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Contra el madrileñismo

Contra el madrileñismo

Escrito por: Antonio Valderrama11 julio, 2015
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De entre toda la fauna madridista, que es ancha como Castilla e infinita como el Universo, destaca sobremanera lo que bien podría llamarse la élite madrileñista. Al contrario de lo que pudiera parecer, aquí élite no hace referencia a la naturaleza vanguardista de este círculo de privilegiados, sino a su condición de distinguida cercanía para con el Club y sus circunstancias. Cercanía que, a pesar de todo, sólo es geográfica, puesto que en poco conectan quienes componen este madrileñismo sátrapa con la tradición histórico-mitológica del Real Madrid: no hay más que ver la torva manera que tienen de interpretar la realidad de un club más grande que ellos mismos; que yo y que cualquiera de quienes a un lado y a otro del mundo, lo aman y han hecho de su universalidad, el estandarte de una parte de sus vidas.

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El madridismo madrileñista ha crecido a medida que el Madrid se hacía gigante. Sin embargo, no ha traspasado las fronteras de la ciudad, como sí hizo el Real. De manera que el madrileñismo quedóse aferrado a las pequeñas rejas de una ciudad, poco más de 4 millones de habitantes, algo insignificante en un mundo donde cientos de miles de millones de personas hablan a tiempo real entre sí: se insultan, se aman, se odian, se apasionan, ríen, cantan, lloran y gastan, sobre todo gastan, no atendiendo ya a ninguna frontera geopolítica ni social de las que componían el viejo mundo muerto con Internet. Pero, ay, el madrileñismo es una oligarquía hecha categoría moral: no sólo hay madrileñistas en Madrid, aunque sea en la ciudad que acoge al Madrid donde nazca el relato mezquino -por lo cutre- del que beben los replicantes madrileñistas de provincias. Auténticos autómatas configurados pérfidamente por años de zapa mediática a través de portadas de Marca, contraportadas de AS, editoriales de Relaño, telediarios de Cuatro, y naturalmente, los sucesivos Tiempos de Juego, en SER y COPE luego, verdaderos megáfonos goebbelianos donde la urdimbre maniquea y sesgada del madridismo fue tejida con perseverancia con las locuciones mefistofélicas de los Lama, González, Carreño, etc.

El madrileñismo es la horma que hizo el molde que, por la mímesis inevitable, conformó la colmena dominante en otras aficiones, arracimadas todas alrededor de medios de comunicación hechos a imagen y semejanza de Marca y AS: como pequeñas colonias establecidas en ultramar que odian a la matriz, pero no pueden dejar de copiar métodos, maneras y gestualidad, todo periodista bético, valencianista, barcelonista, malaguista, bilbainista, aspira a ser el Manolo Lama de su charca; así como todo aficionadillo de estos equipos despotrica con virulencia de la capitalidad mediática, al tiempo que consume sus reproducciones clónicas teñidas del color local.

El madrileñista considera al Atlético como su rival; prefiere una victoria barcelonista a una rojiblanca, por aquello tan casposo de “las coñas al volver el lunes a la oficina”: el 98% de los madridistas no hemos conocido un individuo aficionado al Atlético de Madrid hasta la edad adulta. Comprendo que la niñez de muchos madridistas de Madrid esté marcada por esa lucha cotidiana en el patio del colegio contra los compañeros del Atlético, pero la mía, y presumo, la de las generaciones venideras de madridistas allende los mares, no. El madrileñista se asimila al fenotipo Roncero: parvo de espíritu, rey de la discusión tabernaria, no puede soportar la idea de que algún día el Bernabéu sea trasplantado de La Castellana a Valdebebas y su boca amanece todos los días enlatada con las diez Copas de Europa.

El madrileñista no cesa de evocar la figura de don Santiago, pero por puro fetichismo. Ignorando que el propio Santiago Bernabéu transformó el impulso cosmopolita de la entidad en pozo petrolífero en que el Madrid no iba a dejar de excavar para cimentar su grandeza, se siente guardián perpetuo de la herencia vital del Madrid: como si el Club no debiera ser un fenómeno en expansión al albur de los acontecimientos por los que transita el futuro, el madrileñismo ha raptado desde los 80 la narrativa madridista, situándola en unas coordenadas fácilmente identificables por los enemigos del Madrid: rancio, abotargado, esperpéntica caricatura de una España extinta ya, el madrileñismo contribuye más incluso que el propio discurso antimadridista a deformar el madridismo vendiéndolo como una mitología llena de carcunda.

El madridismo madrileñista controla los medios de comunicación, o bien pudiera ser al revés, pues no sé muy bien distinguir dónde empieza el consumidor de El Chiringuito, de Al Primer Toque, de Los Manolos, y acaba el demiurgo que elabora el relato. Lo peor del madrileñista es que no está predispuesto en modo alguno al futuro: la posición dominante del Madrid en cuanto a títulos, leyenda e impacto socioeconómico, le parece algo dado por Dios a los hombres en la noche de los tiempos. Una cosa imperecedera, inamovible, irreversible. Cualquier tipo de sugerencia que contradiga esta supuesta hegemonía vitalicia del Madrid a lo largo de los siglos será contestada con sarcasmo y puerilidad: ¡pero qué dice este loco! La propia mención del proceso por el cual el madridismo, atrofiado por la endogamia incubada en la oligarquía madridista e irradiada desde el núcleo a los receptores periféricos de la afición, puede convertirse en un nuevo Benfica, interrumpe abruptamente cualquier tipo de debate: ¡cenizo, orate, loser!

La cuestión es que esto afecta, en fondo y forma, a la percepción tanto interior como exterior del ethos madridista. El Madrid, vinculado desde su génesis a la modernidad, a la vanguardia intelectual, a lo liberal y aperturista, a la España pequeñoburguesa constructora de caminos hacia Europa y América, ha sufrido un retroceso significativo en parámetros de imagen e identidad: la asociación con Franco, el infundio más grande y exitoso de todos cuantos la propaganda adversaria ha logrado colar en la opinión pública internacional, modifica la manera en que el Club puede expresarse a sí mismo y contar su Historia. El madrileñismo no ayuda, más bien al contrario. El madrileñismo, que es un estado de ánimo invisible que rodea al Club como un cinturón que constriñe la ambición de un club que es universal -como meter el Sol en un ataúd de madera, intentando que no brille- es un enorme Entorno, con mayúsculas: un mentidero que afecta a la habitabilidad dentro de Valdebebas, que es capaz de incendiar el Bernabéu contra entrenadores, jugadores o dirigentes; que puede blindar la situación de determinados futbolistas, culminando procesos de beatificación a que tan dado es, haciendo naufragar proyectos y generando, en suma, una tensión irrespirable incluso cuando los resultados son buenos.

Si el banquillo del Madrid es una silla eléctrica, el pulso del madridismo madrileñista es la corriente voltaica.

El madridismo madrileñista es adicto al drama: la tragedia griega es su elemento natural, y su perímetro moral lo marca la veneración irracional por Fulanito o Menganito. El madrileñista es feligrés y devoto, no soporta separarse de su ídolo y es tan supersticioso como una vieja rusa: está todo el día paseando santos, envuelto en sahumerios, alabando a éste o a aquél en función de etéreas significaciones que él cree les pertenecen, aun cuando no hayan sido sino inoculadas en su cerebro mediante la repetición incesante de lemas, noticias capciosas y falacias periodísticas. El madrileñista ama y desprecia en función de variantes tan azarosas e incontrolables como la nacionalidad, el apellido o la fantasmagoría: agita a Juanito y además, lo invoca mediante ouija, con el mismo entusiasmo con el que desprecia el talento por venir de allende los Pirineos. Florentino, resorte de la universalidad perdida antes del año 2000, sólo ha logrado ser comprendido y respetado por este círculo viscoso -y vicioso- a fuerza de fichajes galácticos. Del discurso de la evangelización, verdadero leitmotiv del Madrid como institución internacional, no asumen más que los cromos, contentándose con ir al Carranza si se puede, en lugar de visitar Australia, Estados Unidos, Taiwán o Japón durante los veranos. El madrileñismo y el universalismo del madridismo son concéntricos: su centro, cada 90 minutos, es el mismo, esto es, lo que pasa en el césped del Bernabéu. Pero ahí se limitan todas las semejanzas. En mis ratos de mayor delirio, sin duda a causa del verano agobiante, viene a visitarme el Tío del Mazo. Éste me cuenta historias. Son cuentos extraños. Me dice que lo mejor que podría pasarle al Madrid es convertirse en Globertrotter. Imagínate, me susurra al oído. Ser una franquicia de la NBA. Estar en una ciudad del mundo por cinco años, y luego marchar, como Phileas Fogg, a cultivar la vieja hidalguía desde Bogotá a Tokio, y desde Sydney a Los Ángeles. Olvidando, termina, el muy cabrón, para siempre, el olor a aceite de churros manchando las esquinas del periódico, en la tasca de Toñín.

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Madridista de infantería. Practico el anarcomadridismo en mis horas de esparcimiento. Soy el central al que siempre mandan a rematar melones en los descuentos. En Twitter podrán encontrarme como @fantantonio

9 comentarios en: Contra el madrileñismo

  1. Buenas tardes D. Antonio felicidades por escribir un artículo sencillamente luminoso, de tal densidad intelectual que espero no sea obstáculo para su lectura, que si por mí fuera, haría de lectura obligatoria para todo madridista, preocupado por el futuro del club, ya comentaré en futuros post algunas consideraciones que ojala sirvan de debate. Felicidades otra vez
    Saludos blancos y comuneros

  2. Aunque entiendo perfectamente el fondo del articulo creo que te equivocas en la elección del sustantivo ya que , entiendo yo, hubiera sido mas justo, para los madrileños, que hubieras utilizado por ejemplo casticismo o localismo. Soy madrileño y socio del R.Madrid desde 1951 y te puedo asegurar que no me parezco en nada al estereotipo que presentas.
    Claro que tengo presente a Bernabeu pero precisamente por el impulso que le dio al club para salir de la mediocridad y hacerle universal, estadio nuevo en plena posguerra, principal impulsor de una competición continental en unos años en que cualquier propuesta que viniera de España era recibida con la máxima desconfianza mientras otros llenaban al dictador de medallas de oro y brillantes de su club , y si en su época se jugaba el Carranza pero también se hacían giras por América porque es muy conveniente contextualizar lo que se escribe.Por esto mismo estoy convencido que Florentino y su proyecto institucional es lo mas relevante que ha sucedido en el Club en los últimos 30 años.
    Estoy absolutamente maravillado con las instalaciones de Valdebebas, que he visitado en un par de ocasiones y me parecería magnifico un nuevo Bernabeu allí si esto redundara en mas comodidad para los espectadores y mayores ingresos para el Club.
    Por supuesto que estoy orgullosos de las 10 Copas de Europa pero no por que hayan sido un regalo divino sino por que he vivido unas veces en directo y otras a través de distintos medio el trabajo y sufrimiento con que las han conseguido una legión de jugadores inolvidables y que merecen mi respeto y mi recuerdo.
    No me identifico en absoluto con los Lama,Carreño, Pedrerol y Roncero, por cierto ninguno son de Madrid y una cosa es que vivamos en una ciudad abierta y que recibe a todo el mundo y otra muy distinta que se nos haga copartícipes de los traumas, fobias y complejos de todo el que aterriza , aunque mirándolo bien alguno de estos, ouija incluida, hubiera sido un personaje perfecto de algún sainete de otro ilustre madrileño de adopción, Arniches. Y del As , Marca, El chiringuito,Ser,Cope ni te cuento hace años que para mi son absolutamente irrelevantes.
    Y por ultimo recuerda que aunque se cumpla tu sueño de ser una especie de NBA y el equipo resida en varias ciudades en su nombre siempre figurara Madrid por que es seña de identidad y es por el que es mundialmente conocido

  3. Buenas tardes voy a intentar como prometí en mi anterior comentario hacer algunas consideraciones al extraordinario artículo escrito por d. Antonio y que no desmerezcan del nivel alcanzado por él, cosa se me antoja harto difícil. Voy a empezar por un ejemplo: en los primeros años noventa era socio y abonado del Madrid ( de los de pie ) y un día se me ocurrió para minimizar gastos acudir al partido dominical en el autocar de una peña del Madrid, cuya sede se encuentra cerca de mi domicilio, jamás se me debiera haber ocurrido tal cosa, subir al autocar y mientras esperábamos que se llenase y la hora de salida empezamos a charlar sobre diferentes temas, a mí me dio por comentar que me parecía un grave error que el Madrid por medio de su presidente entonces, D. Ramón Mendoza hubiese firmado un contrato por 15 años con Canal +( estamos hablando del AÑO 1990-1) , porque con la aparición de nuevos operadores televisivos las cifras a conseguir en una licitación pura y dura serian muy superiores, a las firmadas con el emergente Canal+, fue decir esto y tener que salir casi corriendo del autobús e irme a casa a por mi coche privado, para acudir al estadio, y dando gracias de no haber recibido dos hostias. Evidentemente este ejemplo esta ligado a su artículo en que hay una parte de la afición ( mayoritario o no ) que esta instalada en el cazurrismo, en el casticismo como pose y no como salvaguarda de la tradición, en una resistencia feroz a tener una cultura crítica con el poder, en el aldeanismo de lo mío es lo mejor y lo que viene de fuera no me aporta nada ¡ Como si en el mejor equipo de la historia, el Madrid de la 5 Copa de Europa , 6 jugadores titulares no fuesen extranjeros!. el hecho inaudito de que a una parte de la afición le molesta que cada 4 años haya elecciones y que preferirían ser Sociedad Anónima, para seguir siendo el mejor del rebaño, pero dentro del rebaño de las S.A. sin comprender la suerte inmensa que tenemos de poder escribir nuestro futuro , mediante elecciones, asambleas de compromisarios o en un nivel modestísimo, escribiendo en la GALERNA, continuara.
    Saludos blancos y comuneros

  4. Buenos días, otra característica es la negativa al cambio, la innovación, hacer las cosas de otra manera, etc... la `palabra ETHOS proviene del griego y significa sentimiento y también forma o manera en que un grupo se expresa, es evidente que la propaganda anti madridista ha conseguido identificar el comportamiento de este grupo, con el sentimiento o espíritu del Madrid en general , eso que usted llama Madrileñismo y que yo prefiero llamar ESPAÑOLISMO, ya que como usted bien señala, este ETHOS, se difunde por todas las aficiones en una expresión afortunadísima, que usted define como círculos concéntricos, la realidad es que la percepción del Madrid, su esencia, su ser en si mismo llega desenfocada a la opinión pública, e increíblemente 40 años después de la muerte de Franco, nos hace aparecer como el equipo por excelencia del régimen, - que tiene bemoles el asunto- pero que es así, le pongo el ejemplo de un joven político con coleta que hace un año y pico dijo que era del Numancia y anti madridista, sin duda influido por la propaganda que nos hace aparecer como el club franquista por definición y claro esta su propio analfabetismo, imagínense como llegue a presidente del gobierno, la que nos va a caer encima.
    Hay una frase, de su escrito que me resulta especialmente reveladora: ( El Ethos madridista ha sufrido un retroceso significativo en parámetros de imagen e identidad ) frase grandiosa y que resume luminosamente los problemas del Madrid, uno de ellos: ( la asociación con Franco, el infundio más grande y exitoso de todos los que la propaganda adversaria ha logrado colar en la opinión pública internacional, modifica la manera que el club puede expresarse a sí mismo y contar su historia ) extraordinario, majestuoso, porque se puede decir más alto, pero no más claro. Por eso es tan importante la historia del M ADRID, durante la guerra civil, que continuamos existiendo en la zona republicana como club y como institución, mientras otros Atlético y Barcelona se pasaban a FRANCO, hecho estratégico este, de nuestra existencia en la zona republicana, de un valor incalculable y que intente hacer ver a la mayoría del foro en su anterior artículo El Noveno Presidente, - con poco éxito sea dicho -.
    Imagen e identidad, dos palabras mágicas, hasta ahora sólo hemos hablado de nuestro ETHOS, de nuestra esencia, de nuestro sentimiento, ¿ pero que pasa que con nuestra identidad ?
    Continuara. Saludos blancos y comuneros

  5. Buenas tardes hasta ahora hemos hablado de nuestro sentimiento, de nuestro ETHOS, de la forma en que la propaganda anti madridista ha logrado que la visión del Madrid sea vista con una característica general, lo que es una particularidad de un grupo, espero que no mayoritario, pero y que pasa con la identidad. ¿Cuál es nuestra identidad ? ¿Tenemos identidad ? ¿La identidad que teníamos sigue existiendo o no?-
    La identidad esta ligada a un espacio físico a un espacio vital, por que todo organismo vivo necesita para afianzarse y desarrollarse un espacio vital, pongo un ejemplo en el caso del futbol Club Barceroba todos conocemos su espacio vital, Cataluña, del que presume, se identifica, y se siente orgulloso, -que envidia me da-, todos conocemos su sentimiento, el nacionalismo, que significa la defensa a ultranza de su historia, su idioma, sus tradiciones, sus intereses,- que envidia me da- todos conocemos su cultura pequeño burguesa, entroncada con una parte de la población, fundamentalmente autóctona, -aquí ya no me da envidia-. Esto es lo que paradójicamente hace grande al Barceroba, el tener unas bases firmes en su pueblo, en saber lo que son y de donde vienen y en proclamarlo orgullosos, su universalidad deviene de tener una cultura particular que ofrecer al mundo, una forma de hacer las cosas distinta y que les hace distintos - no mejores , ni peores-.
    ¿y nosotros ? ¿Cuál es nuestro espacio vital ? ¿Ha cambiado de los años 50-60-70 hasta aquí? ¿Nos hemos adaptado al cambio, como el Barceroba? O nos hemos olvidado de que de club franquista, paso en un suspiro a club nacionalista y pequeño burgués, supo cambiar y adaptarse, a parte de que saben venderse como nadie, ¿Existe nuestra cultura?, ¿O es una cáscara vacía ? toda entidad si quiere ser grande tiene que servir a la comunidad donde radica, por que la alianza con su pueblo la hará indestructible, ¿A quien servimos ? ¿ Que intereses defendemos ? .
    ¿Cuál es nuestro sentimiento, nuestro ETHOS ? Saludos blancos y comuneros

  6. Tanto el artículo de don Antonio como las respuestas de comunero deberían fijarse como lectura obligatoria a la entrada de esta Web. También los artículos del universo "anti" de MrSambo.

    La idea principal que debemos extraer es qué Club queremos y hacia dónde debemos ir, soltando lastre de ataduras casposas y recuperar un Discurso que perdimos con Bernabéu.

    En días como hoy ves al Club apaleado como una cáscara de nuez en medio de la tormenta cuando "ha sido el que mejor se ha portado en esta historia". Para ello debería haber gente dispuesta a arremangarse la camisa y tirar hacia delante, empezando por su presidente, el cual, si no reacciona puede convertirse en un zombi esta misma temporada..

  7. Buenas tardes y muchas gracias por leerme, pensé que los "tochos" que había escrito, no iban a interesar a nadie, sus amables palabras me emocionan por inmerecidas.
    Saludos blancos y comuneros

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