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Balcanización del madridismo

Balcanización del madridismo

Escrito por: Julia Pagano2 octubre, 2018
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Teníamos dos croatas, uno se marchó, otro se quedó. Después del mundial Mateo sintió, con razón, que la falta de continuidad lo estaba malogrando y pidió pase; a Luka no lo perdimos por un pelín, su eclosión al frente de su seleccionado le demostró que ya no le calzaba seguir pasando inadvertido, haciendo silenciosamente su impecable labor cada vez que era convocado, y de no ser porque el Inter se confió demasiado o el Real no estaba para más bajas y se puso las pilas, hoy nos estaríamos lamentando. Como sea, nos quedamos con el mejor.

No con el mejor de los dos (Kovacic todavía está por enseñar su verdadero nivel si se le brinda la chance), sino con el mejor del Mundo. Modric es serio, discreto, responsable, profesional, comprometido, solidario, un muchacho de familia, curtido en guerras y migraciones, conoce el sufrimiento y el trabajo duro, sin que ello le haya hecho mella en su buen humor ni en su sensibilidad; y encima, como bien señaló desinteresadamente Jesús Bengoechea, es el más guapo. El yerno con el que sueñan todas las abuelas.

Pero no voy a hablar de Luka Modric en este espacio.

Tampoco voy a incurrir en una de las habituales críticas al club que tan floridas increpaciones me valen cuando oso opinar en mis cada vez menos frecuentes incursiones en las redes sociales y ni qué decir esporádicos artículos. Al contrario, de tomar cierta distancia y observar tan sólo cómo asciende la beligerancia entre diferentes sectores de la parcialidad madridista ha nacido el título que da origen a esta nota: la evidencia de una atomización sin precedentes en el propio seno de la afición y el grado de virulencia creciente con que se viene manifestando.

Hasta no hace tanto, el grueso de la artillería que se desplegaba en las redes sociales provenía de culés, colchoneros, hasta algunos sevillistas y ahí en eso residía la diversión, apretábamos nuestras lineas y haciéndoles frente, nos hacíamos el festín a su costa. En los últimos tiempos las contiendas más encarnizadas se producen entre madridistas y… ¡madridistas!

Es cierto que catástrofes como la del Pizjuán, o el insatisfactorio empate del derbi, no colaboran a mantener el mejor de los talantes; pero hasta para enfadarnos nos mostramos un poco desnorteados. Todos y cada uno muy dueños de la razón, portadores de una visión profética o una fórmula mágica y los errados son siempre los demás. Mas a la hora de hacer autocrítica severa, de señalar los puntos y la íes donde corresponde resulta que cualquier objeción al desempeño del equipo, del entrenador o de la dirigencia es acto de alta traición, tentativa de desestabilización o rotunda majadería. Que de tanto defendernos nos hacemos daño.

Nunca se ha visto tanta unanimidad en la desavenencia. Admito que tal vez mi propio madridismo sea un tanto bisoño como para albergar memorias de larga data, que recién con el advenimiento de la globalización en las comunicaciones podemos acceder a un panorama más completo aun en este culis mundis en que habito; pero en lo personal no recuerdo un estado de división tan profunda dentro de las banderías merengues. Acaso en el ocaso de la “Era Mou” se registró un estado de situación semejante en cuanto a la intensidad del enfrentamiento, pero con taxativa claridad: o eras mourinhista o antimourinhista, sin medias tintas ni desviaciones.

Nunca se ha visto tanta unanimidad en la desavenencia.

En cambio, lo de ahora es de una nebulosidad proverbial. Un cuadro complejo donde todos tenemos la culpa de todo; mejor dicho, que  la culpa es de los otros, que uno es epígono de lealtad inquebrantable, que nos encontramos en una condición inmejorable, que desde tiempos de Di Stefano y Bernabéu no ha gozado el club de salud más óptima en todos sus órdenes, y no te atrevas a cuestionarlo, ¡so infiel!

Aunque los hechos se obstinen en tratar de reconvencernos a fuer de golpes y revolcones perfectamente evitables. O no tan perfectamente, pero para decretar los errores ahora tenemos el VAR y sus exégetas.

Lo alarmante es que esa solidez de concepto se distribuye en compartimentos estancos sobre argumentos que, aunque en verdad no lo fueran, en la práctica se presentan en forma de confrontación o incompatibilidad. Algo que al principio surgió como una reacción natural ante un evento imprevisto se ha ido deshilachando en facciones cada vez más sutiles. Al principio fue casi lógico que nos dividiéramos entre zidanistas y antizidanistas, incluso que entre los primeros se estableciese distinción entre indignados y agradecidos a causa del modus operandi de su dimisión. No menos espontáneo sería que la designación del reemplazante concitase parejamente rechazos y simpatías, lo mismo que las circunstancias en que se produjo su asunción. Hasta aquí una vez más parecíamos casi normales.

Mas pronto comenzamos a sumergirnos en un estado de desagregación progresiva donde toda afirmación pasó a ser objeto de antagonismo o contraofensiva. Así han ido surgiendo tendencias insólitas como los neymaristas y antineymaristas, que se disputan la contratación de un jugador cuyos sus actuales dueños no quieren soltar; o los ronaldistas y antironaldistas, que se duelen o celebran las desventuras de la estrella que hemos perdido. No menos curiosos han sido los marianistas de última hora, que se niegan a ver lo obvio, borrando selectivamente pasajes de la biografía de su preferido para justificar la fe desmedida en el retorno del hijo pródigo.

A la saga de esa casta de advenedizos se acumulan los más conservadores que, si bien no alientan dicotomías, atrincherados en sus bastiones particulares defienden a los favorecidos por sus predilecciones y propenden a incrementar la atomización del espectro. Sobresalen en estas filas los keyloristas que no conciben otro nombre bajo los tres palos y se hacen cruces ante la sola idea de que cualquier desprevenido venga a poner en duda su titularidad perpetua; los baleistas que por fin pueden expresar su respaldo a aquel ignoto galés de moño que y a fuer de temple y cierta indiferencia ya se ganó un sitio propio en la historia del equipo. Y si de históricos hablamos, obviamente una nutrida fila se alinea detrás de Benzema y otra no menos ancha se apunta con Sergio Ramos a pesar, o a causa quizá de los estrepitosos récords -que en lo personal me tienen bastante sin cuidado- y no menos ampulosas manifestaciones de nuestro capitán.

Sin embargo, el teatro de operaciones no se limita a los actores dentro del campo de juego; aparecen escaramuzas referidas al manejo de los medios de comunicación, y así encontramos con los pro RMTV y sus correspondientes anti, la mayoría más o menos periodistas y unos cuantos actuales o pretéritos miembros del staff del canal de la casa.

Como si faltaran motivos para promover divisiones, ahora caen con el proyecto del nuevo estadio y su financiación a 106 años. Tenemos que decidir de qué lado colocarnos. ¿Aplaudimos la perspectiva de contar con las mejores instalaciones deportivas que pueda ofrecer una institución a escala mundial, o debemos rechiflar las veleidades de un presidente que para perpetuarse en el poder endeuda a la casa en pos de las obras de un Real Madrid Arena que en definitiva se convertirá en su mausoleo? No me pidan que me expida. En este punto me planto en ‘territorio comanche’, si cabe el revertianismo.

A esto hemos llegado, así como sin darnos cuenta. Negándonos a asumir los grandes errores, desestimando la magnitud de las crisis, permitimos que se fueran produciendo las primeras grietas, generando vacíos quizá pequeños pero no menores, dejando que el resquebrajamiento avanzara sin notarlo o sin dejarlo notar. Se impuso la ley del traje del emperador y tanto nos convencimos de la belleza de las sedas inexistentes que aquel que esbozase la menor sonrisa ante las carnes colgantes del monarca era pasible de severas condenas. De todas maneras los calzoncillos reales, antes que a la risa, llamaban a la amargura.

Desde aquella ‘Edad de oro’ que hoy nos parece remota, cuando nos fundíamos en una fraternal Arcadia y bailábamos abrazados en derredor de la 13ra en religiosa adoración, la realidad del Real Madrid ha experimentado progresivas alteraciones.

Es cierto que no tuvimos una Perestroika, no se declaró una tormenta de cambios, ni se llenó la Plaza Roja de komsomoles bailando la lambada. Al contrario, nos fuimos sumergiendo plácidamente en un cómodo triunfalismo minimalista. Nos conformamos con llevar ganados cuatro partidos de Liga ante rivales de menor talla (que cuando nos tocó enfrentarnos a uno un poquitín más sólido, sacrificamos dos puntos y ayer nomás perdimos estrepitosamente), con haber debutado con buen pie en la Champions ante el rival más duro del grupo que nos ha tocado, con seguir conservando el patrimonio del club sin rendirnos a las tentaciones financieras de jeques y corporaciones foráneas. Nada que esté mal, por cierto. Salvo esa fragmentación que nos aqueja como familia, como cuerpo, como soporte de la identidad que nos define y representa. Los caprichos de cada aldea empiezan a pugnar por imponerse sobre aquel sentido de unidad que nos hacía fuertes, que nos brindaba aquella sensación de seguridad, de pertenencia; algo que en derrotas como la de Sevilla se vuelve imprescindible, la energía vital que precisamos para reponernos del cimbronazo, revisar los fallos, recomponer el espíritu y recobrar el aliento.

Cuando empiezan a pasar estas cosas, es síntoma que algo raro está incubando. Me pregunto si antes de que lo que fuere ese ‘algo’ pase a mayores -si ya no está empezando a pasar-  no sería siquiera prudente preguntarnos si realmente las cosas andan tan bien.

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@juliapaga Madridista allende los mares.

20 comentarios en: Balcanización del madridismo

  1. Una pequeña aclaración, el desastre no fue en Mestalla sino en el Sánchez Pizjuán, aunque imagino que habrá sido un lapsus....

    Dicho esto, no sé si estamos ya balcanizados o simplemente es más de lo mismo todas las temporadas en otoño, que andamos de bajón y de mudanza como la estación....yo de momento no me preocupo porque no me choca, ni lo veo más grave que en otros momentos....salvo quizá y esto es personalísimo, el asunto Lopetegui que no me transmite alegría ni optimismo...me parece demasiado formal, serio y grave él en sí mismo y tampoco me gusta cómo gestiona los once y los cambios....que me da la sensación de demasiado precavido y respetuoso con las jerarquías....tanto miedo me dan los sargentos de hierro como los apabullados...suelen perder, unos por exceso de autoridad y otros por exactamente lo contrario...porque una cosa es dar cierto cuartelillo a los jugadores y a sus egos y otra muy distinta es darles gusto en todo...porque se te suben a la chepa y cuando quieres bajarlos ya no puedes...y la cabeza que cortan siempre es la del entrenador...yo pienso que es mejor morir con tus ideas que por no haber tenido el valor de lucharlas...

    Sobre las guerras civiles, tan madridistas y tan nuestras en general, es algo genético.....pero siempre hay un bando más dado a intentar imponerse y para mí son menos tolerantes los defensores de todo que los críticos con algo....no sólo defienden todo es que no toleran nada bien que se critique algo....

    Dicho esto, este artículo es otra mecha encendida para las hogueras que dicen que montamos los críticos jajaaajajaja....más madera, es la guerra jajaajajajajaa...

    Saludos

  2. Buenos días, leo su comentario y no termino de entenderlo, me habla usted de balcanización del madridismo
    ¿Me diga usted donde?, en la última asamblea de socios compromisarios la dirección de D. Florentino impuso sus tesis sobre la necesidad de cambiarle el aspecto al Bernabeu y endeudarnos en 600 millones de euros. Otras opciones ni se discutieron y a la hora de votar saco un resultado a la búlgara del 99% de los votos a favor. Ya me dirá usted donde esta la división del madridismo,
    Saludos blancos, castellanos y comuneros

    1. Es como lo planteas, los defensores de todo son a mi criterio los que más fomentan la división. En procura de la unanimidad siembran la peor intolerancia. De eso iba aquello que llamaban totalitarismo, me parece.

  3. Antizidanistas ... emperador desnudo ... crísis ...

    Anonadado me hallo, debe ser que ahora el madridismo son los trolls de Twitter...

    A esta mujer quien la entienda que la compre...

    1. no vas mal norteado, es que desde mi puesto allende los mares, mi proximidad con la afición madridista queda muy sesgada a lo que cae por las redes sociales, y sí, los trolls madridistas son una fauna muy variopinta.

      Por cierto, aunque no me entiendan, si alguien está dispuesto a pagar el precio... a las órdenes!

  4. Cualquiera que anteponga sus filias, sus fobias o sus intereses a los intereses del Real Madrid será cualquier cosa menos madridista. Así que de la mayoría de las opiniones es mejor pasar, y me importa un pito un carnet de socio, he conocido varios socios antiguos profundamente antimadridistas. Y opinar puede hacerlo todo el mundo, pero opiniones que dañen al equipo en mi presencia tolero muy pocas. Para estar luego todos unidos si se gana no hace falta mantener polémicas cuando se pierde, apoyar y animar únicamente.

    1. Yo me alineo en el bando de Toni, y además subo la apuesta declarándome abiertamente mourinhista conceptual, a mucha honra (a pesar de animar siempre a nuestro equipo aún por encima de mis filias y fobias, insisto).

      Enhorabuena Julia, un placer leer tus artículos aquí en La Galerna.

  5. Doña Julia, me alegra que vuelva usted por aquí, pese a las "floridas imprecaciones" que le valió su anterior artículo en este foro.
    Una cosa es que no esté de acuerdo en casi nada de lo que usted dice, y otra que no me agrade leer su "florido" estilo, propio de ese "culis mundis" en el que habita.
    Por ejemplo, admiro y aprecio a Modric en lo que vale como futbolista y como persona, pero pese a lo que haya dicho el señor Bengoechea, no me parece que sea precisamente "el más guapo", aunque para gustos, los colores. Recordemos que también tiene la raya al medio, como Lope.
    Saludos y de nuevo, bienvenida.

    1. Gracias por la acogida, amigo!
      Nada más grato que recibir las expresiones de aprecio de quienes no coinciden. Tal vez a mi gusto, Luka tampoco sea el más guapo, más aún considerando que ya soy una dama madura con preferencias forjadas en otras eras estéticas. Pero convengamos que nuestro Best calza muy bien con los mejores parámetros estéticos del momento.
      Saludos!

  6. Doña Julia, coloca usted al club en una situación de crisis (no sé si deportiva, institucional o ambas). Aunque coherente con su anterior epístola, sigo sin estar de acuerdo con lo que usted afirma. Ve como algo negativo la diversidad de opiniones entre los aficionados del Real Madrid. Se asombra de que para cada jugador o cada situación alrededor del club haya al menos dos opiniones antagónicas (o no tanto), cuando a mí me parece lo lógico en un club ABIERTO e INTEGRADOR.
    El Real Madrid no es una secta, en la que se impone un credo y el que no comulga con él se queda fuera. Aquí hay de todo: optimistas y pesimistas, 'echaos palante' y 'caguetas'. El Real Madrid es universal.

    Una cosa sí le voy a conceder: no me gustan ciertas discusiones que leo en twitter, o más bien el tono de ellas y el tono de ciertas afirmaciones. A mí me espanta que una cuenta que se presenta como 'presidente de la peña X del Real Madrid' se permita decir según qué cosas sobre alguno de nuestros jugadores, el club o la directiva. No va conmigo. Entiendo que practicamente cualquiera puede formar una peña y que habrá presidentes de todos los colores, pero creo que ese 'cargo' exige cierto respeto y cierto talante, incompatibles con algunos tuits que he leído.

    Un apunte. En ocasiones me resulta fatigoso leer su estilo (llamémosle florido) de escritura y este párrafo:
    "A la saga de esa casta de advenedizos se acumulan los más conservadores que, si bien no alientan dicotomías, atrincherados en sus bastiones particulares defienden a los favorecidos por sus predilecciones y propenden a incrementar la atomización del espectro..."
    es una muestra de ello.

  7. Haríamos bien en disolver el equipo y renunciar a todas las competiciones. Después de la debacle del Sánchez Pizjuan, la venta de Ronaldo y la obra del Bernabeu ya nada puede ir a peor. Si lo hubiera dicho cualquier otra persona a lo mejor no, pero habiéndonos demostrado en su prólogo que es una persona nada sectaria, imparcial y que por supuesto no forma parte de ninguna facción del madridismo (está completamente por encima de eso) queda claro que es lo único que nos queda.

  8. Yo tengo la opinion,que todas estas discusiones entre madridistas,bienen alimentadas,por toda esa jerga de tertulias y tertulianos de todas las emisoras deportivas,que todos los dias,estan machacando al Real Madrid.Le critican todo,lo deportivo,lo economico,lo institucional,no dejan titere con cabeza y asi un dia y otro dia y claro,habran aficionados que se dejan influenciar.
    Yo no oigo ninguna emisora deportiva,de tertulias,primero por la gentuza que la componen y segundo por el horario,a las 10.00 hora canaria,estoy dormido.
    Eso si,a las 9.00 pongo el radio,Richard Dees,y entonces me entero de los disparates y mentiras de esta gentuza.
    Conclusion,no dejarse influenciar por toda esta caterba de opinadores,que unos por vender,del Real Madrid se vende todo,lo bueno y lo malo y otros,la gran mayoria,por no podernos ver ni en pintura.
    Saludos desde mi GRAN CANARIA Y HALA MADRID.-

  9. Más satisfactorio aún que ganar es tener razón. Algún año (puede que éste) llegará el no por anunciado menos temido Nadaplete, y entonces tuiteros de todo pelaje se revolverán con satisfacción y dirán "os lo dije".

    Las redes pasarán de moda. Cuando el pozo de odio de twitter se devore a sí mismo surgirá otro nuevo canal de comunicación más moderno, más inmediato y donde por supuesto una opinión resonará sobre todas allá por los confines de la próxina década "el Madrid no juega a nada"

  10. Florentino y los compromisaurios han hipotecado al club para muchísimos años con ese papel albal sin patrocinador y tragando con todas las perrerías del gobierno comunista de Carmenagrado...nos quedamos sin Mbappé, sin Hazard, sin Kane...pero con un papel albal carísimo. Bueno, todavía se le puedes sacar rendimiento económico ofreciendo al Bernabeu como Fortaleza Plateada de algún villano en alguna película de Avengers o Star Wars...

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