A mi padre le daba completamente igual el fútbol, pero hacía como que no por mor del salseo. Supongo que, algo perplejo ante el madridismo exacerbado de sus dos únicos hijos varones, decidió añadir algo de pimienta a la relación paterno-filial impostando un forofismo hilarante en relación al equipo de su tierra. Mi padre era vitoriano, lo que le obligaba a beber falsos vientos por el Alavés, a la sazón en Segunda División B. Mejor. Más divertido aún.
—Temblad, temblad —se aproximaba amenazante, blandiendo un ABC escalofriantemente abierto por la sección de Deportes y señalando la clasificación de la modesta categoría de su presunto club. El Alavés iba cuarto. En cualquier momento ascendía a Segunda, y de ahí a disputarle la Liga en Primera a nuestro Madrid solo quedaba un paso adicional.
Y temblábamos, claro.
Hay otra dimensión coñona de la realidad en la cual mi padre, piloto militar, llevaba el escudo del Alavés adherido con celo al panel de instrumentos de la cabina. Este dato, insisto, es falso de toda falsedad, como lo era la inscripción en la lápida de Royal Tenenbaum: “Murió trágicamente rescatando a su familia de los restos de un acorazado destruido que se hundía”. El recuerdo de nuestros padres muertos debe estar preñado por igual de realidades y de invenciones, tanto más emocionantes cuanto más patentemente absurdas sean estas últimas. (Esto lo entendió perfectamente Tim Burton cuando rodó Big Fish). Mi padre llevaba siempre un escudo del Alavés pegado junto a los mandos del avión, y encomendándose a él se aventuró en batalla aérea, al alimón con el avión de Manfred von Richthofen, contra unos Sukhoi Su-35 rusos llegados allí merced a una tormenta magnética que propició un viaje en el tiempo de todo el escuadrón. No diremos que salieron triunfantes, pero sí airosos del desigual enfrentamiento.
Por aquel entonces, en la época del “Temblad, temblad”, la posibilidad de que lo que acabo de inventarme sucediera realmente era similar a la de ver al Alavés disputar (y casi ganar) una Copa de la UEFA contra el Liverpool. Sucede que tal cosa sí que sucedió de verdad, en 2001, aunque ocurre también que para entonces mi padre ya llevaba ocho años muerto. No pudo verlo, pero pasó, y eso amerita llevar a cabo un revisionismo lo suficientemente gamberro como para añadir, de manera retrospectiva, el escudo pegado con celo en la cabina.
Solo un poco menos impensable que lo del combate contra los cazas rusos, aunque bastante más que lo de la final de la UEFA, es desde la óptica ochentera el que el Alavés pueda hoy (en Primera División, claro) marcar el destino próximo del Real Madrid a través de un duelo temible, frente a frente. Pero lo más inconcebible de todo, la broma más desatinada de todas, es que el choque vaya a tener lugar precisamente en el día en que se cumplen treinta y dos años de la muerte de mi padre, que por supuesto tuvo lugar en el intento de rescatar al vuelo, planeando intrépidamente, a un Jack Russell que estaba a punto de precipitarse en el interior de un volcán en erupción. Salvó al perro, que llegó ileso a tierra, pero nadie pudo salvarle a él de las quemaduras. Curiosamente, hasta de esto se había olvidado cuando aterrizó. Treinta y dos años ya de su hazaña.
La profecía de mi padre fue implacable, porque hoy jugamos contra el Alavés, y vaya si temblamos. En este mundo de imposibles cumpliéndose uno tras otro, yo estoy tentado de pedir a mi padre que no se pase, que recuerde que su afición por el Alavés era una patraña lúdica (a diferencia de lo de los cazas rusos, el Jack Russell y la final de la UEFA) y que nunca pierda de vista que no le olvidamos ni un solo día. Que vuele alto, que olvide el partido y que no se meta, coño.
Fotografías: Jesús Bengoehea
Todo es muy extraño y, al mismo tiempo, parece muy conocido.
Históricamente, el Real Madrid ha tenido carajas en partidos sueltos, aunque las menos veces con rivales directos; malos resultados en bajones invernales y crisis galopantes de juego y de vestuario. Pero creo que lo que estamos viendo es bastante nuevo, o suena nuevo para mí.
Las carajas no hay que explicarlas. Los bajones invernales son frecuentes cuando entramos en el bombo de la Copa del Rey y con los deberes hechos en la Champions, normalmente. No es el caso de este año ni del pasado, por el estrafalario diseño de la UCL, donde no te aseguras el pase hasta enero. La UEFA, en un intento fallido de emular lo que podría ser una Superliga, pero con la presencia del Orcasitas, el Villaverde y ciento setenta y ocho equipos más, nos deja en cliffhanger hasta después de Navidad. Y está la Supercopa de por medio. Ya no sabes qué competición estás viendo.
Las crisis de vestuario son bien conocidas desde la dimisión de Florentino en 2006, devorado por su criatura y por su afán de diseñar un equipo invencible. Después de los Zidanes y Pavones, sólo quedaron Zidanes y un desbarajuste en el campo y en el vestuario que todos recordamos.
El origen de lo que vemos ahora es un rediseño de la misma estrategia, actualizada: compra de jóvenes talentos a precios terrenales (algunos serán Zidanes, otros no) para verlos explotar mientras se invierte lo que sea en un solo jugador franquicia. De bien que ha salido, ha salido mal. Tenemos dos jugadores franquicia y otro par de aspirantes y eso parece que está trastocando las cabezas.
Florentino tiene sus ideas. En 2000, él mismo lo ha explicado, apostó por una inversión astronómica para generar nuevo negocio y darle solvencia financiera a un club en ruinas. La parte empresarial no pudo salir mejor. La deportiva terminó en catástrofe. El presidente dimitió tras admitir su responsabilidad. No les pido que me lo mejoren, iguálenmelo. Dimitir es el verbo menos conjugado en España, país abandonado por la decencia y sumergido en la corrupción con un yunque atado al tobillo, en el deporte y fuera de él.
Después de una década increíble de fútbol y de resultados, fruto de la confección de una plantilla legendaria, volvemos al punto de partida. Hay que volver a construir un equipo ganador. El epílogo del periodo anterior nos dejó muy buenas sensaciones: un equipo joven, renovado, un Vinícius estelar y la posibilidad de la llegada de Mbappé, que se concretó en el verano de 2024.
Después de una década increíble de fútbol y de resultados, fruto de la confección de una plantilla legendaria, volvemos al punto de partida. Hay que volver a construir un equipo ganador
El problema del juego se viene arrastrando desde Ancelotti y continúa con Alonso. Dos entrenadores de corte muy distinto, un relevo generacional que necesariamente debería haber traído consigo un cambio notable en el juego que no estamos viendo.
La plantilla que debería habernos llevado a la excelencia continental de nuevo ni siquiera nos está alcanzando para hacer un papel digno peleando LaLiga, corrupción institucionalizada aparte. Hasta el Madrid mediocre y ramplón del año pasado nos habría bastado para ganarla sin los tres atracos consecutivos del infausto mes de febrero de 2025. Pero el juego fue malo, y así continúa. El equipo carece de propósito en el campo, se muestra indolente, pasivo, funcionarial.
Mi opinión no vale más que la de cualquiera, no me malinterpreten, pero descarto un problema con la calidad individual de los jugadores. Sé que muchos la ponen en duda, comparando a Valverde con Kroos o a Güler con Modric, por ejemplo. Esas comparaciones no son justas. Hemos visto a Valverde haciendo partidos estratosféricos. El Bellingham del primer año nos convenció de que iba a ser un fichaje barato. Qué decir de los Vini o Rodrygo 2024...
No tenemos un problema de calidad. No tenemos un problema de entrenador. Alonso fue un jugador inteligente y nos consta que comprende el juego. Lo que hizo con el Leverkusen lo acredita, con un puñado de buenos jugadores que serían suplentes en el Real Madrid y otros cuantos de relleno que no serían titulares en el Villarreal o en el Rayo. Alonso no es el problema.
Las lesiones y la falta de estabilidad en el once son condiciones limitantes. No ha habido continuidad en la defensa ni en el centro del campo. Ahí es donde se generan los principales automatismos para dominar los partidos. La delantera, sin embargo, tiene que ser caótica, como el comportamiento de un avión de combate. Si eres previsible, las defensas rivales, en el césped o en el aire, te estarán esperando, como contra el Celta o el Rayo. Una dosis de caos, de aleatoriedad, te aproxima al éxito: un uno a uno contra el portero, un remate dentro del área en el fútbol o la maniobra evasiva e inesperada que te salva del impacto de un Sidewinder o de un Patriot en el aire. Nuestra delantera es muy previsible. Falta chispa y falta cabeza.
La situación personal de los jugadores es lo que más me recuerda a la era de los Galácticos. Cada uno parece ir a lo suyo. Hemos leído a Benzema decirlo: los jugadores no se hablan. No hace falta ser Gonzalo Miró, que nos habla hasta durmiendo, pero es cierto que Vini cree que está haciendo su trabajo cuando pierde el 80% de los balones al intentar penetrar en el área. Mbappé probablemente cree que está cumpliendo metiendo un gol por partido. Pero no es eso. Esto es un deporte colectivo y va de ganar.
Pase lo que pase en Mendizorroza, Alonso debe seguir
Me resulta muy difícil tratar de pensar como un chaval en la veintena que ya tiene la vida resuelta, que se sabe una estrella. Cómo ve la vida, qué entiende por esfuerzo, trabajo, sacrificio. En qué está pensando además del fútbol y qué es el fútbol para él. Qué visión tiene de su futuro, qué cree que es el Real Madrid y si es capaz de ver el panorama desde fuera, intentando ponerse en la piel de un seguidor cabreado. No sé interpretar la expresión de Rodrygo o de Bellingham al finalizar el partido contra el City. Frustración, rabia, tristeza, desesperación, impotencia... No alcanzo a inferir a partir de esos gestos cuál puede ser su reacción en el siguiente partido, cuando otro rival te lo ponga difícil o cuando falte acierto de cara a la portería. Me da miedo la fragilidad. El equipo se desconecta.
El problema del juego es de los jugadores. Y creo que es mental. Ningún entrenador puede arreglar que Vini ya no sea el de 2024. Que Rodrygo haya batido récords de irrelevancia sobre el césped. Que Valverde no corra. Que Bellingham no brille. Que Güler no aparezca. En el partido contra el Celta vi tres intentos de presión a la defensa rival que no se me van de la cabeza. Los tres acabaron en remate dentro de nuestra área. Cero inteligencia futbolística. Presionando al contrario sin mirar atrás, sin buscar al compañero para señalar la ayuda, sin hablar. Estoy seguro de que Alonso insiste en lo que hay que hacer y que es claro en sus instrucciones. Tal vez les aburre escuchar y aprender. Son la generación de la velocidad y de la inmediatez. Les da pereza pensar. Puede que alguno incluso haya perdido la pasión por el juego. Tengo la sospecha de que el entrenador es mucho más inteligente para el fútbol que cualquiera de los jugadores de la plantilla.
Hay calidad de sobra, individual y colectiva, para ganar LaLiga y para presentarse al menos en cuartos de Champions. La ausencia de un organizador es una excusa fácil y que apunta a donde siempre. Pero esto es el Madrid. Aquí no valen las excusas: se juega para ganar. Y si no hay un medio centro para marear al rival y crear espacios, se juega a otra cosa, pero se gana. En unos cuantos minutos contra el Celta vimos un conato vertiginoso de amor propio hasta que el árbitro decidió que el marcador ya no se movería. Contra el City vimos ratos de mejor fútbol, pero es cierto que el City no es el Alavés, que obviamente no tiene una defensa circense, mujer barbuda incluida.
Pase lo que pase en Mendizorroza, Alonso debe seguir. Dependiendo de lo que veamos en los siguientes partidos, hasta saliendo con onces revolucionarios: Jude de delantero centro, Rodrygo de mediapunta, Endrick de extremo derecho, Mbappé por la izquierda o Vini de carrilero con dos centrales del primer equipo y otro de la cantera. Probar. Meritocracia pase lo que pase y al que no le guste, que corra, que se exprima y deje en el campo lo que lleve dentro o que empiece a buscar casa en la soleada Arabia o en algún lugar donde haya más bares, a elegir.
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Buenos días. Vivimos tiempos convulsos, incluso, para algunos, sinvulsos. A pesar de la explosión de la IA, o quizá por ello, la falta de creatividad y de originalidad es lacerante. En Europa, el arbitraje continental ha copiado al patrio el modus operandi, sobre todo con el VAR, como pudimos comprobar en el reciente encuentro frente el City. Ya la campaña pasada, contra el mismo rival, observamos cómo habían copiado lo de mover las rayas. No sabemos si la visitas de Laporta a Ceferin y Al-Khelaifi guardan relación con este asunto.
Como de bien nacido es ser agradecido, y en España se cumple el refrán a rajatabla, sobre todo si hay intereses de por medio, el CTA le ha devuelto el detalle al arbitraje uefo y ayer realizó un homenaje a aquel célebre gol anulado a Higuaín en la Champions de 2011 contra el club cliente de Negreira y apadrinado por UNICEF. Ya sabéis, Piqué empujó a Cristiano, quien, en su caída, rozó a Mascherano con la espada, este cayó fulminado al suelo como si Thor le hubiese pegado un martillazo en los talones, el Pipita marcó gol y el unicefo lo anuló por falta de Ronaldo.
@Lavozgalactica pic.twitter.com/Z7rSz7biwd
— @lavozgalactica Video (@lvg_video) March 2, 2025
Anoche, el homenaje del CTA rozó la perfección. En el minuto 84, se produjo un centro al área azulgrana y Catena fue derribado con piernas y brazos simultáneamente por Koundé y un señor con máscara que dicen es futbolista —Eric García, nos comunican que se llama—. En su caída, el jugador de Osasuna chocó con las piernas de Joan García (no confundir con el otro García ni con el maligno José María), quien no pudo detener el esférico, enviado finalmente a la red por Herrando. El colegiado, un lobo con piel de Cordero Vega, culminó el tributo a aquella acción de 2011 anulando el gol.
Del empate de Osasuna con el encuentro casi finalizado, al 2-0 siguiente. Jugada maestra del CTA. Los árbitros españoles volvieron a mostrarse letales.
Os dejamos por aquí las imágenes de la jugada. Podréis verlas hasta que el ovni-presente Tebas ordene borrarlas a la vez que anula servidores utilizados por hospitales para eso que hacen de intentar mantener con vida a los pacientes. Como quien al tratar de matar un mosquito derrumba una finca con 48 vecinos dentro.
— @b8rja (@UCL9107) December 13, 2025
La jugada no admite dudas, como bien declaró el técnico rojillo en rueda de prensa, si se pita la falta involuntaria de Catena al meta culé, ha de señalarse el anterior penalti cometido por Eric y Koundé sobre el futbolista de Osasuna. O, en su defecto, no señalar ninguna de las dos acciones.
Sin embargo, a pesar de lo obvio, hubo mamíferos adultos que defendieron lo indefendible y justificaron lo injustificable, como el inefable Pável.
⚽️ #BarçaOsasuna
⌚️ Min. 84
💥 Gol anulado a Osasuna
🔎 Catena tropieza con Eric García, y sin querer atropella a Joan García
✅ Es falta pic.twitter.com/BLRTe3kwmZ— Pável Fernández (@PavelFdez) December 13, 2025
Este espécimen humano es una muestra más de lo comentado antes: de bien nacido es ser agradecido, sobre todo si hay interés de por medio. El bueno de Fernández mostrará gratitud infinita a Marca por tener las santas narices de pagarle un sueldo a alguien como él. Al igual que el diario gallardo rinde pleitesía y obediencia a quienes lo mantienen a flote, Tebas y la RFEF, principalmente, que no son más que organismos instrumentales del Barça necesarios para llevar a cabo sus fechorías. Por no hablar del pádel con Nasser (ojo, no del Pável).
En este caso, ni siquiera podemos agradecer a Marca que ahorre al erario un subsidio para alguien como Pável, ya que este personaje no tocado por la gracia del entendimiento recibe otro pellizco de la tele pública, que, como la fiscalía, depende del Gobierno. El mismo que inscribió a Olmo y al otro del cual no se acuerda nadie.
Hacemos un inciso en este portanálisis para recordar que la diversidad genética es un seguro de vida para cualquier población. Cerramos inciso.
Cabe destacar, como es habitual, la destreza del lacustre Óscar para eludir la obligación laboral y moral de ofrecer las mejores imágenes de cada jugada. Pero lo de bien nacido...
El diario de Godó, grande de España, define a Osasuna como rival impenetrable. Además de que no deja de ser curioso que la palabra impenetrable contenga al órgano penetrador por excelencia, el periódico lleva razón, pues, si no hubiese sido por la labor del CTA, el encuentro, muy probablemente, habría concluido con empate y dos puntos menos para el Barça.
Mundo Deportivo también destaca que momentáneamente el club del asiduo a los juzgados Laporta se coloca a 7 points del Madrid. Da igual a los que esté. Los colegiados, por mero instinto de supervivencia, no pueden, aunque sea inconscientemente —cosa muy dudable— contribuir a la caída del sistema para el cual trabajan y del que reciben un salario infinitamente superior al que sería justo y razonable.
El Madrid es el único club que pretende acabar con la corrupción, como se volvió a demostrar con la vergonzosa actuación de las acusaciones de Liga y RFEF en la testifical a Laporta, que poco más o menos acudieron ante la jueza a llevar un café y unos Miguelitos —galanes o no— de la Roda al presidente del club cliente de Negreira. Por tanto, arbitrar bien al Barça es dejarlo caer, hecho que beneficiaría al Madrid y, por consiguiente, ayudaría a la única entidad que aboga por la regeneración del CTA, lo que supondría la pérdida del empleo privilegiado de los actuales árbitros españoles. Siempre hay que seguir el rastro del dinero.
Por su parte, el Madrid juega esta noche en Mendizorroza. Aquí podéis leer el completo análisis del juego del Alavés que ha elaborado Alberto Cosín.
As dice que «Xabi Alonso afronta en Vitoria un nuevo ‘match-ball’ tras las derrotas ante Celta y City». Quizá no sea el mejor encuentro para juzgar al técnico vasco, el Madrid sufre nueve bajas, a pesar de las cuales se presentará al partido y lo disputará, hecho que no siempre ha llevado a cabo el Barça.
El diario de PRISA destaca que Mbappé viaja y que Valdepeñas apunta a titular. Si gana el Madrid, habrá que celebrarlo con una copa de vino.
Pasad un buen día.
Decimosexta jornada liguera para el Real Madrid que visita Mendizorroza en un momento muy complicado y peliagudo. Tanto, que según las informaciones es un partido a todo o nada para Xabi Alonso, que podría no comerse el turrón en la casa blanca. El Deportivo Alavés se encuentra en mitad de la tabla y siempre es un hueso duro en su feudo, donde el Madrid ha ganado los dos últimos años por la mínima y tras ver cómo expulsaban a uno de sus jugadores.
Coudet solo cuenta con la baja confirmada de Garcés y la duda de Guridi, que se mantendrá hasta pocas horas antes del encuentro. El argentino tiene algún interrogante en su once, pero en un sistema habitual de 1-4-2-3-1 formaría con Sivera en portería; Jonny en el lateral diestro, Parada en el zurdo, Tenaglia y Pacheco como centrales; el doble pivote para Blanco e Ibáñez; una línea de tres por delante con Rebbach en la izquierda, Calebe en la derecha, Denis Suárez en el medio; arriba Boyé.
El entrenador bonaerense insiste habitualmente por una presión bastante alta en campo rival con situaciones de uno contra uno y marcaje al hombre muy al estilo del ‘Loco’ Bielsa. Así tratan de recuperar el balón en zonas altas para que las ocasiones de peligro lleguen con más facilidad. Si fracasan en el intento, repliegan en bloque bajo. Una de las grietas que puede aprovechar el cuadro de Xabi Alonso es ese repliegue si no es rápido y ordenado. Los vascos sufren con metros por detrás y a la espalda de los medios. Otro punto a explotar son los centros laterales al segundo palo si, como se espera, juega Gonzalo en punta, porque es un lugar en el que los laterales celestes sufren por su estatura.
A la hora de sacar el cuero, cambian su formación y se apoyan en tres jugadores atrás, para sumar uno más en el medio y así generar más espacios en las recepciones estirando las líneas del equipo contrario. Pacheco es un jugador con una buena pierna izquierda para sacar el balón, siempre buscando a los medios Blanco e Ibáñez para que realicen la transición defensa-ataque. Otra opción muy utilizada es el juego directo para que Lucas Boyé dispute la acción con los centrales y baje el cuero. Es ahí donde sus compañeros van al rechace o la segunda jugada. Pero la idea principal siempre será progresar teniendo el cuero, asociando a jugadores en el mediocampo o en tres cuartos con Denis Suárez, que es la brújula del equipo y se sitúa a la espalda de los medios para recibir y girarse.
El Alavés está confirmando en esta primera vuelta tener un bloque defensivo fuerte, sólido y firme. Ha encajado los mismos goles (15) que el Real Madrid, aunque con un partido menos y está cerca del mejor registro de la categoría, que es el Villarreal con 13. Por tanto, el Real Madrid se va a encontrar con un muro que costará derribar. Los cuatro defensas mantienen bien la posición y reciben muchas ayudas desde las bandas y el medio porque el Alavés es un cuadro solidario. Tienen trabajado el carril central y es difícil progresar, por lo que las zonas más vulnerables son las bandas, con dos laterales algo irregulares. El cuadro blanco deberá mover mucho la pelota y tener una circulación ágil porque todo el curso le está costando ante equipos en bloque bajo. Con la opción de Gonzalo en punta se ganaría juego aéreo y se vería una bonita batalla con los centrales babazorros, que van bien por arriba.
Uno de los aspectos que está costando más al Alavés y en el que sale a deber en este primer tercio de Campeonato. Porque con las cifras que tiene en defensa, si lograse una mayor eficacia arriba, habría escalado varios puestos en la clasificación. No llega ni a un gol de media por encuentro, con 13 tantos anotados en 15 partidos. Su punta Boyé tiene grandes cualidades, pero le cuesta ver puerta. Tampoco Toni Martínez y Mariano están ayudando en esa faceta, y de jugadores como Carlos Vicente, Rebbach o Aleñá, de los que se esperaba una mayor aportación en cuanto a goles, tampoco lo están logrando.
En zona de tres cuartos tienen futbolistas rápidos y habilidosos por banda, y con visión y calidad en el pase por dentro. Son los Rebbach, Calebe, Aleñá, Denis Suárez, Carlos Vicente o Guridi. La idea será alternar, buscando tener posesiones para descansar con la pelota en algunos tramos del partido y en otros montar contragolpes rápidos, verticales y directos. Desplegarán velocidad y pocos toques en sus ataques. El centro del campo y la defensa merengue deberán replegar con agilidad y rapidez para contrarrestar esta arma que Coudet tendrá muy bien montada y estudiada.
‘Chacho’ Coudet, en su libreta táctica, tiene marcado en rojo los términos energía, movilidad y verticalidad. Al argentino le gustan los partidos con un ritmo alto en el juego, con intensidad, en el que sus jugadores estén en constante movimiento, sus hombres de ataque no sean estáticos, realicen intercambio de posiciones y sobre todo que el estilo sea directo, rápido y vertical. Siempre, todo ello, con un buen trato del esférico. Incide a sus jugadores mucha “valentía con la pelota y agresividad sin ella”, como han declarado diferentes pupilos. Los vitorianos son el segundo equipo que más faltas cometen y son muy intensos en duelos, ganando muchos de ellos sobre todo a ras de césped.
El 9 es el argentino Lucas Boyé, un delantero de toda confianza para Coudet. El ex de Elche y Granada es un futbolista diferencial en este tipo de equipos, aunque sigue acusando falta de gol, lo que le castiga para dar el salto a una escuadra que dispute competición europea. El argentino es un nueve más de otros tiempos por sus movimientos y su estilo de juego. Es un delantero incómodo para los defensas, porque cuerpea y lucha con ellos a la perfección, les saca de zona y suele ganar los balones divididos, por arriba es magnífico, utiliza su corpachón para jugar de espaldas y es sumamente complicado arrebatarle el esférico. Además, tiene zancada en carrera y es bastante hábil en espacios reducidos, donde puede regatear con peligro.
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Llevaba yo varios días en el hospital, tras un accidente de tráfico, esperando a que me hicieran una RM, o sea una resonancia magnética. Se retrasaba todo debido al puente de la Purísima y también por la huelga de médicos.
La RM no llegaba, y había que armarse de paciencia, ya que, sin ella y sin su resultado, no había forma de conocer los pasos a seguir: operación, rehabilitación, colocación de un corsé. ..
Todo empezó el domingo pasado. Accidente de coche, no muy grave afortunadamente, e ingreso en la UCI para algunas pruebas y un periodo de observación. Ese mismo día, el RM, ezta vez nuestro equipo del alma, también entraba en la UCI a eso de las 11 de la noche, tras un lamentable partido de todos sus componentes, en el regreso a casa tras más de un mes jugando por campos de España, de Inglaterra y de Grecia.
Durante los primeros días tras la catástrofe, el RM tampoco fue objeto de una RM. Por lo tanto, en especial el lunes y el martes, no había pronóstico claro: ¿Había que operar y por tanto desprenderse de Xabi Alonso apenas 6 meses después de su incorporación? ¿Había que tener paciencia y por lo tanto aplicar un tratamiento conservador, es decir, mantener la calma y mantener al tolosarra en su puesto de trabajo? ¿Quizás optar por un corsé para amortiguar el daño causado por un último mes espantoso, tomando alguna medida contra algún/algunos jugadores que no habían dado la talla?
Durante los primeros días tras la catástrofe, el RM tampoco fue objeto de una RM. Por lo tanto, en especial el lunes y el martes, no había pronóstico claro: ¿Había que operar y por tanto desprenderse de Xabi Alonso?
Los días transcurrían y en el hospital no me daban fecha ni hora para mi RM para desesperacion mia, como paciente. El miércoles, nuestro equipo presentó síntomas de mejoría en su partido de Champions, pero lo cierto es que acabó perdiendo mostrando una total ineficacia sobre todo cara a la puerta rival.
¿Qué había que hacer? ¿Esperar una vez más a la RM que no llegaba nunca o tirar por la calle de en medio? ¿Despedir a todo el cuerpo técnico, sancionar a todos los jugadores y jugar ante el Alavés con el Castilla de Arbeloa al completo? ¿Tener paciencia como este humilde articulista y confiar en una recuperación, no sólo en actitud, sino también en resultado, en Mendizorroza?
El viernes a mediodía, se me comunicó que, al fin, me iban a hacer la RM. Fueron 45 minutos que parecieron tres horas, ya saben. Ser introducido en una cápsula tipo 2001, con ruidos estridentes, metálicos y poco agradables, mientras se permanece absolutamente inmóvil contando cada uno de unos interminables segundos.
Por la tarde, tocaba esperar al dictamen del médico pero, ¡oh sorpresa!, ya no habian médicos por la tarde. Había que esperar hasta el lunes. Incertidumbre, nueva dosis de autopaciencia, inquietud. ¿Será operación? ¿Será rehabilitación? ¿Habrá colocación de corsé?
Lo sabré el lunes. Pero antes, el domingo a las 9 de la noche, los míos, diezmados por lesiones y por sanciones, saltarán al césped de Mendizorroza y me temo que allí el resultado que logren definirá el porvenir de Xabi. Espero victoria aunque sea con sufrimiento, como aquma de hace bien poco con un gol salvador de Lucas Vázquez cabeceando un saque de esquina con el tiempo de juego casi agonizando.
No deseo en ningún caso operación, o sea, una decisión agresiva. Me vale por tanto una rehabilitación progresiva o como mucho la colocación de un corsé lumbar para mi equipo, y eso solo puede pasar tras obtener los 3 puntos en Vitoria.
Que así sea.
P.D.: Miles de gracias a todo el personal del Hospital Universitario de La Princesa de Madrid, a las enfermeras, a los auxiliares, a los celadores, a las limpiadoras, al personal médico, ya que me están cuidando con muchas atenciones y con enorme paciencia y cariño.
Buenos días. Laporta compareció ayer a declarar ante la jueza por el llamado Caso Negreira. Aunque el testimonio del presidente culé no ha sido público, sí han trascendido cosas. Como indicio de lo mal (para él) que debió ir su declaración, queda la cara de boxeador sonado con la que salió de la comparecencia.
Sabemos que el abogado del Real Madrid le acosó legítimamente hasta provocar su derrumbe. También sabemos que el abogado de LaLiga solo emitió en cambio una (¡una!) pregunta para cubrir el expediente, lo que prueba de qué lado está la institución. La abogada de la RFEF, por su parte, emitió la friolera de cero (¡cero!) preguntas, lo que constituye una prueba aún más palmaria del grado de implicación en la causa de esta otra institución.
Decimos que el abogado del Real Madrid provocó el derrumbe del testigo y no queremos quitar méritos a la actuación del letrado, pero era fácil que el sujeto se viniera abajo. La solidez de sus argumentos no da para mucho más. Negó conocer a Negreira: un paso adicional de dramatismo cinematográfico podría haberle movido a afirmar que Negreira es “un gran desconocido para él”, lo que habría puesto en bandeja descacharrantes paralelismos políticos. Para no presentar pruebas de los famosos informes de Negreira, se escudó en la supuesta costumbre culé de destruir los informes cada cinco años, lo que suena inverosímil, en particular cuando en aquella dantesca comparecencia de prensa para explicar (?) el caso dijo Laporta que los informes constaban en el interior de unas cajas de cartón que presentó ante los periodistas. Y descargó la responsabilidad por la existencia (?) de dichos informes en la dirección deportiva, a pesar de que un rato antes los exentrenadores Luis Enrique y Valverde negaron haber visto ni por el forro los informes de marras.
Todo siguió el guión de la ópera bufa que se esperaba. Son una farsa tragicómica, de la que Laporta es el máximo exponente, y una farsa que sería fácil tomar a cachondeo de no ser porque conlleva la corrupción de todo el fútbol español durante un mínimo de 17 años, es decir, aquellos de los que hay facturas por pagos a Negreira, sin que a nadie se le escape que esas facturas muy bien podrían no ser más que la punta del iceberg.
RMTV emitió ayer por la tarde un programa especial sobre la declaración de Laporta, programa que no dudaríamos en calificar de histórico. En un momento del mismo, y denunciando la complacencia (cuando no complicidad) de los medios con el tema Negreira, nuestro editor Jesús Bengoechea se apostó una cena con Cristina Gullón y José Antonio Luque a que esto, hoy, no sería el argumento central de los diarios deportivos.
Cuantísimo nos alegramos de que el diario As obligue hoy a Bengoechea a pagar dicha cena.
Bravo por As, y mucho menos que bravo por Marca, que en su afán por proteger a Laporta (siguiendo posiblemente directrices de Tebas) se aviene a llevar el tema a su primera plana, pero observad con qué preponderancia: la de una denigrante “mosca”. El argumento central, claro, es la crisis deportiva del Madrid.
Qué vergüenza, Marca. Qué absoluto y completo oprobio.
La prensa cataculé no tiene el menor pudor en actuar como si la declaración de Laporta, que evidentemente estrecha el cerco judicial sobre la corrupción continuada (juez Aguirre dixit) de la entidad catalana, no hubiera tenido lugar en absoluto.
Pocas cosas denotan mayor pánico que esa completa omisión de los acontecimientos. Soñemos en alto la pesadilla del culerío: la jueza emite una claro veredicto de culpabilidad por corrupción (se nos antoja el único posible), a resultas de lo cual UEFA y FIFA ya no pueden permanecer de perfil. ¿Desposesión de títulos? ¿Descenso por fin a Segunda División, pese a las burdas maniobras para dejar prescribir el delito de cara a la justicia deportiva? ¿Sanción europea?
Sufrid pensándolo, sinvergüenzas. Miserables. Sufrid imaginándolo. En homenaje a la santa ingenuidad de nuestros hijos, con los cuales asistimos durante décadas a un espectáculo que creíamos limpio, mientras vosotros lo manipulabais entre bambalinas, es nuestro deseo prenavideño.
Me importa un carajo la resolución final del proceso penal en el que se investiga al Fútbol Club Barcelona, unos cuantos de sus presidentes y otros altos ejecutivos divinamente conectados con la esfera política. El denominado caso Negreira.
Del proceso mismo, como dije en su orígenes, espero que sufran mucho y ensucie todo lo posible la imagen del club que ensució el fútbol. Todo apunta, ya, a que no lo está siendo tanto como sería justo. Que lo diga Spotify. Porque somos una sociedad lamentable.
Más acá de la verdad judicial, que se establecerá en términos de subsunción o no de las conductas de los investigados en un delito tipificado en el Código Penal —lo que será sin duda una verdad, pero una verdad técnica, no la verdad misma—, cualquier persona en uso de razón concluye que alteran la competición los pagos reservadamente realizados por un competidor a cualquier autoridad perteneciente a la organización arbitral y por ello con cualquier grado de capacidad de influencia en los árbitros, sean estos contemplados como persona individual o colectiva.
(...) una organización obligada, como esencia de la naturaleza de su función, a ser imparcial. En castellano y en catalán, significa no tener interés con ninguna de las partes. Al destruir una nota de su esencia, los árbitros dejaron de ser árbitros
Porque el mero hecho del pago, desde el instante mismo en que se realizó por un competidor y se aceptó por una autoridad o ejecutivo de la organización arbitral, destruyó la apariencia de imparcialidad de una organización obligada, como esencia de la naturaleza de su función, a ser imparcial. En castellano y en catalán, significa no tener interés con ninguna de las partes. Al destruir una nota de su esencia, los árbitros dejaron de ser árbitros.
Del proceso me importan, por lo tanto, solo los hechos (objetivos) probados. Cuánto y cuándo. Me traen sin cuidado el dolo y la culpa. Las alegadas intenciones, los supuestos propósitos, las figuradas finalidades. Los cuentos chinos, en suma, paridos por los publicistas y las coartadas ideadas por los abogados, una vez que, en el fondo del armario de Laporta, apareció, en forma de facturas falsas, el cadáver putrefacto de la competición futbolística española, apuñalado doscientas veintiocho veces por el Fútbol Club Barcelona.
Cualquiera fuera su finalidad, insisto, durante todas y cada una de las temporadas en que mantuvieron su acción concertada, el Fútbol Club Barcelona y el Vicepresidente de la organización arbitral destruyeron de forma irreparable la apariencia de imparcialidad a la que tenían derecho todos los competidores. Y como sabemos todos, y en territorios de la Hispania Citerior sabían al menos desde Julio César, la honradez no vale nada sin su apariencia.
Ahí vaya el proceso penal. Siga su curso. Itaca te brindó tan hermoso viaje. Sin ella no habrías emprendido el camino. Pero no tiene ya nada que darte[1]. Allá vayan Laporta y sus armarios. Que a los fines de situar la competición española a un lado u otro de la línea que separa lo limpio de lo sucio, nada significan los informes perdidos y hallados o alegadamente destruidos. No habría hecho menos sucio, ni menos destructivo para la integridad de la competición, pagar al vicepresidente de los árbitros para adquirir un informe o para saldar la cuenta de un prostíbulo.
[1] Konstantínos Kavafis
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Por la presente queda convocado el VI Certamen de Cuentos Madridistas de Navidad de La Galerna con arreglo a las siguientes BASES:
1.- Los cuentos participantes tendrán por doble temática la Navidad y el Real Madrid y/o el madridismo, no necesariamente en este orden.
2.- La extensión de los cuentos será de un mínimo de 500 palabras y un máximo de 2.500.
3.- El plazo de entrega se abre el 12 de diciembre de 2025 a las 17 horas y se cierra el 23 de diciembre del mismo año a la misma hora.
4.- Los relatos participantes se enviarán al correo madridaxis@gmail.com, indicándose en el apartado Asunto las palabras "Certamen de Cuentos".
5.- La dotación del premio consiste en una camiseta del Real Madrid firmada por un componente actual de la primera plantilla. Asimismo, el cuento ganador se publicará en lagalerna.com el 24 de diciembre de 2025.
6.- La Galerna se reserva el derecho de publicar con anterioridad a dicho momento, y con posterioridad al cierre del plazo de presentación, cualesquiera otras obras presentadas que considere del interés de sus lectores.
7.- El premio podrá declararse desierto.
8.- Cada participante podrá presentar un solo cuento al Certamen.
En lo que podría ser el último mandato de Florentino, el presidente ha estado colocando piezas que ha considerado de alto valor durante sus diferentes etapas, como si estuviese haciendo de su historial un balance y criba, queriendo dejar todo atado antes de su marcha: Scariolo como entrenador en la sección de baloncesto y Chacho en el área deportiva de la misma; José Ángel Sánchez figura por primera vez en casi 25 años como por parte de la junta directiva (lo que le confiere la posibilidad de presidir si se precisase); Xabi Alonso y Arbeloa, (posiblemente, los futbolistas que ha tenido Florentino que más hayan defendido al club dentro y fuera del campo) como entrenadores de primer y segundo equipo, respectivamente… Y es en la figura del vasco en la que, recientemente, se centran opiniones y presuntas informaciones que friccionan con la lógica.
La primera etapa de Florentino se caracterizó por golpes de efecto visualmente rompedores, como traer a Figo (capitán del Barcelona), Zidane (récord de pago por traspaso), Ronaldo (último día de mercado), Beckham (anomalía de la mercadotecnia: aparte de la excelsa calidad del jugador, el citado anteriormente José Ángel Sánchez afirmó que, con el fichaje del inglés, el Madrid había aumentado un 137% sus beneficios de márquetin) … Sin embargo, aunque su segunda etapa comenzó con un verano que recordaba a épocas galácticas, la intención del presidente con los años fue la de asentar un modelo más sostenible y sosegado, no tan caracterizado por las alteraciones, y se ve en lo que concierne a la parcela técnica: en los seis años de la primera etapa de Florentino, hubo hasta seis entrenadores, mientras que en los dieciséis años de la segunda, tan solo siete: uno de ellos Solari, que cogió los mandos de manera interina; y dos de esos siete con dos etapas distintas (Ancelotti y Zidane), lo que reafirma lo anteriormente mencionado respecto a los cambios: se prefiere lo conocido ante el riesgo.
Siguiendo ese criterio, no hubiese sido muy descabellado pensar que quizá hubiera sido positivo que continuase Carletto pese a la mala temporada en resultados, ya que, siendo el entrenador más laureado de nuestra historia, se tenía certezas de lo que podía ofrecer. Sin embargo, y como se citó al principio de este escrito, parece que Florentino tiene un plan a trazar antes de su marcha, y en lo que atañe al entrenador, ha escogido la apuesta de Xabi, y parece poco razonable que se vaya a abortar ese proyecto a los pocos meses de iniciarlo, porque no ha venido en las mismas condiciones que Benítez o Lopetegui, sino como una apuesta de futuro más que de presente.
Si no le hicieron caso al entrenador más cercano a los jugadores que haya nacido, y, supuestamente, no se lo hacen ahora a Xabi, con total seguridad no se lo harán al que venga, por lo que parece absurdo que la solución sea cambiar al entrenador, puesto que tampoco es él el problema
Los problemas que se le asignan al técnico vasco son los mismos que tenía Carlo el año pasado: falta de creadores de juego en la medular, lesiones y que, aparentemente, la plantilla no le sigue. Si no le hicieron caso al entrenador más cercano a los jugadores que haya nacido, y, supuestamente, no se lo hacen ahora a Xabi, con total seguridad no se lo harán al que venga, por lo que parece absurdo que la solución sea cambiar al entrenador, puesto que tampoco es él el problema. El de Tolosa, estrenándose en un inédito Mundial de Clubes y sin pretemporada, hasta hoy con un juego de calidad intermitente, y con unos ajustados resultados en competiciones nacionales y europeas, no está terminando de convencer al madridismo en su totalidad, pero ¿y quién sí lo consiguió?
Por poner unos ejemplos: en 2010, al poco de llegar Mourinho, vigente campeón de Europa, se perdió 5-0 en el Camp Nou, y los tres años del portugués fueron clave para los éxitos posteriores; en el primer año de la última etapa de Ancelotti en el club se perdió en fase de grupos de Champions League contra el desconocido Sheriff Tiraspol en el Bernabéu, y esa temporada, el Madrid acabó levantando la Copa de Europa de nuestras vidas. En ambos casos, se hablaba de cesar a los técnicos, y de que había que mirar al palco, aunque el vinagrismo aún no había aprendido a deletrear ‘negligencia’ ni ‘dejación de funciones’.
Pese a que haya veces en que a los aficionados nos cueste entender que ciertas posiciones del campo se dejen en barbecho a la hora de fichar porque queremos plantillas de veinticinco estrellas con puestos doblados, el anteriormente mencionado plan sostenible y sosegado del presidente ha dado los mejores frutos: segunda etapa dorada del club con seis Copas de Europa en una década, balances económicos excelentes y un futuro prometedor. Solo falta que los aficionados apliquemos esa misma idea, y ser conscientes de que esta semilla se riega con paciencia, sin necesidad de echar entrenadores cada quincena y pagarles finiquitos a jugadores por unos malos partidos. Quizás así podamos hasta disfrutar de ser del Madrid.
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Buenos días, apreciados galernautas. Esperamos que al recibo del presente os encontréis todo lo bien que permiten estas fechas, y no nos referimos (o no solo) al penoso momento de nuestro equipo. Es ésta época de excesos en la ingesta de sólidos y líquidos, comidas o cenas de empresa, y de latentes o patentes catarros, trancazos, resfriados y gripes. A la espera de la llegada de un cura, cuya presencia este portanalista ha instado merced a su condición de cristiano viejo y de tener una temperatura de 37 grados y medio, os comparto con las fuerzas que me quedan las portadas de las cabeceras de la prensa presuntamente deportiva del día de hoy. Sí, esto también es un sacerdocio. Ruego se excuse cualquier imprecisión o apreciación hiperbólica, pues el delirio febril inherente a mis gravísimas condiciones actuales puede llevar a interpretaciones distantes de la realidad hasta el punto de llegar a poder tomar en serio las portadas de hoy. ¿Dónde estará el Páter?
La fiesta de la insustancialidad podemos comenzarla con las cabeceras cataculés, pues, como si de la depilación con cera se tratase, estas cosas conviene despacharlas rápido y de un tirón. Tanto Sport como el diario del Conde de Godó, Grande de España, coinciden en solazarse en la renovación de Eric García hasta 2031. Unos titulan que es capitán en la sombra, casualmente el mismo lugar donde deberían estar los responsables de pagar 8 millones de euros al vicepresidente de los árbitros durante dos décadas. El segundo diario lo califica de líder. A ver, Eric líder podrían ser Eric Clapton, Eric Johnson, Eric Gales, Eric Idle o Eric Bana. Eric García, aunque buen jugador, dista mucho de llegar al nivel de los otros Erics. ¿O el plural sería Érices? ¿Si fueran varios podríamos hablar de Ericidad? Tantas preguntas y tan pocas respuestas…
Saltemos con las fuerzas que nos queden a lo que el gurú de la perfumada uretra llamó la Central lechera. As, diario prisaico, más empeñado en parecerse a una hoja parroquial que a un periódico serio, nos hace una celebración de la obviedad diciendo que Xabi pende de un hilo. Nadie nos habíamos dado cuenta. Ni siquiera habíamos hablado ni escrito sobre el particular. ¿Seguro que es As y no un ejemplar de las Selecciones del Reader’s Digest?
Por su parte, Marca nos muestra a alguien con aspecto de cantante de reggaeton. El chándal que luce, aunque prenda deportiva, produce reflejos o irisaciones que muy bien podrían indicar el que tejido es ciertopelo. La elección es excelente para estos días en los que lo que apetece es quedarse en casa, amoroso y cómodo a partes iguales.
El personaje en cuestión muestra su lado más pendenciero diciendo que puede pelear con cualquiera. Nos indican por línea interna que el del frontispicio se trata de Julián Álvarez, fenomenal delantero del Atlético de Madrid, con recurrentes referencias al mundo de Spiderman. Ahora vemos sentido a la elección del atavío, los modos del interfecto, sus intenciones pugilísticas y la telaraña que sale en portada, lo que nos lleva a colegir que se ha empleado la sala de trofeos del club en el Metropolitano como improvisado estudio fotográfico.
Pasad un excelente día y… buenos días, Páter. Sin pecado concebida.