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Gloria eterna a la Octava #LeyendasEnCasa

Gloria eterna a la Octava #LeyendasEnCasa

Escrito por: Jesús Bengoechea20 abril, 2020
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De las Champions Leagues de la historia contemporánea del Real Madrid, dos de ellas se me antojan las más infravaloradas. Una de ellas es la Decimotercera, irremisiblemente arrastrada por el peso de la costumbre (tercera seguida) y la propia infravaloración de su protagonista absoluto, quien ni con esta hazaña ni con otras de porte solo un poco inferior ha logrado conquistar el corazón esquivo del madridismo socio-mediático.

La otra Champions infravalorada es por supuesto la Octava, flanqueada como queda por el hito mijatovino que clausuró 32 años de hambre y el máximo apogeo galáctico de la volea de Zidane. Es un emparedado del que nadie querría ser jamón. La Octava queda así en una especie de tierra de nadie, huérfana como está de adscripción generacional muy definida, e irremisiblemente marcada por el magistral manejo de sus efectivos por parte de Del Bosque.

Getty Images/Onefootball

De igual manera que la Decimotercera es de Bale, la Octava es de Del Bosque. Sí, ya sé. Sé que estas individualizaciones de logros eminentemente colectivos son por naturaleza injustas, pero así (injustamente) quedan marcadas las hazañas pretéritas de nuestros héroes, como marcado queda de formas aleatorias e insensibles el paso por nuestras vidas de amistades y amores de verano a quienes recordamos por detalles que no son necesariamente los que de modo objetivo más ameritan el ascenso al podio. Lo que sucede es que aquí es casi objetivo: para Gareth la 13, para Vicente la 8.

Para Vicente la 8 con más razón todavía que para Gareth la 13, porque a Gareth le ayudaron a llegar a la Final sus compañeros (en especial Cristiano el homérico y Keylor contra el Bayern), pero Del Bosque tuvo que ayudarse a sí mismo. Bien es verdad que el desaguisado que tuvo que arreglar era en parte su propio desaguisado, pero eso le da a mi juicio lustre en lugar de quitárselo. El hombre que arregla el problema de otro muestra eficiencia; el hombre que arregla su propia problema muestra eficiencia, flexibilidad y ego sometible. Opines lo que opines de Del Bosque como figura pública, tienes que darle la Octava. Es por ello que entristece tanto que se negara a aceptar la insignia del club: tan gran servicio prestado (y no solo en la Octava) debió dejar que se lo reconocieran, trascendiendo rencores personales.

El equipo languidecía en la Liga por culpa en parte de Del Bosque, sin duda, pero gracias al salmantino se recompuso admirablemente en Europa. Resucitó a un Anelka descatalogado, para lo cual probablemente hubo de convencer afanosamente al resto del equipo. Montó una defensa con tres peones (Karanka y los dos ivanes) que no eran por separado estrellas mundiales, pero que juntos se hicieron infranqueables. Y otorgó el peso del juego a McManaman, Roberto Carlos, Raúl y el omnipresente Redondo para poner el mundo a sus pies. Todo eso lo hizo Vicente. A veces cabe especular hasta qué punto un éxito es logro de un técnico. En ocasiones, un equipo puede alzarse con el triunfo final casi a pesar de su entrenador (sobre el pobre Heynckes y su Séptima recae aún ese estereotipo). Para la Octava se puede ser categórico. Pocas veces puede afirmarse algo así con tanta rotundidad: sin aquel entrenador no se habría dado esa gloria.

Para la subasta benéfica #LeyendasEnCasa de La Galerna, un integrante de aquella plantilla, Álvaro Benito, ha donado un objeto que a mí me parece de valor incalculable. Se trata de una entrada a la Final de Paris que, enmarcada, se entregó a cada jugador del Madrid después de ganarla. Todo aquel que comparta mi entusiasmo por esta Champions, criminalmente minusvalorada, debería pujar por este objeto llevado por el ansia mitómana correspondiente.

 

Puja por la entrada recuerdo de Álvaro Benito

Fundador y editor de La Galerna (@lagalerna_). Autor de Alada y Riente (Ed. Armaenia), La Forja de la Gloria (con Antonio Escohotado, Ed. Espasa) y Madridismo y Sintaxis (Ed. Roca). @jesusbengoechea

2 comentarios en: Gloria eterna a la Octava #LeyendasEnCasa

  1. Aquella champions fue épica porque pocos daban un duro por el Madrid.

    Nadie recuerda que tenías que jugar dos fases previas para acceder a los cuartos de final ,era una champions mucho más difícil de ganar. Pasandolas canutas en un grupo en el que pasamos igualados a puntos con el Dinamo de Kiev y en el que el Bayer de Elber y Effenberg nos goleó sin piedad aquí y en Alemania.

    El punto de inflexión del equipo fue la exhibición en Old Trafor. Ese día el equipo se dio cuenta que podía ser campeón.

    Y como decía el loco Gatti :" Cuando el Real se pone en "pinche" de campeón, cuando se lo cree ,ahí amigo no tenes nada que hacer ".

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