Las mejores firmas madridistas del planeta

Al Cholo Simeone le gusta hablar. Es normal, es argentino. Siempre está diciendo cosas. Cuando jugaba en el Sevilla dijo, por ejemplo, que sólo se iría de allí para fichar por el Madrid. Pero el Madrid, en aquella época, prefirió a otro centrocampista argentino, Fernando Redondo, que jugaba entonces en el Tenerife, y Simeone acabó fichando por el Atlético de Madrid. Son decisiones, sin duda, que determinan trayectorias, elecciones trascendentes y trascendentales. Redondo fue el regista de la Séptima y de la Octava mientras que Simeone ejerció de rottweiler de Radomir Antic y ganó un doblete. Si dentro de quinientos años sigue existiendo Internet y alguien pone en el Google de entonces Redondo, probablemente le salga como primer resultado el taconazo en Manchester. La misma búsqueda, con Simeone jugador, llenará la pantalla de imágenes del muslo de Julen Guerrero perforado con sus tacos y sangrando.

Si dentro de 500 años alguien pone en Google Redondo, probablemente le salga como primer resultado el taconazo en Manchester. La misma búsqueda, con Simeone jugador, llenará la pantalla de imágenes del muslo de Julen Guerrero perforado con sus tacos y sangrando

Son maneras de vivir, como les gusta decir a los atléticos. Cuando habla de fútbol, Simeone demuestra que es un hombre inteligente y un gran entrenador. Sin embargo, casi siempre prefiere hablar del Madrid, quizá para justificar con ello la millonada que cobra de su club desde hace casi quince años: tres lustros de grandes inversiones en fichajes y un control absoluto de la dirección técnica del tercer equipo de España y en los que sólo ha ganado ocho títulos. Por ponerlo en perspectiva, Ancelotti, del que se habla como si fuera un piernas, ha ganado quince con el Madrid, o sea, más o menos el doble, en la mitad de tiempo y cobrando, seguramente, menos de la mitad de lo que le pagan a Simeone cada año.  No obstante, tampoco se debe juzgar con dureza al Cholo. Hay que tener en cuenta que en el Atlético de Madrid la opinión de los ultras influye mucho. No hay más que acordarse de lo que pasó en el último derby. Si la demagogia va de suyo en el fútbol y más con las eternas rivalidades, cuando se trata de encapuchados con libre acceso a las instalaciones del club la retórica chocarrera, más que un recurso folclórico, debe ser una cuestión de supervivencia.

Como la abrumadora mayoría de los periodistas deportivos son abiertamente atléticos, el Cholo Simeone goza de un estatus privilegiado en la opinión pública. El ser atlético debe ser un estado mental incapacitante, a juzgar por numerosos ejemplos de fanatismo en individuos aparentemente racionales que pierden la compostura y la dignidad en cuanto se les cruza el gran tiburón blanco. De otro modo no se explica la iniquidad frecuente con la que se juzga cualquier cosa que tenga que ver con el Madrid ni la sonrojante omisión de crítica o juicio desfavorable sobre el Atleti, protegido a menudo como si fuera un niño tonto.

No obstante, tampoco se debe juzgar con dureza al Cholo. Hay que tener en cuenta que en el Atlético de Madrid la opinión de los ultras influye mucho. No hay más que acordarse de lo que pasó en el último derby

El Atleti, con su entrenador a la cabeza, resulta fundamental para que el actual status quo del fútbol español se mantenga. Es el colaboracionista por antonomasia. Simeone no es el ídolo de las masas atléticas por algo. Es verdad que bajo su mando han vuelto a ganar cosas, a llegar a finales y a ser importantes. Pero su influencia en la tribu del Manzanares va más allá, precisamente porque la encarna. Simeone conoce el percal y sabe lo que tiene que decir, y cómo, para que el foco esté siempre en el dedo y no en la Luna.

Como es canchero, conoce el lenguaje del fútbol. Los códigos. Sólo en un país como el nuestro, donde lo único que importa es la apariencia de las cosas, Simeone puede decir lo que dice. Dice, así a la manera guardiolista, o sea, veladamente, sugiriendo, a media tinta, cobardonamente, que el Madrid lleva cien años robando y no hay un periodista deportivo que le contradiga. Ni siquiera acudiendo a los factos, por eso tiene que ser Dani Ceballos el que se atreva a torearlo por chicuelinas, que para algo es de Utrera y tiene arte. Las retransmisiones deportivas y la cobertura de las ruedas de prensa son tan acríticas, tan blancas, que los plumillas más parecen a sueldo de la patronal liguera que profesionales de la pregunta, que es lo que debieran ser. Si no supiéramos que casi todos son del Atleti pensaríamos que tienen prohibido poner en tela de juicio alguna de las cosas que escuchan a diario en las zonas mixtas. Nadie cuestiona nada y el relato oficial, desde arriba del todo, baja como un torrente por los canales de comunicación hasta el aficionado, que tampoco se quiebra la cabeza.

Representa maravillosamente a un club, el de las élites de Madrid, que siempre ha estado al cobijo del poder y que sin embargo ha logrado venderse como del pueblo haciendo gala de un casticismo cutre bajo en el que sólo hay rencor

A Simeone hay que recordarlo siempre lanzándose al pescuezo de un chaval de veinte años, con la final de Lisboa perdida, a que lo viera su grada haciendo muchos aspavientos, en el descuento de la prórroga, pues en ese paripé está todo lo que hay que saber del personaje. Representa maravillosamente a un club, el de las élites de Madrid, que siempre ha estado al cobijo del poder y que sin embargo ha logrado venderse como del pueblo haciendo gala de un casticismo cutre bajo en el que sólo hay rencor: en los grandes temas, como la violencia en los estadios o la adulteración de la competición durante décadas, Simeone es un maestro del perfil, como El Atleti, y la idea que los mueve es que el Madrid siempre sea el culpable perfecto de los males inventados. De esa manera, los males de fondo, reales como la vida misma, permanecen a la sombra de invenciones propagandísticas de enorme éxito con la que la plebe se entretiene. De esos cien años de los que hablaba Simeone el otro día, alguien tendría que preguntarle por el proyecto teledirigido desde el Palacio Real de unir a todos los clubes de Madrid bajo el paraguas del Stadium Metropolitano, del que el Real se desmarcó, o el patronazgo del Ejército del Aire durante la postguerra, que el Madrid pagó con veinte años de sequía. Por decir un par de cosas.

 

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Hoy he imaginado una historia curiosa, totalmente inventada. La voy a contar.

Juan Lawindow es el presidente de una grande y lejana corporación denominada Far S.A. El señor Lawindow acostumbra a rodearse de tipos relacionados con mafias de otros países que han pasado años en la cárcel por delitos como el narcotráfico. O de magnates del porno caídos en desgracia, con problemas judiciales en EEUU, que además de junto a él hacen negocios con otros narcotraficantes que también terminaron en prisión y que presumen de dar consejos a los capos de la delincuencia europea.

La relación de Juan Lawindow con el porno es jugosa, pues además de dirigir Far S.A., regenta un bufete cuyos principales clientes forman parte de esta industria, tan digna como cualquier otra, por otra parte. Se comenta que él mismo tiene relaciones sentimentales con varias mujeres que trabajan en este mundillo. Incluso el despacho de su bufete es sede social de varias empresas dedicadas a la pornografía en internet.

Al parecer, no es extraño que contrate a alguna de sus parejas para ejercer labores administrativas en Far S.A., aunque en ocasiones varias de ellas coincidan y protagonicen episodios poco gratificantes en las oficinas de la corporación. También asalaria a la esposa de uno de los tipos condenado por narcotráfico con quien se relaciona. Algunas malas lenguas aseguran que entre ambos la relación va más allá de lo laboral, cuestión que solo es de la incumbencia de los involucrados, si bien estas situaciones ayudan poco a la salud del matrimonio de Juan.

Lawindow, cuando es nombrado presidente de Far S.A., observa que el mecanismo mediante el cual la corporación consigue sustanciosos contratos está engrasado. La empresa abona una cantidad económica no desdeñable al vicepresidente del órgano de contratación. En la entidad hay facturas emitidas durante el mandato del anterior presidente, aunque, según los más viejos del lugar, se trata de una práctica habitual desde hace varios lustros.

Juan Lawindow fomenta esta colaboración y parece estar muy satisfecho con ella, porque cuatriplica los emolumentos abonados por Far S.A. al vicepresidente del órgano de contratación, quien emite facturas a la corporación con conceptos como «Asesoramiento informes adjudicaciones correspondiente al mes de…», si bien nadie tiene conocimiento de la existencia de dichos informes. Pero lo que es innegable es que una y otra vez la empresa es agraciada con la concesión de contratos muy rentables.

Cuando Far S.A. atraviesa momentos convulsos y el futuro del presidente depende, en cierto modo, de la justicia, se contrata una empresa de detectives para que realice seguimientos e indague en la vida personal y en el patrimonio del juez asignado al caso. También se espía a ejecutivos y otros trabajadores de la propia corporación.

Aunque supera numerosos escollos, el mandato de Juan llega a su fin y el ya expresidente sigue dedicándose a sus negocios, entre los que se encuentran los financieros, a través de empresas como CBS S.L., cuyo consejero delegado, John Oil, es quien fuera director general de Far S.A. durante la presidencia de Lawindow. Entre otras cosas, se dedican a gestionar fortunas en busca de un buen rendimiento económico.

Once años después de su salida de Far S.A., Juan Lawindow vuelve a ser nombrado presidente de la corporación. Un mes antes, el fisco informa a Far S.A. que le está investigando y solicita al vicepresidente del órgano de contratación las facturas abonadas por la empresa para estudiar si han incurrido en delito de corrupción o de otro tipo. Un mes después de alcanzar por segunda vez la presidencia, Lawindow entra a formar parte del organismo de control del órgano de contratación. Tres meses después, ese organismo de control modifica su código ético y elimina las sanciones por corrupción.

Cuando Lawindow accede a su segundo mandato, uno de los principales ejecutivos de Far S.A., Robert Lunar, quien también estaba al tanto de los mencionados pagos, abandona la empresa con destino a un puesto en el Gobierno de la nación, donde impulsa una ley que permite la prescripción de los presuntos delitos en los que habría incurrido Far S.A. por haber pagado al número dos del órgano de contratación.

Dos años después, sale a la luz el escándalo: Far S.A. pagó durante como mínimo 17 años al menos 8,4 millones de euros al vicepresidente del órgano de contratación. Todos los responsables de organismos e instituciones implicados se apresuran a declarar que, aunque éticamente es reprobable, los presuntos delitos están prescritos. El vicepresidente del órgano de contratación afirma que le pagaban para asegurar que todo fuera neutral. El presidente de la entidad se demora varios meses en ofrecer explicaciones públicas y cuando lo hace no convence a nadie. Sin embargo, pasa el tiempo y ni Far S.A. ni ninguno de los implicados en el caso reciben sanción alguna.

El vicepresidente del órgano de contratación ya no emite facturas a Far S.A., sin embargo, se le siguen adjudicando contratos con una condiciones más ventajosas que al resto de empresas participantes. Los medios de comunicación no ven problema alguno y cargan las tintas contra la principal empresa rival de Far S.A., a pesar de que no encuentran en su funcionamiento ningún indicio de mala praxis.

Con Lawindow en la presidencia, las comisiones sustanciosas a intermediarios son habituales en cada contrato que se rubrica o renueva. No pocas firmas de prestigio rechazan colaborar con Far S.A. debido a estas condiciones. Los ejecutivos más importantes de la entidad dimiten de manera recurrente, dejando a Juan y a varios colaboradores comisionistas al frente de la corporación. Desde su llegada a la presidencia de Far S.A., Lawindow experimenta un incremento patrimonial considerable.

El comportamiento y el aspecto de Juan Lawindow no dejan de empeorar y las cámaras lo graban protagonizando episodios bochornosos que él mismo desmiente pese a la existencia de imágenes y testigos. En esa etapa de su vida es llamado a declarar a un juzgado en condición de investigado. Una familia que ganó el pleno al 15 de una quiniela acusa a CBS S.L., vinculada con Lawindow, de estafarles varios millones de euros. Es la cuarta querella presentada contra la empresa por este motivo.

El consejero delegado de CBS S.L., como se ha dicho antes, es John Oil, director general de Far S.A. en la primera etapa de Lawindow al frente de la entidad. Juan es tanto socio de CBS S.L. como administrador solidario de Tienda Principal S.L., sociedad que controla a su vez a la compañía acusada de estafa.

A pesar de su condición societaria y de su vínculo con la empresa denunciada, ante el juez, Lawindow se desmarca de la estafa, afirma que habla muy poco con John Oil y que no ha tenido prácticamente contacto con él desde la denuncia que inició el proceso.

Al salir de los juzgados, los periodistas no preguntan a Lawindow por lo ocurrido en sede judicial, por la presunta estafa, sino por la última decisión del órgano de contratación. Juan aprovecha la ocasión para tildar de vergüenza el proceso de arbitraje mediante el cual fue adjudicado el último contrato a Far S.A. y considera un escándalo que no recoja todas y cada una de las exigencias de la corporación, a pesar de que el órgano de contratación —donde siguen los herederos del vicepresidente a quien él había cuadruplicado el sueldo— pasó por alto condiciones que lo beneficiaron frente a sus competidores.

Y esta es la historia de Juan Lawindow, presidente de Far S.A. No sé por qué, pero se me ha ocurrido al ver hoy a Laporta salir de los juzgados.

Ha acudido allí acusado de estafar millones de euros a una familia que, tras ganar la lotería, había depositado su confianza y confiando su dinero a una de las empresas vinculadas con él.

Al salir de los juzgados, los periodistas no preguntan a Laporta por lo ocurrido en sede judicial, por la presunta estafa, sino por el arbitraje. Jan aprovecha la ocasión para tildar de vergüenza lo del arbitraje en Getafe, y considera un escándalo que no se pitara el penalti a Koundé, a pesar de que el árbitro —subordinado de un CTA donde siguen los herederos del vicepresidente a quien él había cuadruplicado el sueldo— pasó por alto varias acciones que beneficiaron al Barça frente a su rival.

 

Imágenes: Grok

Haaland debe ser Endrick

 

Me ha costado recuperarme del sorteo de Copa, ese gran impacto: decididamente, las bolas son bobas. La venganza es difícil, pero estaría muy bien una semifinales con Valencia, Leganés, Getafe y a quien Dios se la dé entre Real y Osasuna.

Punto y aparte: de las mujeres de Mallorca, las vejadas en Arabia, ni mú.

Sigamos. ¿En este acto no tocaba? Ya. Tocarlas, las tocaron a ellas. Si no era el momento se busca uno. Sabemos que presidencia y alrededores de la RFEF es gente ocupadísima. Lo comprendemos, valdría un día cualquiera que le sobren un par de horas en su vocacional y abnegada tarea de velar por nuestro fútbol. No sé, mismamente en julio.

Una pena la ausencia del Mallorca en el sorteo, a alguno quizá se le hubiera caído la cara de vergüenza. O no. Busquen una entrevista a su jugador Dani Rodríguez en ABC. El titular es antológico: “Lo de Yeda fue peor que lo de Rubiales”. De las reflexiones más grandes en lo que va de año.

Total, que no escribí antes del sorteo por si pasaba algo raro y nos salía un emparejamiento supercurioso. El que más resultó, el Lega-Real Madrid. Los blancos visitarán a su ángel de la guarda en la Liga y bueno, si esto acaba con el Madrid campeón de Copa me callo. Pero si no, que caigan en Butarque, ¿verdad?

Serían sensaciones varias: el pepino aumentaría su leyenda, el Madrid se habría quitado de encima otro torneo coñazo y reducido además la posibilidad de que el rival se presente en Chamartín y haga lo que en otras partes. Que le gane una vez al Real es perfectamente posible. Dos, magia negra. Vamos, normalmente.

¿En el sorteo de Copa no tocaba hablar de las mujeres de Mallorca vejadas en Arabia? Si no era el momento se busca uno

Dicho lo cual me meto en lo que quería decirles. Sabrán que Haaland ha renovado por el City hasta 2034. 3.500 pavos por minuto cobrará la criatura: felicidades. Esta noticia anima a pensar que la Premier no sancionará a su club y superará con éxito su pleito con la ejemplar organización futbolística de su país. En asuntos así o parecidos, nos van a venir los ingleses a contar… Veremos. Igual con una multita van tirando.

Lo sabido es que 115 casos por malas prácticas económicas cercan al club de Manchester. A mí me excitan los denunciantes: si palman se habrán equivocado 115 veces. ¿Cien, cuarenta? Será menester hacerles entonces un homenaje mundial. Jamás se habría abierto Wembley con un motivo más razonable.

Deberían rescatarse aquellos partidos Inglaterra-Resto del Mundo. Inglaterra alinearía a un jugador por equipo rival del City, 11 una parte, otros 11 la siguiente. Todos con espantasuegras y pompones. El portero sería el Dibu Martínez, le vendría al pelo. Un tipo con presencia en la Premier me aseguró que el club investigado ha pecado gravemente. Ya.

El Madrid prefirió a Mbappé. Y su Haaland debe ser Endrick

Por cierto: como perdieron una serie de partidos —diciembre, enero— el pecador se ha lanzado a fichar y hablan también de inversiones —árabes, sus dueños— por valor de 3.500 millones de euros, infraestructura y demás. Y lo de Haaland. Mil kilillos mal contados. Son mis ídolos.

El rubio pues difícilmente jugará en el Madrid. Ni en el Barcelona, pues seguro vieron como yo portadas con el chico de azulgrana y este mensaje: Laporta, a por él. Bueno, tampoco lo descarten. El Barça de por medio, todo es posible.

Lo del Madrid está claro, como siempre. Prefirió a Kylian. Y su Haaland debe ser Endrick. Su 9. Uno buscaba, uno se trajo. Pensando en adelante. El 9 de ahora lo tenía fichado. El fútbol es apuesta y uno de sus retos, acertar en la elección de los futbolistas. Y el chico es una buena apuesta.

Influye también que el Madrid no tiene árabes y debe medir lo que gasta. Si los tuviera haría lo que el City: fichar si pierde, y si gana, más. Ese Madrid sería muy capaz de fichar incluso al fiscal general del Estado como ayudante de Porlán Chendo. Pues eso.

 

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Siempre habrá un pero para el madridismo vinagre. Últimamente he reflexionado sobre lo enorme, inabarcable, diverso y universal que es el madridismo. Tan universal que incluso caben antimadridistas en él. Florentino Pérez lo clavó en 2017: “Casi todo el mundo es del Madrid, solo que algunos aún no lo saben”.

Las reacciones de las redes sociales después de la (inexplicable) derrota en la Supercopa, corregidas y aumentadas después del agónico pase a cuartos en Copa del Rey frente al Celta dejan muestras de lo cerca que está un madridista vinagre de un antimadridista. Indistinguible desde media distancia.

En la distancia corta ya se hace más evidente: los vinagres (créditos para @pepegh7) inciden en Florentino y su tacañería con los fichajes y en la total ausencia de criterio de Ancelotti, su ignorancia absoluta sobre fútbol y la obsolescencia de sus planteamientos, incluso en días de victoria por aplastamiento como la del domingo frente a Las Palmas. Esto último es más acusado en quienes generacionalmente le miran como mirarían a su abuelo, sin entender del todo que la sabiduría se va licuando con la edad y con la experiencia.

A diferencia del madridista vinagre, el antimadridista pata negra, para sorpresa de cualquier persona con un IQ promedio, incide en los arbitrajes, en lo favorecido que está siendo el club al que el VAR le ha anulado 32 goles (el segundo es el vecino rojiblanco, con 17) y que ha vivido en estado de perplejidad desde la liga perdida en Tenerife en 1991, transido de un asombro inexplicable ante ligas perdidas a causa de sutiles criterios arbitrales sobre las manos en el área a favor y en contra, asistiendo a espectáculos inenarrables de cambio de criterio en función del rival y del escenario. Hay decenas de ejemplos que sería prolijo y doloroso recordar, muchos de ellos en el marco incomparable del viejo Camp Nou, hoy derruido para enterrar con él tanta ignominia.

Pero eso no desalienta al antimadridista.

El relato es que el Real Madrid es un club estado (por favor, véase el esclarecedor video de RMTV sobre el franquismo y el FCB: ¿Cuál es el equipo del régimen?).

El madridismo es tan universal que incluso caben antimadridistas en él

El antimadridismo atribuye al Real Madrid el control de los medios de comunicación. Sin embargo, los diarios deportivos de Madrid no pierden ocasión de ejercer una crítica negativa y editorializante sobre asuntos tan delicados como el racismo o sobre el carácter de un jugador (normalmente, señalando siempre al mismo jugador) y escatiman el elogio cuando no hay más que fútbol. De Sport y de Mundo Deportivo, panfletos delirantes y antiperiodísticos subvencionados por el FCB, no hablaré.

También se acusa al Real Madrid de la manipulación de las imágenes y de la influencia de la televisión del club. Aquí es mandatorio señalar que el propietario de Mediapro, a la sazón EDITOR (la palabra no es trivial) de las imágenes de LaLiga y del VAR, es también accionista de Orpheus Media, empresa fantasma cuyo único fin fue “comprar” activos de Barca Studios por 100 millones de dinero del Monopoly que ha servido para que el FCB pueda tener una plantilla competitiva pese a estar arruinado. No hay palabras para tratar de explicar qué puede tener en la mente una persona que ante semejantes evidencias insiste en que la televisión del Real Madrid influye en un trato arbitral favorable, cuando sus aguerridos profesionales evidencian semanal, y casi científicamente, la manipulación de las imágenes VAR (los frames) y exponen la torticera realización de las imágenes de Mediapro en las que sistemáticamente se ignoran lances relevantes para el resultado de los partidos.

Ho tornarem a fer

También se le atribuye al Real Madrid el control del estamento arbitral. Durante los últimos días se ha señalado el vínculo familiar Carlos Megía Dávila, delegado del club, con la responsable del CTA femenino (su esposa) como pintoresca justificación de influencia. Qué decir, amigos: teorías conspiranoicas comparadas con facturas registradas en Hacienda por 8,4 millones de euros por “asesoría” al FCB y cobradas por el vicepresidente arbitral, “recomendaciones” a los árbitros por su jefe de contratar sesiones de coaching con Negreira Jr, numerosas declaraciones de directivos del FCB en la que presumen de su influencia en la RFEF, responsable del arbitraje; manifestaciones públicas del vicepresidente de la RFEF Joan Gaspart (siendo vicepresidente del FCB) en las que dijo que “perjudicaré deportivamente al Real Madrid hasta que me muera”; la implicación en la corrupción del arbitraje de todos los presidentes del FCB desde 2003…

Por último, se señala el madridismo de Javier Tebas, presidente de LaLiga y vicepresidente de la RFEF, como evidencia del favoritismo hacia el club blanco, obviando que el Real Madrid es el único club que ha denunciado, incluso judicialmente, todas las arbitrariedades cometidas por LaLiga, en especial las maniobras para vender décadas de derechos audiovisuales de los clubes a cambio de dinero rápido. Por cierto, eso mismo es lo que ha venido haciendo el FCB con ayuda de Tebas para no reconocer su catastrófica situación económica. El patrón es reconocible: pedirle dinero al futuro.

Cuando los ladrones se ponían antifaz

Lo he intentado, palabra, soy un usuario reciente de X, pero el pique sano con compañeros de trabajo, con amigos muy hooligans de equipos rivales, es incomparable con lo que se ve en las redes. He tratado de explicar, razonar, argumentar… he pasado por muchos estados de ánimo, desde la frustración a la perplejidad, pasando por la confusión. Tengo que confesar que en ocasiones me viene a la mente “La invasión de los ultracuerpos”, con un joven Donald Sutherland de protagonista. Están poseídos: siguen pareciendo personas normales, pero realmente están controlados por una inteligencia alienígena, que, en el caso de la película, es claramente superior a la humana.

 

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“Paris bien vale una misa”, dicen que afirmó Enrique de Navarra, pretendiente hugonote al trono francés, cuando se vio en la posibilidad de convertirse al catolicismo para reinar al pueblo galo. Ayer, en Chamartín, vimos el arbitraje de Alejandro Quintero González, andaluz de Huelva (buen jamón), medio paisano mío, recién ascendido a la máxima categoría del trencillismo patrio y que esta temporada se va a embolsar, euro arriba, euro abajo, unos 300.000 de vellón en su buchaca.

Pues sí, el bueno de Alejandro debe estar muy agradecido al jeferío arbitral por su ascenso, por salir en la tele cada domingo, por pitar en los mejores campos de España y, cómo no, por conseguir esa cantidad de dinero al año para dar de comer a sus churumbeles, en el caso de que los tenga, o para disfrutar de la vida, que son cuatro días.

¡Cambiemos el CTA!

Todo lo que haga en el campo de juego va a ser escrutado con la lupa de nuestro paisano Medina Cantalejo y por el catalejo de Clos Gómez, para ver si este curso pasa de meritorio a fijo o, sin embargo, vuelve a las procelosas simas de la Segunda División, donde solamente se llevaría a su casa unos 100.000 machacantes entre chapa y pintura. Porque hay que entender que pasar de ganar 100.000 a 300.000 es un salto de calidad en la vida de cualquiera, un salto que te permite acabar con la hipoteca, cambiar de coche y contratar unas buenas vacaciones casi donde quieras, amén de que no falte el surtido de ibéricos en la mesa familiar y un buen cordero lechal los domingos que no curres.

Sólo así, entendiendo el lado humano del asunto, se puede entender que anulara el gol que marcó Mbappé ayer en el Bernabéu. Sólo haciendo un ejercicio de empatía con Alejandro se puede entender que, una vez llamado por el VAR, apreciara que el francés quisiera intervenir en la jugada. Ya no entro en que si era o no fuera de juego su posición, que si el frame este o el frame aquel. Simplemente digo que, si le llamaron, era para que lo anulara, que no se podía consentir un hat-trick del astro galo en el primer tiempo y con proyección de meter seis, porque el chico estaba en vena.

Quintero González en el Real Madrid - Las Palmas

Pues nada, miro la pantalla, miro otra vez la pantalla, vuelvo a mirar y ¡ea!, que influyó en la acción. Hala, asunto liquidado, problema terminado, contentos los de arriba y sigo con el camino de la consolidación de los 300.000. Porque, amigos, uno que siempre ha querido comprobar si el dinero verdaderamente da la felicidad, cosa que aún no ha podido hacer con todo el dolor de mi corazón, entiende que, si te pagan 300.000 al año por hacer lo que te gusta, cómo gaitas pretende nadie que hagas alguna acción u omisión que ponga en peligro tamaño emolumento. Imposible. Pero imposible de toda imposibilidad.

Quintero, Alejandro, supongo que Álex para los amigos, ayer estaba cuidando su cuenta corriente en vez de arbitrar un partido de fútbol. Toda acción dudosa, tiraba para el lado canario, su actuación fue, como siempre, tendenciosamente preparada para perjudicar a los de blanco. Hasta le tuvieron que llamar desde el VAR para que sancionara con tarjeta roja la patada de kung-fu que recibió Lucas Vázquez, comparable con aquella que sufrió Xabi Alonso en la final de nuestro mundial por aquel holandés volador. Te entiendo, Alejandro, entiendo que anularas el gol, entiendo que anularas tres goles al Real Madrid ayer, entiendo que, supongo, tendrás familia a la que mantener bien y niños a los que llevar a un buen colegio de pago. Te entiendo, Alejandro, de verdad. 300.000 bien valen una misa, desde luego…

Quintero González ayer estaba cuidando su cuenta corriente en vez de arbitrar un partido de fútbol

Pero antes de todo esto, nuestro querido Cholo. He dudado en titular el artículo con la referencia al árbitro o con un “suave, que me estás matando”, en referencia al gran bolero del grupo Los Panchos cuando dicen que “eres como una espinita que se me ha clavado en el corazón”. Sí, el Real Madrid es una espinita, bueno, una corona de espinas para el Cholo Simeone, que, en parte para contentar a sus pacíficos amigos del FA, en parte para intentar sacarse sus propias espinas, aprovecha cualquier ocasión para esparcir el relato de que el Real Madrid es el gran beneficiado por el arbitraje español. Hasta en una emisora de ámbito nacional, el propio sábado por la noche, abrió el programa diciéndole que ya huele tanta tontería y tanto complejo. Pero, queridos galernautas, voy a hacer un pequeño relato fáctico de por dónde van los tiros del amigo contra nuestro glorioso club.

Allá por los años noventa del siglo pasado, el Real Madrid estaba queriendo fichar a un medio centro para llevar la nave blanca. El caso es que empezó a sonar el nombre de Simeone, centrocampista de brega que, entonces, estaba jugando y despuntando en el Sevilla. Pues nada, aprovechando la clarita, el bueno del Cholo se descolgó con unas declaraciones en las que decía claramente que prefería el blanco madridista a cualquier otro club.

Cholo Simeone madridista

Lo malo para él y lo bueno para el Madrid es que el club blanco se decantó por Fernando Redondo, estrella de aquel infausto Tenerife de las dos ligas robadas por el incipiente negireirismo. Efectivamente, Redondo nos dio noches de gloria, dos Copas de Europa y se fue por la puerta grande dejando el poso de haber sido uno de los mejores centrocampistas de la historia blanca. El Cholo, mientras tanto, fichaba por el At. Madrid, pasaba sin pena ni gloria (salvo la pierna del pobre Julen Guerrero) por el fútbol nacional para terminar sus días en el Nápoles, haciendo gala de su exquisita educación cuando enseñó ostentóreamente (Jesús Gil dixit) sus atributos masculinos al equipo contrario en un partido.

Después de esa espina, llegó la espina de Lisboa, donde, en un partido en el que el Real Madrid pudo y debió finiquitar en el tiempo reglamentario, llegó el famoso 92’48, donde la cabeza de Sergio Ramos mandó el partido la prórroga, donde el Madrid fue un vendaval y los del río se llevaron cuatro, pasando por un episodio de deportividad extrema del amigo Simeone con un bisoño Varane, que estaba hasta las narices de las pérdidas de tiempo del ”canchero” argentino (porque lo que es una trampa cuando lo hacen algunos, es un ejemplo de “cancherismo” cuando lo hace el Cholo).

Y, para terminar el espinismo del bonaerense, llegó Milán, partido en el que, si hubiera tenido un mínimo de ambición, nos hubieran pasado por encima en la prórroga porque estábamos muertos y con medio equipo lesionado pero, como el chico es como es, lo dejó todo a la suerte de los penaltis, donde se llevó el “palo” más grande de su carrera, para nuestra felicidad en aquella noche lluviosa madrileña de San Siro (sí, porque aquí cayó la mundial, que conste). Pues eso, queridos amigos lectores, como dijo Carlo Ancelotti, el Cholo tiene muchas espinas que sacarse con el Real Madrid pero, la primera, la que más le duele, es que el club no quiso colmar su verdadero sueño, que era vestir de blanco. Pena.

El partido de ayer, donde Dani Ceballos alcanzó su victoria nº 100 en competición española con el Real Madrid y Rüdiger jugó su partido también nº 100 de competición española de blanco, fue, salvo la carajal inicial, un bálsamo de juego, ocasiones y goles que le venía muy bien all equipo y a la afición después del desastre arábigo y que ha servido para ponernos en lo más alto de la tabla. Qué cosas, con el equipo destruido, el cuerpo técnico caduco que ni entrena ni trabaja, con alineaciones arbitrarias y nada meritocráticas, con una directiva caduca y sin planificación deportiva, tiene a dos puntos al mejor At. Madrid de la historia, que ha encadenado 15 victorias seguidas, y a 7 al Código Penal andante del bueno de Flick, que sigue protestando por los arbitrajes. Normal, después de lo que le han debido contar, no entiende que esto no sea un paseo militar para ellos.

Ahora llega la Copa de Europa, el miércoles en casa hay que ganar y, a ser posible, ganar bien, que hace falta para ver si suena la flauta de entrar entre los ocho primeros de la tabla. Como dice mi amigo Javi, les dejo con su frase. Ser del Real Madrid es lo mejor que una persona puede ser en esta vida… ¡Hala Madrid!

 

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Buenos días. Pues resulta que el catastrófico Real Madrid que todos conocemos y casi todos ponen a caldo es líder de Primera División con dos puntos de ventaja sobre el segundo y siete sobre el equipo más extraordinario del orbe que acoge, además, a quien es de lejos el mejor jugador del planeta. Este mejor equipo de la galaxia va tercero, empatado a puntos con una escuadra del norte que solo juega con futbolistas locales.

El Madrid tiene que pedir perdón urgentemente por este liderato, que por lo demás es inexplicable como una película de David Lynch, quien nos acaba de dejar tan ateridos por su marcha como nos dejaba al terminar de ver cualquiera de sus obras. Hay canales de YouTube que te explican Mullholand Drive o Carretera Perdida. Sin embargo, no hay un solo canal de YouTube que vaya a explicarte hoy por qué el Madrid es líder, como no hay ningún periódico que vaya a abundar en los méritos que le han conducido a esta situación. Alguno tendrá que haber, ¿no? Y sin embargo te seguirán hablando del caos táctico y la baja forma y la pésima dirección deportiva, sin dar acuse de recibo del puesto que ocupa en la tabla ese despojo deportivo que es el equipo de Ancelotti.

Marca

Entre esos argumentos deportivos debe estar, intuimos, Mbappé, que hoy ocupa la portada de Marca junto a un juego conceptual algo burdo que, encima, le ha copiado a As o viceversa. Mismas palabras, (al menos) distintas fotos.

As

Decir “El líder es Mbappé” equivale a aseverar que Mbappé es el líder, y la sentencia no parece desafinada a la luz de su notable partido en la tarde de ayer ante Las Palmas, que en realidad refrenda una trayectoria reciente de excelencia. No es EL líder, pero sí parece haberse convertido en uno de ellos. Va a resultar que Kylian no solo no es el cáncer que iba a corromper ese vestuario, sino que ha supuesto una inyección extra de motivación —y de calidad, eso va en el pack sin especificarlo— justo cuando dicha motivación podía estar estragándose en un colectivo con la tripa llena o medio llena.

Su gran encuentro de ayer queda explicitado en el título de la crónica (y en la crónica misma) que escribió Paco Sánchez Palomares en este vuestro portal favorito. Es el relato de un partido muy convincente por parte no solo del francés, sino también de la generalidad de sus compañeros con otro claro destacado: Dani Ceballos. El mediocampista de Utrera se encuentra en un momento dulce y completó unos excepcionales noventa minutos, brindando al equipo orden, clase y pulmones. Se hartó de robar balones y encarnó ese espíritu de dominio de los partidos que los blancos habían extraviado. A ver si va a ser que el Madrid es líder porque tiene excelentes jugadores y ha mejorado mucho en su juego, con el alarmante bajón de Yeda en medio como un lapsus traumático.

A lo mejor lo que hay que intentar explicar no es que el Madrid sea líder sino precisamente lo de Yeda, sobre todo en relación a la otra gran goleada infligida por el equipo de Flick, aquel 0-4. El Madrid es líder de la liga, pero también es el único equipo de la competición que ha encumbrado a una escuadra azulgrana capaz de naufragar ante cualquier rival pero a la cual da vida el Madrid. Con esto sí que te hace Lynch un Twin Peaks que te deja rascándote la cabeza y con el culo torcido, amén de inevitablemente mosqueado con tu equipo. Los azulgrana están en la peor racha histórica de la liga (6 puntos en los últimos 8 partidos), pero a nosotros nos meten cinco. Alguien tendrá que explicarlo, porque el dato sienta mal desde la perspectiva de la rivalidad, una rivalidad que parece estar más instalada en la masa social blanca que en la propia institución y la propia plantilla.

Por cierto, en la otra competición nacional asistiremos hoy al sorteo de cuartos. Veremos quién nos toca. Seguid las redes sociales de La Galerna, a partir de la una, para estar al tanto.

Mundo Deportivo

En la otra orilla del río, los acontecimientos contradictorios que acabamos de destacar son tratados en términos de bipolaridad. Nos parece mucho más sencillo que todo eso: este Barça solo juega bien contra aquel a quien odia. Un culé interesado en que mejore su equipo debería inocular en la psique de los suyos algún aborrecimiento por otros equipos además del Madrid, léase Osasuna, Las Palmas o Leganés. Solo así les ganarán. Pero ¿cómo lograr tal cosa?

—Queridos niños de La Masía, hoy os vamos a enseñar que, para poder ganar la liga, tenemos que odiar muy fuerte no solamente al Madrid, sino también al Valladolid.

—Pero, señor profesor, ¿qué nos ha hecho el Valladolid?

—¿Cómo que qué nos ha hecho? ¿Tú te has dado cuenta de lo cerca que está Pucela de la capital? Los de Ryanair, cuando volaban allí desde Dublín, lo llamaban Madrid West.

—Puf. No siga, señor profesor. ¡Yo ya oigo decir “Valladolid” y me arde la sangre en las venas!

Mientras en el seno del club cliente de Negreira trabajan por desperdigar su odio, y así poder ganar a alguien más que no sea el Madrid, publican en su entorno portadas que también lindan con el odio.

Sport

Odio en este caso a Ansu Fati, que les fornica el límite salarial para poder fichar a Rashford, o al rosario de la aurora, al insistir el muy insolidario en cumplir su contrato con la empresa que le paga. Es así cómo, en maniobra de bullying mediático que demasiado bien conocemos, porque les hemos visto hacerlo muchas otras veces, presentan al pobre chaval, de cara a la afición, como el impedimento para fichar estrellas. Ansu “frena” la llegada de Rashford. Lo “bloquea”, dicen después. Así, con esta campaña de señalamiento, trata el FC Barcelona a sus asalariados, con la posible excepción de Enríquez Negreira. ¿Os imagináis?

“Negreira frena a Rashford. El vicepresidente de los árbitros insiste en cumplir su contrato, impidiendo liberar la masa salarial suficiente para fichar al astro inglés (o a quien sea)”.

Pudo pasar. Con el descaro que se gasta esta gente, cualquier cosa es posible.

Pasad un buen día, saboreando el liderato.

Arbitró Alejandro Quintero González del Comité andaluz. En el VAR estuvo Figueroa Vázquez.

Su debut en el Santiago Bernabéu y seguro que no lo olvidará porque tuvo bastante trabajo. Hasta en tres ocasiones debió ir al monitor para consultar acciones decisivas del juego.

En el 18', acertó en el claro penalti de Sandro a Rodrygo en el pico del área. El primer gol anulado llegó en el 43'. Mbappé estaba en fuera de juego milimétrico y Figueroa Vázquez avisó a su colega para que analizara si el francés influyó en el despeje de Herzog. Decretó que sí en una jugada muy interpretativa. Mbappé no salta ni disputa en el último momento la pelota pero sí arranca, lo que obliga al defensor canario a recular y despejar. Antes del pitido final del primer tiempo vio amarilla Sandro.

En la segunda parte expulsó a Benito tras una entrada peligrosa a Lucas con los tacos a la altura de la cadera. Erró en no verlo de primeras porque su decisión inicial fue tarjeta amarilla. Figueroa le llamó y corrigió su decisión. Otra vez, en el 74', volvió a ser requerido por una acción parecida a la del primer tanto anulado. Esta vez el jugador en fuera de juego era Rüdiger, que sí salta y disputa el cuero a Cillessen y a la defensa amarilla. Desde el monitor volvió a señalar órsay con más razones justificadas que en el primero. El tercer tanto anulado fue por encontrarse Lucas con todo el cuerpo por delante del último zaguero amarillo. Lo que vino después con el gol de Valverde quedó invalidado. Por último, tendría que haber pitado penalti de Javi Muñoz a Rodrygo cuando el brasileño recortó y se lo llevó agarrado del cuello el canterano madridista.

Una última apreciación es que pudo dejar la ley de la ventaja en un par de acciones bastante claras y deberá aprender de ello para el futuro.

Quintero González, REGULAR.

 

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-Courtois: SIN CALIFICAR. No pudo hacer nada en el gol canario y no tuvo que intervenir más.

-Lucas V: APROBADO. Partido prototípico de lo que es. Falta de oficio como lateral en defensa, compensada con alguna aportación en ataque.

-Fran García: NOTABLE. Pura energía. Le falta algo de lucidez en los últimos metros.

-Rüdiger: APROBADO. Partido absolutamente cuerdo del demente.

-Asencio: NOTABLE. Jugador de raza para muchos años el que ha fabricado el Madrid en su cantera. Le falta un gran partido ante un grande.

-Valverde: NOTABLE como mediocentro ante la ausencia de Tchouaméni. El VAR le privó de un nuevo golazo.

-Ceballos: SOBRESALIENTE. La gente recordará mucho tiempo su partidazo. Puso orden, grandes pases en profundidad y siete mil balones recuperados.

-Bellingham: APROBADO. De menos a más. Más atrasado por las bajas en el mediocampo.

-Brahim: APROBADO. Gol y calamitoso fallo ante el gol. Siempre lo da todo.

-Mbappé: SOBRESALIENTE. Marcó dos y estuvo en todos los demás. Apunta a ser el Mbappé que vimos en el PSG, el Ronaldo Nazário que vimos en el Barça y el Benzema que vimos en el Madrid, todo en uno.

-Rodrygo: NOTABLE. Gol, clase y pujanza.

-Alaba, Güler, Lorenzo, Endrick: SIN CALIFICAR.

-Ancelotti: APROBADO. Plácido partido que exigió poco a su libreta. La gente está un poco cansada de que dé tan poca bola a los jóvenes, máxime en un partido tan relajado.

 

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Tras sendos tropiezos de Atleti y Barça, el Madrid comparecía en el Bernabéu con la oportunidad de colocarse líder al final de la vigésima jornada de liga. Para ello, no podría contar con Modric, malo para los amantes del fútbol; ni con Tchouaméni, malo para los amantes de los pitos; ni con Vinícius, malo para los amantes de volcar sus frustraciones en los demás. El Madrid no desaprovechó la ocasión y se impuso de manera contundente, a pesar de un comienzo preocupante.

Carletto optó por un once previsible en él con los mimbres que disponía, con Valverde y Rodrygo en el lugar de los ausentes Aurélien y Vini. Además del primer puesto de la clasificación, uno de los alicientes del choque era un Mbappé que llegaba en una dinámica francamente positiva. Otro aliciente, la posible vuelta a los terrenos de juego de Alaba más de un año después. Ambas expectativas se vieron cumplidas y colmadas.

Quintero González pitó el inicio del choque a las siesta y cuarto, sin duda el mejor horario para jugar y ver fútbol. De hecho, el comienzo del partido pilló al Madrid dormido y a Lucas Vázquez en un sueño más profundo que el de la Bella Durmiente. Silva le cogió la espalda y anotó el 0-1 a placer a los 26 segundos de partido. Caraja con una precocidad récord.

El Madrid respondió inmediatamente: a Brahim le regalaron sus compañeros un balón que solo tenía que empujar cerca de la portería y sin marca. Lo echó fuera. A los cuatro minutos, otra ocasión meridiana: Silva pudo anotar de nuevo colándose por ese triángulo de las Bermudas defensivo que hay en el flanco derecho de la retaguardia blanca.

Dicen que en el fútbol un buen centro del campo es capital. El Madrid, de nuevo, había comenzado a jugar el partido sin él. Mbappé, no obstante, pudo empatar a los 7 minutos, pero entre Cillessen y el palo evitaron el gol. Para colmo de males, Bellingham se resentía de su hombro.

Poco después del cuarto de hora, Rodrygo ingresó en el área rival por su esquina derecha y Sandro lo derribó con claridad. Penalti claro. Señalado sin VAR ni nada, hecho harto extraño cuando del Real Madrid se trata. Un Mbappé distinto a aquel Mbappé sin confianza de hace semanas que lanzaba los penaltis agarrotado trincó el cuero y lo coló con facilidad en la meta rival. 1-1. Quedaba un mundo para terminar de resolver el desaguisado inicial.

Brahim pudo adelantar a los blancos después de una dulce cucharita de Kylian, su chut atravesó un bosque, y llegó manso a las manos del guardameta tras chocar contra varios árboles. Poco después, de nuevo Mbappé: chutazo desde la esquina exterior del área que desterró a córner Cillessen con una palomitera manopla. El arquero salvó otro gol de Rodrygo con una táctica diferente: sobriedad absoluta. El Madrid ya se había despertado y aceleraba a ritmo vertiginoso bajo la batuta de Ceballos.

En el minuto 32, una decisión poco habitual en el futbol de hoy terminó en gol. En lugar de jugar una y otra vez con el portero, Asencio decidió girarse hacia adelante, romper una línea y dar salida al balón. Mbappé, tras control y conducción sublimes, descerrajó otro trallazo made in Kylian que obligó a Cillessen a realizar otra gran estirada. El rechace se lo cedió Lucas a un Brahim que esta vez sí acertó a marcar. 2-1. La Bella Durmiente había despertado del todo.

Brahim

El jugador más determinante del mundo se encargó de sacar petróleo de una nueva recuperación de Valverde y marcó el 3-1 de primeras dentro del área tras asistencia de Rodrygo. Segundo de un Mbappé completamente desatado que anotó el cuarto a los 41 minutos, pero a Quintero González lo llamó Figueroa Vázquez (no confundir con Vázquez Figueroa, aunque ambos ayuden a construir relatos) desde el VAR, debía decidir si la pose de estatua de Kylian influyó en el inicio de la jugada, más o menos cuando el nueve se estaba haciendo la foto para los recordatorios de la primera comunión, ya que el francés se encontraba unos milímetros más adelantado que el defensa amarillo. Obviamente, el trencilla interpretó que Mbappé influía. Gol anulado.

Antes del descanso, poco faltó para que Kylian marcara otra diana. A los vestuarios en modo festival después de un inicio benzodiazepínico y con un Mbappé en modo dios del fútbol.

Los de Ancelotti reanudaron el partido con la misma intensidad que habían acabado la primera mitad. Un pase excelso de un gran Ceballos no lo convirtió Jude en gol por el canto de una tele moderna.

El Madrid tenía el partido en el bolsillo, pero habida cuenta de su facilidad para complicarse la vida era perentorio no relajarse y, a poder ser, no cometer errores groseros.

A los 12' de la segunda, el Madrid marcó de nuevo el cuarto. En esta ocasión no encontraron nada punible en el neolítico de la jugada y el gol de Rodrygo subió al marcador después de otra buena jugada coral del Madrid.

En esas andábamos cuando Benito decidió darle una coz con los tacos a Lucas Vázquez. Quintero González no anduvo fino. Primero, dejó seguir porque Rodrygo se colaba con peligro en el área. Cuando el brasileño se disponía a chutar, paró el juego para mostrar amarilla, que no roja, a Benito, luego sí había visto la jugada, y evitó una clara ocasión al no aplicar la ley de la ventaja. Después, el VAR lo llamó y tras ver la entrada animal de Benito cambió la amarilla inicial por la roja directa. Lucas acabó con el cuerpo marcado, del mismo modo que Varane años ha después de que Lenglet le clavase los tacos en el área sin que ni colegiado ni VAR moviera un dedo.

Por Las Palmas saltó al terreno de juego McBurnie, futbolista con nombre de hamburguesa en promoción, y por el Madrid se preparaba para volver al césped Alaba. Mientras tanto, Jude marcó el quinto. Pero Quintero González decidió que sí había quinto malo y lo anuló de nuevo tras revisarlo en el VAR. Los motivos no importan. Si no es uno, encuentran otro.

Ovación de gala, con el banquillo en pie, para Alaba cuando se incorporó al partido. Qué buena noticia su vuelta. Mientras tanto, a Rodrygo se lo llevaron puesto en área rival, pero estas jugadas solo se pitan si es Asencio quien las protagoniza. Aplausos continuos también para Ceballos, que estaba cuajando un partido soberbio y el Bernabéu no dudó el corear su nombre en varias ocasiones ni en despedirlo en pie cuando fue sustituido por Chema.

Güler también había sido puesto en liza por Carletto y filtró un exquisito pase a Lucas, quien la colocó en el área pequeña, pero Bellingham le quitó el hat-trick a Mbappé al rematar un balón que Kylian ya saboreaba.

Y Fede cogió su fusil y la incrustó mágicamente en la escuadra. Pero Quintero González quiso firmar su particular hat-trick de goles anulados y lo invalidó por fuera de juego de un Lucas que a continuación fue sustituido por el debutante en liga Lorenzo.

En el minuto 90, el árbitro no se vio obligado a anular el gol de Bellingham porque su disparo lo despejó Cillessen.

No hubo tiempo para más. El Madrid jugó, goleó a lomos de un Mbappé diferencial y acabó líder, como tantas otras veces desde hace más de cien años.

 

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Buenos días, amigos. Defendía Raffaella Carrà que para hacer bien el amor hay que venir al sur. Leganés y Getafe están al sur de la capital, a menos de 20 minutos de viaje en Cercanías (si funcionan los trenes, claro), pero si se visitan sin la suficiente pericia en el desempeño del propósito, en lugar de gozar, como cantaba Raffaella, uno puede salir escaldado. A pesar de que en ambas ciudades madrileñas hubo episodios como los que hay desde hace cien años, o 92’48’’.

Marca

El primero en viajar al sur fue el Atleti, que en la liga iba como Kubica, es decir, como un pepino, pero en Butarque se topó con un Lega que volvió a demostrar su condición de matagigantes, según decían los clásicos, y regresó al este del edén, Madrid, con una derrota.

La previa había estado marcada por la frustración del Cholo, quien aún no ha superado que el Madrid eligiera fichar a Fernando Redondo antes que a él. De ello dimos buena cuenta en nuestro portanálisis de ayer y por este asunto cuestionaron a Carlo Ancelotti en rueda de prensa: «Son cosas que a veces se dicen para la galería. Todo el mundo del fútbol es consciente de lo que representa y ha representado el Real Madrid en estos más de cien años de historia. Puede ser que sean espinas que duelen».

El Madrid es como una espinita que se te ha clavado en el corazón, Cholo. Suave que te está sangrando, que te está matando de frustración.

En honor a la verdad, hay que decir que durante el partido hubo episodios como los que hay desde hace cien años. Melero López y el VAR se zamparon un penalti catedralicio sobre un atacante del Leganés. Después, Griezmann agarró con ambas manos a Brasanac, entre la cara y el cuello, y, empleando fuerza no insignificante, giró cuerpo y brazos hasta arrojar contra el suelo al jugador pepinero. Roja clara para Vinícius y, si es posible, cárcel.

La acción de Griezmann con Brasanac #LALIGAenDAZN ⚽️ pic.twitter.com/JVgZC9EHmX

— DAZN España (@DAZN_ES) January 18, 2025

Ni VAR, ni roja, ni polémica ni nada. Ni sanción de 2 a 4 partidos ni de 4 a 12. Ni caza mayor en los medios contra el futbolista. Vini tenía razón. No es el qué, es el quién.

Cuando se frisaba la coda de la contienda, el VAR, ahora sí, llamó a Melero. Mano en el área del Lega. Melero miró la pantalla y rápidamente señaló penalti. Por desgracia para el sistema, el arrojador de cuerpos lo lanzó (el balón) fuera del arco y el Atleti pinchó y dejó el liderato a tiro al Madrid.

As

Cuando Melero señaló el penalti, Borja Jiménez se dirigió al banquillo cholista para hacerles notar que las declaraciones plañideras de Simeone habían surtido efecto.

IMAGEN DAZN 📺 Melero López pitó penalti contra el Leganés tras verlo en el VAR...

... y este fue el gesto que Borja Jiménez le dedicó al banquillo del Atlético de Madrid 👀#LALIGAenDAZNpic.twitter.com/mnnSrt4rQZ

— DAZN España (@DAZN_ES) January 18, 2025

Aunque después del partido probablemente reflexionó sobre qué es más conveniente para su carrera (o alguien se lo recordó) y se dio cuenta de que defender la justicia y la verdad no es el camino indicado para medrar en el fútbol español. Eso sí, pidió disculpas por las formas, no por el fondo, que es irrebatible.

Tras la derrota atlética, nuestro editor, Jesús Bengoechea —a quien aprovechamos para felicitarle por su cumpleaños a ritmo de Voyage, Voyage—, resumió a la perfección lo sucedido.

El Atleti acaba de perder 1-0 con el Leganés y su estrella ha fallado un penalti en el último minuto.

Estas cosas pasan desde hace 100 años, no sé de qué os extrañáis.

— Jesús Bengoechea (@JesusBengoechea) January 18, 2025

Este partido volvió a demostrar que el CTA cuenta con dos armas potentes para intentar decidir los partidos en uno u otro sentido (en realidad siempre es en el mismo). La primera, que no se utilizó ayer, es la elección del frame más oportuno a sus intereses en el fuera de juego semiautomático, que de facto supone que un gol suba al marcador o no. La segunda es un reglamento y unas circulares enrevesadas que permiten que las manos en el área sean tan interpretables que ya nadie sepa si son punibles o no, con lo que cualquier decisión que adopten sirve. Todo ello condimentado con el hecho de que la empresa que suministra las imágenes al VAR sea avalista del club cliente de Negreira.

A ese club del que usted me habla tampoco le sentó bien el viaje al sur de Madrid. Las visitas a Getafe no se le dan bien al Barça. La afición azulona recibió a los culés con cánticos entre fieles y sarcásticos con la realidad que nos ha tocado vivir. Desde «Es una mafia, el Barça es una mafia» hasta «Véndeme un palco; Laporta, véndeme un palco», pasando por un censurable: «Laporta, gord…, te hinchas a Phoskitos”.

Pero se volvió a demostrar quién manda en esta liga y hubo censura. Se prohibió a los hinchas mostrar una pancarta que rezaba «Límite salarial, no para quien compra al trío arbitral».

De modo que más que hacer el amor en el sur, Bordalás se lo hizo a ellos. Como brillantemente publicó Marca Scroll en X, «Bordalás “impone” al Barça la regla del 1:1».

pic.twitter.com/5JO2ASFuVr

— Marca Scroll (@MarcaScroll) January 18, 2025

Quizá mal acostumbrados por sus encuentros contra el Madrid, los de Flick no entendieron que el rival no les extendiera una alfombra roja para que ellos se paseasen y golearan. En cambio, se encontraron con un rival que supo frenarlos aprovechando los defectos ajenos y maximizando las virtudes propias.

Ello derivó en que el Barcelona se quejó de que el Getafe jugase con sus armas y no con las del Barça. Unas armas que, por cierto, son reglamentarias. Defender duro e intentar que se juegue poco es lícito, siempre que no se sobrepasen los límites que establece el reglamento, cuyo cumplimiento debe observar un equipo arbitral designado y dirigido por los mismos que estaban cuando el Barça tenía comprado a uno de sus jefes.

El Barça no cumple con el fair play fuera pero tampoco dentro del campo, como se volvió a ver ayer. Juan Iglesias reveló en COPE: «Gavi nos ha dicho “a segunda, a segunda”. Encima se tapaba la boca. Yo le decía que si era tan mayorcito para decirlo, que se quitara la mano. Es lo que más les hace rabiar, que nunca se llevan los tres puntos de aquí».

Enseguida nos vino a la cabeza el reciente intercambio dialéctico entre Asencio y Maffeo cuando este último le insultó gravemente y el defensa blanco le respondió. En X, @HdeHelena_RM se ha encargado de mostrar juntas las reacciones de los medios en ambos casos.

Esto es el doble rasero que hay en el periodismo deportivo.

Asencio le dice a Maffeo que es malísimo: Debería aprender a ganar, dejar a otros que hablen, además usando palabras que...

Gavi le dice a Yellu que es malísimo: (Risas) Esto ha pasado siempre.pic.twitter.com/iu4JUPdg9t

— Helena 🇮🇨 (@HdeHelena_RM) January 19, 2025

Nótese el jolgorio con el que los medios reaccionan a las palabras de Gavi y el tonito condescendiente que muestran con Asencio. La historia de siempre. La prensa es parte del tinglado y no pierde ocasión de demostrarlo. Sin ella el sistema no funcionaría.

En el partido hubo de todo, también insultos racistas.

😤 Alejandro Balde denuncia insultos racistas en el Coliseum

🤬 "Se lo dije al árbitro y activó el protocolo pero no sé muy bien en qué consiste" pic.twitter.com/bdwl3pqdAT

— MARCA (@marca) January 18, 2025

Vini también tenía razón con esto.

Son hecho deplorables que condenamos venga de quien venga. Porque es el qué y no el quién.

Pasad una buena mañana a la espera del partido contra Las Palmas a las 16:15. Si este Madrid horrendo y malísimo ganase, se pondría líder con una ventaja de 7 puntos sobre el maravilloso Barça que va ganar todo y ha obtenido 6 de los últimos 24 puntos disputados en liga.

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