Salpiquinho Davis Jr.

Buenos días. Vinicius cuajó un estupendo partido ante el Melilla y se ha desatado la viniciusmanía. Salpiquinho, como cariñosamente le llama nuestro colaborador Fred Gwynne, por razones que será mejor le preguntéis a él (a Fred, no a Vinicius), viene tiempo demostrando sus habilidades, bien es cierto (anteayer también) que ante rivales de Segunda B. La gente quiere ver en acción a Vinicius, en parte porque el chico apunta cosas que prometen, en parte porque la gente quiere en general ver caras nuevas y en parte porque la gente está especialmente hastiada de ver las caras de siempre: son caras que ahora mismo le ofrecen más bien poca satisfacción, y últimamente bastante sonrojo.

No se puede culpar al madridismo por tener ganas de ver en acción a Salpiquinho. Es un futbolista diferente, con un aire a Sammy Davis Jr. que te hace añorar un Sinatra que le tome bajo su ala, y quién sino Cristiano podría haber sido Sinatra en el Madrid. A nuestro Sammy le falta un Rat Pack al que pertenecer. Ramos podría ser Dean Martin pero nos consta que el camero es incapaz de ingerir por sistema las dosis necesarias de alcohol para optar al puesto. Por lo demás, Vinicius y Sammy Davis tienen en común hasta el Jr.

Salpiquinho Davis Jr.

En La Galerna somos muy de Salpiquinho y también nos gustaría verle más en acción, y con el primer equipo. En lo que no nos gustaría que contarais con nosotros es en este ensañamiento con Lopetegui por no haberle puesto más. Lopetegui, erradas o no, tendría sus razones para apostar por su “cocción” en el filial. En cualquier caso, usar a ahora a Salpiquinho como arma arrojadiza contra un hombre que ya no está en el club se nos antoja impío y un punto rastrero. Dejemos a Lopetegui en paz, ¿no os parece?

Salpiquinho tiene descaro, desborde, una zurda burlona y unas ganas de comerse el césped que no anticipan sus excéntricas indumentarias ni sus collares de rapero millonario. El equipo tiene muchos problemas, siendo no el menor de ellos un encorsetamiento teñido de funcionarial seriedad. Salpiquinho es cualquier cosa menos un funcionario. Su periplo en el Castilla demuestra que obedece órdenes, y no sin entusiasmo, pero es su libertad lo que nos hace falta. Su libertad, parafraseando a Salinas (Pedro, no Julio) le guarda para nosotros. Su libertad, su improvisación, penetrará defensas como el cuchillo penetrando la mantequilla caliente. Salpiquinho, ahora mismo, no hace más que encarnar el deseo madridista de soñar. Que sus compañeros de plantilla (los del primer equipo, claro) se quiten las telarañas y se dejen contagiar.

El 90 % de los lectores de As quiere verle en acción en el Bernabéu, mañana, ante el Valladolid. Para Marca, ese porcentaje es del 87%. Ese 3% de diferencia sólo puede explicarse como manifestación de los lectores difuntos a los que As, a diferencia de Marca, tiene acceso a través de métodos extrasensoriales, fundamentalmente de la ouija. Salpiquinho resucita a un muerto, por lo que es posible que As pierda pronto -incluso- esa ventaja competitiva.

La prensa cataculé, entretanto, casi una semana después de haber ganado 5-1 al eterno rival, ha dejado la sangre con el rival para centrarse en sus propias cosas. Afrontémoslo: se les da peor, y eso que lo de meterse con el Madrid tampoco se les da muy allá. Una de las cosas es las que anda el Barcelona es la búsqueda de un relevo para Luis Suárez, habida cuenta de que el uruguayo ya tiene una edad. Algo les concedemos: Halloween y sus alrededores son las fechas idóneas para buscar sustitutos para Suárez. Caso de encontrar dificultades, póngase en contacto con Ouija Daily. Los muertos vivientes campan por sus respetos en las páginas de anuncios por palabras del relañismo.

Pasad un buen día.