Buenos días. El actual Real Madrid es un generador de expectativas no correspondidas, un azuzador de ilusiones no satisfechas, un pirómano de fuegos fatuos. Este Madrid es como esa persona que gusta mucho, un día te guiña un ojo y al otro no te saluda. Como quien pasa la noche contigo de copas bailando sobre tu centro del placer para desaparecer cuando el volcán está a punto de entrar en erupción.
El Madrid de Xabi Alonso —y de Bellingham y de Valverde y de Vinícius y de… — una jornada gana al Barça, aplasta al Valencia o vapulea al Athletic, y a la otra empata, y gracias, con el Elche, no es capaz de anotar frente al Rayo o sucumbe vergonzosamente ante el Celta en casa.
Si fuera una etapa del Tour, este Real Madrid sería una rompepiernas. Te hace oler el pan recién horneado y no te permite catarlo. Este Real Madrid es una mayonesa que se corta. Este Real Madrid es desesperante. Porque parece que no, pero luego sí; porque parece que sí, pero al final no. Este Madrid es luz y contraluz, y todo lo contrario.
La situación es límite, como titula As, diario que afirma que «El club exige a Alonso una reacción inmediata. El duelo ante el City se considera clave para el futuro del técnico». Encuentro de Champions que Marca define como «Una final para Xabi».
No es que el Madrid deba enderezar el rumbo, sino que no hay rumbo. Todavía no sabemos cuál es la apuesta de Xabi. No tenemos ni idea de cuál es su idea de juego. No sabemos si prioriza la meritocracia a la jerarquía. Si prefiere la disciplina o la contemporización. Y tenemos tantas dudas porque en diferentes momentos ha tomado distintas decisiones ante situaciones similares.
Xabi no está desempeñando su labor como se esperaba, pero no es el único responsable. Rara vez hay un solo artífice de una crisis. No falta quien echa de menos una plantilla más compensada, la presencia de ciertos perfiles de jugador y critica la sobreabundancia de otros. Sin embargo, tampoco es posible desdeñar la responsabilidad de los futbolistas en el desaguisado actual.
La calidad de esta plantilla, salvo algunas excepciones, es alta. Unos tipos que son capaces de jugar con la intensidad mostrada hace apenas unos días en San Mamés, no pueden arrastrarse como ante el Celta el domingo y, para más inri, empezar a tomarse en serio el partido solo cuando reciben un gol en contra.
Es menester exigir a esta plantilla compromiso. Deben recordar siempre que defienden la camiseta del Real Madrid, el mejor club del mundo y el equipo con más aficionados del planeta. Han de saber que esto va en serio, que no podemos estar al albur de que les guste o no el entrenador de turno. Su obligación es ofrecer el máximo dentro de sus posibilidades físicas, técnicas, tácticas y psicológicas.
Si alguien no está dispuesto a darlo todo, solo ha de decirlo.
La situación es límite, además, por la sangrante lista de bajas. Ni con Pintus ni sin Pintus. Ni con Carlo ni con Xabi. La situación de la zaga es dantesca. El último mazazo, la baja para varios meses de Militao cuando se encontraba en un gran momento de forma.
A todos estos problemas hay que sumar el componente ambiental, es decir, jugar en la atmósfera del actual —el mismo que el anterior, y el de más atrás— CTA. Contra el Celta el Madrid habría perdido aunque hubiese arbitrado el mismísimo Santiago Bernabéu, pero del mismo modo que señalamos la falta de actitud de los jugadores o la ausencia de rumbo del entrenador, es menester seguir denunciando la excepcional, por anómala, situación del corrupto arbitraje español. La omisión de una parte de la realidad no es de recibo, aunque urja mejorar la situación propia.
Xabi Alonso sabe que se la juega ante el City el miércoles. Y los jugadores deberían saber que, en caso de debacle, detrás del técnico irían ellos. El club, además, ha de tomar las decisiones correctas.
La prensa del FC Barcelona se debate entre el «Ultimátum» a Xabi de Sport y la «Champions en casa» de Mundo Deportivo. El club de Laporta no atraviesa ninguna situación idílica, y menos en Europa, donde juega con una red más pequeña. El problema es que el Madrid se ha empeñado en resucitarlo.
Pasad un buen día.
















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Un comentario en: Fuegos fatuos en blanco
FP traidor por vender el club y Yebrita me recuerda a X Alonso, se baja los pantalones con la galerna