Buenos días. Laporta compareció ayer a declarar ante la jueza por el llamado Caso Negreira. Aunque el testimonio del presidente culé no ha sido público, sí han trascendido cosas. Como indicio de lo mal (para él) que debió ir su declaración, queda la cara de boxeador sonado con la que salió de la comparecencia.
Sabemos que el abogado del Real Madrid le acosó legítimamente hasta provocar su derrumbe. También sabemos que el abogado de LaLiga solo emitió en cambio una (¡una!) pregunta para cubrir el expediente, lo que prueba de qué lado está la institución. La abogada de la RFEF, por su parte, emitió la friolera de cero (¡cero!) preguntas, lo que constituye una prueba aún más palmaria del grado de implicación en la causa de esta otra institución.
Decimos que el abogado del Real Madrid provocó el derrumbe del testigo y no queremos quitar méritos a la actuación del letrado, pero era fácil que el sujeto se viniera abajo. La solidez de sus argumentos no da para mucho más. Negó conocer a Negreira: un paso adicional de dramatismo cinematográfico podría haberle movido a afirmar que Negreira es “un gran desconocido para él”, lo que habría puesto en bandeja descacharrantes paralelismos políticos. Para no presentar pruebas de los famosos informes de Negreira, se escudó en la supuesta costumbre culé de destruir los informes cada cinco años, lo que suena inverosímil, en particular cuando en aquella dantesca comparecencia de prensa para explicar (?) el caso dijo Laporta que los informes constaban en el interior de unas cajas de cartón que presentó ante los periodistas. Y descargó la responsabilidad por la existencia (?) de dichos informes en la dirección deportiva, a pesar de que un rato antes los exentrenadores Luis Enrique y Valverde negaron haber visto ni por el forro los informes de marras.
Todo siguió el guión de la ópera bufa que se esperaba. Son una farsa tragicómica, de la que Laporta es el máximo exponente, y una farsa que sería fácil tomar a cachondeo de no ser porque conlleva la corrupción de todo el fútbol español durante un mínimo de 17 años, es decir, aquellos de los que hay facturas por pagos a Negreira, sin que a nadie se le escape que esas facturas muy bien podrían no ser más que la punta del iceberg.
RMTV emitió ayer por la tarde un programa especial sobre la declaración de Laporta, programa que no dudaríamos en calificar de histórico. En un momento del mismo, y denunciando la complacencia (cuando no complicidad) de los medios con el tema Negreira, nuestro editor Jesús Bengoechea se apostó una cena con Cristina Gullón y José Antonio Luque a que esto, hoy, no sería el argumento central de los diarios deportivos.
Cuantísimo nos alegramos de que el diario As obligue hoy a Bengoechea a pagar dicha cena.
Bravo por As, y mucho menos que bravo por Marca, que en su afán por proteger a Laporta (siguiendo posiblemente directrices de Tebas) se aviene a llevar el tema a su primera plana, pero observad con qué preponderancia: la de una denigrante “mosca”. El argumento central, claro, es la crisis deportiva del Madrid.
Qué vergüenza, Marca. Qué absoluto y completo oprobio.
La prensa cataculé no tiene el menor pudor en actuar como si la declaración de Laporta, que evidentemente estrecha el cerco judicial sobre la corrupción continuada (juez Aguirre dixit) de la entidad catalana, no hubiera tenido lugar en absoluto.
Pocas cosas denotan mayor pánico que esa completa omisión de los acontecimientos. Soñemos en alto la pesadilla del culerío: la jueza emite una claro veredicto de culpabilidad por corrupción (se nos antoja el único posible), a resultas de lo cual UEFA y FIFA ya no pueden permanecer de perfil. ¿Desposesión de títulos? ¿Descenso por fin a Segunda División, pese a las burdas maniobras para dejar prescribir el delito de cara a la justicia deportiva? ¿Sanción europea?
Sufrid pensándolo, sinvergüenzas. Miserables. Sufrid imaginándolo. En homenaje a la santa ingenuidad de nuestros hijos, con los cuales asistimos durante décadas a un espectáculo que creíamos limpio, mientras vosotros lo manipulabais entre bambalinas, es nuestro deseo prenavideño.

















La Galerna trabaja por la higiene del foro de comentarios, pero no se hace responsable de los mismos
Un comentario en: Laporta se derrumba y Marca le protege
Vaya con Marca, quien te ha visto y quien te ve, que diría a ésto Antonio Valencia y tantos otros buenos periodistas de esa casa. Que bajo habéis caído.