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Gareth Bale: Hándicap 2

Gareth Bale: Hándicap 2

Escrito por: Pepe Kollins3 mayo, 2016
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Bale tiene un hándicap 11 pero en realidad los podríamos reducir a dos: corre mucho y es británico.

La desafección suscitada a raíz del desastre de la Armada Invencible, la derrota de Trafalgar y la pérdida de Gibraltar aún perduran en la memoria del español medio. Una desconfianza que en el plano futbolístico también ha consolidado la histórica dificultad del jugador británico para adaptarse fuera de las islas. El fútbol birtánico siempre ha conformado una realidad diferenciada de la del continente, no ya por la tipología de juego sino también por el espíritu de sus aficiones, los tradicionales códigos internos de plantillas e instituciones y un cierta conciencia esencialista, de fútbol primigenio, de gran valor entre ellos.

Quizás por ello el aficionado español arquea la ceja cada vez que un futbolista británico recala en su equipo. Aunque el florecimiento del Real Madrid de principios del siglo XX fue posible gracias al concurso de jugadores ingleses como Stampher, Arthur Johnson, Charles Wallace, Lindsey, Linney y Wickerstaff, la posterior irrupción de jugadores como Cunningham, McManaman, Woodgate, Beckham y Owen nunca dejaron un completo buen sabor de boca. Desde el momento en que un inglés fichaba se situaba bajo sospecha de añoranza, sentimiento que podía predecirse a tenor de dos circunstancias: la escasa predisposición por aprender español y la práctica del golf. Si transcurridos dos años el futbolista todavía utilizaba su idioma para comunicarse y su tiempo libre transcurría entre green y green, no cabía mantener la esperanza.

De nada ha servido en el caso de Bale que su rendimiento haya mejorado notablemente en este curso. Que la prensa destacase que, presuntamente, había hecho 36 hoyos en su día libre y que haya concedido unas declaraciones a la televisión del club en inglés, ha sido suficiente para ponerlo todo en duda.

Bale

“Corre mucho”, por otro lado, es lo primero que se le escuchó decir a muchos madridistas la primera vez que tuvieron constancia de la velocidad del de Cardiff. Pero “corre mucho” no era, para estos peculiares intérpretes, una mera proclamación de su virtud, sino también de la limitación que, según ellos, acarreaba dicha cualidad: “Necesita mucho espacio”. Así fue como Gareth Bale resultó ser, a ojos de estos analistas, un jugador no apto para defensas cerradas. El galés era demasiado rápido y, claro, cómo iba a manifestarse como el velocista que era con una maraña de adversarios ejerciendo de obstáculos.  Con tan solo dos conclusiones precipitadas se había convertido al elegido en dos ocasiones mejor jugador de la Premier League en un atleta que, a fin de cuentas, lo que requería era una pista de atletismo.

Pero, obviamente, estos aficionados no habían visto en demasía al Gareth Bale del Tottenham, como puede que tampoco reparasen en el jugador que ya ejercía como madridista desde hacía dos años. De haberlo hecho hubiesen certificado que Bale marcó la mayoría de sus goles, en su último año en la Premier League, sin necesidad de metros por delante y hasta con la defensa rival parapetada frente a su portería, y que lo hizo con toda suerte de remates: de libre directo, de tiro lejano en jugada, cabeceando, rematando en área pequeña, llegando con potencia desde segunda línea y sí, alguno, aunque los menos, también de contrataque.

En España el galés también ha dado muestras no ya de una capacidad goleadora descomunal, sino de una variedad de recursos que distan mucho de los de un jugador que simplemente destaca por su velocidad. El dribling de Bale no es nada desdeñable, pero además cuenta con una gran capacidad de asociación, no ya asistiendo desde cualquiera de los dos lados, sino filtrando pases desde la frontal del área, así como combinando en espacio reducido, de pared y hasta de espuela.

Dos de sus mejores cualidades desacreditan, por sí solas, el juicio de “jugador necesitado de espacio”. Por un lado, su disparo lejano en jugada. Pocos futbolistas en el mundo tienen el latigazo del que dispone Gareth Bale. A poco que le concedan un metro es capaz de dibujar una parábola que puede sortear a los defensas y acabar fuera del alcance del portero. Por otro lado, su gran juego aéreo. A día de hoy el delantero del Real Madrid es, con nueve goles, el mejor cabeceador de la cinco grandes Ligas europeas.

Pero hasta las propias estadísticas lo encuadran como un jugador total. Esta temporada, participando de un equipo que, por lo general, se enfrenta a rivales encerrados en su área, el galés supera en el ratio de goles por minuto jugado en Liga a los dos grandes monstruos del campeonato: Cristiano Ronaldo y Leo Messi. Un gol cada 87 minutos del galés por uno cada 98 del portugués y uno cada 102 minutos del argentino. Unas cifras que en términos globales, de haber disputado todos los encuentros y haber lanzado los penaltis, le habrían puesto en disputa, casi con toda seguridad, de la Bota de Oro.

Y es que Bale se ha perdido la friolera de 14 partidos de Liga en 36 jornadas y no ha lanzado ninguno de los 9 penaltis con los que ha contado el Real Madrid. Por ello cabe inferir que con el concurso del galés el destino del equipo en el campeonato liguero hubiera sido muy diferente del actual, razón por la cual cabe considerar que no hay una circunstancia de mayor relevancia para la entidad blanca, a nivel deportivo, que la de evitar que su estrella británica, angloparlante y aficionada al golf deje de perderse un promedio de más del 30% de partidos cada año. Y si es necesario recurrir a los servicios externos de un médico o de un fisiólogo extranjero, como han hecho otros grandes jugadores con problemas recurrentes de lesiones para conseguirlo, pues se hace. Aunque si eso sucediese, lo más probable es que ya nada se hablase de los muchos goles que conseguiría Gareth Bale y sí del historial de dicho especialista.

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Nombre: Javier Alberdi @JavierAlberdi. Antaño participé activamente en Ecos del Balón, El Asombrario y The Last Journo. Coordinador y coautor del libro "Héroes": https://bit.ly/2JC6kwx

5 comentarios en: Gareth Bale: Hándicap 2

  1. El bueno de Bale es un pedazo de jugador que, bajo mi punto de vista, todavía no ha podido demostrar ni el 20% de su valía. Tiempo al tiempo. Espero y deseo que pueda seguir muchos años en el Real Madrid y se desate finalmente para nuestro deleite. A mi solo me enfadó una vez, el año pasado contra la Juve en casa, cuando tuvo dos clarísimas de cabeza que mando al limbo. Pero fuera de eso y salvando las lesiones, me tiene enamorao.

  2. Hola

    Felicidades un comentario contundente, como martillo de herrero, que destila una flema de lo más británica. Y sin embargo, no está exento de una crítica realista, y constructiva

    Los hechos, y el sarcasmo. Son la mejor medicina para una realidad periodística, que se ampara en nuestra incapacidad para cuestionar la incontinencia verbal, de una prensa tan anti madridista, como autocomplaciente

    Un saludo

  3. A mí me encanta. Y sigo pensando que en la final contra el Atleti (doy por hecho que ganaremos al City en el Bernabeu) va a hacer un partidazo de los que se recuerdan toda una vida. La prensa es tremendamente injusta con este pedazo de futbolista. Es un fenómeno.

  4. No se de donde ha sacado el articulista el dato del handicap de Bale pero me resulta muy raro que sea solo 11.
    Un jugador que ha nacido en Cardiff donde se respira golf por todos lados, con la mítica sede de la Ryder Cup Celtic Manor a unas millas de su ciudad y siendo deportista y atleta cualificado más le adjudico el handicap 2 que el 11.

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