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Cristiano Ronaldo, el impenetrable héroe randiano

Cristiano Ronaldo, el impenetrable héroe randiano

Escrito por: John Falstaff29 enero, 2018
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Hay algo inescrutable en la persona de Cristiano, como en su rostro. Un cierto misterio, un rincón que siempre queda en penumbra. Cristiano, uno de los personajes públicos con mayor proyección en los medios de comunicación de todo el orbe, dueño de una imagen que cuenta su valor en millones de euros, guarda, sin embargo, un reducto de intimidad tras una gruesa pared que no ofrece a la luz rendija alguna por donde colarse. Sabemos de sus parejas, de su madre, de sus hijos, de sus amigos y, por supuesto, de su representante, pero nunca llegamos a conocer realmente al ser humano Cristiano Ronaldo. No me refiero aquí a esa abyecta curiosidad de vieja chismosa sobre la vida personal de Cristiano, incluída su orientación sexual (la vida sexual de las personas pertenece por derecho natural al ámbito de la más estricta intimidad, y por tanto no sólo es legítimo sino deseable que se sustraiga a ese morboso y obsceno interés que nunca debería ser público); estoy aludiendo a algo mucho más importante y definitorio de su personalidad: apenas conocemos a ciencia cierta qué piensa Cristiano Ronaldo.

Sea fruto de una naturaleza reservada o el resultado de un mecanismo de autodefensa convertido en hábito a fuerza de ejercitarlo, lo cierto es que la exégesis del pensamiento ronaldiano presenta dificultades a menudo insuperables. Cristiano juega al póker cada vez que habla en público y su rostro de facciones angulosas y mirada dura y penetrante (sus ojos parecen querer taladrarnos desde esa negritud insondable bajo la que acaso se esconda el otro lado de sí mismo) casi siempre nos impide adivinar cuándo estamos ante una opinión genuina y cuándo nos encontramos ante un farol o una maniobra de distracción. Así, todo cuanto dice queda oscurecido por la incómoda sombra de la duda: uno nunca sabe cuándo creerle y cuándo no.

Ello se traduce en la imagen de un ser distante, calculador, frío, poseedor de un control absoluto de sus emociones. Sólo su irrefrenable ambición parece tener permiso para manifestarse, y posiblemente ésa sea la causa de que lo haga con tanta fuerza y tanto estrépito. Se trata del chorro de aire que escapa con un silbido de dolor a través de la espita que libera la presión insoportable, como si su cabeza fuera una olla cerrada herméticamente en la que sus emociones quedaran atrapadas y sometidas a un continuo proceso de calentamiento. De ahí también su reputación de egocentrismo: Cristiano sólo parece feliz y relajado cuando consigue sus metas personales, que no son precisamente modestas sino que invariablemente giran en torno a ser el mejor jugador del mundo y convertirse en un futbolista de leyenda. Se le acusa también (llegando a límites tan miserables como los que recientemente hemos visto) de ser víctima de un narcisismo desaforado, y uno se malicia que Cristiano acentúa ese narcisismo como forma última de reírse de su legión de odiadores, administrándoles taza y media de sí mismo a quienes hipían hipocritonamente y se hacen de cruces ante la sola mención de su nombre (narcisismo, por otra parte, que en mayor o menor medida concurre en casi todos los jugadores de fútbol profesional; repárese, si no, en la interminable colección de peinados estrambóticos, tatuajes y vestimentas estrafalarias con las que nos regala el futbolista medio. Narcisismo y mal gusto no suelen ser incompatibles, antes bien acostumbran a ir de la mano).

cristiano acentúa ese narcisismo como forma última de reírse de su legión de odiadores

Sea como fuere, ese hermetismo acaba levantando una barrera emocional casi infranqueable, una suerte de muralla, entre la estrella y gran parte del madridismo. A Cristiano se le admira, se le disfruta, pero rara vez se le quiere. Falta ese elemento de cercanía humana, esa conexión cordial que a veces llamamos carisma y que hace que el aficionado sienta que su corazón vibra en sintonía con el de su ídolo (Nadal sería el extremo opuesto). El aficionado siente gratitud hacía Ronaldo por sus inconmensurables contribuciones a la causa madridista, pero en términos generales no se alegra ni sufre con él. Es una relación que se diría está alimentada por el interés común en lugar de por el cariño verdadero, como si revolotease en el ambiente un secreto impreciso que minara la confianza, una amenaza latente y sutil de ruptura inevitable que contaminara fatalmente la vida en pareja, impidiendo su plenitud. Cristiano no proyecta la idea de un patriota dispuesto a morir por la causa madridista, sino la de no tener más bandera que su ambición ilimitada. Seguramente hay recetas mejores para conquistar el corazón y el calor de los aficionados.

Y puede que esté bien así. Puede que no necesitemos amar a Cristiano Ronaldo y nos baste con admirarlo profundamente, como se admira a los héroes de las novelas de Ayn Rand. Acaso la grandeza del Real Madrid, como cualquier creación humana extraordinaria, no esté cimentada sobre arrebatadas declaraciones de amor volubles como el viento, sino sobre la constancia, el esfuerzo, la auto-exigencia, la ambición innegociable y el individualismo atroz que acaba revirtiendo en favor del equipo. Porque al fin y al cabo, Cristiano Ronaldo, a fuerza de perseguir desacomplejada e insaciablemente su propio éxito, es el atlas que lleva soportando el Real Madrid sobre sus hombros durante los últimos diez años. Congratulémonos pues, mientras podamos, por contar en nuestro equipo con esta gloriosa encarnación de la doctrina de Rand. No es para menos.

En el prosaico mundo real me llaman Eduardo Ruiz, pero comprenderán ustedes que con ese nombre no se va a ninguna parte, así que sigan llamándome Falstaff si tienen a bien. Por lo demás, soy un hombre recto, cabal y circunspecto. O sea, un coñazo. Y ahora, si me disculpan, tengo otras cosas que hacer.

25 comentarios en: Cristiano Ronaldo, el impenetrable héroe randiano

  1. "Cristiano no proyecta la idea de un patriota dispuesto a morir por la causa madridista, sino la de no tener más bandera que su ambición ilimitada". En mi modesta opinión, esta idea es la que ha querido vender la prensa en general desde que Cristiano piso España. ¿Quien ha estado más "dispuesto a morir" por el R. Madrid que Cristiano en los últimos 28 años? Y digo 28 porque es la edad que tengo. El bicho nos lo ha dado todo desde el primer minuto, ha llegado lesionado a competiciones con su selección por ganar las champions con el Madrid, ha tenido que faltarle una pierna para perderse algún partido con el equipo, etc.

    Díganme por favor ¿quién otro lo ha hecho?

    Admiración y amor absoluto de mi parte hacia Cristiano Ronaldo, lo que me reste de vida.

    Hala Madrid!!!

    1. Arglor, es evidente que usted no ha entendido nada de mi artículo, algo de lo que seguramente soy el único responsable. Lo que mi texto trata es de encontrar una explicación a un fenómeno que a mí me resulta fascinante: que el madridismo no siente por Cristiano el cariño abrumador que la sola observación de sus méritos en el terreno de juego parecería garantizar. Usted mismo cita a Messi más abajo, y creo que la sola comparación entre el tratamiento que Messi recibe del barcelonismo y el que el madridismo otorga a Cristiano es la prueba del nueve de que ese fenómeno existe.

      Celebro que usted ame a Cristiano. Porque la búsqueda de una explicación a esa falta de amor de gran parte del madridismo que uno observa y no comparte es precisamente lo que me llevó a escribir este artículo.

      1. Buenas tardes. En realidad el artículo me ha gustado bastante, e iba entendiendo lo que usted quería transmitir. Error por mi parte no expresarme mejor. Lo que me ha chirriado es la parte que resalto en mi comentario anterior. Porque he entendido que lo dice de una manera aceptada por su parte. Muchos de los comentarios negativos que se oyen sobre Cristiano, de los propios madridistas, vienen de haber aceptado esa tesis. Es algo que no comprendo, ya que, como escribí en otro comentario, se ha tratado de hacer ver ciertos aspectos de la personalidad de Cristiano como algo negativo, cuando ningun futbolista llega a ser profesional sin tener esa manera de pensar. Nuestra suerte -en mi opinion- es que Cris, hasta en eso, les gana a todos.

        1. Y en cuanto la comparación con messi en el barca, me parece que queda reflejada la manera en que los medios han influido. Ambos jugadores lo han sido todo para sus respectivos equipos. Ninguno de los dos se pródiga sobre manera en entrevistas o reportajes, como para hacer llegar una imagen más nítida de como son en realidad. Uno es querido e idolatrado de manera unánime por sus seguidores, y el otro sufre los reproches e insultos de parte de los suyos. Para mi no hay mas explicación que esa. Al igual que todos los lectores de La Galerna, creo saber de que pie cojea la prensa patria. Entre Cris y Leo, la comparativa mediática no iba a ser distinta a la que hay entre Madrid y Barca.

          Le agradezco el comentario por su parte.

          Un cordial saludo.

  2. Amigo Ruiz Falstaff, hable por usted, no se abrogue la representación del sentir de los fans del Madrid. Muchos agradecemos, respetamos y admiramos a CR7 y también le queremos y apoyamos.

    1. Si algo destila este artículo de Falstaff es agradecimiento, respeto, admiración, cariño y apoyo por Cristiano. Explora, eso sí, los posibles motivos por los que ese reconocimiento se le resiste a muchos. Y estoy muy de acuerdo con lo que dice.

      1. Más que explorar, en la parte citada en mi anterior comentario, él afirma lo que dice. Yo creo que cualquier jugador profesional es todo lo que dicen de Cristiano. Egoístas, egocéntricos y prácticamente sólo miran por ellos. ¿sabrían decirme en qué se diferencia de messi? Por ejemplo. La única y principal diferencia, en mi opinión, es que siempre se ha vendido esa imagen tan negativa desde los medios.

    2. Pero hombre, Alfredo, ¿en qué parte de mi artículo me arrogo yo representación alguna?

      Lo que mi texto pretende, como he dicho más arriba, es identificar un fenómeno (la relativa frialdad del madridismo hacia Cristiano Ronaldo) y aventurar una explicación. Usted podrá disentir de mi diagnóstico de la situación y pensar que mi explicación está errada, faltaría más. Pero afirmar que me arrogo la representación del madridismo no se sostiene. Salvo que a usted le parezca, qué sé yo, que los analistas políticos que interpretan y analizan un determinado resultado electoral se arrogan la representación de los votantes.

      1. "Sea como fuere, ese hermetismo acaba levantando una barrera emocional casi infranqueable, una suerte de muralla, entre la estrella y gran parte del madridismo. A Cristiano se le admira, se le disfruta, pero rara vez se le quiere."
        Lo siento pero de su análisis se desprende que usted conoce los sentimientos de los madridistas. Todo su artículo se basa en la certeza de que a CR7 no se le quiere, ¿de dónde saca esa idea?

        1. Hombre, lo que yo espero que se desprenda del artículo son las opiniones que en él he expresado y que, quizás le sorprenda, tienden a coincidir con las mías.

          Pero sigue sin responder a mi pregunta.

          El artículo, por cierto, se basa en mi opinión (que no "certeza", aunque se empeñe en ello) de que a Cristiano se le quiere menos de lo que se le debería querer habida cuenta de sus merecimientos.

          Gracias por leerlo.

  3. Agradezco a cristiano sus años de servicio. Es el mejor que nunca vi en el Madrid.

    Dicho esto, no puedo evitar que me resulte antipático , egocéntrico, mal compañero, con salidas de tono constantes....Si no aporta su cantidad de goles acostumbrada (como esta sucediendo este curso) lo daría por amortizado.

    1. Tenemos que ir detrás de Cristiano, el día que acabe su carrera, e ir besando el suelo por donde pisa hasta el día en que muera. Sin él, absolutamente nada de lo que el equipo ha conseguido hubiese sido posible.

      Respeto tu opinión sobre él, y obviamente no la comparto. La ambición sin medida de esta leyanda del fútbol, ha sido mal interpretada por muchos.

      Es una lástima.

      Sólo espero (aunque lo dudo) ver a otro como él alguna vez en mi equipo.

    2. Supongo que, de haber conocido a D. Alfredo DiStéfano cuando era el alma y el cuerpo del Madrid, diría lo mismo pues, era como Cristiano, elevado al cubo. Todavía no he escuchado a Cris decir aquello de "doy balones y me devuelven melones"
      D. Alfredo y D. Cristiano, tanto monta, monta tanto.

      1. Y las broncas descomunales que echaba a sus compañeros en mitad del campo y a voz en grito. Eso ha sido consustancial con el futbol, hay innumerables ejemplos, lo que pasa es que ahora prensa y aficionados nos la cogemos con papel de fumar y de todo se hace un drama.

  4. Tengo que reconocer que me ha costado quererle de manera incondicional a pesar de que ya es uno de los más grandes de nuestra historia. Me ha costado entender que no celebrara los goles de los compañeros con más efusividad. Sus enfados cuando no marcaba y el equipo ya iba ganando de sobra.

    Dicho esto, a Cristiano he aprendido a quererle más con los años y cuanto más le persiguen los medios y las aficiones rivales más le quiero yo. El asunto del móvil ha hecho que aún le quiera más, no sólo porque es uno de los nuestros sino también por el trato vil y miserable de los medios.

    Un hecho que dice mucho en favor de Cristiano es que le adoran los niños y los jóvenes y estoy convencida de que es porque no están contaminados por la opinión pública tan contraria siempre en este país a Cristiano, le quieren porque sí y les importa un bledo lo que digan de él. Le quieren porque le admiran por encima otras consideraciones y le quieren porque los niños como los perros donde ven cariño, y desde luego Cristiano transmite mucho cariño a los niños porque es muy niñero.

    Saludos

  5. Se fue de un equipo con el que acababa de jugar su 2º final de Champions consecutiva ese año, siendo campeón de Champions el año anterior, y acabando de ganar su 3º Premier consecutiva, y con una afición que lo adoraba y lo consideraba el nuevo George Best (los mancunians tienen un dicho: ''Maradona is good, Pelé is better, George Best''), es decir, su máxima figura histórica...para venir a un Real Madrid en sequía, con 5 años consecutivos quedándose en octavos de Champions, con un nulo control de los medios, con una gran parte de la afición tremendamente fría y dura...es decir, se jugó su carrera futbolística. Desde ese momento la prensa lo ha linchado, le han dicho de todo, con cosas auténticamente surrealistas, han minimizado sus logros, los piperos se han puesto en su contra,...y resulta que, en la mejor época del barsa, en la época del Bayern de Robbery, de la Juventus de los 6 Scudettos consecutivos, de los jeques,...nos ha levantado hasta superarlos a todos ellos y ser la estrella de nuestra 2º mejor época...sin duda, eso es PATRIOTISMO MADRIDISTA. Es el mejor futbolista de la historia junto con Di Stéfano. Así de claro.

  6. Cristiano Galt o Howard Ronaldo. Qué mas da. Lo que está claro que como en el Manantial, ha sido capaz de enfrentarse con todos, y vencerlos. Gracias Cris, por todo lo que nos has dado.

  7. Gran articulo, definitivamente encarna un héroe randiano.

    Ahora solo queda que no pase como en el dicho:

    "You either die a hero, or live long enough to see yourself become the villain."

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