Buenos días, amigos. Cuán rampante y ciclópea ha de ser la corrupción del fútbol español para que nuestro ídolo actual sea el portero del club que es el principal impulsor de esa corrupción, precisamente porque, desde dentro, ese portero se está enfrentando al asqueroso entramado de sobornos y prebendas que sostienen a dicho club.
Hablamos, claro está, de Marc-André Ter Stegen, a quien Mundo Deportivo retrata al contraluz, como en una película de espías o similar. Nos recuerda a algún cartel de Misión Imposible, no recordamos cuál de las entregas.
El hecho es que Ter Stegen sigue negándose a firmar el parte médico de su club, según el cual estará de baja el tiempo suficiente como para poder inscribir a Joan García, Rashford y quien estimen oportuno. Por eso habla Mundo Deportivo de “ruptura total”, antes de afirmar que “el club considera que pretende bloquear las inscripciones”. Todo hace indicar que, en efecto, eso es lo que pretende.
No conocemos cuáles son las motivaciones del por lo demás excelente cancerbero alemán. Hay quien dice que se trata de una vendetta porque fue privado de una suculenta prima al no ser alineado el suficiente número de partidos. Puede que su motivación no sea muy elevada, pero está haciendo una contribución a la causa de fastidiar a la entidad más corrupta de la historia del deporte ante la que solo podemos sonreír y ladear levemente el sombrero. (Fijaos, eso sí, un momento en el faldoncillo de Mundo Deportivo para ser informados de que en realidad el auténtico “problemón” no lo tiene con Ter Stegen el club cliente de Negreira, sino el Real Madrid con Rodrygo).

Sport llama “guerra” entre guardameta y club a la tensión entre ambos, y no parece que exagere. Sugiere el eximio rotativo catalán que podría haber una reunión entre ambas partes para “encontrar una solución pactada”. Apostamos por el ofrecimiento de unas ganancias diferidas, muy diferidas si nos apuráis, pero sustanciosas, a cambio de la firma del informe médico. No firmes, Marc-André. Sé fuerte. A fin de brindarte ánimo para aguantar el pulso, crearemos el hashtag #SeFuerteMarcAndre y le daremos todo el vuelo en nuestras redes sociales. Alguien tiene que frenar los planes, impíos pero impunes, ilegales pero aparentemente imparables, de esta caterva de sinvergüenzas. Si no les para Ter Stegen, experto en atajar, ya no sabemos quién podrá hacerlo, y lo que es peor: quién querrá.
Como querer, lo quiere el madridismo, de eso caben pocas dudas. Anoche nos llegó por fax una coplilla que hemos encontrado esta mañana, al entrar en la redacción. Nos la remite la Penha Madridista de Copacabana y, según nos indican en un folio aparte con instrucciones, debe canturrearse con la melodía de Carnaval, Carnaval, de Georgie Dann.
Marc-André, Marc-André,
Marc-André, te quiero.
Tú no firmes el papel.
Que no inscriban ni a Setién.
Marc-André, te quiero.
No ha sido él único folio caliente que hemos encontrado en el fax (sí, nosotros seguimos usando fax en homenaje al que impidió la contratación de De Gea en beneficio de Keylor Navas). The Official Real Madrid Fan Club de Liverpool nos ha remitido otra hermosa canción, esta vez para ser interpretada con la música de Yesterday, el inmortal clásico beatlesco.
Marc-André,
all their troubles may be here to stay.
Just don’t sign however much they say.
Oh, I believe in Marc-André.
También nos han llegado letras de procedencia culé, como estas indignadas estrofas de parte de la Peña Blaugrana Caligari de Chamberí. Están en las antípodas de las otras dos letras referidas. Rezuman rencor y desesperación.
La culpa fue de Marc-André,
que no se prestó al paripé.
Ya me diréis qué le importa
plegarse sin más al ardid de Laporta.
En fin. La cosa está que arde, como el verano. Las portadas de la prensa deportiva madrileña vienen en cambio más bien sosas en estas fechas, sin que ello quiera decir que durante el resto del año nos resulten generalmente apasionantes.
Pasad un buen día.















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Un comentario en: Sé fuerte, Marc-André
En el tema de Marc-André ter Stegen (años que me han parecido lustros escuchando cómo Oliveros le llamaba así para darle [darse] importancia; pues bien, ahora se le llama también con nombres, apellidos y todo el copete) lo que más importa es la pasti, claro. Vaticinio un “acuerdo” que va a dejar a la prima no cobrada en una sobrina tercera. Y es que estamos tan acostumbrados a que los clubes utilicen cada dos años eurocopas y mundiales para aligerar plantillas, con el chantaje de que van a ir a la grada, que ya nos parece lo normal. Y no lo es. Es un mobbing como un castillo.
Pero es que, además, en este caso se ha dado la circunstancia de que a quien pretenden inscribir utilizando una baja va a ser quien impida que el “bajado” juegue a su vuelta con la regularidad suficiente para ir con su selección. Es una humillación además de un delito. Y han ido a dar con un alemán que no tiene el c*ñ* pa’ ruidos y les va a hacer sudar tinta antes de salir libremente a un club que le quiera como titular (con la excusa del colegio de los niños, yo pediría el favor al Español).
La humillación se ha convertido en la clave de bóveda de los poderosos de nuestra sociedad. Humillan, entre otros y porque les pone, el jefe que releva inmerecidamente de su puesto a un empleado y pretende que éste no cambie su actitud; el gobernante que se vende por siete votos y que, por orden de los compradores, habla de decretos de nueva planta como si se hubieran promulgado ayer; la jugadora brasileña que enseña en directo el estado de sus contrincantes después de perder el partido y sí, el bobo de Yamal cuando (iba a decir cuando se despierta) sube una foto de un rival que acaba ”a sus pies” y en buena posición para “acceder bucalmente a sus gigantes pelotas” tras un lance del juego.
Poco nos pasa. De momento…