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De ti depende, Cristiano

De ti depende, Cristiano

Escrito por: Ramón Álvarez de Mon9 noviembre, 2016
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Dicen que la cara es el espejo del alma. El lunes, la cara de Cristiano Ronaldo (también lo decían sus palabras) decía que estaba en uno de los momentos más felices de su vida. No era la obtención de un balón de oro lo que le hacía sonreír, tampoco la conquista de un título, sino la renovación de su casamiento con "el club más grande del mundo".

He de reconocer que me gustó mucho Ronaldo. Se le vio relajadamente feliz y agradecido. "El fútbol no tiene memoria, pero tú, presi, y el Madrid sí que la tenéis". Creo que es fácil coincidir en que Ronaldo, por su rendimiento desde 2009, se merece este gesto del club. Cuando uno habla de Cristiano Ronaldo lo hace del jugador de mayor nivel que recuerda con la camiseta blanca desde que tiene uso de razón. Sin tener un conocimiento directo de toda la historia del club blanco, tampoco es aventurado asegurar que Ronaldo figura en el podium histórico del club más prestigioso del mundo. Antonino Mora, en su artículo de ayer, exponía unos argumentos perfectamente razonables sobre la conveniencia e idoneidad de la renovación. Resulta compatible compartirlos y agregar, a su vez, las reservas que me provoca la prolongación del contrato hasta 2021.

El Ronaldo que ha conocido el madridismo ha sido un jugador cuyo rendimiento en el campo ha justificado cada minuto disputado con la casaca blanca. Dejando al margen algún partido en el que su rendimiento haya podido bajar (¿quién no los tiene?), el portugués ha justificado siempre su condición de titularísimo e insustituible. El mediocre (dado su nivel habitual) comienzo de temporada que está protagonizando, contra lo que ya muchos opinan, no debe considerarse la confirmación de un declive -el no haber podido hacer pretemporada es un claro atenuante-, pero sí creo que debe servir como aviso de lo que en algún momento estará por venir de forma inexorable. Es tanto mi convencimiento de que Ronaldo en poco tiempo volverá a golear con insultante habitualidad como que el Ronaldo más espectacular y diferencial ya lo hemos visto. Basta con observar su posición en el campo para percibir que Ronaldo, poco a poco, va viendo menguado su radio de acción. De ser un jugador que partía desde la banda izquierda en el medio campo está pasando a convertirse en un jugador que arranca desde bastante más adelante y en sentido diagonal hacia la portería. El desborde por fuera ya no forma parte de su repertorio habitual.

La pérdida de espacio de actuación es inversamente proporcional a la autonomía del jugador. Ronaldo cada vez va a depender más de la actuación de sus compañeros para golear y sus compañeros cada vez van a esperar menos heroicidades del jugador que les ha ganado tantos partidos durante estos siete años. Es algo natural y exigirá una evolución en el juego de Ronaldo que le lleve a ir aceptando una especialización en su juego más acorde a su coyuntura y condiciones. He de reconocer que la versión que he observado de Ronaldo como nueve hasta ahora me ha dejado dudas. No cabe duda que sus condiciones para el remate de cualquier tipo son inigualables, pero a un delantero centro de un club grande se le exigen otras cosas (juego de espaldas, asociación en corto fijación de centrales, etc.) que hasta ahora no ha necesitado tanto exhibir por no haber sido su puesto habitual. La aceptación de esa especialización para un jugador con el ego del portugués no será sencilla, ya que será como asumir que el equipo ya no gira en torno a él, algo que, hasta la fecha, y posiblemente durante un tiempo, ha estado más que justificado.

Cristiano Ronaldo (Foto Tagheuer)

Y si hago mención a lo difícil que le podría resultar esa reconversión, ya no puedo imaginar cuando en un hipotético, aunque probable futuro, su nivel objetivo no justifique su titularidad permanente. Se hace complicado imaginar a Cristiano Ronaldo en el banquillo y cuesta ponerse en el pellejo del entrenador que deba afrontar esa decisión con cierta continuidad. La dificultad de la misión puede comprometer la meritocracia, que debe ser el principio rector en el proceder de todo entrenador. Suele ocurrir que el propio futbolista implicado es el último en terminar de asumir la justicia de una suplencia, y el carácter fuerte y competitivo de Ronaldo, que tan grande le hace, en este caso podría jugar en contra de lo más importante: los intereses del Real Madrid.

Desgraciadamente resulta muy complicado irse por la puerta grande del Real Madrid. Pocos son los casos en los que un jugador se ha ido del Madrid estando en la cúspide de su nivel. El propio Zidane, cuya salida por su parte fue intachable, se fue cuando entendió que ya no tenía el nivel que justificó su fichaje por el club blanco. Hacía muy poco que sus prestaciones habían comenzado un leve descenso, pero esta caída era un hecho. Menos agradables fueron las salidas de Raúl y Casillas. En el caso del primero fue patente que su titularidad permanente durante años taponó el ascenso de jugadores que probablemente estaban ya por encima del canterano, sin embargo resultaba harto complicado sentar a un mito viviente. Lo mismo ocurrió con Iker, aderezado por una salida que desgastó a club y jugador y provocó una honda división en el madridismo.

En ambos casos la existencia de un contrato tan duradero restó bastante flexibilidad al club a nivel económico e incluso moral. Cuando uno renueva a un jugador no sólo debe tener en cuenta lo hecho por el jugador sino lo que espera que el jugador pueda hacer durante su vinculación contractual. Y esta expectativa debe comprender más ámbitos que el rendimiento deportivo. También debe tenerse en cuenta cuál será la conducta del jugador ante sucesos que tal vez no le agraden. Sin entrar en injustas comparaciones, Nocioni es un buen ejemplo de jugador veterano que conoce su papel en la plantilla del Madrid y que es capaz de sumar dentro y fuera de la cancha.

Por ello, el buen término a todos los niveles de esta relación contractual renovada entre Ronaldo y el Madrid depende fundamentalmente de Cristiano. No sólo de su nivel deportivo, que apuesto a que seguirá siendo top durante bastante más tiempo del que auguran los que ya le daban por acabado hace tiempo, sino de la consciencia que tenga de la importancia de su conducta a otros niveles. El Madrid y Ronaldo no se pueden permitir que este binomio acabe como el rosario de la aurora. No sería justo para ninguno de ellos ni tampoco para el madridismo, que me temo se volvería a ver dividido. La actitud de Ronaldo en el acto de renovación fue difícilmente mejorable en este sentido, pero su afirmación de llegar hasta los cuarenta y uno parece elevar su deseo hasta donde posiblemente no llegue un físico muy exigido desde los diecinueve años. De ti depende, Cristiano.

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Asesor fiscal autónomo. Soy socio de La Galerna y colaboro en Radio Marca. Twitter: @Ramon_AlvarezMM Youtube: https://www.youtube.com/c/RamonAlvarezdeMon

Un comentario en: De ti depende, Cristiano

  1. El Madrid le va a ganar al Barcelona en el clasico con gran actuaciòn de CR7 que marcarà a placer; el Madrid ganarà todos los titulos hasta el mundialito del 2018 con un CR7 de leyenda, veran.

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