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¿Quo vadis, Gil Manzano?

¿Quo vadis, Gil Manzano?

Escrito por: William Pogue13 septiembre, 2025
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El apóstol Pedro, huyendo de Roma durante su persecución por los secuaces de Nerón se encontró con Jesús en algún punto de la Vía Apia y le preguntó: "¿Quo vadis, Domine?" Jesús, impasible, le respondió que volvía a Roma para ser crucificado. Pedro quedó avergonzado de su cobardía y decidió regresar a Roma en lugar de huir. Ya en Roma, Pedro fue capturado, torturado y crucificado cabeza abajo. Entre otras cosas, por eso hoy es San Pedro y la plaza más famosa del Vaticano lleva su nombre. Eligió el honor y la grandeza.

Vuelve a nuestras pantallas uno de nuestros árbitros favoritos. El que las hordas zombificadas del club corrupto califican como madridista de cuna, madridista extremo. Pero el bueno de Jesús Gil Manzano vuelve a pitar al Madrid, tal vez para redimirse haciendo un arbitraje justo aun repartiendo errores más o menos equitativamente como antes de 2019, o tal vez regresará a su versión CTA más reciente, para ser crucificado por el madridismo. Veremos.

Jesús Gil Manzano vuelve a pitar al Madrid, tal vez para redimirse haciendo un arbitraje justo aun repartiendo errores más o menos equitativamente como antes de 2019, o tal vez regresará a su versión CTA más reciente, para ser crucificado por el madridismo. Veremos

Como en la compleja "Tenet" del siempre sorprendente Christopher Nolan, Gil Manzano ha sufrido una involución. Pareciera ir hacia atrás en el tiempo... Sus arbitrajes durante los años de plomo del Negreirato estuvieron por lo general exentos de polémica. Porcentaje de victorias madridistas coincidente con la estadística normal del equipo. En el período 2012-2018: 81% de victorias, 1.83 tarjetas por partido a jugadores del Real Madrid.
Respecto a las polémicas y presunto favoritismo con el Real Madrid, podemos mencionar un 3-1 al Barcelona en la temporada 2014-15, en el debut de Luis Suárez en el Bernabéu como jugador del Barça. Se adelantaron los corruptos con gol de Neymar. Partido muy disputado y con ocasiones, paradones, buen partido. El empate llegó en un penalti catedralicio cometido por Piqué haciéndose una de esas palomitas dentro del área, para cortar un pase de gol de Marcelo. En la segunda parte, córner de Kroos con el guante y golazo de cabeza de Pepe. Alves, uno de los futbolistas más marrulleros que he visto en el césped, se deja caer y reclama falta. Pepe ni le roza. Los jugadores del Barça protestan, sabiendo que juegan con red. Nadie duda, Gil Manzano ni se inmuta. Gol. La sentencia vino en una de esas jugadas que hemos visto mil veces: Isco le pelea un balón a Iniesta, que pierde el control, combinación en contragolpe mortal, Isco para Ronaldo, este para James, balón filtrado para Benzema dentro del área. Gol por el palo largo ante un impotente Bravo. Sólo hubo polémica en las cabezas más calenturientas del barcelonismo o en los que pagaban a Negreira, cuestionándose si merecía la pena seguir soltando más de medio millón de euros al año para seguir palmando en el Bernabéu.

2017. El Real Madrid remonta un 2-0 al Villarreal en el estadio de La Cerámica, con múltiples ocasiones a favor (pudo ser un resultado mucho más amplio que el 2-3 final). La polémica llegó por el empate, un penalti claro, pero de mano no voluntaria aunque claramente separada del cuerpo de un jugador del Villarreal tras un despeje en defensa. Cero dudas. Gil Manzano salió del estadio con una bolsa del Real Madrid con artículos de marketing: bolígrafos, pines... suficiente para comprar a un profesional que gana trescientos mil euros al año, algo menos por entonces, en palabras de Fernando Roig. Uno de esos personajes que creíamos extintos que, inconcebiblemente (otra vez Tenet), ha reaparecido en el siglo XXI procedente de la era más casposa del fútbol, de los Gil, Caneda y don Manué (Ruiz de Lopera).

Otra vez 2017. Real Madrid 3, Málaga 2. Un penalti a Lucas y una mano de un defensor del Málaga al limbo. Esta vez la polémica cayó del lado madridista. Era noviembre, no había nada serio en juego aún. Todavía pensábamos que en algunos partidos los árbitros simplemente se equivocaban. Mientras, en la cueva culé, seguían diciendo que Gil Manzano era madridista. Por lo visto en este partido, había que estar muy mal de la cabeza para asegurar eso, pero ya saben lo de la hipnosis colectiva sobrevenida. Ver la realidad no es una especialidad de los seguidores de ese equipo que estaba a punto de dejar de pagar a Negreira, como consecuencia de abandonar su cargo en el CTA, y por tanto, de dejar de serles útil.

Agárrense. Despedido Negreira, Gil Manzano sufre una transfiguración. Un árbitro serio y por lo general ecuánime, con sus luces y sombras, como todos, se convierte en el azote del Real Madrid. Así, de repente, se erige en protagonista de media docena de escenas delirantes desde el punto de vista del arbitraje y de la aplicación del reglamento.

Despedido Negreira, Gil Manzano sufre una transfiguración. Un árbitro serio y por lo general ecuánime, con sus luces y sombras, como todos, se convierte en el azote del Real Madrid

El porcentaje de victorias madridistas bajo la tiranía de su silbato baja del 81% al entorno del 70% en esta segunda etapa. El promedio de amarillas se mantiene, pero empiezan a aparecer demasiadas tarjetas rojas a jugadores del Madrid. 1 roja en 27 partidos hasta 2019, 5 rojas en 26 partidos hasta el día de hoy. ¿Qué ha pasado ahí? El VAR, amigos. El VAR. "Os puedo ayudar con el VAR" resuena en nuestros oídos. Negreira en la sombra. Clos Gómez a los mandos. Mediapro seleccionando las imágenes y Carlos Martínez instruyendo a la sala VOR desde la cabina y animándolos a buscar el frame correcto... Nadie será capaz de convencerme de lo contrario: alguien sigue trincando. En metálico, en especie, en carguito. Dinero de bolsillo de los acaudalados miembros de la trama, en versión "os puedo ayudar con el VAR", frase que los cuervos esculpirán en la lápida del Negreirato, sobre la de "pagaban por neutralidad".

Los highlights de Gil Manzano en la época reciente ya están grabados con láser en nuestra retina. Inolvidables. Inexplicables. Impropios de un árbitro de regional. No parecen errores. Se intuye una voluntad, una intención, tal vez como grito desesperado del buen árbitro que fue, convertido en rehén trastornado por una organización criminal de la que no puede desligarse. Hay otra versión menos romántica. Que esté pensando: tengo que resistir como sea los 5 años que me quedan para buscar un trabajo honrado.

En noviembre de 2020 tuvimos uno de esos partidos que en mis delirios en medio de mi COVID marciano pensé que en realidad no estaba sucediendo, que todo volvería a la normalidad cuando se me pasaran los síntomas. Me miraba las manos y las veía enrojecidas y como si fueran de otra persona. De repente, veía borroso durante diez minutos, pero volvía a la normalidad un poco más tarde. Me dolía la espalda y el pecho como si me hubiera quemado por el sol, me molestaba la camiseta al rozarme la piel... y de repente, veo que nos pitan tres penaltis en contra en un mismo partido. Mal juego del Madrid. Mal juego del Valencia. Partido trabado. Pero ¿tres penaltis? El primero tras falta previa sobre Asensio, muy clara, de un valencianista que se lo quita de encima manoteándole en la cara y un ojo, mientras le rebaña la pelota. Otro, de Marcelo, en una pugna con el balón en la que es el delantero quien hace falta al brasileño dentro del área. El tercero, por una mano rara de Ramos, que al tratar de fijar al delantero con el brazo, para cuerpear, desplaza el balón con el puño sin mirarlo, involuntariamente.

En febrero de 2022 nos despedimos en San Mamés de la Copa del Rey perdiendo 1-0 a partido único contra el Athletic. Gil Manzano fue llamado por un penalti VAR sobre Vinícius e hizo lo que Carlos Martínez califica como "tener personalidad", que es reafirmarse en una decisión errónea desde el campo, siempre que perjudique al Real Madrid. Unos minutos antes del gol del Athletic, que llegó en el 88, sin tiempo para reaccionar, una mano dentro del área rival. Ni Gil Manzano ni el VAR se complicaron la vida esta vez. Jueguen.

Los highlights de Gil Manzano en la época reciente ya están grabados con láser en nuestra retina. Inolvidables. Inexplicables. Impropios de un árbitro de regional. No parecen errores

En la Supercopa de 2023 el Barcelona ganó 3-1 marcando dos goles entre el 90 y el 97. Alargue de 7 minutos, exagerado para un partido sin demasiadas interrupciones, que Gil Manzano llevó hasta 12 minutos adicionales de juego añadido (el partido termina cuando marque el Barça). Además, ignoró un penalti a Vini en el 70 y concedió un gol de Paulinho en claro fuera de juego visto a velocidad real, que, frame corruptor mediante, fue validado (naturalmente) desde la metodología prevaricadora del VAR que tan claramente nos explicó Clos Gómez.
La interpretación generosa del alargue en la Supercopa del año anterior contrasta con la imperdonable actuación de Mestalla el infausto 2 de marzo de 2024. Con el partido 2-2, un partido bronco, como siempre en Mestalla desde que quisimos fichar a Mendieta y desde que lo conseguimos con Mijatovic, que sí pudo conocer la grandeza, el árbitro dio un alargue de 7 minutos. Gil Manzano revisó un penalti VAR en nuestra área en el 92 durante dos minutos y treinta y cinco segundos que jamás añadió, para, después, con el balón en el aire centrado por Brahim a Bellingham tras un córner, pitar el final en el 98:40, anulando el gol del inglés, "It's a fucking goal". La expresión, que no podrán encontrar punible con el reglamento en la mano, le acarreó la expulsión al bueno de Jude, ya fuera de tiempo. Vimos un árbitro totalmente superado por las circunstancias o aleccionado para que el Real Madrid no ganara el partido de ninguna manera. Dejó diez segundos para la historia del arbitraje mundial a la altura de los de Aytekin y Ovrebo, beneficiarios, como sabremos algún día, del Negreirato en su versión internacional.

Gil Manzano y Jude Bellingham

Añadamos el Real Madrid-Celta de la temporada pasada, con gol de un córner inexistente, un penalti catedralicio no pitado sobre Valverde, una mano en el área de Marcos Alonso; revisemos la Supercopa de 2025 y otra vez el alargue para el gol del Barça en el descuento del descuento sin llevarse la mano al silbato, indeciso, todo lo contrario que con Bellingham en Valencia. ¿Quo vadis, Jesús? El pasado no se puede borrar y ya tenemos esas imágenes clavadas en nuestra memoria de agravios. Técnicamente solías ser un buen árbitro. Has estado en los grandes escenarios del fútbol por méritos, pero algo pasó contigo en algún momento de 2019. Ya nos contarás. De momento, ¿Volveremos a ver al árbitro pre era VAR ignorando los susurros al oído de la caterva de corruptos, o veremos la versión Mediapro-CTA-Carlos Martínez ayudándote a cometer "errores" denigrantes que mancharán lo que te queda de carrera? Nadie cree en ya errores con el conglomerado criminal que sostiene el fútbol español. Hablamos de corrupción.

No sé qué va a pasar en Anoeta, pero te recomendaría que te quitaras el pinganillo y que arbitraras sin la "ayuda" del VAR, porque tú y yo sabemos que el VAR en manos del CTA y de los socios de negocios del Barcelona no ha llegado a España para hacer el fútbol más justo.

Es preferible que termines volviendo a Roma, para ser crucificado y recordado como San Pedro, como una persona honesta, que seguir el tortuoso camino del CTA, para terminar siendo recordado como parte de la troupe delictiva del fútbol español.

 

Getty Images

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Astronauta vocacional. Nací, crecí bastante, me reproduje, y ahora estoy aquí, esperando. @Pogue1976

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6 comentarios en: ¿Quo vadis, Gil Manzano?

  1. Carva no ves nada raro en los arbritajes verdad hijo mío? no crees que se equivocan a drede verdad ? Que harto de bienqueda que harto...la expulsión de Dean es justa verdad Carva? No ves nada raro no hijo mío?

  2. La liga española es una vergüenza absoluta. Se trata de un sistema corrupto, enquistado por décadas de latrocinio ejercido con la impunidad que otorga el poder federativo y el dinero arbitro-corruptor del FC Barcelona, el club más corrupto de la historia del deporte mundial. Son décadas ya en las que el Barcelona paga para comprar el arbitraje y la prensa, los compra sin problemas porque nuestros árbitros son, en su inmensa mayoría, una cuadra de chorizos que roban impunemente para mantenerse en primera, los Fouto o Fuckto como le llaman en USA, Carlos Martinez y similares filibusteros, tres cuartos de lo mismo, y al final tanto el Real Madrid como la afición son continua y repetidamente estafados. Es simplemente una estafa, ejercida por los Gil Manzano y otros trencillas de mal vivir, que debería ser denunciable en los tribunales. No solo nos roban las ligas, sino el dinero. Pagamos (yo ya no más) por una competición adulterada, comprada y pagada por el FC Barcelonegreira.

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