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La Quinta del Buitre: Blancas pastillas efervescentes

La Quinta del Buitre: Blancas pastillas efervescentes

Escrito por: Mario De Las Heras16 diciembre, 2016
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Escuchando ayer a Sanchís durante la transmisión de la semifinal del Mundial de Clubes entre el América y el Real Madrid me dio por pensar en la Quinta del Buitre. Yo los vi jugar y fueron la generación de mi infancia. Butragueño, sobre todo, y sus "quintos" marcaron mi madridismo a fuego después de mamar de la teta de Juanito y Santillana. Juanito y Santillana eran unos señores mayores a los que yo idolatraba, y entonces llegaron esos chicos que también eran mayores pero ya no tanto. Eran esos chicos de COU que compartían patio de recreo a los que yo observaba admirado y que además jugaban al fútbol en el Real Madrid. Era ese chico pecoso del barrio de Salamanca que se pasaba el balón de un pie a otro en un metro cuadrado de terreno y los rivales no lo veían, o no lo comprendían, y marcaba goles que no se habían visto nunca porque los marcaba vestido de uniforme colegial: con camisa blanca, corbata azul, jersey azul con cuello de pico y pantalones cortos grises. No ha habido Butragueños salidos de un club de Belén en otros lugares del mundo. Sólo me sale a bote pronto Del Piero en la Juventus, ese Butragueño italiano al que también fueron a adorar los Reyes Magos a la lejana Turín.

Yo miraba a Butragueño. Le buscaba en el Estudio Estadio verdadero de los ochenta donde hacían crónicas televisivas de todos los partidos de Liga (el Estudio Estadio de hoy lo conforman mayormente un aquelarre de brujos y brujas con verruga) y de reojo seguía a Míchel cuya figura y tupé colgante eran el prototipo de pintón de la época. Si Butragueño jugaba con el uniforme del cole, Michel lo hacía con el jersey Privata y los Levi´s pesqueros que dejaban ver los calcetines de rombos envueltos en unos zapatos castellanos negros mientras se apoyaba en el capó de un coche rodeado por una rubia y una morena con hombreras. Míchel y Butragueño eran el popular y el aplicado, respectivamente. Y luego estaba Martín Vázquez que era una suerte de híbrido de los dos, tan admirable como ellos pero con demonios que se podían ver desde la grada y desde el televisor orbitando alrededor de su cabeza como huéspedes de un tiburón a los que pitaba el público al tiempo que él ejecutaba movimientos impecablemente estéticos. Lo de Sanchís era otra cosa. Sanchís era más o menos el Portos cuyas reglas eran otras a las de los demás mosqueteros. Sanchís estaba siempre a salvo de todo de un modo distinto al que lo estaba Pardeza, al que la chispa del Buitre envió a hacer carrera a provincias lejos del relumbrón de la capital.

Eso fue hace treinta años y el madridismo de aquellos símbolos ha evolucionado de modos tan diversos como evolucionarían los miembros de una vieja pandilla de COU luego de salir al mundo lejos de las aulas. Uno podía ser ingeniero y otro abogado. Y otro podía no seguir estudiando y ponerse a currar de fontanero, incluso alguno podía darse a las malas compañías y a los malos hábitos. Atrás quedó una época de instituto americano en el que los niños y los jóvenes tenían a sus ídolos de carpeta y los más viejos a unos futbolistas de la familia estupendos que ganaban Ligas de carrerilla y apuntaron eternamente a recuperar la Copa de Europa que sólo alcanzó la longevidad de Sanchís, que ayer no fue Portos. Claro que tampoco era el futbolista. Seguro que el error está en mi propia imagen, en la antigua imagen de las antípodas, no precisamente aquellas a las que se refería aquí José María Faerna en su bonita crónica de Yokohama sino a las antípodas de una madurez que no se corresponde (aunque sea una impresión condicionada por el recuerdo infantil) con el primigenio desempeño y la imagen que de él se desprendía, acaso físicamente una camiseta blanca manchada de barro.

Yo ayer vi a Sanchís (le escuché) más bien manchando, y no de barro, una camiseta con los tópicos académicos del aquelarre estudioestadista del siglo XXI, algo que también he visto hacer con profusión a Valdano, otro tótem de la época, con su plomiza maestría de poeta argentino, y más recientemente y no menos sorprendentemente al mismísimo Raúl, el heredero de Butragueño que a su vez fue el heredero de Santillana. Es como si no se pudiera (¡ni siquiera ellos!) hablar como Míchel entonces desde la banda, diciendo: "¡Me lo merezco!". Ha pasado mucho tiempo de aquello y a mí me sigue levantando aquella soberbia fantástica que nunca volví a ver en el protagonista, ni en ninguno de los demás protagonistas, fuera del terreno de juego. Qué decir del melifluo desempeño como comentarista de Martín Vázquez. Lo extraño es que con el micrófono nunca pareció que un día fue un jugador representativo del Real Madrid. Ese niño que fui no puede evitar sentir cierta decepción. Tampoco se trata de llevar una vida dedicada a una cruzada pero sí, y seguro que el equivocado, el que no comprende soy yo, uno debe (ninguno de ellos quizá debería) ponerse jamás del lado contrario al de la familia como hizo ayer Sanchís participando del habitual aquelarre antimadridista.

Pardeza calla porque siempre estuvo como ausente, y Butragueño es otra cosa porque siempre fue otra cosa aunque pueda que sólo lo viera yo así. Si Butragueño no dijo nunca en el campo, ni siquiera nada remotamente parecido: "¡Me lo merezco!", no espero que lo diga de traje y corbata. Lo que sí hemos visto, lo que yo he visto es un irónico y correcto apagafuegos delante de las cámaras que al menos es mejor que cualquiera de los contubernios con los brujos y brujas de los medios patrios mantenidos en el tiempo (el tiempo después) por figuras como Sanchís, Martín Vázquez y en menor medida, si quieren, Míchel (la única camiseta del Madrid que yo he tenido fue la suya), donde Xavi Hernández, por poner un ejemplo casi estremecedor, es tenido por un interlocutor neutral que se manifiesta extraordinariamente orgulloso del Barcelona de forma inversamente proporcional a lo orgullosos que se muestran estos y otros madridistas señeros disueltos, como blancas pastillas efervescentes, en el ambiente extramuros del Madrid, donde todo parece susceptible de olvidarse hasta que un día estuvieron aquí y dijeron y defendieron cosas hombres como Di Stéfano y Juanito, y otros que siguen igual que siempre, dentro o fuera, como el imponente señor que da nombre a este sitio.

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Ha trabajado en Marca y colaborado en revistas como Jot Down o Leer, entre otras. Escribe columnas de actualidad en Frontera D. Sobre el Real Madrid ha publicado sus artículos en El Minuto 7, Madrid Sports, Meritocracia Blanca y ahora en La Galerna.

18 comentarios en: La Quinta del Buitre: Blancas pastillas efervescentes

  1. Estupendo el artículo, muy entretenido de leer.

    Para mí la Quinta es la generación de canteranos más sobrevalorada de la historia del RM. Mentalmente blandos hasta la náusea. En Europa fueron un desastre precisamente por eso y, además, por coincidir con el Milán de Sacchi que era la repera. Si no es por las aportaciones de D. Hugo Sánchez y algún "extranjero/no canterano" más los éxitos domésticos hubieran sido muchos menos y en Europa ni les cuento.

    Verlos/oirlos ahora, a excepción del Buitre (que vale para lo que vale y no para partirse la cara por el club después de un atraco, por ejemplo) y Pardeza, es patético. Yo les retiraba el carnet, así, sin más.

  2. ... pues anda que Gallego o Helguera ... A Gallego le he oído decir en el recopilatorio de memeces de El Radio que, en sus tiempos, el Barcelona tenía mejor plantilla, pero que ellos tenían más garra, y por eso ganaban más. Mejor plantilla, dice, cuando coincidió con la quinta más Hugo, más otros jugadores como Gordillo o Maceda.

    Yo también era adolescente cuando surgió la quinta del Buitre y recuerdo cómo me emocionaban. Pero visto retrospectivamente hay algo que no se debe perder de vista: el Madrid venía de 5 años decepcionantes. Celebrábamos las extintas copas de la UEFA como si fueran copas de Europa. Cero ligas y, lo que es peor: ni una peseta en la caja. Mientras el Barcelona fichaba a Schuster o Maradona nosotros hacíamos lo propio com Valdano o el malogrado Cunningham. Igualito. La cosa parecía no tener solución. Luego llegaron los de la quinta. Y se pudo fichar a Hugo. Con eso más lo que había (Chendo, el propio Gallego), formaron un equipo que dominó en España durante 5 años. Pero creo que siendo objetivos, no eran tan buenos. Nunca ganaron la orejona por la sencilla razón de que nunca fueron lo suficientemente buenos, aunque los recordemos con tanto cariño y ahora de dediquen a dar lecciones y a recordar que eran como, en realidad, nunca fueron.

    Saludos.

  3. Además tienen en su debe dos de las páginas más tristes del Club; las dos ligas pérdidas en Tenerife, especialmente la primera después de ir ganando por 2 a 0 y con el gol que nos líquido en una cesión demencial de este Sanchis, ahora tan objetivo, a Buyo desde el centro del campo y la Copa de Europa en que nos eliminó el PSV en semifinales y que luego conquisto sin ganar un partido desde octavos, empatando y en la final por penaltis. Evidentemente era un grupo con calidad pero mentalmente muy débiles y en la alta competición esto se paga y al año siguiente el Milán nos lo recordó

  4. Ya no siento ningún afecto por ninguno de todos estos ex madridistas que se ganan la vida en los medios deportivos. Qué decepción más grande. Ves a los exfutbolistas de otros equipos y van a las emisoras o a los estudios de tv con la bufanda de su ex equipo, sin esconder su pasión por sus colores; y los nuestros todos intentan sobre todas las cosas que todo el mundo olvide que una vez sintieron, si es que fue así, un mínimo afecto por el Madrid. A Martín Vázquez le excluyo porque ese tiró la bufanda del Madrid recién salido de la cantera.
    Yo me pregunto si todos estos ex nuestros que trabajan como comentaristas quemaron la bufanda del Madrid, si es que la tuvieron, y si no la quemaron es que simplemente no les importa un bledo ponerse la antimadridista para que sus jefes les sigan contratando.
    Para concluir, espero que ni Sanchís ni Raúl, que a veces suenan, vuelvan a trabajar para el Madrid. No quiero a gente a la que no le duela el Madrid y a estos sólo les duelen sus intereses.

    Saludos

  5. Vaya, me parece que, viendo los comentarios, no soy el único madridista que piensa que la Quinta quizá no debería tener la fama que tiene... o quizá ahora, con el paso del tiempo, empieza a tener la que realmente merece.
    Aún no hemos visto al niño bonito (Butragueño) renunciar de su madridismo porque creo que cobra del club unos dos millones de euros al año, cuando el dinero se acabe, me gustará ver su deriva.

    Pero vamos, si aún cobrando, lo único que hace es escurrir el bulto y posar con el lado bueno en las fotos, ya me lo imagino junto a Valdano en Bein sports.

    Jejeje, puestos a imaginar, si un día (si llegara a ser comentarista deportivo, quizá no porque el dinero no le hace falta, gana ahora más que como jugador... y se lo merece aún menos que cuando era jugador) se le ocurriera decir "creo que a los jugadores les está faltando intensidad". Si ese día llegara, creo que habría que fichar como fuera a Javi Clemente.

  6. Bueno, bueno... Vamos a ver. Más o menos soy de vuestra edad y comparto muchos de esos recuerdos y vivencias. Siempre he dicho que la Quinta con Hugo, Maceda y Gordillo es uno de los mejores equipos que he visto jugar en mis 51 años de vida. Estos tíos devolvieron al Madrid su grandeza y tuvieron la desgracia de coincidir en el tiempo con el gran Milán. Quizá un poco blandos y faltos de el gen madridista que personalizaban Stielike, Camacho, Juanito y Santillana fueron y grandísimo equipo que, al menos a mí, me dieron muchas alegrías.
    Por otra parte, es cierto que recordar a Sanchis en sus años mozos (camiseta por fuera, medias en los tobillos) como central-todocampista, poderoso y enérgico, me choca mucho con el buenismo que ahora pretende aparentar quizá para quedar bien y alinearse con ese falso madridismo moderado e hipócrita. Señores, el fútbol es pasión, descarga de adrenalina y POSICIONAMIENTO con unos valores tribales que son comunes más allá de nacionalidades, razas o religiones. Y el Madrid, por antonomasia, es el fútbol.
    Dejemos de esconder complejos, defendamos nuestros colores y a quien le pique, que se rasque.

    1. No le devolvieron nada porque el Madrid no se había ido ; en la liga, en los 10 años anteriores a la quinta, el Madrid fue campeón en cuatro, en dos fue segundo con los mismos puntos que el primero y en otro fue también segundo a un punto del título; y en Copa de Europa en el mismo periodo fue una vez finalista y otras dos llegó a semifinales, mejor que la quinta que nunca alcanzó la final. El Madrid siempre estaba ahí y seguía siendo un grande.

  7. Buenas noches cuanta razón lleva usted, D. Mario, empecé el partido contra los mejicanos con el
    sonido de los comentaristas de T.V.E. y en la segunda parte lo tuve que quitar porque aquello
    parecía un funeral, no daba la impresión de que estuviera jugando un equipo español o era lo
    contrario estaba jugando un equipo demasiado español, para el caso es igual. Del Sr. Butragueño
    voy a intentar ser comedido y lo mejor que puedo decir es aquello de " Ni una mala palabra, ni una buena acción"
    Saludos blancos, castellanos y comuneros

    1. Mucho tardaste, amigo comunero, en quitar el volumen del televisor si es que lo hiciste en la segunda parte.... yo, para el minuuto 5 de la primera, recién empezado el partido pues, ya lo quité y puse mi música favorita de fondo... y es que tonterías de los locutores, que cada vez hay más y peores, aguanto las justas, con suerte, una, no más...

      1. Buenas tardes Navarrista, llevas toda la razón del mundo, pero es que se trataba de un
        partido entre un equipo mejicano y otro castellano, yo no creía lo que estaba oyendo y por
        eso decidí ya que se trataba de una empresa pública ( se supone que deben de guardar las formas)
        esperar al segundo tiempo, como el funeral continuaba, los mande a tomar por donde amargan
        los pepinos, una vez, "no " más, Santo Tomás
        Saludos blancos, castellanos y comuneros

  8. El problema de estos ex jugadores es que les han hecho creer que es el Madrid el que les tiene que estar agradecidos a ellos y no ellos por haber estado en el mejor club de la historia. Aparte de que todo aquel que se declare madridista ya es sospechoso de no ser objetivo nunca en sus comentarios, por lo que se dejan llevar por ese aire que hay en la prensa deportiva actual.

  9. Gran artículo que describe a la perfección esta horrible plaga que tenemos que padecer los madridistas últimamente con los comentaristas de televisión. Que panda de imbéciles llenos de hipocresía,de un buenísmo insufrible,pretenden ser objetivos porque,al parecer,esta mal visto ser del Madrid,el equipo que les hizo ser lo que fueron como jugadores y les permite actualmente seguir mamando de la teta de lo políticamente correcto ,eso sí, sufragados por sujetos de la calaña del Roures,un supuesto comunista pero en realidad capitalista feroz a la par que separatista y soci del Farsa.Esto es lo que hay y ,en este aspecto,nuestro presidente no anda muy vivo.Insisto,a día de hoy,los medios son nuestro principal enemigo.

  10. Bueno, para gustos hay colores...

    A mí no me parece mal que sean objetivos y, con ello, parezcan poco forofos del Madrid.

    Me parece mucho más grotesco Julio Salinas, que sólo ve penaltis a favor... pero cada uno tiene su perfil favorito de comentarista...

    Salud.

    1. Buenas tardes Lateral, entiendo tu postura perfectamente, pero en modo alguno es nada práctica
      ¿Por qué? . Porque en cualquier tertulia de los 6 comentaristas 5 son como Julio Salinas y el sexto
      que es del Madrid llevan al más tonto o el más maleable económicamente. A día de hoy, hay muchos
      atléticos y barcelonistas que creen sinceramente que el árbitro Clos Gómez hizo un buen arbitraje
      en el campo de La Orga, el motivo es que siguieron el partido por Onda Cero, Radio Marca, S.E.R
      C.O.P.E. y en todas estas emisoras el arbitraje del fullero aragonés fue calificado como bueno.
      Que decir de la retransmisión de Bein Sport Barça con el Valdano y el Raúl repartiendo mierda
      Luego vieron el resumen del partido por Gol T.V. buen arbitraje del aragonés. En Tele Deporte poco
      le faltó a algún tertuliano para decir que el único penalti fue el de Carvajal. Ser neutral en estos
      momentos es dar por perdida la guerra de la comunicación de antemano, hay que mancharse las
      manos con la maquina de escribir y denunciar y denunciar, hasta que nos duelan los dedos de escribir
      Saludos blanco, castellanos y comuneros

  11. José María Gutiérrez "Guti" es el único comentarista que parece madridista de verdad, de los que se parte la cara por el club más allá de que trabaje en la cantera. Estoy harto de que los madridistas sean tan políticamente correctos cuando luego llega "el inventor del fútbol" Xavi y puede decir lo que quiera, ni te digo el Lobo Carrasco que parece que ve otro partido en una tele distinta.

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