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Zidane, el Rey Sol

Zidane, el Rey Sol

Escrito por: Pepe Kollins23 julio, 2019
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Si algo se puede concluir del affaire Gareth Bale es que ha refrendado que Zidane manda. La afirmación puede resultar irrelevante en tanto que se da por hecho que es una circunstancia inherente al cargo. Pero no lo es. Que un entrenador del Real Madrid mande, que mande de verdad, es algo que no es habitual y me atrevería a decir que ni todavía es asumido por gran parte de la afición blanca. Es el Real Madrid, históricamente, una institución presidencialista erigida en torno al mimo a sus jugadores. Si el F.C. Barcelona casi siempre destacó por sus técnicos (el Barça de Helenio, el de Menotti, el de Cruyff entrenador, el de Van Gaal, el de Pep…) el Madrid se ha identificado por sus futbolistas (el Madrid de Di Stéfano, el yeye, los García, la Quinta del Buitre, la del Ferrari, los Galácticos…).

A nadie se le escapa el poder del vestuario blanco, una entidad prácticamente autónoma que transmite, de generación en generación, unos valores que han forjado una competitividad legendaria, pero también unos privilegios que institucionalizan un equilibrio de poder inusual en cualquier otra institución. La afición del Real Madrid empatiza con sus jugadores casi tanto - y en ocasiones más - que con el propio equipo. De ahí surgen corrientes como los “raulistas”, los “casillistas”, los “benzemistas” o los “cristianistas”... y los partidarios de Gareth Bale, que tampoco son una excepción. No menos cierto es que todos estos frentes acostumbran a tener su propia oposición, lo cual da pie al ya habitual guerracivilismo entre aficionados blancos. También los periodistas se ven imbuidos, a menudo, por estas dinámicas, si bien las filias y las fobias mediáticas responden más a las prebendas que pueden extraer, o no, de cada jugador.

Hago esta introducción para enmarcar la sorpresa que me causó la reacción adversa de una enorme cantidad de aficionados del Real Madrid con respecto a las palabras de Zidane tras el partido jugado contra el Bayern de Múnich en Houston. La comparecencia no gustó, como era normal, al sector favorable al jugador galés, pero, sorprendentemente, tampoco a muchos que se presentaban como críticos al futbolista y que consideraban inapropiada las formas del entrenador.

Lo curioso es que si uno revisa la rueda de prensa del técnico francés no repara en ninguna desconsideración. A lo sumo ese “si se va mañana, mejor”, que descontextualizado puede sonar a desprecio pero que no se puede separar del discurso anterior en el que el técnico deja claro que la salida del jugador está encauzada y que lo mejor “para todos” es que el asunto se cierre cuanto antes. La aclaración, de ayer, puntualizando que fue Gareth Bale quien tomó la iniciativa de no jugar zanja la polémica. Y sin embargo - y esto es solo una presunción por mi parte -, atisbo que lo que ha generado incomodidad entre cierta parte de aficionados no son tanto las presuntas malas formas como el hecho de que Zidane certificase su poder, casi absoluto, en la parcela deportiva. Y es que, tras lo visto ayer, parece que ningún miembro de la plantilla va a poder sentirse invulnerable. No son buenos tiempos para los “istas”.

La temporada pasada, un jugador del Real Madrid advirtió a su entrenador, Lopetegui, de que no le había consultado previamente su suplencia. El técnico no replicó ese desafío y en parte ahí comenzó a perder crédito ante su plantilla. Tras su destitución, otro jugador expresó que no era aconsejable fichar a un técnico demasiado estricto y que lo mejor era uno que dialogara con los jugadores. Son los modos, descritos anteriormente, de un vestuario que tiene voz y, en ocasiones, hasta voto.

La temporada pasada, un jugador del Real Madrid advirtió a su entrenador, Lopetegui, de que no le había consultado previamente su suplencia. El técnico no replicó ese desafío y en parte ahí comenzó a perder crédito ante su plantilla.

Nunca a un entrenador del Real Madrid se le ha concedido un poder absoluto a la hora de confeccionar la plantilla. Ni tan siquiera técnicos con tanta personalidad como Capello o Mourinho lo tuvieron. Y lo más razonable es pensar que lo mejor es que así sea. Pero tampoco es conveniente irse al otro extremo. La figura del entrenador, como ya he destacado anteriormente, siempre ha sido el eslabón débil del club. El retorno de Zidane, al final de la temporada pasada, fue atribuido, por todos los medios, a la concesión al técnico del poder en la confección de la plantilla. Así se le preguntó en su presentación y el entrenador dejó caer que, efectivamente, las cosas en ese sentido habían cambiado. Pasar de “es una cosa del club, pero también se escucha al entrenador” a “será una cosa de todos, el club también cuenta” era un cambio tan radical que, incluso, nadie se terminó de creer del todo.

Ni tan siquiera la prensa. Porque pasaron los días y se nos ha ido informando de una especie de lucha de Zidane con el club en cada litigio concerniente a la plantilla. Pero lo cierto es que todas y cada una de las decisiones hasta el momento, y ya llevamos unas cuantas, han ido en la dirección que ha querido el técnico: Marcos Llorente, Reguilón, Ceballos, James y ahora Gareth Bale…

Unos días antes del partido contra el Bayern, la prensa informaba (sic) de que el club le había comunicado a Zidane que tenía que aceptar quedarse con Bale en la plantilla ante lo que el francés se había resignado. El relato giraba en torno a la dinámica de siempre: “Sí, sabemos lo que quieres, pero aquí las cosas no funcionan así”. Y por lo visto ahora sí que funcionan así. La última vez que Zidane bajó la cabeza fue sobre el rostro de Materazzi.

La rueda de prensa de Zidane en Houston ha certificado que su poder en la confección de la plantilla, si no total (porque hay factores económicos y estratégicos que exceden a su control) sí que es completo desde una perspectiva deportiva. Se irá Bale (“porque es lo mejor para todos”) y apostaría a que llegará Pogba, tal y como es su deseo. ¿Es un riesgo darle tanta autoridad a un técnico? En todo caso es discutible que pueda ejercer de director deportivo y de entrenador a la vez, tal y como nos declaró Pedja Mijatovic, que no dudaba de sus cualidades en ambas facetas por separado, pero sí de su capacidad para compaginarlas. Por lo que respecta al mantra de qué pasa si el entrenador se equivoca con un jugador y luego se marcha es tramposo porque se podría aplicar también en caso de error del director deportivo. Lo que penaliza, en cualquier caso, es el error y Zidane ha demostrado tener muy buen olfato en la elección de jugadores, al menos hasta el momento.

Pero lo realmente relevante es que ahora toda la plantilla del Real Madrid sabe que si su técnico le da una indicación o le exige un esfuerzo o cumple o puede que esté sentenciado. Todos han visto como el club se ha plegado a las directrices del entrenador en cada caso. El poder del vestuario por tanto ya no es el mismo. Y eso es algo que ni en la anterior etapa de Zidane sucedía. De nada va a servir presionar o advertir por las redes sociales, apoyarse en amigos periodistas o ir al despacho del presidente a quejarse. El entrenador no admite pulsos: manda sobre el equipo y hasta fulmina. Esto no sucedía en el Real Madrid desde... no recuerdo. Y a mí me parece una noticia formidable.

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Nombre: Javier Alberdi @JavierAlberdi. Antaño participé activamente en Ecos del Balón, El Asombrario y The Last Journo. Coordinador y coautor del libro "Héroes": https://bit.ly/2JC6kwx

16 comentarios en: Zidane, el Rey Sol

  1. El entrenador tiene que utilizar los jugadores que pongan a su disposicion, ya que si se marcha o le echan los jugadores quedan y a lo peor al nuevo entrenador no le valen paso en el valencia cuando marcho Valdano y llego Raineri. Tiene que haber un manager general que fiche al entrenador y a los jugadores

  2. Buenas tardes: a mí también me parece formidable artículo. Lo mismo que la RAE " Fija, limpia y da esplendor", usted "Editorializa, crea tendencia y blanquea". Dice que se sorprende que haya madridistas que no le hayan gustado las formas de Zidane y, al mismo tiempo, sean críticos con el jugador. Se le acaba de romper el esquema. A lo mejor es tan sencillo como que hay gente que por encima de todo, pero por encima, son del Real Madrid, y ese por encima supone no ser ni "raulistas", ni casillistas", ni "mourinhistas", ni "cristianista2, ni "baleistas", ni "isquista" (por Isco), ni "ramistas"... ni por supuesto ni "florentinistas" ni JASistas"; que pueden ser capaces de intentar discernir entre lo malo y lo bueno del club al margen de apellidos. Por cierto, ya que vamos de citas, la última rueda de prensa de Zidane me ha recordado la cita latina, "Excusatio non petita, accusatio manifesta". Lo digo proque Zidane ha querido aclarar su rueda de prensa anterior y ha desgranado sus puntos uno por uno, sin interrupción.. Se ha agarrado a que a veces su español es "liante" pero en el caso de no vestirse Bale, en la primera rueda de prensa, dice que "creo que el club está tratando su salida" (esta es la razón por la que no se viste), y en la última r. de p. quiere dejar claro que si no se ha vestido es porque Bale no ha querido, así se l ohabía pedido. Entre un discurso y otro no hay un español "liante", no hay una palabra mal interpretada o confundida: hay dos ideas totalmente contradictorias. En una, la responsabilidad es del club, que es quien esta tratando con otro equipo (así lo dice más tarde) y en la última, le echa la decisión al jugador. Más que entrenador con poder, en el tema "Bale" parece un ajustador de cuentas pendientes.

  3. Sí. Seguro que son manías de Zidane. El fútbol profesional a este nivel se mueve por estas cosas, manías. Florentino y José Ángel Sánchez también maniáticos perdidos. Les caes mal y hala, te vas a tu casa. Les caes bien y eso, vaca sagrada. Bale a la calle por una manía. Y los demás se quedan porque el francés es un maniático. Eso es.

      1. Las 3 (no 13) Copas de Europa las ha ganado con una plantilla que no había confeccionado él, fichando poco, solo jóvenes por iniciativa del club, y dándoles poca bola porque no comulga con esa política.
        Ahora sí vamos a ver qué tal es ZZ confeccionando la plantilla, dando altas y bajas masivamente. A ver los resultados que nos da. Dios quiera que no se esté equivocando.

  4. A mí me encanta Bale, pero el que manda es el entrenador, y más un tricampeon consecutivo de Champions. Lo dije en 2016 antes de la 11, y lo vuelvo a decir: Zidane debe ser manager general del Real Madrid hasta su jubilación, con plenos poderes en toda el área deportiva del fútbol masculino, presida quien presida el club. Que sea nuestro Ferguson y planifique el Real Madrid de hoy, el de dentro de 5 años y el de dentro de 10 y 20 años.

  5. "También los periodistas se ven imbuidos, a menudo, por estas dinámicas, si bien las filias y las fobias mediáticas responden más a las prebendas que pueden extraer, o no, de cada jugador."
    Ergo no se ven imbuidos. GENERAN opinión en función de sus intereses. Como si no lo supiéramos.

  6. A mí me sentó mal la rueda de prensa de Zidane porque dio munición al enemigo y porque optó por servirse de ese enemigo para presionar a la directiva para que venda a Bale de una santa vez.
    Si lo hace Mourinho lo estamos fusilando al amanecer. Bueno, qué cosas digo, a Mou se le fusilaba dijera lo que dijera.

  7. Hay ciertamente algo oscuro " en el reino de Dinamarca". A prioritie, todo parece indicar que la única razón por la que el excelente jugador que es Bale debe salir del club porque su entrenador siente verdadera inquina hacia él. Lamentable!

  8. Pffff "No menos cierto es que todos estos frentes acostumbran a tener su propia oposición, lo cual da pie al ya habitual guerracivilismo entre aficionados blancos. También los periodistas se ven imbuidos, a menudo, por estas dinámicas, si bien las filias y las fobias mediáticas responden más a las prebendas que pueden extraer, o no, de cada jugador."

    Oh, pobrecitos periodistas que se ven imbuidos en estas corrientes, claro, claro, ellos son víctimas d las corriente sy gustos d elos aficionados madridisas, claro, claro. Jajajaja Son ellos precisamente los culpables y responsables de resaltar, crear y dar más importancia de la que tiene todas esas corrientes -istas de los gustos madridistas. ¿Quién pone el acento, la diana, la palabra estentórea, en el altavoz mediático haciendo llegar a la ciudadanía que cualquiera de esas corrientes istas es lo más grave, apocalíptico y realmente importante en las noticias deportivas? Esos "pobres" periodistas que se ven imbuidos por corrientes y gustos de madridistas, claro, claro.

    flipo.

  9. Del artículo de PepeKollins rebatiré cosas con las que no estoy de acuerdo.
    "Si algo se puede concluir del affaire Gareth Bale es que ha refrendado que Zidane manda".

    "Atisbo que lo que ha generado incomodidad entre cierta parte de aficionados no son tanto las presuntas malas formas como el hecho de que Zidane certificase su poder, casi absoluto, en la parcela deportiva".
    Pues sí, ha generado incomodidad cuando un entrenador tiene un poder absoluto en la confección de la plantilla y cuando toma decisiones que perjudican a la plantilla. ¿Por qué deshacerte de Llorente dejando a Casemiro sin suplente? ¿Por qué no le gusta Ceballos cuando estamos ante un Modric crepuscular? ¿Es mejor Fede Valverde que Kovacic? ¿Por qué se va Reguilón si el nivel de Marcelo la temporada pasafa fue penoso? ¿Por qué no se cuenta con James si precisamente la plantilla adolece de mordiente arriba?
    Por otra parte dices:
    "¿Es un riesgo darle tanta autoridad a un técnico? En todo caso es discutible que pueda ejercer de director deportivo y de entrenador a la vez, tal y como nos declaró Pedja Mijatovic, que no dudaba de sus cualidades en ambas facetas por separado, pero sí de su capacidad para compaginarlas. Por lo que respecta al mantra de qué pasa si el entrenador se equivoca con un jugador y luego se marcha es tramposo porque se podría aplicar también en caso de error del director deportivo. Lo que penaliza, en cualquier caso, es el error y Zidane ha demostrado tener muy buen olfato en la elección de jugadores, al menos hasta el momento."
    Entiendo que el trabajo de la dirección deportiva es buscar jugadores adecuados para las características del equipo. La dirección deportiva tiene el poder de dotar de una estructura deportiva reconocible, de una filosofía de club, de juego, a largo plazo, por lo que se podrá equivocar en fichar a un jugador, pero debe seguir una senda a largo plazo. Fijémonos por ejemplo en la sección de baloncesto. Darle el poder absoluto a Zidane en la confección de la plantilla significa ir contra lo que han estado haciendo desde la dirección deportiva, esto es: fichar a interiores creativos, jugadores jóvenes que doten de un estilo reconocible al Madrid: el Madrid de Casemiro-Kroos-Modric. Y para complementarlo se fichó a Kovacic, Ceballos, etc. Todos ellos jugadores jóvenes que debían reemplazar a dicha columna vertebral. En ese sentido dar la patada a Ceballos para traer a Pobga me parece un error, porque el criterio de Zidane parece ir en contra de lo que pensó la dirección deportiva.

  10. Lo que quiero decir es que la dirección deportiva debe marcar el rumbo a seguir, para instaurar una filosofía de club a largo plazo, y la dirección deportiva debe ceder una parte de poder de decisión al entrenador, pero este con sus decisiones caprichosas no puede ir contra las decisiones estratégicas del club a largo plazo. ¿Quién va a sustituir a Modric, Pogba? Si la dirección deportiva establece que se necesitan jugadores jóvenes, interiores creativos que sepan manejar la pelota y el tempo del partido y así se gestaron los éxitos, (por no hablar de la famosa unidad A y B) que Zidane está esquilmando, pues el entrenador debe poner de su parte para ir en consonancia con lo que quiere el club. Es como si teniendo la filosofía del interior de posesión rollo Cruyff al entrenador le da por fichar a N'golos Kantés, Ndombelés y jugadores de ese perfil. Mire usted, no: esto es el Real Madrid y se trabaja a largo plazo, no la selección francesa.

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