Las mejores firmas madridistas del planeta
Inicio
Crónicas
3-1: Luz en el horizonte

3-1: Luz en el horizonte

Escrito por: Fernando Alcalá-Zamora20 enero, 2023
VALORA ESTE ARTÍCULO
1 estrella2 estrellas3 estrellas4 estrellas5 estrellas

El Real Madrid femenino no pudo superar al FC Barcelona (3-1) en el tiempo extra del partido de semifinales de la Supercopa de España disputado en Mérida. Las madridistas pusieron a sus rivales contra las cuerdas gracias a un gran gol de Caroline Weir, pero un penalti en contra en la prórroga sentenció al Real.

En el fútbol existen tantas realidades como aficionados viendo un partido. La percepción única de cada par de ojos permite construir historias infinitas, casi todas válidas, dependiendo de en qué quiera ponerse el foco, cuál sea el estado de ánimo, o qué camiseta se guarde en el armario. Sin embargo, el décimo enfrentamiento entre Real Madrid y Barcelona en el fútbol femenino, jugado a tumba abierta, dejó grabados sobre el césped del Estadio Romano de Mérida un puñado de titulares universales e indiscutibles.

Por primera vez en estos dos años y medio, el Madrid llegó vivo a la orilla del minuto 90. Tras nueve derrotas consecutivas, el empate a uno en el marcador permitió a las blancas descubrir un nuevo mundo y soñar con su conquista. El problema, claro, radica en que también allí el Barça sigue siendo un ogro: el nivel físico de su plantilla, como quedó demostrado, es de otro planeta. El tercer titular, por los gestos en el campo, por las celebraciones en en el banquillo, y por los sonidos emanados de las gradas –a pesar de las poses primigenias sobre la poca importancia de que el Real llegase o no al fútbol femenino–, es que la historia era falsa: incluso este Barcelona campeonísimo agradece el aterrizaje de su gran rival.

Así de importantes fueron los 120 minutos disputados en Extremadura. En las gradas se alentó y se silbó a partes iguales; las futbolistas honraron a su profesión con detalles de calidad pero también con triquiñuelas de veteranas. Fue todo lo que un duelo entre camisetas blancas y azulgranas es y ha de ser, ahora también en el contexto femenino. Y aunque la victoria final volvió a eludir al Madrid, con el añadido lógico de crueldad, en las oficinas del club en Valdebebas podrán dar buen uso a los apuntes extraídos del choque.

Quizás el más importante quede ejemplificado en las figuras de Caroline Weir y Naomie Feller. Las dos incorporaciones veraniegas confirmaron –la escocesa con su  técnica, la francesa con su físico– cuál es el camino a seguir. Durante más de 45 minutos el Barcelona había sido la misma maquinaria engrasada, desde las centrales hasta la delantera. Mapi León combinaba con precisión, Geyse Ferreira o Fridolina Rölfo exhibían su exuberancia física, y Claudia Pina aparecía y desaparecía sobre la frontal como un fantasma. El Real aguantó casi media hora, pero en el 24 la menuda jugadora catalana se inventó un golazo esquivando las piernas de la zaga, los guantes de Misa Rodríguez y la cepa de su poste izquierdo.

Si bien era el cuento de siempre, algo hasta ese momento inapreciable estaba llamado a zarandear el tablero. Alberto Toril –una vez fracasados sus intentos previos– probó esta vez con un XI en busca de la electricidad a la contra. Olga Carmona y Athenea del Castillo escoltaron dede los costados a una Naomie Feller empeñada en convertirse en la delantera titular. En el único amago de contraataque prometedor de la primera mitad, la francesa obligó a Irene Paredes a cargarse con una amonestación. En el global del partido, fue una artimaña propia del mejor director de cine: la bomba plantada con sigilo que más tarde hará saltar por los aires el guion.

El detonador lo apretó Caroline Weir poco antes de la hora de juego. La escocesa forzó una falta cerca de la línea del área, bien perfilada para su lanzamiento, y al silbido de la árbitra respondió con un golazo de falta directa superando a la barrera rival. Su gol sonó al primer grito de queja ante una tiranía asfixiante. Pudo quedar en nada, pero era la única forma de abrir una senda hacia la revolución… y ésta llego de Francia sólo cinco minutos después. Si el primer golpe lo dio la calidad, ahora llegó el turno de la potencia. Feller disputó con poderío un balón sin importancia en el centro del campo, confió en llevárselo antes que Paredes, y su anticipación por velocidad convirtió a la experimentada central vasca en una novata: la segunda amarilla era inapelable, el Barcelona jugaría con 10.

La noche se puso de cara para el Madrid, pudiendo al fin paladear lo que supone ver al gran rival sufriendo sin red sobre el alambre, pero sólo ahora estaba llegando a la cima de la curva del aprendizaje este Real. Ahí confirmaron su valía futbolistas como Claudia Zornoza o Rocío Gálvez, imperiales en su esfuerzo sostenido, al mismo tiempo que el equipo se dio de bruces con la que es quizás la última estación del viacrucis que se viene recorriendo desde 2020. Con empate en el marcador y superioridad numérica, el Barcelona aguantó el envite en el plano físico –tal es su nivel de excelencia– y tiró  de experiencia para situar la prórroga donde quiso.

En campo rival, el Real Madrid, sobreexcitado por la posibilidad de la victoria, no consiguió fabricar ocasiones con la paciencia necesaria. Y en el área de Misa, nerviosas como el alumno en su primer día de instituto, las defensas bordearon la tragedia hasta convertirse en inevitable. Se alcanzaba ya al 110 de partido y ambos bandos estaban agotados; sólo quedaba una salida: la intervención de alguna veterana de guerra. Así lo entendió Lucy Bronze, pues no dudó en internarse en el área con el balón a la espera de ir al suelo en cuanto se produjese el más leve contacto. La árbitra, a esas alturas, iba a pitarlo siempre; Mariona Caldentey no lo fallaría.

Así murió el Real, nunca antes tan hasta el final. ¿Acaso es aquella luz que se atisba en el horizonte el final de la penitencia?

 

Un comentario en: 3-1: Luz en el horizonte

  1. Esta ves no estoy 100% de acuerdo con Fernando, por el contrario el partido de ayer me dejo más aburrido que otros, el motivo: jugamos con una jugadora de más 60 minutos y se perdió de igual forma.
    Por más que en la crónica se intente ver lo positivo y tapar el resultado, creo que el mensaje ha sido claro.... el equipo le falta bastante y no le planta cara al rival. y estas derrotas duelen y dejan huella.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Tweets La Galerna

Se pasó ocho años @antoniohualde despotricando de Bale porque no hablaba español. Ahora le parece que Bellingham en cambio bien... aunque tampoco habla español.

Sin embargo, creo que le entiendo, aunque no comparta su texto.

Estamos ante un escenario -en fútbol y baloncesto- que puede hacer de 2024 el mejor año deportivo de nuestras vidas.
Concentración, humildad y ¡a por ello!
¡VAMOS REAL!

homelistpencilcommentstwitterangle-rightspotify linkedin facebook pinterest youtube rss twitter instagram facebook-blank rss-blank linkedin-blank pinterest youtube twitter instagram