Font Vella contra Ballantine's

Hola a todos. Las primeras planas deportivas del día, pese a que nuestro Madrid se estrena en Copa ante la Cultural Leonesa, de la cual esperemos dé buena cuenta, quedan eclipsadas por la que nos trae Sport, el diario que en su día no fue capaz (convirtiéndose en la excepción) de dedicar una sola línea en su portada al atentando contra una peña madridista en Irak precisamente por eso: porque era un peña madridista.

De estas personas ya nos podemos esperar cualquier cosa, pero ello no es óbice para que aún sean capaces de sorprendernos. Lo que han perpetrado para hoy en su portada es digno de figurar en el Top5 de sus máximas iniquidades periodísticas ever, lo que es muchísimo decir.

Vaya por delante lo que quizá no haga ni falta que vaya por delante: que lanzar una botella de agua a un campo de juego desde una grada, desde la que sea, nos parece una cafrada que debe traer consecuencias para que, en su caso, se pongan en marcha las oportunas o las necesarias medidas para que algo así no pueda volver a pasar.

Pero eso no tiene nada que ver con la cara de cemento armado que exhiben los amigos de Sport con esta nueva portada, en virtud de la cual el complot consiste en una llamada de Aznar a Gallardón para que este le diga a Mickey Mouse que llame a Inda para poner en marcha una campaña en la que se haga parecer a los jugadores del Barcelona como provocadores por un quítame allá unos insultos y provocaciones varias a la grada, y no como las pobres y desgraciadas víctimas que en realidad son. El botellazo (incalificable, asqueroso) es la respuesta de algún atontado de la grada de Mestalla a las provocaciones de Neymar, Busi y demás patulea, pero eso no importa a Sport. No importa nunca lo que hagan los jugadores, y solo debe tenerse en cuenta lo que acontezca desde el graderío. Ese ha sido el criterio de Sport desde el comienzo de los tiempos, y nunca jamás ha mudado esa línea argumentativa.

Esta (esta y no otra) fue la portada de Sport el día siguiente al tristemente célebre día de Figo y la cabeza de cochinillo en el Nou Camp. Entonces sí importaba la actitud de los jugadores hacia la grada. Con una diferencia fundamental: la provocación de Figo a la multitud blaugrana en aquella fecha aciaga consistió en intentar tirar un córner.

Y con otra diferencia fundamental: lo que cayó sobre el césped del campo del Barça en aquella fecha malhadada no fue (aparte de la asquerosamente mítica cabeza de cochinillo) un botellín de plástico semilleno de agua, sino una botella de Balantine's de perfecto cristal. Como es sabido, el Barcelona jamás cumplió sanción alguna por estos acontecimientos, ante los cuales los sucesos de Mestalla palidecen en su gravedad por humillante goleada. Y aun así, a pesar de la diferencia entre un pequeño altercado y una auténtica batalla campal, que es la diferencia de la que aquí hablamos,  los mismos que echaron la culpa de la batalla campal al jugador cuyo delito consistió en intentar lanzar un córner son los que hoy pretenden culpar del pequeño altercado a los incontrolados que respondieron a la voz de "hijoputas" y "la concha de vuestras madres" por parte de los jugadores del Barcelona.

Siempre habíamos soñado con terminar un portanálisis con esta frase: No hay más preguntas, señoría.