Soto Grado en el Athletic 1-2 Real Madrid

Arbitró César Soto Grado del Comité riojano. En la sala VOR estuvo Mateu Lahoz sin apenas trabajo.

Se reencontraba Soto Grado con el Real Madrid después de su despedida ante los jugadores blancos el día de Osasuna, cuando demostró chulería y prepotencia tras recibir protestas por el añadido. Esperemos que también sea exigente consigo mismo porque tiene ciertas lagunas arbitrales.

Sin jugadas polémicas en el área fue en el aspecto disciplinario donde dejó cosas que desear. Las únicas amarillas de la primera parte fueron para Vinicius y Vencedor que intercambiaron opiniones sin ninguna agresividad. Exceso castigo para ambos. Camavinga pudo verla por un pisotón a Muniain en el 11' pero dejó seguir. Además, se le vio el plumero no pitando varias faltas y obstrucciones sobre Vinicius. De los errores en la señalización de un par de córner correremos un tupido velo.

En la segunda parte, las amarillas llegaron a falta de media hora. Dani García, se la ganó desde el 50' por reiteración pero hasta el 60' no le tocó. Camavinga, un minuto después, vio otra por empujar a Muniain. Una acción parecida con agarrón de Balenziaga a Hazard donde se desentendió de la pelota no le pareció suficiente al de Toledo (sí, es castellanomanchego pese a representar al Comité de La Rioja). En el 83', porque el hombre tropieza dos veces en la misma piedra, Williams enganchó picuda una volea en el área. Para Soto Grado merecía el córner aunque el jugador vasco fuese el último en tocar el cuero. En el descuento, aplicó su teorema contra Osasuna en el Bernabéu y dio el hasta hace unas temporadas comodín de los tres minutos.

Soto Grado, DISCRETO.

Fotografía: Imago