Agradecimientos al jeque de La Galerna por esta sencillísima misión de recopilar vivencias, sentimientos o pensamientos peores que algo tan maravilloso como dos semanas sin el Real Madrid.
- La idea de que unos dirigentes de un equipo histórico de la Primera División Española de fútbol compró un hígado en el mercado negro para un jugador.
- Tener nueve años, ir a misa, confesarme y escuchar el durísimo: “Sonrieeendooo… has dicho mi nombreeeee. ¡¡¡En la areeeenaaaaa!!!”
- Pasar un rato leyendo los cientos de comentarios que los monigotes blaugranas de Twitter vomitan sobre Jesús Bengoechea o Ramón Álvarez de Mon cuando estos demuestran una categoría intelectual, moral y humana inmensamente superior. Quizás esto es mejor que un parón de selecciones, es profundamente triste pero te saca alguna carcajada.
- Una resaca de tres días que me anuncia que la muerte está cada vez más cerca. Ya no merece la pena ni la diversión del día anterior.
- Que me pare un sonriente voluntario de la Cruz Roja cuando tengo prisa, y si no tengo prisa también. Los admiro pero me crean angustia.
- Ver un Getafe-Mallorca de la Liga de Tebas y el CVC mientras me doy cuenta de que estoy tirando mi vida por la borda.
- Escuchar a madridistas lamentarse cada año de lo mal que lo hace el Real Madrid y constatar que tienen algún tipo de complejo frente a los culés.
- Escuchar a dos personas discutir sobre política española creyendo que este país tiene solución y, con gran convencimiento, afirmar que la solución mágica es la suya.
- Ir al cine y que se siente una persona hambrienta y maleducada a escasos veinticinco centímetros con tres bolsas de Cheetos, medio kilo de palomitas y un constipado en su fase más musical.
- Planchar la ropa o el pensamiento de tener que planchar la ropa. Y saber que hay personas que disfrutan planchando. Esas personas no son de fiar.
- Gerard Romero, su circo, su vudú, su pastoreo.
- Hablar con un amigo culé al que le tengo estima por su inteligencia y sensatez y que me afirme que lo de Negreira también lo hará el Real Madrid pero que no le han cazado todavía.
- Las luces de Navidad de Vigo o, mejor dicho, la gente que viene a ver las luces de Navidad de Vigo.
- Ver las líneas que traza para el fuera de juego la televisión de Roures, cambiar de canal por equivocación y visualizar unos segundos El Chiringuito, tras sufrir una presíncope, recuperarme y cambiar de nuevo de canal: la sapiencia de un portavoz político español. Desisto, me voy a la cama y abro un libro.
- Mis sentimientos en el minuto 92, 24 de Mayo del 2014.
- La pasarela de la web de Ryanair cuando en un acto reflejo, sentado en la mesa del despacho, me agarro la cartera y me pongo la mochila delante del pecho con miedo a que me roben la cartera.
- El momento en el que se termina el Padrino I, sabes que no vas a vivir un momento igual. Te han robado la virginidad cinéfila. Tras ese momento, mides el cine según una nueva escala.
- Pensar que puede que lo de Negreira nunca se descubriese y que todos estos crápulas se podían haber ido de rositas. Lo que me lleva a pensar en la cantidad de corrupción que en estos momentos desconocemos, en el fútbol, en tu ciudad, país y, en definitiva, planeta.
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