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40 Años sin el “Amigo Félix”

40 Años sin el “Amigo Félix”

Escrito por: Athos Dumas14 marzo, 2020
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Los galernautas veteranos ya saben que en La Galerna acostumbramos con frecuencia a relacionar al Real Madrid con personas, figuras históricas, grupos y ámbitos en general, que escapan a nuestro querido club. Lo hacemos en el convencimiento de que en realidad no existe esta desconexión, en tanto que concebimos al Real Madrid no solo como un club deportivo sino también como una serie de valores que nos determinan. Sirva este homenaje a Félix Rodríguez de la Fuente como un ejemplo de esta pretensión.

 

Era la mañana del 15 de marzo de 1980, hace hoy justo 40 años. Por aquél entonces yo estaba haciendo mi último año de Terminale – curso equivalente al COU de la época – en el Liceo Francés de Madrid, preparando el examen final, el Baccalauréat, para ya poder afrontar mis estudios universitarios al año siguiente.

La noticia corrió como la pólvora por todo el inmenso recinto del colegio, en el Parque Conde de Orgaz, en el que estudiábamos más de 3.500 alumnos: Félix Rodríguez de la Fuente, el Amigo de los animales, había fallecido unas horas antes en Alaska – 14 de marzo en América – en un terrible accidente de avioneta junto a otros dos compañeros de Televisión Española.

El impacto mediático fue gigantesco en España. Todos los informativos se hicieron eco de inmediato y todo el país se vistió de luto al instante. Posiblemente, tras la figura de Adolfo Suárez, Rodríguez de la Fuente era el español más conocido en nuestro país. Y sin duda el español más querido por todos. La nefasta nueva impactó doblemente, si cabe, en el Liceo Francés de Madrid, ya que sus tres hijas, Mercedes, Leticia y Odile, eran compañeras nuestras de colegio, aunque de edad bastante menor que la mía. Alguna vez, a eso de las 5 de la tarde, cuando ya era hora de coger la ruta para volver a casa tras las clases, había visto de lejos la figura archi popular del “Amigo Félix”, yendo a recoger a sus hijas, en compañía de su esposa francesa, Marcelle Parmentier, con la que se había casado en 1966.

Todos, absolutamente todos los alumnos del Liceo admirábamos profundamente a Don Félix, en especial porque para cada uno de nosotros era una figura más que familiar: penetraba en las pantallas de nuestras televisiones con sus documentales de “El hombre y la tierra”, y también nos había acompañado años antes, cada sábado por las tardes, después de ver “Los payasos de la Tele”, con su programa “Planeta Azul”.

Además de su inmensa popularidad, en nuestro colegio le considerábamos muy nuestro, y, aparte de admirar su labor por la que conocimos gracias a él mucho mejor la fauna ibérica – el lobo, el buitre leonado, el lince, el oso pardo – y también la fauna de otras latitudes, nos sentíamos bien ufanos de que hubiera elegido para sus hijas la misma formación, laica y liberal, que nuestros padres para nosotros.

Los lunes por la mañana, en el colegio, junto a los compañeros de clase, no sólo comentábamos los resultados de los partidos de fútbol del domingo anterior, sino también los episodios de “Kung Fu” con las andanzas del “Pequeño Saltamontes” y por supuesto los de “El hombre y la tierra”, unos reportajes increíblemente bien filmados sobre la Fauna Ibérica, la “Serie Americana” rodada en Canadá y en Alaska, y la “Serie Venezolana”, esta última con imágenes tan impactantes como en las que unas anacondas, se sumergían bajo unas plantas acuáticas  en algún afluente del río Amazonas para sobrevivir a un gran periodo de sequía, puede que una de las grandes obras maestras del Doctor Rodríguez de la Fuente, que junto a los miembros de su equipo, trataba de salvar a los reptiles de unas consecuencias funestas.

Pongámonos en el contexto de la España de hace 40 años, en la que apenas habíamos oído hablar seriamente de los animales salvajes en películas como Hatari y poco más. En los que los zoológicos eran una serie de jaulas mal acondicionadas en las que se hacinaban numerosas especies animales. El Doctor Rodríguez de la Fuente para mí fue de los primeros ecologistas “Avant la lettre” y gracias a él empezaron a proliferar asociaciones protectoras de animales como Adena y comenzaron a acondicionarse adecuadamente los parques zoológicos de toda España. También empezaron a surgir por toda nuestra geografía los “Safari Park” con felinos, rumiantes y simios en semi libertad.

Estuve charlando hace unos días con la hija menor de Félix, Odile, una bióloga prestigiosa y brillante, además de encantadora persona, alma máter durante muchos años de la Fundación que lleva el nombre de su padre – hoy en día, desgraciadamente, la Fundación lleva 3 años con sus actividades congeladas -. Me contaba que su padre era un hombre que rendía culto a preparar su cuerpo a través del deporte, y en particular del atletismo. De niño había practicado el fútbol en su pueblo de Burgos, Poza de la Sal. Ya de adulto, corría casi a diario y siempre se mantuvo muy en forma física. Para él, su cuerpo era una herramienta imprescindible en su vida y como tal consideraba que tenía que tenerla siempre a tono.

Cuando paraba en casa, ya que pasaba más de la mitad de su vida viajando, sus aficiones, además de estar con su familia, eran leer sin parar y ver los telediarios.

No he podido contrastar si Félix era un aficionado al fútbol – parece ser que no demasiado - de lo que estoy seguro es que su figura es de las más importantes, incluyendo todos los ámbitos, de todo el siglo XX español. El “amigo Félix” es quien hizo transmitir a millones de niños – y a sus padres – una serie de valores que son bien conocidos en este querida Galerna : el coraje y la valentía, la búsqueda constante por mejorar y por innovar, la absoluta dedicación por su trabajo, la pasión que le ponía a todas sus actividades, la importancia de la labor bien concebida y acabada, la obsesión por el trabajo en equipo – scripts, cámaras, redactores, científicos – que culminaban en conseguir unos reportajes espectaculares. La solidaridad, el equilibrio ecológico, en definitiva, poder llevar el conocimiento y la felicidad a muchos hogares, además de concienciar a todos de la importancia real de cuidar nuestro “Planeta Azul”. La lucha por la vida, la inextinguible esperanza por lograr un mundo mejor le acompañaban en cada paso que recorría.

Sirvan estas modestas líneas como un modesto, aunque merecidísimo homenaje para un pionero que hizo de su profesión una verdadera forma de vivir, disfrutando hasta el límite de cada instante.

4 comentarios en: 40 Años sin el “Amigo Félix”

  1. Gran articulo dedicado a este divulgador que nos hizo disfrutar tanto de la naturaleza y su entorno y a respetar a los animales en su habita. hoy todabia seguimos viendo documentales y escuchando su vos siempre estaras en nuestros corazones amigo de todos y especialmente de lobo que fue el gran defensor de ellos.

  2. Y con mucho más fundamento e interés común. El futbo al igual que otras cosas sólo buscan el interés propio.

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