En un partido que no debería sorprender que acabara con la trayectoria de Xabi Alonso (y quizá no sería mala cosa), el Madrid perdió ante el Celta dos puntos, a Militao y dos jugadores de campo, que acabaron expulsados. También perdió media liga y el crédito que había ganado en Bilbao. Tras dicho partido, el de San Mamés, nuestro compañero Genaro Desailly titulaba su crónica “Virgencita, que este sea el Madrid”.
No lo es.
Sorprendió Xabi con la alineación, como por otro lado viene siendo habitual. Entraron Fran García, Asencio y Güler, por ejemplo, sin que quedara claro en qué disposición táctica jugarían. ¿Tres centrales? ¿442 clásico? ¿4141 con Valverde como interior, o sería carrilero con los mencionados tres centrales? Los primeros compases hicieron pensar que la línea defensiva era de 4, con Militao y Carreras en el centro. También que los blancos principiaban al ralentí, como por desgracia es habitual en muchos partidos. Esa cosa contemplativa tan irritante, que lo fía todo a la inercia y que permitió un virguero como Bryan Zaragoza comenzar a sembrar inquietud. La presión era laxa y descoordinada. Para haber echado de menos el Bernabéu, como Xabi había declarado y los resultados parecían respaldar, vimos un primer cuarto de hora en el que no se vio un ápice de esa presunta añoranza de los jugadores a su público. Sí has echado de menos a alguien, te comportas con algún respeto. Justo al borde esos quince minutos, una buena internada de Güler obligó a Radu a mandarla al córner. A resultas de ese saque de esquina, el portero céltico volvió a sacar una gran mano a testarazo de Bellingham.
A los veinte minutos, la peor noticia posible se materializó sobre Militao, el mejor y más frágil defensa de lo que va de siglo en el Real Madrid. Se lesionó en una carrera heroica en un contragolpe tras Pablo Durán. Lo de las lesiones en este equipo es desesperante. Entró Rüdiger en su lugar. El Madrid suele corresponder a estos traumas encajando, encima, goles en contra, pero por fortuna Bellingham se cruzó ante el pase de la muerte de Borja Iglesias.
Se cumplió media hora de mejor juego y dominio celtiña ante la inoperancia blanca. Asencio, apañado en el centro de la defensa, se mostraba nulo como lateral. Los ridículos tiritos desde lejos de Rüdiger y del propio Asencio certificaban el espanto, no así el mucho mejor disparo de Güler, que volvió a obligar a Radu a intervenir bien.
El Celta estaba comodísimo, tanto jugando como perdiendo indisimuladamente el tiempo cuando las condiciones lo aconsejaban. Hay jugadores que juegan bien muchas menos veces de las que por su calidad deberían, y otros que nunca tendrán calidad.
A los 37 minutos, pifió Güler en el punto de penalti una buena dejada de Mbappé. Había sido la mejor del partido, pero el turco se la dejó atrás. Todo era irritante. El Madrid no puede jugar así de mal, sencillamente. A los 40 minutos, Courtois hubo de intervenir ante un Pablo Durán que se le plantó delante con una facilidad inenarrable.
Aun siendo lamentable el juego, no faltaban las ocasiones. Un pase largo de Tchouaméni dejó a Vini solo, pero un enorme Radu abortó la ocasión. A pesar de las continuas pérdidas de tiempo, lesiones y demás calamidades, el árbitro solo descontó 4 minutos, que se cumplieron sin nada más que reseñar.
Con sorpresa encajó esta cronista la falta de reacción en el banquillo. Del túnel salieron los mismos once. Valverde pareció interpretar mi propia ira con un chut rabioso. Paró Radu. El propio Valverde y Carreras ensayaron internadas meritorias que concluyeron con muy gentiles entregas del balón al rival.
Pero podía ser peor. Podía calentar Rodrygo. Xabi puso a calentar a Rodrygo. Y podía marcar el Celta. Pues marcó. Williot anotó, en una jugada en la que el Celta hizo todo lo que le dio la gana. Y salió Rodrygo. Minuto mágico. Párrafo inolvidable.
Bailaba el Celta al Madrid. Es una vergüenza absoluta. Xabi no reaccionaba. Gonzalo calentando. Endrick en su casa, o yo qué sé. El árbitro sacando amarilla a Bellingham por no entrar en el campo con el permiso de Su Graciosa Majestad. En este momento, la cronista solo quiere que le reconozcan el mérito de seguir al pie del cañón. Fran García, que además de ser un jugador muy limitado no parece Albert Einstein, se ganó dos tarjetas en un minuto. Pues eso. Que me den las gracias. Ustedes lo sufren en sus casas y luego se van a beber o a follar. Yo me quedo retocando esta mierda de crónica. Me quedo poniendo, por ejemplo, que Tchouaméni metió otro gran balón a Kylian, que se quedó solo delante de Radu pero lanzó su vaselina por encima del larguero. Qué bien.
Curiosamente, el Madrid presionaba ahora, con diez, más que con once. Es lo que tiene no tener vergüenza y haberte tocado las narices durante 75 minutos. Que se pone de manifiesto esa falta de vergüenza cuando te toca presionar a la desesperada. De ahí al final, no fuimos capaces de generar gran cosa, aunque hubo más honra. Gonzalo remató de cabeza, fuera por poco. Pero el árbitro expulsó a Carreras, nadie sabe por qué. Los jugadores blancos sacaron un orgullo mal entendido que por poco acaba con más jugadores aún, y que deberían sacar sin histerismos en todos y cada uno de los partidos que disputan. Contra nueve, el Celta se gustó y marcó la sentencia.
Esto es insostenible.












Hemos jugado mal. No ha influido el árbitro en el resultado. Creo que no mereciamos perder 0-2.
Dicho esto: vergonzosa actuación arbitral. La ceja rota de Jude no mereció amarilla, la primera de Fran si.
6 faltas del Madrid: 6 amarillas y 2 rojas
12 del Celta: 1 amarilla.
Se que es pronto: liga perdida ya.
Más allá del juego del RM, este arbitraje no se lo hacen a ningún equipo en su campo nunca. Seria un escandalo. Prevaricador total.
Y no, el RM no puede estar por encima de eso. A que jugador de cualquier equipo le han sacado dos amarillas en 1 minuto? Pues a nosotros a dos.
Preguntad al director deportivo, máximo responsable de este desastre
Con esa falta de agresividad y de orden en la presión en imposible. Ya decía, creo que era el único, que el gran partido ante el Athletic había que refrendarlo ante equipos que no cedieran espacios. Bueno, pues no lo ha hecho. Gran mediocridad defensiva, especialmente en los laterales, pero también en la parte creativa. Muchas ocasiones desperdiciadas, poco gol, poca intención. Creo que Alonso, hasta ahora, es una gran decepción. No es el único culpable, pero no se puede echar a 22 jugadores. Se pueden poner todos los matices que se quiera, el juego es injustificable.
No me sale criticar la alineación de Alonso, los cambios, ni siquiera el partido, la expulsión de Fran García, la chulería del árbitro. Todo esto ya da igual, es secundario. El problema es estructural: el club está regido por una enfermedad llamada APATÍA, que va desde la zona noble hasta el más suplente de los jugadores. El mismo entrenador, que comenzó su periplo con energía, se ha contaminado. Ya hace lo que haría el último Ancelotti. Y el siguiente hará lo mismo, mientras esa enfermedad no se erradique. Y eso pasa por un cambio muy profundo. De arriba a abajo.
Falta sangre. Es inadmisible que y una vergüenza la falta de actitud. Estos jugadores no tienen carácter ninguno. Otra temporada como la pasada
De acuerdo con Doña Josefina en todo.Pero los dulcineos diran que si el árbitro,que si la mala suerte,que hay que darle tiempo.......No insulten a la inteligencia y nos tomen por tontos(a algunos por lo menos).Nulidad del entrenador,de momento,tanto si es por qué no sabe o por qué no le hacen caso (yo creo que es lo primero).Debería dimitir pero no es un Camacho,incluso un Zidane. A seguir aguantando,hasta que se despeñe el equipo
Responsables del ñordo de liga hasta ahora, por orden:
1. Vinicius.
2. Fede.
3. Jude.
4. Alonso.
5. Rodrygo.