Sweet dreams

Tenemos hoy una nueva oportunidad de engancharnos a la Liga, queridos galernautas, y ojalá lo hagamos, aunque solo sea porque no nos negarán ustedes que merecemos un poco de paz, una pizca de ilusión, un rabo de nube, que cantaba Aute.

No sabemos ya cuántas ocasiones similares hemos desaprovechado de presentar clara candidatura al título con un salvífico puño sobre la mesa, pero sí sabemos que si la vida da muchas vueltas, el deporte está para ser una vida de repuesto (tal y como le gusta decir a Garci de las películas), así que, desde aquí pedimos a quien tenga parte en el asunto y, por ventura, pueda leernos que, por todos los santos, no deje escapar esta vez el tren. En esta estación comienza a hacer ya demasiado frío.

Hoy hemos agrupado las portadas en dobles parejas, empezando por aquellas que, sin faltarles razón, advierten que el Madrid se la juega hoy en Mestalla. Estamos de acuerdo con ese modo de describir el partido de hoy contra el Valencia, venga de donde venga tal descripción. Es probable que aun perdiendo, la Liga vuelva a dar otra oportunidad al equipo blanco, pero no queremos ni contemplar esa opción. Ya basta de sí, pero no. Ya son suficientes medias tintas. Ya no nos conformamos con estupendas goleadas si estas no son refrendadas con partidos serios y bien llevados en ocasiones de postín como la de hoy, esas que distinguen a un equipo lleno de enormes jugadores de unos jugadores que conforman un equipo enorme. Tonight is the night.

El Barcelona, en cambio, parece no jugársela nunca. Tal es el crédito que tiene para la intelligentsia futbolística de este país. Que empata a cero contra el Espanyol, pues nada, echemos la culpa a los palos físicos de la portería y a los palos metafóricos de la supuesta agresividad del equipo perico. Todo sea por dejar intacto el buen hacer blaugrana, todo para que las aguas por donde navega el més que un club sean más ricas en azúcar que en sal, todo porque su balsa sea de aceite.

Caso similar es el del Atlético de Madrid, a quien está por ver si alguien alguna vez afeará lo ramplón de su juego, y más aún en partidos contra equipos de presupuesto mucho más bajo que el suyo. No es nuestro el argumento, sino del Cholo, aunque torticeramente solo parece valerle cuando la denuncia de juego prosaico va dirigida al Madrid y no a su propio equipo, ese que se ha colocado líder sin que nadie haya dicho que la Liga está peligrosamente preparada para que la ganen los del Manzanares. Por la boca muere el pez, ya que hablamos de ríos.

La otra pareja de portadas -la que forman As y Mundo Deportivo- coincide en reflejar el empate culé y el liderato atlético. La famosa intensidad vale para un roto y para un descosido, queridos galernautas, ya que lo mismo es elogiada si es santo y seña del cholismo como vilipendiada si osa practicarla el Espanyol contra los bailes de salón blaugranas. Ya nos disculparán si vemos en este doble uso alguna trampa discursiva. O estamos a setas, o estamos a Rolex, que dice el chiste.

Sin embargo, lo más interesante de esta pareja de portadas (¡que se besen, que se besen!) es que en ellas ya no se la juega el Madrid esta tarde-noche en Mestalla, sino Benítez y solo Benítez. El ejemplo más flagrante de esta falaz parte por el todo nos lo proporciona -oh, sorpresa- el diario As, para quien si el Madrid gana, igualará el Barça, mientras que peligrará el entrenador blanco si su equipo pierde. Toma ya. Y todo ello con manido ejemplo taurino como titular.

A fuerza de "que viene el lobo" un día acabará viniendo, querido Relaño, pero no, tú no serás responsable en absoluto de su venida, faltaría más. Será cosa de los astros, de la bruja del Oeste, del calentamiento global o de la geopolítica. Si un día de estos Rafa Benítez deja de ser entrenador del Madrid, no nos queda ni la más mínima duda de que solo será por los malos resultados obtenidos. Pero es que ni un resquicio de duda. Palabrita del Niño Jesús.

Contémosle este cuento al niño para que duerma bien y no se asuste aún pensando en esas leyendas que hablan de la prensa como cuarto poder. Jamás de los jamases el periodismo ha creado juicios paralelos. Nunca (never, never, never) ha influido en la opinión pública a fuerza de machacona insistencia. Quede todo separadito, inocente y digerible hasta que el próximo entrenador siga alimentando nuestros sueños.

Sweet dreams are made of this.