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¡Vámonos!

¡Vámonos!

Escrito por: Antonio Vázquez9 marzo, 2023
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“Una relación —creo— es como un tiburón, ¿sabes? Tiene que avanzar constantemente, de lo contrario muere. Y creo que lo que tenemos es un tiburón muerto”. Esta cita es de Annie Hall, una mis obras maestras favoritas de Woody Allen y perfecta para resumir la ruptura sin vuelta de hoja que se ha producido entre el madridismo y el resto del fútbol español. El desenlace inevitable es, por supuesto, una separación. Ahora solo queda saber cuándo y en qué términos ocurrirá.

Empellón a empellón están sacando al Madrid de la Liga, aun cuando esto suponga una degradación descomunal de su nivel deportivo, de su salud y de sus posibilidades de supervivencia. Ni el mayor enemigo del torneo habría diseñado un plan más eficaz para que su principal activo camine hacia su abandono.

Se ha producido una ruptura sin vuelta de hoja entre el madridismo y el resto del fútbol español. El desenlace inevitable es, por supuesto, una separación. Ahora solo queda saber cuándo y en qué términos ocurrirá

Carece de toda lógica que la reacción mayoritaria ante el mayor escándalo de corrupción deportiva de la historia del fútbol español sea bramar contra el principal damnificado del mismo. Y ese es justo el proceso que ha desencadenado el caso Negreira-Barça. En una suerte de tormenta perfecta, las críticas arrecian desde instituciones, medios y aficiones, pero no apuntan únicamente a aquel que pagó muchos millones para lograr beneficios deportivos, sino también a quien lo sufrió como víctima y fue ridiculizado en cada intento de poner el foco sobre una injusticia constante.

Tebas y Rubiales

La Liga y la Federación corrieron solícitas a auxiliar al presunto corruptor, asegurando que, se demostrara lo que se demostrara, no existirían consecuencias deportivas para quien ha generado una crisis reputacional irreversible en el fútbol español. Es decir, los damnificados no obtendrían ni justicia, ni reparación. Mientras, las designaciones y la corriente arbitral permanecen inalterables y se insiste en la impermeabilidad del colectivo arbitral a la corrupción, por muchos indicios que coleccionemos de lo contrario.

En cuanto a los medios, han concentrado gran parte de su atención en el silencio (por otra parte incomprensible en mi opinión) del Madrid tras conocerse todo lo que ya sabemos. Los creadores del relato intentan que la inacción convierta a la gran víctima de esta trama corrupta en cómplice o directamente culpable de prácticas similares o peores que las que se están destapando. Las tintas se cargan contra el corrupto como individuo, mientras se intenta denodadamente limpiar la imagen del corruptor con una artillería argumental bastante débil.

En el caso Negreira-Barça, las críticas arrecian desde instituciones, medios y aficiones, pero no apuntan únicamente a aquel que pagó muchos millones para lograr beneficios deportivos, sino también a quien lo sufrió como víctima y fue ridiculizado en cada intento de poner el foco sobre una injusticia constante

Por un lado, tenemos la coartada de la entidad timada al intentar conseguir una ventaja que nunca llegó (a pesar de que los números digan lo contrario), pero por la que sí cobró. Y por el otro la versión oficial, más rocambolesca si cabe; la que asegura que los informes son reales, que todos los equipos hacen lo mismo (gigantesca falacia) y que todo responde a un intento de desestabilización ante la buena marcha deportiva del Barcelona, por parte de la misma prensa y las mismas instituciones que llevan callando y contribuyendo al éxito de la estafa durante décadas.

La reacción de buena parte de las aficiones del resto de equipos de la Liga está siendo pasar por encima del escándalo y acrecentar su animadversión por el equipo que cargó con el sambenito de gran beneficiado, y al que no piensan quitárselo incluso aunque llegara a haber una sentencia demostrando lo que ya sabemos, que en realidad estaba en el otro extremo y era el más afectado por los efectos negativos del escándalo.

Negreira y Sánchez Arminio

Todo esto y varias razones más se cargan en una pesada mochila con la que se hace imposible seguir avanzando y seguir fingiendo que aquí no ha pasado nada. Por eso lo normal sería que el Madrid se fuera cuanto antes de este lodazal, le permitieran organizar junto a otros equipos un torneo en el que la justicia y la limpieza deportiva quedaran garantizadas y todos pudieran seguir adelante.

No, ninguno de nosotros va a volver a creer en que la Liga se disputa en igualdad de condiciones. Y ya no nos basamos en supuestos, ni se trata de paranoias, posiciones extremistas o infantilismos. Hay pruebas evidentes de corrupción, pruebas que, para más inri, ni siquiera han sido negadas por los implicados.

La despedida, como casi todas tras una relación larga, puede ser dolorosa. Pero una parte cada día está más convencida de que es irremediable hacer las maletas y salir por la puerta. Y la otra sigue contribuyendo a que la separación se consume, y solo teme el flujo de dinero que va a dejar de entrar en el hogar. Ahora que sabemos que todo fue una gran mentira, solo nos queda constatar que el tiburón no tiene constantes vitales y largarse a otra parte. Vámonos, y cuando antes, por favor.

 

Getty Images.

5 comentarios en: ¡Vámonos!

  1. Celebro y agradezco este artículo del Sr. Vázquez que comparto en toda su extensión. A mí me gusta pensar en futuro y estoy convencido de que una competición europea al estilo de la NBA, que es mi modelo, cada día es más imperiosamente necesaria para el fútbol, por el bien de los clubes y sobre todo, de los aficionados. No concibo como el baloncesto ha podido adelantarse.
    La situación del RM en el corrupto ambiente del fútbol español es lisa y llanamente irrespirable y el futuro se dibuja muy, muy negro, porque no hay ni habrá ninguna voluntad de arreglarlo. La única salvación para el RM y para el fútbol europeo de élite es la SUPERLIGA.

  2. Hasta que no se vaya el Real Madrid de esta putrefacta e infecta liga no volveré a dejarme un euro en nada relacionado con el fútbol. Y sé que hay bastantes aficionados madridistas que piensan igual. Ya se han traspasado todas las líneas rojas y se ha perdido la credibilidad.

  3. Leer su clarividente artículo es como volver a vivir, me recuerdo en los inicios de La Galerna en Junio de 2015, haciendo los mismos comentarios que usted, sólo que entonces sólo recogía, malas palabras, invectivas, diatribas, ataques etc... por pedir largarnos de este lodazal, claro que entonces, el sector pipero era muy mayoritario entre la gente que se animaba a comentar.
    Gracias D. Antonio por decir en voz alta lo que algunos ya pregonabamos hace 7 años

    1. Yo también lo recuerdo, y también la llorera que te pegaste porque te pillaron con el carrito del helado, águila calva. Y aún sigues llorando,solo que ahora eres más viejo y todos te han apartado

      1. Yo mismo. Continúa doliéndome el silencio del RM. En todo caso, La Liga se acabó para mí. Tebas, Rubiales y Arminio no son más que cosas del pasado

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Tweets La Galerna

Se pasó ocho años @antoniohualde despotricando de Bale porque no hablaba español. Ahora le parece que Bellingham en cambio bien... aunque tampoco habla español.

Sin embargo, creo que le entiendo, aunque no comparta su texto.

Estamos ante un escenario -en fútbol y baloncesto- que puede hacer de 2024 el mejor año deportivo de nuestras vidas.
Concentración, humildad y ¡a por ello!
¡VAMOS REAL!

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