo me quedo retocando esta mierda de crónica. Me quedo poniendo, por ejemplo, que Tchouaméni metió otro gran balón a Kylian, que se quedó solo delante de Radu pero lanzó su vaselina por encima del larguero. Qué bien.
Curiosamente, el Madrid presionaba ahora, con diez, más que con once. Es lo que tiene no tener vergüenza y haberte tocado las narices durante 75 minutos. Que se pone de manifiesto esa falta de vergüenza cuando te toca presionar a la desesperada. De ahí al final, no fuimos capaces de generar gran cosa, aunque hubo más honra. Gonzalo remató de cabeza, fuera por poco. Pero el árbitro expulsó a Carreras, nadie sabe por qué. Los jugadores blancos sacaron un orgullo mal entendido que por poco acaba con más jugadores aún, y que deberían sacar sin histerismos en todos y cada uno de los partidos que disputan. Contra nueve, el Celta se gustó y marcó la sentencia.
Esto es insostenible.
Buenos días. A Ferran Torres, delantero del equipo cliente de Negreira, le llaman El Tiburón. Ignoramos por qué, y algo nos hace presagiar que seremos capaces de aguantar la intriga. A nosotros se nos parece muchísimo a David Broncano, que es el presentador de un programa televisivo llamado La Revuelta nada relacionado con la condrictiología (si pensabais que el tiburón es un cetáceo, como erróneamente suele creerse, sabed que es un condrictio).
El caso es que el llamado Tiburón anotó ayer tres goles en el campo del Betis, circunstancia que concurrió muy a favor de la victoria de su equipo con un contundente 3-5. El Madrid tiene la liga en chino mandarín con traducción simultánea al arameo si todos los equipos oponen al club cliente de Negreira la misma resistencia que opuso ayer el equipo de Pellegrini (rebautizado como Pellegrima por Roberto Lerebours, gran amigo de esta casa. Si nos atenemos al planteamiento entreguista que ayer exhibió el técnico chileno, no se puede negar que es un apodo que encaja como un guante).
Cualquier neutral considerará que el planteamiento según el cual a nuestro equipo le preparan encerronas plenas de testosterona y permisividad arbitral, mientras al equipo cliente de Negreira le ponen la alfombra roja allá donde va, está demasiado sesgado por nuestro madridismo. Que cada uno opine lo que quiera. A nosotros nos parece indudable que el día en que el resto de equipos reciben al Madrid es su final de Champions de cada temporada (lo cual está bien, pues somos el Madrid) mientras el día en que ejercen de anfitriones del club cliente de Negreira es un partido más, en el mejor de los casos (lo cual está muy mal).
El hecho es que la prensa cataculé se muestra exultante con el Tiburón. Mundo Deportivo desempolva las referencias cinematográficas más boomer para reflejar en portada el triplete de Ferran.
Admitimos que no está mal el juego de palabras. La obra maestra de Spielberg Tiburón (Jaws) conoció varias y muy olvidables secuelas, entre ellas la que el rotativo catalán reflota hoy, no sabemos si conscientes o no de la magnitud del truño que la película es. Queremos decir que relacionar a Broncano (perdón, a Ferran) con Tiburón 3 no es necesariamente un halago.
La película la dirigió en 1983 Joe Alves, no necesariamente familiar de Dani, en el que sería su primer y único esfuerzo al frente de una película. Por lo que sea, nadie le otorgó una segunda oportunidad. La película fue pionera en introducir el efecto 3D en el cine de la época, lo que llenó las salas de gente con gafas estupefacientes. Estamos en condiciones de confirmar que el colegiado Hernández Maeso no llevaba puestas unas de esas cuando pitó penalti por una mano de Bartra claramente involuntaria y tras chocar el balón con su propio costado. Nos habríamos dado cuenta en caso de haberlas llevado, pues eran gafas bastante cantosas. De manera kafkiana, en todo caso, Hernández Maeso señaló la pena máxima, para sorpresa incluso de los propios jugadores culés. ¿No decían que las manos no eran penalti cuando el balón venía de rebotar en el propio cuerpo del defensa?
La inenarrable jugada inspiró a nuestro editor el siguiente tuit, o post, o como se llame.
El hecho es que Tiburón 3 fue masacrada por la crítica, también por lo que sea. La crítica se tomó tan absolutamente a rechifla la película que se manejó un rumor según el cual el título originalmente concebido para ella había sido "Tiburón 3, Gente 0".
Por cierto, no conviene confundirla con Tiburón 4 (La venganza), que es la que tuvo por protagonista a Michael Caine (sí, Michael Caine) y la que motivó la siguiente respuesta en una célebre entrevista. Parafraseamos.
—Señor Caine, usted protagonizó Tiburón 4. ¿No le da vergúenza?
—¿Tan mala era? Nunca llegué a verla. Lo que sí vi es la mansión en Malibú que me compré con el cheque que me dieron. Esa sí que la vi.
Caramba, qué coincidencia. Negreira tampoco vio todos y cada uno de los expolios arbitrales que propició durante 17 años, creando el caldo de cultivo apropiado para que los arbitrajes fueran favorables a su cliente. Lo que sí vio es la pasta llegar a espuertas a su cuenta, así como salir de ella al día siguiente con rumbo (in)cierto. Y Dios nos perdone por comparar a Sir Michael con el bueno (?) de Enríquez.
Por lo demás, el Madrid vuelve hoy a su feudo, con la ilusión de derrotar al Celta y seguir en la pomada, como decían los clásicos. Leed hoy en La Galerna todo lo que Alberto Cosín considera relevante sobre el rival gallego. Hacemos votos por una victoria convincente de los de Xabi, una que nos permita alcanzar una velocidad de crucero, fuera de empates perturbadores.
Marca trae a su primera plana a Luis de la Fuente, quien nos ofrece una exclusiva apelotante. Carvajal y Lamine Yamal están deseando verse para darse un abrazo. Y nos preguntamos: ¿quién se lo impide?
El AVE es un recurso al alcance de personas con sus respectivas nóminas, máxime cuando el ministro Óscar Puente ha decretado que se venderán más billetes y la gente llegará tarde a los sitios tras haber viajado de pie durante cuatro o cinco horas. No existe, pues, impedimento logístico alguno para que ambos futbolistas se den el referido abrazo, si es que así lo desean.
Si, por la razón que fuere, no quieren desplazarse, siempre pueden contactar con Joe Alves para que les dé unas gafas de esas y, a través de una videollamada de 3D, tengan la sensación de que los brazos salen de la pantalla y se estrechan con mutuo amor, a ser posible con la voz de Celine Dion y la melodía de Titanic.
Sport, por su parte, celebra no solo el triunfo del llamado Tiburón en Sevilla, sino también el de Messi en USA, donde por lo visto acaba de adjudicarse otra de esas competiciones que los poderes fácticos diseñan a su medida para que así suceda. Enhorabuena a Messi que, de haber existido, sería quizá el mejor futbolista de la historia.
Lástima que no sea el caso. Los que juegan para equipos que propician un sistema corrupto durante décadas no existen, como no existe nadie que en deporte haya hecho trampa, como no existe Armstrong, como no existe Ben Johnson. De ser existentes, nuestras felicitaciones serían también efusivas.
Lástima.
Pasad un buen día.
Decimoquinta jornada de Liga y el Real Madrid vuelve al Santiago Bernabéu tras cuatro encuentros a domicilio. Se enfrenta a un Celta de Vigo tres días antes del Manchester City en Champions League. En horario a las 21h para tener poco descanso. Ideas ‘made in Tebas’. Los vigueses navegan por mitad de la tabla y buscarán puntuar para acercarse a Europa y alejarse del descenso. Giráldez tiene la baja confirmada de Aidoo por lesión y, además, ha dejado fuera por decisión técnica a Ristic, Cervi y Sotelo. En el habitual sistema con tres centrales, dos carrileros, dos medios y tres atacantes el once del Celta puede ser el siguiente: Radu en portería; Javi Rodríguez, Starfelt y Marcos Alonso en defensa como centrales; Rueda y Carreira los carrileros; Moriba y Damián en la media; Bryan y Aspas por detrás del punta Borja Iglesias.
Giráldez en su etapa en el primer equipo ha devuelto al Celta a realizar tramos de partido con la presión alta. En algún momento concreto del choque pueden realizar un pressing todavía más intenso, pero también es probable que si el Real Madrid se adueña del cuero se espere a un equipo replegado en un bloque medio-bajo. A partir de ciertas zonas o pasando el mediocampo y tres cuartos, es cuando la agresividad comenzará en las filas gallegas para la búsqueda del robo. Por tanto, se espera un equipo junto, compacto y que intentará no partirse, hacerse largo ni verse obligado a correr hacia atrás.
Al técnico gallego le atrae el buen trato del balón, con un juego raseado y pulcro desde atrás. Su mejor hombre es Marcos Alonso que con buen pie garantiza eficacia para sacar el balón, ya fuese en largo o con desplazamientos laterales en diagonal. También los carrileros dan mucho aire y limpieza para salir con el cuero por el costado. La primera conexión será la de los centrales con sus hombres del mediocampo, con especial atención a los medios Moriba y Damián que son el faro del equipo celtiña con la pelota. La segunda opción es el juego directo con Borja Iglesias, un delantero corpulento y fuerte que disputa la con los centrales y tiene capacidad para bajar el cuero y a partir de ahí que el equipo se estire y avance líneas. Seguro que también en algún momento Aspas se retrasa unos metros para echar una mano.
En cifras los celestes no han acumulado solidez ni fortaleza en este apartado acumulando 19 tantos recibidos en 14 jornadas. También es cierto que cuatro de ellos fueron ante el Barça, que es el único que le ha hecho más de dos goles. No hay demasiada diferencia en cuanto a eficacia defensiva si juegan en Vigo o lejos de su estadio. Si tiene el día Starfelt es el líder de la defensa en cuanto a conceptos defensivos y el que tira de la zaga. Por acumulación defienden muchos hombres y los dos medios siempre echan una mano. Por arriba, es un equipo con centímetros y fiabilidad para poder ser solventes. Pero es un equipo que necesita del orden, el sacrificio, la solidaridad y el estar muy juntos atrás para que el sistema defensivo funcione.
El Celta dispone de talento ofensivo tanto en el once titular como revulsivos en el banquillo. Sus tres piezas atacantes han sido internacionales con la selección española. Arriba tienen a jugadores con velocidad, instinto y regate que tratarán de poner en apuros a los blancos. Seguro que buscan la velocidad por las bandas y pocos toques en los contragolpes aprovechando los espacios que deje el equipo de Xabi Alonso. Giráldez también da una enorme importancia a una buena circulación del cuero, con pases precisos, en combinación y asociación parar crear peligro entre líneas. El Celta juega mucho con los carrileros que se están mostrando veloces, atrevidos y con desparpajo. El objetivo será buscar a Borja Iglesias que lleva un buen curso y tiene como objetivo disputar el Mundial con España. Para ello cuenta con un lanzador perfecto en Aspas y un jugador con desborde y centro en Bryan Zaragoza.
El librillo del técnico porriñés es claro y por estilo gusta al aficionado neutral de la Liga porque forma equipos divertidos. Giráldez abogar tener la pelota y la posesión para ganar los partidos. Siempre trata de doblegar a los rivales partiendo de esa base. Nunca busca protegerse, encerrarse atrás ni especular con los partidos. También es valiente incluso con el resultado a favor. El equipo desde su llegada le está funcionando, no se amedrenta ante ningún rival e intenta imponer su fútbol. En cuanto a las estadísticas ligueras el Celta está en el top10 de posesión y este año ha bajado mucho su nivel respecto a duelos ganados, agresividad y entradas que suponen amonestaciones.
El jugador más en forma y a vigilar es Borja Iglesias. El delantero se está convirtiendo en un asiduo de las convocatorias de Luis de la Fuente y acumula ocho goles entre todas las competiciones esta temporada. Ha ido recuperando sensaciones poco a poco y se encuentra en un momento óptimo de juego y de cara a gol. Buen rematador con ambas piernas y la cabeza, se coloca bien en el área, es intuitivo y arma muy rápido el disparo. Fuera del área es un punto de apoyo de sus compañeros en labores de nueve puro, fijando a los centrales solo con su presencia, jugando de espaldas y pivoteando ante los defensas.
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La nómina de jugadores brasileños que han militado en el Real Madrid es extensa. Algunos dejaron huella, como Roberto Carlos, Marcelo, Ronaldo Nazario o Casemiro. Otros pasaron bastante desapercibidos, como Vitor, Rodrigo Fabri o Lucas Silva. Y hay casos en los que no cumplieron lo que se prometía de ellos, como Didí y Kaká. Fernando Giudicelli fue el primero, y en su muy breve estancia decepcionó.
Ahora se cumplen 90 años de la llegada de Giudicelli a Madrid, donde no duró ni un mes. El brasileño había nacido en Río de Janeiro el 1 de abril de 1903. Se trataba de un medio que comenzó su carrera en el America FC para luego ir al Fluminense, en el que disfrutó los mejores momentos de su vida deportiva. Su buen papel en el club tricolor no pasó desapercibido para Pindaro de Carvalho, que lo convocó para la selección brasileña. Así fue incluido en la convocatoria para el primer Mundial de la historia en Uruguay 1930.
En el conjunto brasileño tenía una importante competencia en Fortes, Benvenuto o Pamplona, pero jugó los dos encuentros de la liguilla frente a yugoslavos y bolivianos. La derrota ante los plavi apeó a Brasil a las primeras de cambio y no accedieron a semifinales. Su último partido internacional, aunque no de carácter oficial, fue unos meses después, en agosto, cuando volvió a medirse a Yugoslavia en el estadio Laranjeiras.
A partir de 1931, su trayectoria tomó un nuevo rumbo y decidió mudarse a Europa. Viajó en la gira que hizo Vasco da Gama por el continente europeo en verano, en la que el cuadro carioca también invitó a otros jugadores como Carvalho Leite y Nilo, de Botafogo. En uno de esos encuentros pasaron por Barcelona y, aunque Giudicelli no jugó, sí habló para Mundo Deportivo: “Yo soy jugador del Fluminense y ocupo el jugar de medio ala. No jugué aquí porque en el viaje engordé algo y creyeron conveniente no alinearme. Yo tengo buen sprint y soy corredor de los 100 metros vallas”.
El medio, tras concluir la gira, se quedó. Primero fue a Italia para jugar en el Torino durante dos temporadas (1931-1933), hasta que el gobierno italiano le requirió para realizar el servicio militar. Luego firmó por el Young Fellows de Zürich y, tras un breve retorno en 1934 al America FC, su carrera continuó en el Girondins de Burdeos en Francia hasta el final de la temporada en 1935. De allí se marchó al Sporting Clube portugués, donde jugó tres partidos. Su siguiente destino fue Madrid.
Los primeros rumores aparecieron en la prensa a mediados del mes de noviembre. El cuadro blanco buscaba un extranjero desde hacía semanas cuando un directivo blanco lo declaró en las páginas del diario Informaciones. El mismo medio, el día 20, publicó una noticia en la que decía que Giudicelli era el elegido. En un informe enviado al club a su sede de Recoletos se afirmaba que “causará sensación en España, como la causó en Italia y la ha causado en Lisboa”. Sin embargo, todavía había cierta desinformación, porque se explicaba que su nacionalidad era argentina y que ya estaba en la capital de España, pero lo cierto es que, aunque anunció su llegada a la directiva blanca, cuando algunos miembros del club fueron a la estación a buscarlo no descendió de ningún tren. El entrenador madridista por entonces era Paco Bru y antes de contratarlo lo probaría porque buscaba un medio para fortalecer la plantilla.
Los días pasaron y hubo nervios dentro del club porque el jugador no terminaba de llegar y había rumores de ofertas de equipos franceses, según publicó El Sol. A finales del mes, desde la entidad blanca consiguieron contactar con Giudicelli mediante conferencia telefónica con Lisboa y el futbolista les comunicó que en breve avisaría de su llegada a Madrid. Finalmente, el día 30 dejó la capital portuguesa donde fue despedido cariñosamente por todos sus compañeros de equipo.
Según La Libertad el contrato de Giudicelli con el Sporting Clube de Portugal no encerraba un “compromiso que le impida traspasarse a cualquier otra Sociedad extranjera, ya que en dicho contrato figuraba una cláusula en la que el jugador se reservaba la facultad de abandonar el club en el momento que lo estimara oportuno”.
En el mismo medio, para dar un poco a conocer al futbolista a sus lectores, había una breve reseña sobre sus cualidades futbolísticas: “Se trata de un excelente jugador, científico, con un gran control del balón. Especialmente el pase corto lo domina por completo; su seguridad no es igual en los pases largos, aunque también los realiza con precisión. Se desenvuelve en diversos puestos, pero especialmente en el centro de los medios”.
Giudicelli pisó territorio español la noche del día 30, cuando llegó a la estación de Delicias. Allí le esperaba, entre otros, Paco Bru. La primera entrevista se la hizo Zancadilla para el Semanario de AS. Lo primero que quiso dejar claro el jugador es que “no tengo ningún deseo de que la prensa, y antes de verme actuar, haga comentarios. Esto perjudica. Por otra parte, yo solo vengo a Madrid en plan de prueba. Si les conviene mi forma, me quedaré; en caso contrario…”. A Italia, eso sí, manifestó con rotundidad que no volvía, seguramente por las exigencias militares que allí le requerían.
La conversación continuó en el hotel donde iba a estar alojado. El brasileño confirmó que conocía el fútbol español y había visto jugar al Barça, Español y Athletic Club. A los blancos no, pero tenía buenas referencias: “Allí, en Lisboa, se habla, por ejemplo, de Quincoces y de Luis Regueiro, y se dice que Lángara es un centro delantero de mucho empuje”. En el Sporting no acabó de cuajar y la intervención de Paco Bru le hizo desistir de continuar con los lisboetas. En la entrevista se confirmó que el entrenador madridista ya conocía al brasileño porque había sido el seleccionador peruano en el Mundial de 1930 y lo vio allí en acción.
Giudicelli explicó su pasado en el Torino y que había sido seleccionado “en diferentes ocasiones para suplir a Monti en el equipo italiano”. Respecto a la edad, afirmó tener “27 años, pero creo que aún conservo mi forma. La edad, cuando no se han cometido excesos y se ha servido bien al deporte, no dice nada. Lo interesante es jugar, y jugar bien, con la afición y el entusiasmo que deber tener un profesional con el club que le paga. Aparte de esto, adoro el fútbol por encima de otras manifestaciones deportivas”.
Después se supo que había mentido en su edad y realmente tenía 32 años. Por último, especificó que jugó siempre de medio y que todavía no tenía ningún contrato, pero que “mi deseo, naturalmente, es el de quedar bien y actuar en sus filas. Me gusta el club y adoro el ambiente español. Esta semana empiezo los entrenamientos. Deseo prepararme bien. En realidad, no estoy falto de juego, pero siembre conviene, y antes de hacer la prueba definitiva, que supongo será en un encuentro amistoso, entrenarse para actuar después con mayor confianza”.
Giudicelli presenció en las gradas de Chamartín el partido entre el equipo madridista y el Valencia, y al siguiente día comenzó a entrenar, según La Tarde, “bajo la estrecha vigilancia de Bru, que examinó su toque de balón y su estilo en el pase”. El día 4 tuvo su primera prueba cuando el cuadro blanco organizó un partidillo de entrenamiento contra el Nacional para verle en acción. En la prensa se especulaba con que si los técnicos lo estimaban conveniente podría jugar el fin de semana contra el Sevilla y le arrebataría el puesto a Bonet.
En el periódico El Sol apuntaron que fue un “encuentro sin dificultades para los de Chamartín, que dominaron y vencieron por amplio margen”. Respecto al brasileño, subrayaron que “como nos suponíamos es un jugador de estilo calmoso del fútbol canario y brasileño. Una especie de Valle… pero con estatura. Poco juego defensivo y pase perfecto”.
En La Voz siguieron una línea parecida: “Giudicelli probó ser una edición corregida (en tamaño) de Valle. Como él, mejor atacando que defendiendo, y como él, dotado de tranquilidad y de buen pase. Fútbol de poca fibra”. Mientras que El Heraldo de Madrid fue más allá y en sus páginas se pudo leer que si es “una especie de Valle acabará en el reserva”. Los planes con el jugador es que los técnicos del Madrid lo someterían a otra prueba el domingo en un partido a puerta cerrada y luego habría dictamen.
En AS, Rienzi adelantó que el encuentro concertado para el fin de semana sería contra el Ancora de Aranjuez. Un directivo madridista por teléfono le explicó que “si nos agradara mucho, mucho, sería cosa ya de ofrecerle un contrato teniendo en cuenta su edad de alrededor de 15.000 pesetas; más, no”.
El día 10, El Liberal, en una breve crónica, reveló que el resultado del duelo fue de 4-2 para los blancos. El brasileño volvió a mostrar pocos “arrestos a lo Bonet. Pasa bien, pero es incapaz de buscar el choque. Peca de cierta lentitud y tiene un concepto magnífico del football”. Se aventuraban a que “todavía no se había hecho público el acuerdo con el brasileño, pero parece que se quedará, luego de someterle a una tercera prueba. Y, es más; no sería difícil que debutase contra el Racing de Santander”.
Sin embargo, un par de días después saltó la noticia en el diario Informaciones, con el titular “Giudicelli no interesa”. La noticia ampliada decía que “se reunieron los directivos del Madrid para ultimar sobre el caso del brasileño. Se reconocieron las grandes cualidades del jugador, pero parece ser que su modalidad de juego no es la que más encaja en un once como el del Madrid F.C. Giudicelli saldrá para París donde dice que se le han hecho ofertas muy tentadoras”.
Parece ser que todo partía de las grandes demandas económicas del jugador. En concreto, a las 15.000 pesetas por la firma, añadía 1.500 de sueldo y las primas correspondientes a final de temporada, según El Liberal. Una vez el brasileño frenó sus ímpetus, se reanudaron las negociaciones y el jugador firmó para debutar frente al Racing. Si gustaba se hablaría de prorrogar su vinculación, si no partiría a Francia. En Ahora hablaron también de su situación aportando otros datos: “Los exámenes en privado habían probado poca cosa. Había cierta disparidad de criterios en la apreciación de sus méritos entre los elementos técnicos de la casa”.
El domingo 15 de diciembre, Giudicelli saltó al césped de Chamartín en el once dispuesto por Paco Bru. Lo hizo ataviado con su habitual boina y junto a Alberty; Ciriaco, Quincoces, P. Regueiro, Leoncito, Méndez Vigo, L. Regueiro, Sañudo, Lecue y Emilín. Visitaba el campo madridista el Racing, que ocupaba la cuarta posición de la tabla. En un duelo magnífico, con gran inspiración y juego veloz, los cántabros se hicieron con el triunfo por 2-4, y los madridistas perdieron el liderato y la imbatibilidad en su feudo. La actuación de Giudicelli en la media fue muy mala y su futuro de blanco quedó sentenciado. En la prensa algunas críticas a su actuación fueron feroces.
En el diario Ya señalaron a Giudicelli como uno de los culpables de la derrota: “Cuando supimos que el Madrid había pensado alinear a Giudicelli temimos por la suerte del equipo. Habíamos observado que lleva dentro, técnicamente hablando, cualidades propias de buen jugador, pero sus características no se ajustan al temperamento y clase de juego que se practica en España. Posee, un control grande de pelota, una visión muy clara y precisa de quien es el jugador mejor colocado para recibir el pase; lo ejecuta a la perfección; pero a todo esto no le une una suficiente velocidad para que su gran conocimiento de juego sirva para algo práctico. Es un jugador demasiado calculista y lento en la acción; no domina el juego por alto, y en España poco se puede hacer con estas condiciones. No bastaron las dos pruebas para convencerse y se le alineó contra el Racing, uno de los equipos más rápidos, y de ahí el fracaso y la derrota madridista”.
En El Liberal, lo acusaron de ser “demasiado lento, demasiado frío de juego. Pasó la mayoría de balones bien; pero no cortó ni una jugada. No es suficiente para ocupar el eje como el de los campeones del Centro”. En El Universal también hacían hincapié en su poca velocidad: “Es conocedor de su oficio, pero lentísimo”. El Debate seguía la misma línea: “Giudicelli estará tal vez muy bien luchando contra el Negus; pero en Chamartín no hace más que pasar con cierta precisión y no corta nada”. En la Hoja Oficial de los Lunes se añadía que “no sabe utilizar la cabeza”. En El Adelanto consideraron su participación “un serio hándicap” para los blancos. En El Progreso no lo veían para el fútbol nacional: “Buen jugador, pero que no le va a nuestro estilo de juego”.
En La Nación lo vieron clave en el mal hacer madridista: “No solo defraudó, sino que tuvo una gran parte de culpa en la derrota que sufrió su equipo”. El Sol usó un argumento parecido: “Giudicelli desorganizó el equipo. Con él, de todas, todas, la defensa estaba vendida. Es magnífico en la entrega templada del balón; no es joven. No corta juego ni por bajo ni por alto. Le faltan facultades”. En La Voz y Ahora también cuestionaron su actitud. El primer medio decía que “buen juego cuando se domina la situación, con un pase lucidísimo, aunque demasiado corto y excesivamente aplicado en proyección vertical. Y sin llegar nunca al balón, sin hacer nada por llegar, que es lo peor”. El segundo: “No es hombre que contenga ningún ímpetu del jugador contrario ni quiera admitir ninguna escaramuza ni que corra en busca del balón perdido”. Por último, en el semanario deportivo AS la opinión no fue muy diferente a los medios generalistas: “Giudicelli ni corta juego, ni disputa el balón; lo pasa maravillosamente bien, eso sí; pero nada más”.
La prueba resultó fallida y el brasileño no continuó su periplo madridista. Un paso fugaz. El diario YA, el día 19, publicó que las negociaciones no seguían y que el jugador había reconocido a la directiva del Madrid que no encajaba en el juego merengue y se marchaba para no perjudicarles. De este modo se marchó a París porque tenía varias ofertas. En los primeros días de 1938, Mundo Deportivo recogió una información desde Francia que indicaba que el jugador se debatía entre el Olympique Lillois y el Antibes. Finalmente, el día 14, el brasileño firmó por el Antibes, con un salario de 3.000 francos mensuales y primas por partidos ganados y empatados. Jugó cerca de una treintena de partidos hasta 1937 y fue su última experiencia profesional en los terrenos de juego.
Tras colgar las botas siguió ligado al fútbol como agente de jugadores, entre otros de Leonidas, y a algunos de ellos se encargó de llevarlos al fútbol europeo.
Falleció el 28 de diciembre de 1968 a los 62 años.
Fotografías: archivo de Alberto Cosín.
Hoy voy a analizar la línea defensiva a nivel particular y general de nuestro equipo. El momento actual y lo que podemos esperar.
Respecto a la portería, no hay mucho que decir, ya que, bajo mi punto de vista, no sólo tenemos bajo palos al mejor portero del mundo actualmente, Courtois, sino que es el mejor de la historia del fútbol mundial. La pena es que todo llega a su fin, y conviene saber si con Lunin y Fran González habrá futuro o hay que sondear el mercado para garantizar el relevo.
En cuanto a la defensa, hablemos de ese loco mundo de entrenadores PlayStation que tenemos abarrotando sillones en casa, cerveza en mano, dando lecciones a su cuñado, que después de haber despellejado a Lucas Vázquez, quien no tuvo más remedio que jugar fuera de posición varios años, y afirmar que no teníamos más que a Carvajal, ahora se dedican a decir que Trent Alexander-Arnold es un fichaje erróneo, que necesitábamos mucho más a Zubimendi para el mediocampo y no un lateral derecho.
Defendiendo no es Maldini, pero no es el coladero que dicen, y recordemos que Roberto Carlos y Marcelo, por ejemplo, hacían que los atacantes rivales estuvieran pendientes de ellos, con lo que se defiende atacando también. El Real Madrid necesita sacar el balón jugado desde atrás, y el inglés es precisión pura y la pone donde quiere. En San Mamés cuajó su mejor partido y fue fundamental. La lástima ha sido la lesión, justo en su mejor encuentro.
Otro jugador al que se dedica a despellejar esa pléyade de grandes entrenadores que se ha perdido el mundo es Carreras. Sobre todo, por el partido que tuvo que jugar como central en el Pireo. Es decir, un jugador de 22 años, recién llegado al equipo, que juega como lateral izquierdo, debe hacer un partido impoluto el día que le colocan, como solución de emergencia, a jugar de central.
Al margen de que yo no lo vi tan mal ese día, lo que es realmente notable es lo bien que juega en su posición y, lo más importante de todo, la valentía para intentarlo siempre y no venirse abajo ante la adversidad y el fallo. Recordad cómo se criticaba a Militao y lo que es hoy en día. La edad es importante, por el poso que da, y en defensa un fallo es un gol en contra. Va a tener fallos y partidos malos, pero creo firmemente que será un gran jugador. De hecho, ya ha disputado partidos muy completos, en defensa y ataque. En San Mamés le vi a un nivel tremendo.
El término medio de aguante que tiene el madridismo en líneas generales varía de un momento a otro en función del partido y el estado de ánimo, y te pueden levantar a los cielos y bajar a los infiernos de un domingo para otro. Empezamos la temporada diciendo que Huijsen era un dios y había caído de pie, para escuchar últimamente que es un piernas que lo hace todo mal. Un chaval que tiene 20 años y un futuro por delante enorme en el que, al igual que Carreras, es destacable el desparpajo que posee para su edad y la valentía de intentarlo a pesar de equivocarse. Pondré un ejemplo de a qué me refiero con valentía: Jacobo Ramón, el año pasado, siendo muy buen jugador, se convertía en un mar de dudas y tenía más miedo a equivocarse que a acertar, lo cual hacía de él un jugador inseguro.
Creo que se ha fichado muy bien y que hay que tener cierta paciencia con los jóvenes. Después del calvario de las dos últimas temporadas, decir que tenemos mala defensa no es realista
Huijsen es de ese tipo de futbolista muy importante y necesario por cómo saca el balón jugado desde atrás. Tiene visión de centrocampista siendo defensa, y eso hará que veamos muchos fallos, pero será un jugadorazo si le respetan las lesiones. Un Hierro de nuestros días.
Por no alargarme con todos, creo que Asencio está a bastante buen nivel, después de su calvario en el Mundial de clubes. Además, tiene 22 años, se le nota un arrojo que gusta en el Bernabéu y es un muy buen complemento que quiero en mi equipo siempre. Es necesario que Mendy esté en buena forma, porque defendiendo es muy bueno, y el día que está inspirado aporta en ataque también. Es una pena que se haya lesionado, pero no es de recibo que tras tanto tiempo de baja por una grave lesión juegue dos partidos completos seguidos. Se mascaba la tragedia.
Fran García es muy buen complemento y cumple bien su labor, y Carvajal no necesita presentación. Además, se pueden incorporar Tchouameni y Valverde como central y lateral derecho, respectivamente, cuando sea necesario. En la cantera tenemos a Joan Martínez y Jesús Fortea como grandes apuestas de futuro bien dirigidos por Arbeloa. No olvidemos nunca que muchos decían que Achraf no valía, y mirad en que jugador se ha convertido.
En cuanto a Militao y Rüdiger creo que hay poco que decir. Para mí son los defensas titulares y, debido a lesiones pasadas, operaciones y edad en el caso del alemán, deben alternar descanso con actividad para asegurarse de que no sufran percances. Creo que ese es el papel de Asencio y Huijsen, quienes darán el descanso necesario, además de que aprenderán a su lado cómo debe jugarse en dicha posición. Nuestros dos veteranos también aseguran mejor juego por alto del que venimos desplegando habitualmente.
Sigue en la plantilla Alaba, en la que, seguramente, sea su última campaña. Un jugador de su jerarquía, veteranía y buen juego será, a buen seguro, útil en algún momento de la temporada, pero no es un jugador que debamos tener excesivamente en cuenta. Estando a buen nivel es necesario como recambio y para dar aire al equipo.
La defensa, a nivel general, empieza arriba, y ha habido goles encajados esta temporada por culpa de partirse el equipo en el medio campo el equipo y venir oleadas de jugadores rivales. Creo que Xabi está trabajando muy bien la posición táctica defensiva del conjunto, y parece que poco a poco está reconduciendo el esquema en la media, lo que ayudará al equipo a recibir menos goles.
Sigue en el debe la defensa del juego aéreo, aunque con la vuelta de nuestros dos centrales titulares recuperamos bastante seguridad en ese sentido. Pero el cuerpo técnico debe trabajar los balones parados con todo el equipo, no sólo la defensa. No es de recibo defender tan mal con jugadores tan altos. Seguro que se solucionará.
En cuanto a incorporaciones futuras, el Real Madrid no debe mantenerse dormido, y ante la edad de Rüdiger y los cantos de sirena que vendrán a final de temporada con buenos contratos de Arabia, debe tener en la recámara a alguien afianzado ya, tipo Konaté, aunque no tiene por qué ser él.
En líneas generales, creo que se ha fichado muy bien y que hay que tener cierta paciencia con los jóvenes, aunque ya están rindiendo a gran nivel en muchos partidos. Después del calvario de las dos últimas temporadas, decir que tenemos mala defensa no es realista. Estoy tranquilo y confío en que el club siga trabajando en esta línea de cara al futuro.
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El Real Madrid es, según muchos indicadores, la marca deportiva más atractiva del mundo. Su valor de mercado es difícilmente calculable y, a nivel deportivo, ningún otro club del mundo en ningún otro deporte, se acerca a su gloriosa historia y palmarés.
Algo logrado gracias a una filosofía de trabajo siempre adelantada a su tiempo —iniciada por D. Santiago Bernabéu y replicada por D. Florentino Pérez—, basada en audaces inversiones productivas en lo económico, una mentalidad ganadora insuperable en lo deportivo, y valentía para emprender nuevos retos en lo institucional, como la participación en la creación de nuevas competiciones.
Ello ha supuesto poner en riesgo su patrimonio y estatus en muchas ocasiones a lo largo de su historia para conseguirlo. Es lógico, por tanto, que el Real Madrid quiera defender e incluso reforzar lo logrado con tanto esfuerzo.
Por ello choca frontalmente con LaLiga constantemente, pues esta tiene unos intereses diametralmente opuestos a los del club blanco. Unos intereses que no son el respeto al patrimonio de los clubes ni la búsqueda del beneficio del fútbol español, sino eternizarse en sus cargos, aumentando sus salarios ad infinitum (de 350.000 a 5.5 millones de euros en el caso del Presidente de Laliga, Javier Tebas Medrano), controlar económicamente a los clubes (extorsionándolos a través del fondo de inversión CVC) y a los medios de comunicación (regándolos de dinero de los propios clubes en forma de publicidad institucional), todo ello para evitar disensiones y controlar el relato mediático, con el fin de acumular todo el poder del fútbol español.
Tebas ataca continuamente a Florentino y aplica de manera populas la máxima de divide y vencerás para poner a todos en contra el Real Madrid
Ante este comportamiento autócrata, por temor, pocos equipos han presentado recursos a sus actos espurios, y menos aún los han mantenido. Siendo la principal punta de lanza en este sentido el Real Madrid —la locomotora de la competición, el club que más aporta en lo material y en lo intangible—, ya que se considera el más perjudicado por sus actos.
La respuesta de Tebas Medrano ha consistido en verter continuos ataques ad hominem a la figura del presidente Florentino, y aplicar de manera populista la máxima de divide y vencerás, para poner a todos en contra del Real Madrid.
En contraposición, el trato que ha dispensado al principal rival madridista, el F.C. Barcelona, en numerosas ocasiones ha sido bastante permisivo, cuando no directamente favorecedor:
Todo esto desde que Laporta retirase la demanda presentada conjuntamente con el Real Madrid y Athletic Club de Bilbao contra LaLiga por CVC. Causalidades de la vida.
Tebas Medrano es ese "madridista" que no ha dudado en perjudicar al Real Madrid:
Ha quedado claro que la intención de Tebas Medrano "El querulante", nunca ha sido llegar a acuerdos que le supusieran la pérdida de poder, demostrado que la única vía posible para resolver los conflictos con LaLiga ha sido la judicialización de cada decisión. Motivos por los que el Real Madrid tiene innumerables pleitos con su presidente, el autoproclamado madridista. No hay quién lo entienda.
Ayer se conoció el resultado de uno de ellos, en el cual el T.S. ha dado la razón al Real Madrid anulando una parte de los Estatutos de LaLiga sobre derechos audiovisuales para la temporada 2015/16, al considerar que era contraria a derecho por falta de cobertura legal, en la parte relativa a la Disposición Adicional 2ª de dichos Estatutos.
Ayer se conoció el resultado de uno de ellos, en el cual el T.S. ha dado la razón al Real Madrid anulando una parte de los Estatutos de LaLiga sobre derechos audiovisuales para la temporada 2015/16
El Real Madrid cuestionaba el reparto de derechos audiovisuales basándose en que dicha D.A. 2ª no estaba amparada en la parte transitoria del Real Decreto-Ley 5/2015 del CSD, que regulaba la comercialización por parte de los clubes de fútbol de los derechos de los partidos de 1ª y 2ª División, Copa del Rey y Supercopa. El T.S. le ha dado la razón, ya que esa Disposición del Estatuto de LaLiga se trataba de una regulación específica no amparada en la norma superior (RDL).
Lo que ha ocasionado una pérdida económica considerable a los clubes, sobre todo a los de 2ª división de aquella época. En concreto 88 millones de euros. Así como 8,8 millones de los que también fue privado el Real Madrid de manera arbitraria.
Una decisión invalida definitivamente a Javier Tebas para la presidencia de LaLiga, por sus formas, pero sobre todo por su nefasta gestión dictatorial.
La única solución posible es hacer borrón y cuenta nueva. A imagen de lo ocurrido en Inglaterra en 1992 con la creación de la Premier League. Es decir, crear una competición que parta de cero, sin que participe nadie relacionado con la antigua dirigencia, con cambios en todos sus estamentos y normativas. Adaptándolas a las vicisitudes del S. XXI, con la colaboración de los partidos políticos.
Un proyecto que de ninguna manera puede ser liderado por aquel que más ha contribuido a la discordia entre clubes. Sino por un órgano transparente y verdaderamente representativo de todos estos. En el que se regulen los principales puntos de fricción:
Todo ello con el único fin de que todos los clubes profesionales se beneficien de la participación en la competición y así hacerla sostenible.
Creo que es lo único que puede salvar al fútbol español en este punto.
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Buenos días, queridos amigos.
Las portadas de esta mañana resultan tan aburridas como el asunto principal que las ocupa, que no es otro que el soporífero sorteo del Mundial 2026 celebrado ayer en Washington. Con decir que lo más animado fue el baile final de Donald Trump al ritmo de los Village People, lo hemos dicho todo.
El primer acto del Mundial que se celebrará el próximo verano nos resultó un anticipo terrorífico de lo que sin duda será este evento con 48 selecciones y 104 partidos, 40 más que en Catar 2022, que ya fue una congregación de truños difícilmente digeribles. Dudamos que partidos como el Curaçao-Costa de Marfil o Nueva Zelanda-Irán sean vistos ni siquiera por los más estajanovistas AIC de la prensa patria. Analistas Internacionales Calvos, término “frediano”, de nuestro querido Fred Gwynne, que no “freudiano”, para los no entendidos.
El “bajón de selecciones” (término acuñado por Jesús Alcaide) será más largo que nunca, casi siete semanas, si bien nos queda el consuelo de saber que se hará al final de la temporada y no en mitad de la misma, como se hizo, petrodólares mediante, hace cuatro años, y como se hará previsiblemente en un próximo futuro. Petrodólares saudíes mediante, of course.
El panorama actual del fútbol es un esperpento y, por eso mismo, no creo que deba extrañar a nadie que el presidente norteamericano recibiera durante la gala previa al sorteo el recién creado premio FIFA de la Paz, cutre emulación del Nobel de la Paz que un jurado sueco denegó al amigo de juergas de Epstein. Donald Trump es premio FIFA de la Paz, el Barça es el club de los “valors” y el Atleti, “el equipo del pueblo”. Y todo en orden en este despiporre.
Ayer nos dejó Alfonso Ussía, escritor, articulista, aficionado a la polémica y un gran madridista. Somos conscientes de que entre los lectores habrá mucho crítico con su estilo y su trabajo, tantos como admiradores o quizás más, pues con los artículos de Ussía no había punto medio, pero su ingenio y dominio del lenguaje eran indudables. Y el madridismo es universal, nos acoge a todos, incluso a los piperos, como tituló uno de sus últimos artículos sobre el Real Madrid. Para este portanalista de guardia, por cierto, en él Ussía se mostraba como el más pipero de entre todos los piperos.
Sabedores de su sentido del humor, negro negrísimo cuando era necesario, en esta redacción no creemos que se moleste cuando afirmamos sin pudor que quiso escapar del esperpento pergeñado ayer en Washington.
“Soy madridista desde dos días antes de nacer y lo serán mis huesos hasta que Dios disponga despertarnos”.
Pues quiso Dios despertarlo para que amaneciera con Antonio Mingote. Justo a tiempo para no presenciar el contoneo de Donald junto a Melania.
Ninguna portada hace referencia, ni siquiera menor, al fallecimiento del escritor. Don Alfonso Ussía se presentó a las elecciones a la presidencia del Real Madrid en 1991 y, como él mismo dijo en multitud de artículos, mucho mejor que no saliera elegido, pues “habría sido un desastre, y para el Madrid, peor”. Él, como madridista histórico desde las primeras Copas de Europa, atisbaba en qué se estaba convirtiendo el fútbol actual:
“En aquellos tiempos, las victorias del Real Madrid nos llenaban de alegría. Una alegría unidireccional, simplemente producida por el triunfo de nuestro club. Ahora, la alegría es doble. Se mantiene el júbilo por los éxitos del Real Madrid en los partidos de la Copa de Europa-Liga de campeones, y se suma el placer de pensar en el enfado de los antimadridistas, con especial recuerdo a los barcelonistas. También los hay, y furibundos, del Atlético de Madrid, pero estos son más soportables, y además, vecinos. Los del Barça rabian mucho más, y ello resulta bastante divertido”.
No estamos muy de acuerdo con estas últimas frases, pero sí con la manera de expresar la Doble alegría, título del artículo, que sentimos ahora con cada victoria del Real Madrid.
De Gianni Infantino, maestro de ceremonias ayer, y ufano felador trumpista durante toda la jornada, Ussía afirmó, con ánimo de crear polémica, que “hay que cambiar el sistema y conseguir, de común acuerdo con los dos partidos políticos más votados de España, que el nuevo presidente del Gobierno sea Infantino, el de la FIFA”. Obviamente, se trataba de una boutade, una frase proferida con la indisimulada intención de ofender. En el artículo, titulado Infantino, destacaba el afán de protagonismo del presidente de la FIFA, para luego poner en evidencia el estupor que causa a todo madridista que “El presidente de la FIFA, Infantino, que tiene en su poder todo el expediente judicial referente al soborno de un importante club español durante veinte años a determinados árbitros, no ha adoptado medida cautelar contra ese club y le ha permitido, con su colega Ceferin de la UEFA, competir en la Liga de Campeones”.
Las filias y fobias políticas de D. Alfonso eran más que conocidas, “menos el Real Madrid, la perseguida UCO y las calles de Paiporta, todo depende de Sánchez”, por eso mismo, no es difícil suponer que rehuía el término empleado por el Mundo Deportivo para la selección de la Federación Española de Porta, Villar, Rubiales, Rocha y Louzán:
“El líder se examina en La Cartuja”, indica el diario en el faldón superior. En el estupor que nos causa a todos ver que el club cliente de Negreira compite con normalidad en la MLN somos “ussianos” o “ussiístas” como el que más. Y más asombro nos causa ver cómo se le sigue aupando al liderato con decisiones sorprendentes, tanto en los despachos como en el césped, como en la sala VOR.
Queridos amigos, lectores de La Galerna, el estilo de Alfonso Ussía y su pensamiento, podía gustaros más o menos, pero de lo que no cabía duda alguna era de su elegancia al vestir y comportarse en público. Por eso no vamos a hacer mención alguna a la foto principal de la portada de Sport.
Sí haremos una mención a la noticia de la parte superior y al aún idolatrado por ellos Leo Messi: “Con Negreira o sin Negreira, ha sido uno de los cinco mejores futbolistas del mundo. Pero excesivamente codicioso con la inestabilidad financiera de su club”. “El empecinamiento de Messi en seguir vivo en un mundo que ya no le pertenece, es un insulto a su club, a los aficionados y a la nada agradable ciudad de «Mayami»”.
Descanse en paz, D. Alfonso, un fuerte abrazo para su familia.
Pasad un buen día.
¿Se imaginan lo que debe ser despertarse por la mañana siendo Florentino Pérez?
Seguro que no le cuesta madrugar. Debe acostarse temprano. Se levantará casi todos los días a la misma hora y conservará la misma rutina. Cuentan que todo es frugal en sus costumbres. Ya no necesita los lujos que podría permitirse sin esfuerzo alguno. Disfruta de la amistad antigua y del respeto de sus colaboradores más próximos. De la familia. Bromea y abusa de la confianza de los cercanos con la retranca de barrio madrileño: "¿Cómo te fue con tu último negocio?". Ya conocen los audios con los que un sapo deforme por fuera y por dentro pretendía obtener un botín para vivir sin trabajar. El sueño de cualquier vago. El periodismo deportivo siempre fue un estercolero. Una recua de gorrones, aduladores y chantajistas. Esa es la casta que ha sido domesticada por Tebas. Ahora se conforman con un sueldo fijo, una barbacoa en casa de Gil de vez en cuando y una foto al lado de Ceferin.
Para la mayoría de los mortales tener un avión privado es un lujo inalcanzable. Para él sólo es el medio de llegar rápido y descansado a donde necesita llegar. Normalmente trabaja durante el vuelo. Habla con sus colaboradores, organiza su agenda y atiende asuntos del día, principalmente de los que cuestan dinero. Intenta estar conectado con su familia.
Lo que más aprecia en las personas no es el éxito, sino la inteligencia, la astucia, la capacidad de negociación. Se impacienta con los idiotas. Hay pocas cosas que le saquen de sus casillas, pero no soporta a la gente con falta de escrúpulos, de principios, de valores. Puede entender al egoísta, al tramposo, al chabacano, al vicioso. No son difíciles de manejar. Ni siquiera el malvado. Pero el idiota es impredecible e incontrolable y casi siempre sale indemne de su propia torpeza, normalmente causando daños irreparables a otros.Tiene una información muy filtrada de lo que escupen las redes cada día. Identifica a los tres o cuatro que más polarizan, tanto positiva como negativamente, pero su grado de atención a esos temas es comparable al del paciente anestesiado en la sala de operaciones esperando la llegada del cirujano.
No cree en la suerte. Todo sucede por una razón. Las equivocaciones son el fruto de la precipitación o de un error de cálculo. Tomar distancia y tener perspectiva es clave en los negocios. La paciencia, el análisis, la intuición y la visión son las habilidades que le han llevado al éxito. Reconocer un error y saber retirarse a tiempo es una rareza habiendo recibido una educación tradicional en la España del siglo XX. El arma definitiva de Florentino es la fuerza de voluntad y, cuando se trata de asuntos de importancia, la refuerza con su resistencia a la derrota y la negación a rendirse mientras exista una posibilidad de ganar.
¿Quién se habría atrevido a garantizar al madridismo el fichaje del mejor futbolista del rival para la siguiente temporada, llegando al fútbol como un outsider en medio del garrulismo ambiental de los 2000?
El Real Madrid es el centro de su vida. Como si se tratara de un seminarista, sólo escuchó la llamada cuando estuvo preparado. No se habría atrevido a gobernar el club más grande del mundo sin antes haber alcanzado un éxito profesional indiscutible, incuestionable. Una carta de presentación para que nadie pudiera dudar de que estaría a la altura, que sería el indicado para liderar la siguiente transformación del club y del fútbol. La continuación de la obra magna de don Santiago. La historia está escrita. Su tremenda carrera profesional fue el preludio de lo que vimos después.
¿Quién se habría atrevido a garantizar al madridismo el fichaje del mejor futbolista del rival para la siguiente temporada, llegando al fútbol como un outsider en medio del garrulismo ambiental de los 2000?¿Quién habría podido conseguirlo?¿Quién habría puesto su patrimonio como garantía de un arriesgado e inédito plan de negocio para un club de fútbol? Lo que solemos ver es justo lo contrario. Dinastías de golfos que se apropian de bienes sin poner un céntimo convirtiendo clubes en activos liquidables cuando los cronistas olvidaron recordarlo a cambio de treinta monedas de plata y cuando la borregada fue hipnotizada con eslóganes ("nunca dejes de creer"), enemigos imaginarios y persuadida de que la humildad (el equipo del pueblo) es sinónimo de conformismo. Lombrices mirando las estrellas con medio cuerpo emergiendo del estiércol. Qué bonito es eso que brilla allí arriba... ¿Qué será?
Florentino es un guiador, una fuerza imparable, capaz de utilizar tanto la diplomacia como la espada. ¿Quién habría tenido el arrojo de firmar en una servilleta un contrato con un deslumbrante Zinedine Zidane? ¿Quién habría ido a ver a los padres de un imberbe Karim Benzema o de un adolescente Kylian Mbappé, a un barrio humilde de Lyon o de París, para asegurarles que sus hijos estarían en buenas manos, y que se encargaría de ello personalmente? Sólo alguien obligado por la Historia, con una misión trascendente, e impelido por la energía y por la determinación de quien conoce el camino.
Ahora imagínense una persona seria, trabajadora, con inteligencia, talento y formación superior, cuyo éxito profesional es indiscutible, con la vida resuelta para varias generaciones de descendientes, con una reputación planetaria triple A en los negocios, con 200.000 empleados en cinco continentes, teniendo que lidiar con sujetos como Ángel María Villar. Sí, ese exfutbolista venido a más que no acertó nunca a nombrar correctamente el deporte del que vivía y que nos torturaba con sus famosos "fúlbol" o "fúrbol". Imagínense lo que le pasaría a Florentino por la cabeza estrechando la mano de otro exfutbolista igualmente crecido, que le pedía besos en la boca a las jóvenes jugadoras de la selección española o que se magreaba la entrepierna en público para celebrar un gol en el palco de un evento internacional, con decenas de cámaras transmitiendo la señal al mundo...
No sería justo dejar fuera del zoológico al mercachifle del fútbol que sólo trabaja una semana cada cinco años para facturar un inconcebible salario que duplica al del presidente de la Premier League, generando un beneficio incomparable con el de la corrupta liga española. Sólo coincidir con semejante fauna y tener que hablar de dinero con ellos provoca náuseas. Ser Florentino no es fácil.
imagínense una persona seria, trabajadora, con inteligencia, talento y formación superior, cuyo éxito profesional es indiscutible, con la vida resuelta para varias generaciones de descendientes, con una reputación planetaria triple A en los negocios, con 200.000 empleados en cinco continentes, teniendo que lidiar con sujetos como Ángel María Villar
Le critican porque no participa en las asambleas de la RFEF o en las reuniones de LaLiga... En serio, amigos, qué pinta Florentino entre buscavidas, advenedizos de medio pelo y muertos de hambre sin oficio ni beneficio, aspirantes a sobrevivir hasta el siguiente antepalco lleno de canapés, o tramando el próximo sablazo a una constructora turca, a un agente FIFA, al padre de un talento brasileño que está deseando una ficha en Europa... Florentino está en lo suyo. En lo nuestro: en convertir el Bernabéu en una máquina de hacer dinero. En dotar al club de un motor económico que garantice ingresos recurrentes e inagotables a largo plazo. No sean ingenuos. Florentino no necesita dinero y carece por completo de vanidad mundana. ¿Cuántos colores de traje, camisa y corbata le han visto?¿Cuántos relojes? Quiere consolidar y multiplicar el legado de Santiago Bernabéu, la universalidad, y proyectarlo en el tiempo: la inmortalidad. Dejen de mirar el dedo. No lo comparen. Cualquier comparación es un insulto a la inteligencia y a nuestra historia.
No hay gel antibacterial suficientemente potente para eliminar la repugnancia de esas ceremonias de palco estrechando manos de gentuza en los grandes eventos a los que acuden todas las moscas del fútbol. Lo único que consuela a nuestro presidente es poder sentarse al lado de un amigo, es ver a Courtois llenando la portería a lo alto y a lo ancho, a Vini deshacerse de enemigos por la banda en un día inspirado, el trote incansable de Jude o cómo Kylian acomoda su ligero cuerpo para un golpeo que casi siempre anticipa una buena noticia. Sus niños. Los trajo a todos, los vio crecer. Los hizo millonarios. Alguno saldrá díscolo, otro pedirá más dinero, inconsciente de que nunca le faltará nada mientras sea fiel al Real Madrid, y de que no hay mejor lugar en el fútbol que donde está. Alguno se irá y otros llegarán. La mayoría se detendrá cada semana ante las fotos de las paredes de Valdebebas desde donde les contemplan Cristiano, Kroos, Modric, Ramos, verán la de Raúl abrazando a Di Stéfano... y soñarán con formar parte de la Historia pensando que otros ojos los verán a ellos en las mismas paredes, en otro tiempo.
Lo que hoy nos parecen problemas insuperables, agrandados por el ego de cazadores de fortuna de las redes, serán recuerdos de temporadas difíciles ocultas por los títulos que seguirán llenando las vitrinas. Y la vida seguirá.
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