Noche de reyes

La primera vez que se representó Noche de Reyes, de Shakespeare, fue la noche de la Candelaria (mi hija Candela es la orgullosa madrina de La Galerna; ya sé que lo he dicho mil veces y lo diré otras mil porque el orgulloso, en realidad, soy yo), el dos de febrero de mil seiscientos dos. La última fue el sábado, veintisiete de mayo de dos mil diecisiete. Una versión igual de divertida (o más aún) que la original y sobre todo madridista. La Noche de reyes (y de reinas) venía a celebrar el primer bienio del proyecto de Jesús Bengoechea, que es, por supuesto, mucho más acojonante que, pongamos, El proyecto de la bruja de Blair. Hay gente (cada vez más) que literalment, siente retortijones de variadas clases y causas al oír hablar de La Galerna, pero ninguno de ellos estaba anoche en Ox's, ya saben, el Vesuvio galernauta donde cada noche (de reyes y de reinas) se asiste a lo mejor del humor y del teatro clásico en Chamartín entre nobles y princesas y criados y bufones y enredos. Shakespeare, sin duda, fue madridista. ¿Quién si no un madridista pudo escribir El rey Lear?

Shakespeare vive en el galernarismo que es un descojone muy serio. Aunque el galernarismo también se vuelve quijotesco, cervantinos puros por los que uno cree estar viendo correrías de don Alonso Quijano contadas por don Miguel. No se creerán nada de esto, pero entre nosotros vive Athos Dumas que escribe artículos madridistas como si fuera el centro de producción de don Alexandre. Y como a monsieur Dumas tuve (tuvimos) la suerte de conocer al fin a don Ángel Faerna o la culminación del faernismo que es una culminación madridista literaria. Un todo. Uno puede pensar en Proust y reconocerlo en el faernismo, lo mismo que en John Ford y hasta en Baudelaire como en Nacho y José María. Así somos aquí, no se lo pierdan. Tenemos a un hombre llamado Rafael Moreno, escribidor de Portanálisis, que sacó un diez en una Oposición. Un hombre mítico. Un portanalista mitológico.

La mitología está muy presente entre nosotros. Había unicornios y centauros sobrevolando nuestra mesa en Ox's. Yo a partir de hoy llamaré a Jesús Bengoechea Sir Robert Graves como autor, además de 'Alada y riente', de 'Dioses y héroes de la antigua Madrid' que es La Galerna. Y eso a pesar de que él y yo sabemos que no somos nadie. ¿Qué si no uno de ellos es Ramón Álvarez de Mon escribiendo crónicas al instante en el móvil mientras cuida de sus trescientos ochenta y siete hijos y hace tuits de referencia? Y eso que nos faltaron muchos aunque sí pasó a saludar 'Joe' Llorente, así que todos tranquilos (qué importante es la famiglia) ante lo que viene.

El vacío de Falstaff, La Galerna de Palo Alto, se sintió; y el de la enciclopedia Cosín y el de Andrew Towers (que no tiene filtros) y el del gran Kollins. Todavía están por ocupar los de Fredo y los de Fantan y los de Quillo y los de alguno más. Sí estuvo, qué suerte, Jorgeneo, el indispensable, el Benzema sin saloncitos (aunque guardamos monumentos suyos en la hemeroteca), y por supuesto Diosa Maracaná sin la que no sabemos hacer nada los galernautas, a quienes coge como a conejos y deposita en el lugar que ella ha elegido para que nos ríamos un buen rato. Cuánta generosidad. Y cuánta fidelidad la de Lucía, una de los nuestros, Lucía Hill, y la de nuestro querido Jesús Alcaide, como dos de los nuestros que son ya Alejandro y Pablo (acompañado en esta ocasión por la mismísima Eva), los Jimmy y Tommy a los que no les gusta Benzema y a los demás nos gusta que no les guste porque en realidad hablan de él con la falsa violencia inusitada que descubre su sonrisa profunda de admiración a Karim. La misma admiración que sentimos todos desde ayer por el goxua (hasta el postre fue mitológico) que además nos sirvió Bobby Charlton. Cuánta magia. Qué 'Noche de reyes', que, por cierto, tambien se titula 'La duodécima noche'.