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Quince días de tregua

Quince días de tregua

Escrito por: Athos Dumas8 octubre, 2018
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Normalmente detesto los parones por partidos de selecciones. El de septiembre y el de octubre en especial, ya que la competición oficial de clubs apenas arrancó a mediados de agosto, y estos parones se antojan como auténticos “coitus interruptus” en los que no hay suficiente desarrollo futbolístico para disfrutar en plenitud.

En esta ocasión, varios días después de haberse culminado el gatillazo de Mendizorroza, parece que este parón va a ser distinto, e incluso necesario para los intereses del Real Madrid. Tras el consabido aquelarre tuitero del sábado noche, en el que se pedían –por parte de numerosos madridistas– sin piedad numerosas ejecuciones y decapitaciones a diestro y siniestro, llegan dos semanas sin partidos oficiales de clubs.

Los últimos cuatro partidos han sido sin duda decepcionantes, con cero goles a favor y cinco en contra, con tan solo un empate (a cero en casa en el derbi madrileño) y tres derrotas fuera de casa, una de ellas inapelable en Sevilla, y dos ante rivales francamente inferiores, el CSKA en Copa de Europa (regalando un gol en contra en el minuto uno) y el Deportivo Alavés en Liga (regalando el gol de la derrota en el minuto noventa y cuatro en un córner muy mal defendido).

Según han ido transcurriendo estos últimos partidos (excepción hecha del 3-0 en el Sánchez Pizjuán, donde el equipo no compareció), se ha ido notando cada vez más una falta de confianza y un nerviosismo evidentes en nuestras filas. La segunda parte ante el Atlético fue notable (aunque con pocas ocasiones), el partido en Moscú fue un estéril asedio ante la puerta de Akinfeev (con más de veinte disparos, entre ellos cuatro a la madera), el del sábado en Vitoria fue sencillamente infumable. Un 71% de posesión absolutamente para nada, ya que ni siquiera se propiciaron buenas ocasiones de gol, excepto un par de disparos lejanos de Ceballos y de Casemiro. Llamó mucho la atención que, en los últimos veinte minutos, con el portero local Pacheco cojeando notablemente, el grupo merengue se dedicara a deambular por las inmediaciones de la línea del área grande, pasando el balón de Asensio a Ceballos, luego a Kroos, después a Modric y de Modric  a Vinicius y luego a Odriozola, sin que nadie se atreviese a probar de lejos al ex meta madridista, y sin tampoco lograr un centro potable para que lo cazase por aire o por tierra Mariano Díaz. Y así, durante minutos y minutos desesperantes, aburridos, impotentes. Tristes. El fútbol que transmitió el Real Madrid fue de una profunda tristeza, impregnada de aburrimiento. El Madrid puede ser muchas cosas sobre un terreno de juego, pero nunca debería de ser un juguete triste y melancólico, casi podríamos decir que inservible. Si el 3-0 de una semana antes produjo indignación y desquicio, lo de Mendizorroza fue, a mi juicio, muchísimo peor. Parafraseando al Cayo Petronio de Quo Vadis, el Madrid puede jugar mal, no defender, no estar organizado, tener desconexiones entre la defensa y el ataque, pero nunca, nunca, nunca, debe permitirse el lujo de aburrir. Eso sí que es imperdonable. Y en Moscú aburrió. Y en Vitoria consiguió superar cuotas de bostezos jamás vistas.

Podemos volver a analizar el verano del 18, verano post Kiev al menos insólito, en el que se tuvo que vivir la marcha dolorosa de Zidane y la fuga a Italia de Cristiano, dos golpes dignos del combate de 1973 entre Joe Frazier y George Foreman en Kingston, Jamaica. Ni el mejor equipo de la historia podría haber sobrevivido ante estos dos mazazos, dos mamporros descomunales, sin sufrir secuela alguna.

A la mayoría –no lo neguemos– nos pareció correcta la decisión de traer en una transición dulce a Julen Lopetegui, un hombre amante del buen fútbol, con excelente relación con el núcleo español de la plantilla (siete mundialistas, incluyendo a Odriozola), más los Sub-21 Ceballos y Vallejo, además de su buena relación con Casemiro en el Porto hace tres campañas. La mitad de la plantilla le recibía con los brazos abiertos, y además, en la pretemporada, se granjeó la adhesión de Benzema y de Bale, dos jugadores que no participaron en el Mundial de Rusia. El galés, por añadidura, tenía inmensas ganas de reivindicarse más que nunca, sobre todo tras sus repetidas suplencias en los últimos partidos de la era Zidane.

Tras el extraño affaire Modric en agosto, que enrareció –aún más– el ambiente de una plantilla que debía sobreponerse a la marcha de Cristiano (y a sus famosos cincuenta goles por temporada), y las dudas que generó la derrota en Tallín –pese al buen tono del equipo hasta el minuto 80– , la llegada de Mariano para apuntalar la delantera y los buenos momentos de fútbol de toque, posesión, presión alta y fases corales, culminando con una enorme exhibición (hace 19 días) ante el AC Roma, semifinalista de la Copa de Europa hace apenas cinco meses, parecieron crear unanimidad entre la parroquia madridista y quien más quien menos se frotaba ya las manos ante una temporada ilusionante.

Los últimos diez días han sido dantescos, curiosamente tras la entrega de los premios “The Best” en Londres. Desde entonces, nuestro equipo ha sido incapaz de anotar un solo tanto, igualando un nefasto registro de hace 33 años (en 1985, bajo el mando del gran Amancio Amaro) en el cual estuvimos cuatro partidos sin perforar las redes de nuestros rivales. También ha coincidido con una especie de maldición de Moctezuma, con Isco, el jugador más en forma, fuera de combate con una operación de apendicitis, y con las sucesivas lesiones de Marcelo, Bale (dos sustituciones ante Atlético y Alavés), Ramos, Carvajal y finalmente Benzema, todos con dolencias musculares. No es cuestión de buscar excusas, pero estamos hablando de seis titularísimos. Si a esto añadimos la baja forma de Casemiro, Kroos y Asensio, más la escasísima preparación (prácticamente sin pretemporada) de Modric y de Varane, finalistas en Rusia 2018, estamos ante un XI titular claramente mermado. Donde hay que acoplar a nuevos como Odriozola y Mariano, donde jugadores que participaban menos, como Nacho, o poco, como Ceballos, tienen que subir el listón para equipararse a sus compañeros en baja forma o lesionados. También Lopetegui ha hecho debutar a Reguilón (sin continuidad en Mendizorroza, quizás ahí el entrenador debería de haberle mantenido como titular) y a Vinicius Jr., por ahora con muy escasos minutos.

Por cierto que las lesiones de Carvajal (forzando dos carreras en Moscú buscando el “gol del cojo” de forma temeraria cuando ya estaba preparado su relevo) y la de Bale en Vitoria, por “fatiga”, pero disparando un libre directo cuando ya había solicitado el cambio, no han ayudado en nada para que reforzásemos nuestra confianza en Julen.

El Real Madrid, por su grandeza y por su historial, no admite la paciencia. Lopetegui está en estos momentos en la cuerda floja, eso es indudable. No ha tenido suerte, ciertamente (Moscú es un claro ejemplo de ello, con los cuatro lanzamientos a los postes), pero aún, a mi juicio, le quedan un par de oportunidades. Para ello, debería de ganar de forma clara al Levante el próximo sábado 20 y al Viktoria Plzen checo, el martes 23, ambos en el Santiago Bernabéu. Estos quince días le deben de servir para recuperar a Isco y para recuperar poco a poco a los tocados, entrenando duro, y alejándose de los focos de las ruedas de prensa durante unos días.

Si ambos partidos acaban con sendas victorias, el juicio definitivo para nuestro entrenador será el domingo 28 de octubre a las 16:15 en el Camp Nou, ante el FC Barcelona. Una imagen digna ese día (por supuesto que ganar allí sería lo ideal) le puede hacer ganar tiempo y confianza, para él y para la plantilla. Una mala imagen (como la de Vitoria o la de Sevilla) o una clara derrota, puede suponer su final en el banquillo blanco, a finales de octubre, tan sólo dos meses después de haberse iniciado la competición oficial.

Como el puesto que peligra es el suyo, y no el de los jugadores, Lopetegui debería demostrar personalidad en los próximos acontecimientos. Si tiene que tirar del banquillo para que jueguen Llorente o Valverde, o si tiene que poner de titulares a Reguilón o a Mariano, que lo haga. Las malas caras que le vayan a poner a los que deje en el banquillo no le tienen que intimidar. No puede seguir dejando la impresión de verse sobrepasado por el cargo que tiene. Tiene que creer en lo que hace (y hacer lo que cree que tiene que hacer) si quiere mantener el puesto. El camino lo conoce, y nos lo mostró la noche veraniega madrileña del 19 de septiembre ante la Roma. Se trata de volver a activar al equipo, a los Modric, Asensio, Ramos, Kroos y Varane, o de poner a otros por el bien del colectivo, y de su propio bien. Tiene quince días. Que los aproveche por él mismo. Y por todo el madridismo. Empieza la cuenta atrás.

10 comentarios en: Quince días de tregua

  1. Si Lopetegui deja que ese carro se lo conduzcan los pesos pesados acabará en la guillotina sin que ya nadie pueda hacer nada por salvar su cabeza del fino acero...así es que él verá si quiere morir así o presentando batalla....

    Ha habido muchos gestos, respuestas y comportamientos de los jugadores que demuestran claramente que este hombre les ha consentido demasiado y que está difícil ahora intentar recuperar la autoridad, pero no le quedará otra que cortar esto de raíz si quiere salvar no sólo su cabeza sino la temporada del Madrid....

    Estamos a tiempo porque nuestros rivales están igual de mal que nosotros.......no voy a entrar a analizar las tácticas ni las alineaciones porque el sábado se vio que dio lo mismo jugar con un 4-4-2 y que la presencia de Ceballos, que yo reclamaba, no nos dio más profundidad que cuando estaba Asensio y andábamos con el 4-3-3. Para ese machacón y triste juego de posesión hace falta un jugador extraordinario que rompa las líneas, que sepa regatear y que además tenga velocidad y gol....y de eso no tenemos....

    Me hacen mucha gracias los madridistas que dicen que es para matarnos por no aprovechar que estamos ante el peor Barça de los últimos años, olvidando que nosotros también estamos ante peor Madrid de estos últimos años....que se han juntado el hambre con las ganas de comer....pero ellos al menos tienen a Messi que habitualmente les saca las castañas del fuego como anoche....ese empate fue de un tiro ajustado y desde fuera del área....nosotros no tiramos ni miramos a portería así nos maten.....que una no sabe qué pensar, si es que tienen miedo de salirse del guión o lo hacen a propósito.....si hasta Mariano tuvo una ocasión que desperdició porque le sobraron dos regates al menos...¿se habrá contagiado de sus compañeros?...

    Se oía que hoy había reunión en la T4, no sé si será verdad y de serlo espero no lo despidan hoy....y que como apuntas tú, Athos, tenga esa tregua de quince días....y si esto no remonta pues entonces sí, no quedará otra que despedirlo y una limpieza de ese vestuario en verano tampoco estaría más.....sí, con todo lo que nos han dado....

    Saludos

  2. Messi es la diferencia, efectivamente. De todos modos para ganar la Champions los ultimos años con solo Messi no les ha llegado. La liga la ganarán supongo por incomparecencia del Madrid, pero Europa es más exigente. Veremos.

    1. Daría para una tesis, si alguien tuviera ganas de ponerle el cascabel a ese gato incuestionable, las actuaciones de Messi en Champions, sobre todo fuera del Camp Nou y superada la fase de grupos...

      1. ¿Esta Vd. hablando de "vampiros"? Yo todavía recuerdo aquel farsa del meacolonias con tipos de la complexíón de Iniesta o el jardiner superando FISICAMENTE a centrocampistas tipo Pogba o a Messi sprintando más rápido que el propio Cristiano. Es cierto que parece que cuando las agencias antidopaje de terceros países se han puesto más serias la farsa tiene más problemas por ahí fuera, pruebas por desgracia yo no tengo.

        1. No hablaba de vampiros, en realidad no estaba pensando en esas cosas porque en la fase de grupos suele estar pletórico........lo que me parece increíble es que después desaparezca y nadie se pregunte qué pasa con Messi....nadie cuestione a Messi...ni nadie hable de su decadencia...

          Dicho lo cual muy interesante el enlace que me has puesto...había oído muchas cosas de las que recoge el artículo pero otras es la primera noticia que tengo, entre ellas que aparezca también Cruyff...

          Saludos

        2. Siempre he dicho que era muy raro que ese equipo de los "valors, " aguantara todos los partidos, desde el minuto uno al minuto noventa con una presión asfixiante, y esto durante todos los partidos de la temporada, sin que se vinieran abajo físicamente.

  3. Este Madrid se asemeja muchísimo a los equipos de Guardiola : Bayern, City e incluso al barsa, eso sí, sin Messi. A mi no me gusta este concepto de futbol, es aburrido. También la selección jugaba así con él de entrenador.
    No me gusta, mover el balón de un lado a otro y viceversa 40 veces. Tenemos jugadores de sobra para hacer mucho más que mantener el balón. Lope tiene que cambiar, tiki taka no por favor.

    1. acaso es que Lopetegui puede jugar a otra cosa que no sea el tiki taka??? En serio??? Ha podido Guardiola en Bayern y City jugar a otra cosa??? O Mou en el United??? O Klopp en el Liverpool tras el Borussia??? Yo creo que un entrenador es de un estilo... bien marcado... O no???
      Saludos.

  4. buenas a todos los galernautas, enhorabuena para Carlos, por el enlace del diario de mou, yo ya lo había leído
    tendrían que leerlo todos los aficionados del fútbol, de la asquerosa prensa felona sin comentarios-
    halamadrid y salud

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