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Cartas de un madridista millennial: Salvar la temporada

Cartas de un madridista millennial: Salvar la temporada

Escrito por: Pablo Rivas22 marzo, 2022
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Espero que el cartero no tenga problemas para hacerte llegar esta nota. Como ya te adelanté, ahora te escribo acomodado desde un nuevo remite, si bien la intención de las misivas no cambia respecto a la original; es decir, la de contrastar la visión del club y sus anexos de un madridista millennial, apenas asomado al abismo de la treintena, con una perspectiva como la tuya, algo más veterana aunque no menos pasional. Reconocerás que hubiera supuesto una inconveniencia suspender la correspondencia tras la tragedia del Clásico —en tus tiempos mozos este impostado término aún no había hecho fortuna, n'est-ce pas?—, y además podría haberse identificado como una muestra de cobarde dejadez. Bastantes acusaciones ha de soportar ya la generación millennial, la mayoría exageradas o directamente inmerecidas, como para añadir la irresponsabilidad a la lista de cargos.

Me gustaría recalcar, en primer lugar, que el discurso y el ambiente en las vísperas de este —a la postre ominoso— partido parecían corresponder más a tu época que a la mía. No hace falta que te la recuerde: aquellos maravillosos años en los que el Madrid acumulaba campeonatos de liga casi por inercia y el Barcelona, tras un doloroso discurrir entre el crujir de dientes y las pañoladas, había de conformarse con la victoria ante los blancos en el enfrentamiento directo. Existía una expresión que entonces hacía fortuna en el entorno culé, siempre fútilmente afanado en el inverosímil ejercicio de la equiparación de méritos. Hay que salvar la temporada, decían. En aquel período resultaba hasta de mal gusto restregarles el carácter ficcional y autocomplaciente de la frase; hubiese sido tan cruel como desilusionar al niño justo en la noche de Reyes. Es cierto que posteriormente, con el paso de las décadas, el Barça creció hasta constituir no solo un molesto adversario sino más bien una pesadilla de tintes mefistofélicos. Sin embargo, el otro día en el Bernabéu se encontraban de nuevo en la situación de antaño, la que buscaba con ansia voraz un triunfo redentor, una coartada con la que justificarse al calor del antiguo sintagma, prácticamente olvidado.

El clásico en el Bernabéu

Los analistas tácticos me reconvendrán, argumentando que la derrota madridista no puede explicarse únicamente desde la disparidad de estados de ánimo a la hora de encarar el choque. Tienen razón, sin duda: el descalzaperros táctico planteado por nuestro técnico ante la ausencia de Benzema no debe quedar en el olvido, ni tampoco las desastrosas actuaciones individuales de un puñado de futbolistas que pusieron la alfombra a Pedri y De Jong y casi convirtieron en balón de oro a Aubameyang. Pero uno no puede pasar por alto la desgarradora asimetría que, de un tiempo a esta parte —y ya van muchos cursos—, existe entre ellos y nuestros muchachos cuando afrontan la posibilidad de apuntillar al eterno rival. El desolador reflejo se percibía con claridad en las palabras de Nacho Fernández, canterano de sentimiento indiscutible, mon semblable, mon frère. “Quizá hemos salido relajados, con esa ventaja en la clasificación”. ¿Acaso es necesario recordar en la previa de cada cita la ausencia de piedad del Barcelona en el reguero de lacerantes fechas con que nos han obsequiado a poco que se les ha presentado la oportunidad? ¿De veras resulta preciso rememorar el 2-6, el 5-0, el 0-4, el 5-1… antes de cada Clásico? En contra de lo que sostienen algunos, lo peor del destrozo del fin de semana no proviene del oxígeno aportado para la recuperación del proyecto azulgrana; al fin y al cabo, su rearme siempre hay que darlo por descontado, la esperanza de que no se produzca son vanas ganas de descansar. En realidad, lo más lastimoso es el alargue de la cuenta que les debemos en este siglo en el tanteo particular. Y sobre todo que, a diferencia de lo que ocurría en tus años, en los que siempre había un Zoco dispuesto a devolver las butifarras a los cuatro meses, hoy el cargado calendario parece haber difuminado esa inquietud a ras de césped. En la grada me temo que, ay, no tanto.

¿Acaso es necesario recordar en la previa de cada cita la ausencia de piedad del Barcelona en el reguero de lacerantes fechas con que nos han obsequiado a poco que se les ha presentado la oportunidad?

Sobre las consecuencias de la debacle, impera la división. Hay quien pide la cabeza de Ancelotti sin esperar siquiera a volver del parón de selecciones, como medida preventiva ante un supuesto derrumbe de la plantilla, que ya vislumbran similar al del desenlace de la primera etapa del italiano. Personalmente, me parecería un grave error cambiar de caballo a mitad de este río. Aunque reconozco que incluso los que más hemos apoyado a Carlo, hasta el punto de perdonar su irritante conservadurismo —posiblemente reconfortados por su agradable pose de bon vivant, su mano izquierda y su finezza—, no hemos podido evitar un mimético alzamiento de ceja. Uno solo puede guarecerse en el nulla ethica sine aesthetica si comprende que los términos de la relación son obligatoriamente intercambiables. Por otro lado, llegados a este punto, los experimentos apenas tienen cabida. De modo que le conminaría a urdir lo imprescindible para blindar la maltrecha confianza de sus pupilos de cara a las nueve finales restantes en la Liga, y al mismo tiempo afilar las espadas para un ejercicio de pragmatismo en la revancha contra el Chelsea. Dicho de otra forma: a hacer lo que sea menester para salvar la temporada.

Volveré a escribirte pronto.

Pablo.

9 comentarios en: Cartas de un madridista millennial: Salvar la temporada

  1. Con estos sangre -horchata puede que lo peor este por venir
    Son inmerecederos de lucir nuestro honroso escudo en el pecho, salvo raras y pocas excepciones

  2. Para salvar la temporada taparse los oídos, no leer comentarios surrealistas. Sobre todo , no se dejen llevar por la mano tonta del "madridismo adulterado".Los de siempre no dan una. El Real Madrid tradicionalmente se caracteriza por levantarse cuando le dan por muerto.
    Echemos un vistazo a los datos . Ya que "parece" que los entrenadores del Real Madrid siempre son un desastre y que los que deciden el que será entrenador en el Real Madrid no saben hacer la O con un canuto.
    Voy a hacer un breve resumen de lo que ha acontecido en los últimos tiempos en la Copa de Europa. Para ello me he molestado en consultar información ( Wikipedia ) al alcance de cualquier usuario que disponga de un teléfono móvil.
    Veamos los entrenadores que han ganado en los últimos tiempos la Copa de Europa.
    1.Zidane ( 3).
    2. Carletto (3)
    3.Heinkes ( 2 )
    4.Mouriño (2)
    5 . Del Bosque ( 2)
    Qué casualidad. Vaya , deben tener suerte. Veamos cómo queda este partido Real Madrid / resto de Europa.
    Ferguson ( 2)
    Guardiola ( 2 )
    Hans Dieter ( 1)
    Klop ( 1 )
    Tuchel ( 1)
    Los datos dicen que los entrenadores que elige el Real Madrid han sido cinco en este periodo y han ganado 12 Copas de Europa, en distintos clubes ,utilizando diversidad de tácticas. Parece que no ha sido una mala idea ficharles . Emplear diversas metodologías futbolística diríamos que no da mal resultado.
    Al margen del Real Madrid , el Bayern es el único club que ha sido capaz de elegir dos entrenadores ganadores. El resto se lo tendrían que mirar.
    Sobre todo uno . Los entrenadores del Barcelona han ganado dos títulos y los del Real Madrid doce. Como ven ustedes fuera del mundo Cristiano Ronaldo en el Real Madrid hay vida. Fuera del mundo Messi, Guardiola sigue todavía esperando una oportunidad como Rosendo cuando salió de Leño . Llegará, es un gran entrenador.
    Por lo tanto, directivos del Real Madrid, no hagan ustedes ni puñetero caso.
    Sigan fichando buenos entrenadores y no al que les proponen la semana anterior para luego burlarse de él a la siguiente. Ése es el que no deben fichar. Pongamos que hablo del Pochetino, Tuchel o el que esté de moda para los que "entienden".Cuando fiche por el Madrid recibirá más palos que una estera.
    Siempre eligen un mediocre para luego regodearse.

    1. Ése es uno de los quistes de nuestro club, que siempre admiramos al que está por venir y cuando llega lo echamos por tierra. Hemos tenido al entrenador más completo para nuestro microverso, que era Zidane, y lo hemos quemado nosotros mismos. Apagaba incendios de la prensa, ponía la cara por los jugadores y la directiva, ganaba títulos o los competía hasta el final, y aún así no era suficiente. O era la flor o era el compadreo con los veteranos, o que no apostaba por los jóvenes o era el sistema táctico o la falta de él, siempre un pero o un argumento para justificar que había ganado pero no por méritos. Con Cristiano o sin Cristiano. Eliminamos a Klopp, a Allegri, a Pochettino, ganamos a Conte, eliminamos a Guardiola y nada, que era la flor de Zidane. No tenemos remedio.

    2. Más de acuerdo no puedo estar, Mariano. Pero por aquí abundan los entrenadores que saben muy bien que entrenador fichar. Para, tal como dices, nada más llegar ponerlo a parir y comenzar la tradicional campaña en su contra.

    3. A veces la urgencia por desenmascarar tanta inquina me acelera el pulso. Se me olvidó incluir dos más del Barcelona : Rijkaad y Luis Enrique.
      Otro que también entrenó al Real Madrid : Benítez .
      Y otro del Chelsea que de cuyo nombre no puedo acordarme .

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