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El juego es el camino

El juego es el camino

Escrito por: Emil Sorel20 febrero, 2019
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El Real Madrid gana más que nadie. A algunos les resulta petulante la frase, pero es que es -literal y fehacientemente- así. Desde que, en los años 50, Santiago Bernabéu y Alfredo Di Stefano transformaran una institución que, hasta entonces, no había levantado demasiados títulos (especialmente en la posguerra, la etapa más dura del Franquismo, hecho que conviene recordar siempre ante las ganas de revisionistas de reescribir la historia), es el club de fútbol que en más ocasiones ha celebrado la victoria.

Ese hecho irrefutable ha dado pie a una identidad entre el Real Madrid y “ganar” que ha derivado en una unión casi religiosa. La explicación es determinista: el Madrid gana porque tiene que ganar, porque es el destino del pueblo elegido. En ocasiones, resulta complicado negar ese axioma: el club blanco ha alcanzado el éxito en las situaciones más peregrinas, dando valor a creencias místicas basadas en la “camiseta” o el “escudo”. Se viene a decir que el Madrid gana porque es el Madrid.

Todo eso está muy bien para el santoral. Es divertido y resulta agradable sentirse diferente, el bueno de la película. Pero un análisis un pelín más terrenal te indica que, al final, milagros puntuales al margen, el Real Madrid -y el resto de los equipos- ganan habitualmente por dos motivos: tener los mejores jugadores o construir un camino basado en el respeto al juego, el entrenamiento y la concentración a todos los niveles. En las contadas ocasiones en las que estos parámetros han coincidido, se han visto equipos de leyenda: desde el Madrid de Di Stefano al de la generación 4/5. Por el camino, el Milán de Sacchi, el Barça de Guardiola o el Ajax de Cruyff, por citar algunos de los más conocidos.

Llevando el estudio al Real Madrid de nuestros días, no es descabellado apuntar que, después de varios años de excelsa gestión en la confección de plantilla, el equipo de Concha Espina consiguió ser dueño y señor absoluto de la Copa de Europa gracias a contar casi con una selección mundial que incluía talentos generacionales e históricos de la talla de Cristiano Ronaldo, Karim Benzema, Gareth Bale, Luka Modric, Sergio Ramos, Toni Kroos, Marcelo, Isco Alarcón o Dani Carvajal. Esa excelencia en la plantilla no ha tenido réplica sin embargo en la elección de los entrenadores. Apuestas que salieron bien (Mourinho, Zidane) se alternan con otras fallidas (Benítez, Lopetegui). La constante está en que no dio la sensación de que se creyera demasiado en su figura. Sólo aquellos elegidos de personalidad desbordante y aura épica consiguieron dejar su impronta en el club.

El Real Madrid, todavía con opciones de lograr que su temporada 18/19 sea histórica -para explicarla igual sí habrá que recurrir al tono de superchería y misticismo tipo aparición mariana (es una manera de hablar... o no, siempre puede ser que el hispano-dominicano Mariano devenga en héroe)-, lleva demasiado tiempo despreciando esa segunda opción, la que se basa en crear una cultura táctica y en el respeto por el juego como camino para llegar a la victoria. La poca paciencia con algunos técnicos y la repetida confianza en un perfil de entrenadores que priorizan el libre albedrío sobre otros factores así parecen demostrarlo.

Esa filosofía se ha impregnado en los cimientos del club hasta formar parte de la misma entraña del Real Madrid. Una especie de asbestos que se propaga por las vigas de la institución y que hace muy difícil la estabilidad. Nos hemos convertido en una suerte de institución ciclotímica en la que el éxito y el fracaso dependen de que un tiro entre o se vaya fuera. La victoria como razón última de ser, inexplicable y trascendental. El camino fagocitado por la meta victoriosa como si esta no debiera ser la culminación lógica de un trabajo. Cuando así ocurre (recordamos: siempre con mayor frecuencia que en el resto), no se puede más que disfrutar de lo logrado. Si, en cambio, la derrota acecha, se cuela un sentimiento de vacío y melancolía por lo que pudo haber sido.

La victoria como razón última de ser, inexplicable y trascendental. El camino fagocitado por la meta victoriosa como si esta no debiera ser la culminación lógica de un trabajo.

Quizá sea utópico (¿y contraproducente?) pedir que se varíe un camino que ya es parte de la idiosincrasia del Real Madrid, pero es muy difícil no preguntarse si una alternativa un tanto más humilde, más terrenal, en la que cada uno hace su trabajo y se toman las decisiones que a primera vista se prometen como lógicas, no derivaría en una mayor estabilidad deportiva. Máxime, si como Florentino Pérez lleva insistiendo desde hace años, el juego de tronos económico del fútbol europeo ha cambiado. Si el Madrid ya no puede aspirar a los mejores por sistema, ¿no será el momento de suavizar la propuesta y añadir otros valores a la ecuación? Por ejemplo, empezando por poner en valor la profesión de entrenador de fútbol. O dejando de deslizar el mensaje de que la Champions League es lo único que importa (algo que, sin ir más lejos, a Zinedine Zidane le reventaba).

Esa duda se agudiza al comparar el equipo de fútbol con el de baloncesto. Cuando el grupo comandado por Laso es superado con claridad por un rival (el Fenerbahce, pongamos por caso), la reacción mayoritaria de la afición es la del aplauso sincero. En el apartado futbolístico, la respuesta suele ser el desconsuelo, manifestado en forma de pitos.

¿Casualidad? No lo creo.

11 comentarios en: El juego es el camino

  1. Interesante artículo... pero que en mi opinión abunda en la habitual falla de asignar al Real Madrid, cosas que yo nunca he escuchado ni a Florentino, ni a Butragueño, ni al entrenador de cada momento, ni a ninguno de sus jugadores. Me refiero claro está a esta frase: "O dejando de deslizar el mensaje de que la Champions League es lo único que importa (algo que, sin ir más lejos, a Zinedine Zidane le reventaba)."

    No es la única que parece atizar en esa dirección.

    Por ejemplo, veamos el último párrafo:

    "Esa duda se agudiza al comparar el equipo de fútbol con el de baloncesto. Cuando el grupo comandado por Laso es superado con claridad por un rival (el Fenerbahce, pongamos por caso), la reacción mayoritaria de la afición es la del aplauso sincero. En el apartado futbolístico, la respuesta suele ser el desconsuelo, manifestado en forma de pitos."

    Es cierto, fue realmente emocionante la ovación del público a su equipo el año que nos barrió el Fenerbahce en cuartos de la euroliga. Veníamos de 3 finales consecutivas, un título de euroliga, otro de liga, otros 2 de copas, intercontinental etc... no se podía ganar más. Porque sencillamente no había más títulos. Y sí, con todas las letras, nos pasaron por encima. Nada que alegar. Pero, entonces, ¿Por qué la reacción del público fue totalmente opuesta a la del público del Bernabeu? ¿Es mejor el público del baloncesto que el del futbol? Sí, ¿Se dejan más los huevos (con perdón de Pepe Kollins :-)) en el campo los jugadores de Baloncesto que los del Futbol? Pues a mi sí me lo parece. Y eso el público lo agradece. Pero, ¿son estos motivos los principales por los que un público y otro son tan diferentes? Puede. Pero yo no lo creo. O mejor dicho, hay una variante mucho mayor. La prensa. Abramos un periódico deportivo. ¿Cuantas páginas se dedican al futbol? ¿30? ¿Cuantas se dedican al baloncesto? ¿2? ¿3?

    Llegados a este punto, ¿Con qué se rellenan las 30 páginas del futbol? Pues con 10 del Madrid, 5 del Barcelona, 3 del Atlético y el resto a repartir. ¿Da un sólo día de sí para rellenar 10 páginas de futbol del Real Madrid? ¿Máxime si no se ha jugado? No. ¿Y con qué se rellena? Con que Marcelo se ha hurgado la nariz en dirección a Solari, con el nuevo peinado de Marcos Llorente, el nuevo Ferrari de Benzema, la cara de sueño por "seguramente" haber estado de parranda la noche anterior de Asensio y cosas así. La forma de presentar esas noticias, además, es muy tendenciosa, siempre presentándolas de manera que los jugadores son un cancer, el entrenador no respondió lo que yo quería, y por tanto retuerzo lo que ha dicho con "yo creo que quiso decir que" y cosas así.

    Al baloncesto, gracias a dios, lo dejan en paz. ¿Podemos prohibir que hablen de nosotros? No. Pero sí podemos complicarles la tarea negándoles el acceso a nuestros estadios, y no respondiendo sus preguntas mientras nos sigan tratando así. ¿Alguien cree con sinceridad, incluyendo al articulista, que el Barcelona es más estable porque lo hace mejor? ¿O porque los periodistas así nos lo hacen creer? Piqué suelta barbaridades cada 2 partidos, y los periodistas se ríen, y le quitan hierro. Un jugador del Madrid dice cualquier cosa y se arma la marimorena... Isco, Marcelo, Cristiano, Asensio, Ramos... ejemplos sobrados tenemos.

    Por tanto, a mi me parece un poco injusto este artículo. Porque abunda en cosas que no son ciertas, sino que nos hacen creer que son así.

    1. Me parece un artículo muy interesante (no injusto, sino más bien con otra perspectiva), pero lo que has escrito me parece súper interesante. Creo que cualquier madridista que lea o escuche periodismo deportivo está obligado a escuchar El Radio y leer La Galerna.

  2. Emil, te sigo bastante por Twitter. Me pareces un buen analista y además moderado, cosa extraña hoy en día.
    No obstante, aunque participo de lo expuesto en tu artículo, considero que el fútbol actual, mezcla de espectáculo, mercado-negocio, y deporte (la proporción ya no la sé) no permite parar, partir de cero y empezar una "academia desde ahora".
    Es una pena, pero en mi opinión el fútbol es hoy, ahora y ya.
    Un saludo.

  3. Estoy de acuerdo con Tanis en que lo de deslizar que interesa más la Champions es falso. La diferencia es que en Champions, aunque tampoco nos ayudan, no nos roban tan descarados como en la Liga, y es una competición muy, muy distinta. En Liga el Madrid juega con un hándicap, siempre tiene que ganar. El empate es un desastre, y a esa presión, se une que casi nunca nos pitan faltas al borde del área, no digamos penaltis, apenas hay tarjetas en contra y se le permite al rival ser mucho más duro y presionar más al límite que al resto. Eso hace que conseguir cada victoria en liga sea un sufrimiento. El día del Alavés por ejemplo, íbamos 1-0, y nos pitaron un fuera de juego antes del descanso que hubiera normalmente supuesto un 2-0 y partido a la caja. En cambio, hubo que currar hasta el 80 que se metió el segundo. Otro día, te pasa lo mismo, como contra el Gerona, bajas un poco, te empatan y se fastidió. Encima tu rival, cuando en esa misma competición tiene los bajones de forma que tú también tienes, ese día, casualidad, casualidad, tienen un penaltito riguroso, una tarjeta roja con una segunda amarilla más que discutible, como en Montilivi, y así parece que el Madrid, "tira las Ligas".

    En Champions, el Madrid acostumbrado a tanta injusticia y a la presión en campos contrarios, sale a pelear igual que en Liga, pero con la tranquilidad de que no tienes que marcar, y oye, pues acaba ganando. Me gustaría ver a la mayoría de los equipos de la Liga jugando el miércoles pasado en el Amsterdam Arena, con la barra libre de fostias que dejó Skomina. A ver cuantos vuelven con 1-2.

    Y sobre la diferencia entre aficionados de fútbol y baloncesto, pues es que son cosas diferentes. Lo curioso es que Laso, habiendo ganado mucho, comparando, ha ganado quizás menos que las "vacas sagradas" del fútbol. Imaginaros si esas vacas se pusieran a currar.

    1. Hola Sete,

      Estoy de acuerdo contigo, pero el último párrafo, ahí discrepo un poco. Es cierto que el Madrid ha ganado muchos títulos los últimos 5 años, pero la mayoría de ellos eran para ganar sí o sí. Me refiero a las supercopas de europa y mundiales. Sobre todo los mundiales.

      Por ejemplo el MAdrid de Baloncesto ha ganado 5 años consecutivos la copa, y otras 2 euroligas en 4 años, consiguiendo además 2 ligas. En Baloncesto por ejemplo no se juega supercopa de europa.

      Esa parte de la comparación no se la compro. En mi opinión el Madrid de Baloncesto ha competido más, mejor y ganado más también. No obstante, el Madrid de futbol no se ha quedado muy atrás eso es cierto. Y sobre todo ha superado al de Baloncesto en triunfos internacionales.

  4. Coincido 100 % con Tanis. Todo lo que hace el Madrid, durante la semana es exprimido hasta la saciedad ( y normalmente lo negativo, o si no, dando la versión negativa) por parte de esta prensa tan paleta, ordinaria, sensacionalista y tan antimadridista y antiflorentino).
    Lo importante es, volver a instaurar en la cultura del club (a pesar de RFEF, LFP, Roures y demás), que el Madrid puede y DEBE de competir en la liga todos los domingos, por respeto a su historia, su escudo y su afición, y se me antoja que muchas veces no es así.

  5. Lo que dices tiene mucho sentido, pero creo que eso es lo que han intentado con Benítez y con Lopetegui y es bastante razonable pensar que les echaron cuando se vio claro que no eran ellos los entrenadores que podían conseguir lo que el autor de este artículo propone. Lo mismo se puede decir de Carletto, al que dieron 2 años de plazo. Y ZZ se fue, no le echaron; y no creo que se marchara porque Florentino no le dejase hacer: dudo que haya habido un entrenador con más confianza del presidente ni con más poder para hacer y deshacer.

    Lo de Julen es incomprensible: demostró que sabía cómo armar equipos a pesar del poco tiempo y poco margen de maniobra con que contaba en la selección. Además era un entrenador perfecto para acompañar el asentamiento profesional de los jóvenes. Pero no armó un equipo solvente y se caracterizó por no dar oportunidades a jugadores que, poco tiempo después, se están saliendo. A mí que me lo expliquen porque no entiendo nada.

    Por último, un comentario. El Barça de Guardiola o el Milán de Sacci, además de tener no menos de 5 o 6 jugadores excepcionales, eran equipos de entrenados. Pero el Madrid de Di Stéfano era eso: el equipo de un jugador y los que le acompañaban. Éstos eran también excepcionales muchos de ellos, pero el entrenador pintaba poco. El Madrid, que yo recuerde, siendo el club más laureado del mundo, nunca ha sido un equipo en el que un entrenador dejase su huella.

    Saludos.

  6. No señor, en mi humilde entender hay un error de base en el artículo y en la manera de pensar de muchos madridistas.
    No es cierto que el Madrid carezca de excelencia táctica ni de un elevadísimo respeto por el juego.
    El error está en identidicar la belleza del juego o la diversión que genera o cualquier otro parámetro subjetivo sobre los datos fríos: 4 Copas de Europa en 5 años no se ganan, con el nivel que tienen los rivales, sin un elevadísimo nivel táctico y un gran respeto por el juego.

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