Desconozco el dato exacto de asistencia que tuvo en la noche del domingo el Bernabéu, imagino que prácticamente lleno, como en cada partido. Lo siento mucho por todos ellos. Pero no lo siento porque viesen a su equipo perder, en el fútbol se puede perder, como en todos los deportes. El problema no fue perder, sino el cómo. El Real Madrid venía de hacer seguramente su mejor partido de la temporada liguera hace apenas cuatro días en San Mamés, un contexto a priori complicado donde los haya para ganar con solvencia, y los de Xabi Alonso lo hicieron, porque la sensación una vez acabó el partido es que se quedó corto ese 0-3. Pues bien, el domingo vimos todo lo contrario.
Se podrá discutir si el Real Madrid habría jugado mejor con Trent en el lateral derecho, y no el invento al que ni el propio Asencio le encontró sentido, así como la importancia que tuvo la baja de Camavinga en el centro del campo. También el cómo le superó el partido a Quintero González, árbitro del encuentro, pero creo sinceramente que sería hacerse trampas al solitario. Da igual los que jueguen y da igual la persona encargada del arbitraje si no se tiene intención de querer ganar el partido. Y contra el Celta el Real Madrid no quiso, por el motivo que sea, pero no quiso hacerlo.
Personalmente, esto de escribir mensajes en las redes de apoyo al entrenador, fotitos en Instagram y todas estas chorradas que hacen hoy en día los jugadores de fútbol cinco minutos antes de entrar al reservado de una discoteca nunca me ha valido de nada, pero, tras la última derrota, menos aún. Xabi Alonso llegó al Real Madrid para no cometer los errores de Ancelotti en cuanto a mimar en exceso a los jugadores, y sin embargo está terminando con los mismos vicios que el italiano.
No les gustaban las charlas de casi dos horas en la sala de vídeo de Valdebebas y las bajó significativamente de duración. El “capitán” Valverde se quejó por jugar en una posición que no es la suya y ahora tiene que meter ahí a un central con tal de que el uruguayo no se enfade. Rodrygo, al que desde el principio se notó que no contaba para él, ha pasado a ser el jugador número doce indiscutible, porque es muy amigo del vestuario. Pero es que ya para rematar la situación del todo, se tomó la decisión de dar dos días libres tras la victoria en Bilbao, dando como resultado un único entrenamiento antes del Celta, decisión que ya hemos visto las consecuencias tan positivas que ha traído a cambio.
Se puede perder, como en todos los deportes. El problema no fue perder, sino el cómo
La personalidad con la que llegó Xabi al club blanco podría o no ser la adecuada para triunfar aquí, desgraciadamente creo que ya no podremos comprobarlo nunca. Cuando cambias, estás muerto. Los jugadores del Real Madrid han ido ganando pequeñas batallas de vestuario que te acaban dictando sentencia si ya de por sí la base en esa relación con el cuerpo técnico estaba coja, y, como ya hicieron con Carlo Ancelotti anteriormente, ni por esas se están dejando la vida en el terreno de juego.
Ahora es tarde, el tolosarra está a merced de unos jugadores con los que nunca ha llegado a conectar del todo, porque ya no puede volver a sus orígenes, el cambio del cambio sería confirmar perder el poco respeto que parece mantener del vestuario merengue.
¿Y ahora qué? Pues ahora a esperar a que acabe el partido que enfrenta al Real Madrid contra el Manchester City el miércoles en el Bernabéu, no queda otra. Y digo que no queda otra porque no da tiempo a entrenar muchos cambios tácticos si llevas ya meses sin conseguirlo, por lo que lo único que le resta al madridista en esta agónica espera hasta el día 10 es esa, la de ver si sus jugadores tendrán la intención de moverse o no dentro del campo.
Desde fuera, y sin tener la más mínima información al respecto, hay que reconocerlo, el proyecto tiene un altísimo porcentaje de ser un fracaso. Da la sensación de que tienen días buenos, como lo que mostraron en San Mamés, para enseñar de lo que son capaces, pero rápidamente, en cuanto llega otro partido, el objetivo pasa a ser el de hacer el ridículo, para también confirmar que no será de la mano de este entrenador. La culpa parece clara que es en un porcentaje mucho mayor de los jugadores, pero Xabi Alonso está viendo morir en primera persona el proyecto más ilusionante de su carrera y, de momento, no parece estar encontrando la manera de rescatarlo con la dignidad que merece.
¿Y ahora qué? Pues ahora a esperar a que acabe el partido que enfrenta al Real Madrid contra el Manchester City el miércoles en el Bernabéu, no queda otra
Les has empezado a dar días libres, les permites que ya no se presione arriba para que los niños no se cansen tanto, en rueda de prensa sigues y sigues con lo de estar todos juntos y mirar hacia delante, para nada. Al final, un proyecto puede o no funcionar por muchos factores distintos, pero que lo fuese a hacer sin mantener hasta el final sus ideas, sí que es algo que reconozco que no esperaba. El vestuario estaría enfadado “menos feliz” a principio de temporada, pero ganaban. Ahora tenemos más fotos de risas, pero sin hacerlo. De no ganar este miércoles a un Manchester City que nada tiene que ver con el del año pasado, serán dos victorias en los últimos ocho encuentros del Real Madrid. No ha existido todavía un técnico que sobreviva ante tal mala racha de resultados.
Por todo ello, haciendo un poco el papel de portavoz de al menos un sector de la afición madridista, le traslado al todavía técnico del Real Madrid que a la afición no le va a valer de nada que una vez te despidan lleguen las pullas al vestuario, al club o a la situación que se encontró, porque la realidad es que no se está atreviendo a cambiarlo. Que, si no te gusta Vinícius, no le pongas. Si a Valverde le quieres en el lateral derecho, pues que juegue en el lateral derecho. Si crees que hay algunos jugadores, o todos, que se están riendo al verte gesticular como un loco en la banda para no hacerte ni caso, lo denuncies públicamente, porque luego será tarde.
El aficionado del Real Madrid es lo suficientemente inteligente como para saber lo que está pasando, que le traten de tonto es lo peor que les puede hacer un entrenador. Porque sí, de los jugadores por desgracia te lo esperas, en mayor o menor medida, pero te lo esperas. Ahora bien, del entrenador, no.
No sé lo que debe esperar la gente del encuentro de este miércoles, sinceramente. Pero lo que parece bastante claro es que si el objetivo de los jugadores es que cambien a la persona que los dirige, es el partido propicio para dictar sentencia y que esto acabe sucediendo. Lo que sí tendría muy claro si yo fuese a día de hoy Xabi Alonso, es que moriría matando. Ya llevan un mes y medio dejándole claro los futbolistas que ni cediendo en todas sus peticiones van a dejarse la vida por él, por lo que, puestos a morir, que muera con la personalidad que esperaba de él la afición del coliseo blanco. El miércoles sobre las 23:00 de la noche conoceremos la sentencia.
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Ya estaba echando en falta el artículo de Roberto, como madridista y preocupa por el futuro y éxito del club, necesito opiniones tan acertadas y razonadas como las suyas para saber que podemos esperar
Hay algo claro: da igual lo que pase dentro de ese vestuario realmente, y todos los hechos, porque lo que estamos viendo en pleno diciembre es que Xabi, muy a mi pesar, no vale para el puesto.
Da igual todo, los datos están ahí. Después de la reunión de la directiva de madrugada en las oficinas del estadio la noche del partido, que está confirmado que sucedió, tengo claro lo que se habló. No me hace falta confirmación de ningún periodista: siempre es la antesala de la destitucion, que será antes o después, pero será.
Asi que, a menos que ganemos 13 partidos seguidos jugando de fábula, que no creo: cuanto antes suceda antes veremos en que consiste el remedio y si soluciona algo o no.
Es una verdadera lástima.