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Vinícius, el conejo blanco

Vinícius, el conejo blanco

Escrito por: Patricio Cuadra4 marzo, 2020
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Hay un joven obsesionado con el tiempo recorriendo la banda izquierda del Santiago Bernabéu. Da igual que estemos en el minuto tres de partido o en el ochenta y ocho; el joven en cuestión corre sin parar los 105 metros del lateral en un sentido y otro, sin escatimar un esfuerzo. Su gran obsesión es el tiempo, debe creer que siempre llega tarde y por eso siempre anda con prisa. Prisa por buscar el espacio en el campo, prisa por encarar rivales, prisa por llegar al área contraria. Cuando la pelota llega a los pies del joven, la grada se despereza y comienza a entrar en combustión, como si el muchacho fuera un mechero Bunsen que acelerara una reacción química. Y eso es lo que hay entre el Bernabéu y Vinícius: química, una afinidad profunda entre ambas partes. No me refiero a una mera atracción, sino a una relación bidireccional; los aficionados quieren a Vinícius y él quiere a los aficionados. Vinícius, de ahí el título de este artículo, es como el conejo blanco de Alicia en el País de las Maravillas. Nos provoca tal curiosidad sobre lo que va a hacer, que consigue que le sigamos hasta hacernos caer por el agujero de la madriguera, su misión: hacernos traspasar la realidad sin que seamos conscientes de ello.

Su aparente inocencia contrasta con su naturaleza real: la de ser un transgresor. Y es que el fútbol de Vinícius es transgresor porque ha recuperado un arte que apenas se practica y es el de regatear al rival. No hay mayor humillación que la de un tipo que te encara con el balón entre los pies, que ejecuta unos malabares con rapidez insólita y ¡ale-hop!, te deja atrás por mucho que trates de cocearle. Vinícius tiene prisa en todo lo que hace, hasta en querer agradar al Bernabéu, lo cual a veces le hace tomar decisiones poco acertadas y equivocarse. En este punto les recuerdo que tiene 19 años, y con 19 años uno tiene el derecho de querer alcanzar sus sueños muy rápido y también tiene el derecho a equivocarse. Derivados de estos derechos también están las obligaciones, que en este caso serían la de aprender y la de no cesar en el empeño, y Vinícius tiene todavía mucho que aprender, afortunadamente. Tiene que aprender “la pausa”, pese a que su naturaleza le llama a regatear al rival en cuanto le llega el balón, pese a que, según atraviesa las líneas que delimitan el área rival, parezca que su lucidez se oscurece. Es ahí donde esa pausa para resolver, para ejecutar el tiro a puerta, se le hace más necesaria. Pero su prisa por querer agradarnos hace que a veces se embarulle, se líe, se equivoque; como cualquier muchacho de 19 años.

Aprenderá. Y aprenderá también a ponerse la piel de teflón contra todos aquellos que se han reído, y se ríen, de él. Jóvenes que, sin responsabilidad alguna en sus vidas, insultan y se mofan de su atrevimiento. Adultos que, acomodados tras sus medios de comunicación, pretenden destruirlo por el hecho de ser diferente. El Bernabéu se ha ilusionado con Vinícius, y él se emociona con el Bernabéu. Su compromiso con el escudo es indiscutible, así, recuerden sus lágrimas cuando tuvo que dejar el campo, lesionado, aquella infausta noche contra el Ajax, o cuando le marcó a Osasuna en septiembre de 2019. Estas últimas, además de tocar la fibra sensible del madridismo, le ayudaron a limpiar toda la porquería que le habían tirado encima sin piedad ni misericordia desde todos los flancos. Vinícius corre y ya sonríe, una sonrisa blanca que destaca en su negra piel nos iluminó la noche del pasado domingo. Y se golpea el escudo para hacernos ver que es uno de los nuestros y nos lo quiere dar todo, y por eso deseamos que le salga todo bien. Vinícius cuando agarra el balón nos emociona, nos embauca y hace que le sigamos por el agujero de la madriguera a su mundo de fantasía porque de realidad ya estamos hastiados. Es nuestro conejo blanco y todos queremos ser su Alicia.

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Letrado y aprendiz de escritor y @cuadrablanco en las redes sociales. Sarcástico, curioso, paladín de la oratoria, la ortografía y la gramática. Deportista, amante del café y de un buen gintonic. Siempre del lado de la defensa de la justicia social. blog: patriciocuadrablanco.blogspot.com

7 comentarios en: Vinícius, el conejo blanco

  1. Ya comenté en el último artículo sobre Gordillo que este jugador me recuerda a aquél en el efecto que produce sobre el equipo y el público. Cambia la dinámica de un partido con su constante intentarlo. Mejorará en la medida que aumente su confianza.

  2. Me parece un artículo excelente. Y,sí, es un chico de 19 años con mucho potencial de fútbol . Un joven transgresor que tiene derecho a equivocarse.

  3. Ya quisieran los demás equipos tener a un tío como Vinicius. Si siendo fallón de cara al gol ya está desequilibrando partidos, a poco que mejore eso, que mejorará, va a ser una máquina. Mucha gente se olvida de que tiene 19 años...

  4. Tirará mal y meterá los goles de rebote, pero que queréis que os diga, jugada en la que coge el balón con metros para correr, jugada que hace que me levante de mi sitio, y eso es así desde que le vi debutar.

    Me parece insultante que se valore más sus fallos que su capacidad de llegar a zonas de peligro, cosa que al Madrid le cuesta horrores, y desde hace casi 1 año le veo ha mejorado una barbaridad, levanta la cabeza, busca al compañero mejor colocado y luego ya ejecutará mejor o peor el pase pero ser capaz de frenarse y pensar cual es la mejor opción es un avance importante.

    Los goles y números ya llegarán, 0 dudas, mientras tanto a seguir dándole balones al negrito que no le para nadie y a esperar que el resto del equipo sea capaz de seguir su estela y llegar a zonas de remate.

      1. El otro día los comentaristas culparon a Vini de que no le llegase uno de sus pases a Isco, yo lo que vi fue al malagueño esperar el balón demasiado, pero claro, han etiquetado a Vini de fallón y ese título no se lo van a quitar hasta que no reparta 20 asistencias y meta otros tantos goles por temporada.

        Me parecen alucinantes las críticas y desprecios que recibe por fallar pases tras irse de 2-3 rivales cuando sus compañeros no terminan de ofrecerse ni de llegar y tampoco es que sea sencillo meter un pase con 5-6-7 defensas marcando a Benzema + Isco, osea, un poquito de por favor.

  5. Muy de acuerdo con Javier, también es cierto que a veces se aturrulla, el domingo tuvo una que se fue recto a la portería con dos barcelonistas detrás, cuando empezó a pisar área, se tiró un par de bicicletas y la pelota se le fue. Evidentemente no tiene aunque lo busca, un tiro natural en carrera como lo tiene (aunque ya no se le ve) Bale, yo creo siempre duda entre finta y disparo, y eso le hace que el balón no lo tenga en el sitio justo. De todas formas se le ha tratado injustamente, ha hecho muchas veces buenos disparos, y el portero se los ha tapado, porque también juegan. Otras veces ha pasado bien y los compañeros han rematado mal. Me gustaría haberlo visto con un tío que sabe desmarcarse como Cristiano o Nistelroy

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