Las mejores firmas madridistas del planeta

Buenos días, amigos. Para reflejar de la forma más fidedigna el descalabro que un magnífico Madrid obró ayer en las filas del Valencia, que era el rival al que los de Xabi golearon 4-0, hoy nos vais a permitir que nos centremos en la prensa oriunda, no sin antes conminaros a pasar primero por la crónica de Paco Sánchez Palomares y las notas de Gutiérrez de Panga para revivir la excelencia de un equipo, el blanco, que apunta altísimo esta temporada.

 

El eximio rotativo valencianista Superdeporte, generalmente reconocido (?) por sus libelos contra la entidad de Concha Espina y su indisimulado racismo contra Vinicius, hoy no tiene argumentos más que para girarse sobre sí mismo y lanzarse al surco de las afirmaciones gruesas contra su propio equipo, al que como veis acusan de “arrastrar la senyera”, o sea, poco menos que de ultrajar la bandera de la región que representan.

Vista esta barbaridad, nos alegramos fundamentalmente de dos cosas. La primera es que el Madrid no represente a ninguna región ni país concreto, pese a tener su sede social en la capital de España. Claro que existe un respetable madrileñismo madridista, pero el club blanco es fundamentalmente universalidad. Así, por mucho que se lo proponga, nunca arrastrará bandera alguna que no sea la propia (pocas veces lo ha hecho), y sus derrotas no deshonrarán al chotis ni a los callos con garbanzos. Deshonrarán, de producirse, al propio Real Madrid, y esas sí que son palabras mayores.

La segunda alegría proviene precisamente del hecho de que raramente hace el Madrid tal cosa, y este Madrid tiene pinta de ir a hacerlo menos que ninguno. Leed también hoy a Jesús Bengoechea, fascinado ante las paradojas de un Madrid indisolublemente ligado a la personalidad de su técnico, y concluid que este Madrid honra su propia bandera (no la de ninguna provincia, ayuntamiento o pedanía, sino la suya propia) con el ánimo indesmayable de engrandecer, aún más, lo que esa bandera representa.

Os dejamos con el resto de portadas. Pasad un buen día.

El zafarrancho prudente

 

Este Madrid diseñado para el zafarrancho, y que durante largas fases de cada partido transmite la sensación de estar sumido en un trance atacante desbocado y visceral, debería conceder goles y ocasiones fruto del desorden que esa filosofía debería traer consigo. La clave es el condicional, porque lo que debería ser no es. Es una especie de zafarrancho prudente. Primera paradoja.

A pesar de su ataque aparentemente enloquecido, el Madrid de Xabi Alonso, con la excepción del descalabro del Metropolitano, no solo encaja muy pocos goles, sino que apenas permite al rival acercarse con peligro. Courtois ha ejecutado bastantes menos milagros de los habituales en otros años, aunque siga fiel a su cita con lo sobrenatural de manera eventual. El belga estaba casado con lo ultraterreno; ahora solo se permite ciertos escarceos con lo titánico, tan fugaces como los que depara Tínder. Ha discontinuado su condición de superhombre, por la sencilla razón de que su equipo ya no la necesita tanto. Ha dejado de precisarla de manera tan acuciante como antes, y ello ha sucedido justo cuando la lógica indicaba que sucedería lo contrario, o sea, cuando el Madrid parece (solo parece) restarle foco a la defensa.

Las notas del Real Madrid - Valencia

Diversión a través de la disciplina

 

Work is much more fun than fun”, dejó escrito Oscar Wilde. Que el trabajo pueda ser más divertido que la propia diversión es paradoja para la cual tal vez no esté preparada Yolanda Díaz. Xabi Alonso, en cambio, la trae de su mano.

No recuerdo haber visto a un grupo de hombres pasarlo tan bien trabajando tanto, sonreírse entre unos y otros, haciendo gala de tanta complicidad, mientras esas mismas bocas perdían el aliento. Me fijé durante el choque contra el Valencia. Parecen presos de los rígidos esquemas de un Madrid de autor (algo que quizá solo viéramos triunfar con Mourinho), pero es palpable que en la supuesta prisión encuentran la felicidad.

Mbappé se antoja personalmente realizado en la tarea de ejercer una presión que luego, inevitablemente, va a quitarle frescura para definir. No le importa, o lo asume tan de buen grado que engaña. Con arreglo a la vieja fórmula florentinista, sabíamos que Kylian había nacido para jugar en el Madrid, pero no estábamos tan al tanto de que hubiera nacido para dejarse la vida persiguiendo defensas rivales en el Madrid. La naturaleza con la que lo asume no entraba en los planes de casi nadie.

La tercera vía en el lateral (o cómo el lateral que no quiere serlo se convierte en el mejor del mundo ahí)

 

Valverde se ha convertido en un tipo que juega contra sí mismo. Si alberga la ambición de no jugar como lateral, está saboteando su propio plan de una manera admirable. Sus recitales ante Barcelona y Valencia, entre otros, proyectan tal imagen de solvencia y poderío que ahora mismo no parece planteable moverlo de allí. Mis condolencias para Fede. No se puede jugar así de bien sin atenenerse a las consecuencias.

Parecen presos de los rígidos esquemas de un Madrid de autor (algo que quizá solo viéramos triunfar con Mourinho), pero es palpable que en la supuesta prisión encuentran la felicidad

El Madrid iniciaba la temporada con la mayor parte de puestos bien duplicados, y esta bendición parecía especialmente indudable para el flanco derecho de la defensa. Ahí teníamos a dos colosos(Trent y Carvajal), dos especialistas de características contrapuestas, y el conflicto consistía en dilucidar cuál de ellos debía ser titular.

Fede ha resuelto la duda de forma sorpresiva: ninguno.

La tercera vía se ha impuesto. Ni Trent ni Carvajal ofrecen en este momento lo que da el uruguayo (ya sé que Carvajal está ahora lesionado, pero la sensación era exactamente esa cuando estuvo sano). Todo indica ahora mismo que Trent comenzará en el banquillo el partido de su vuelta a casa. Anfield no fue hecho para experimentos, y apartar a Valverde del lateral ha pasado a ser exactamente eso: una moneda al aire, una probeta en el laboratorio de un químico loco. Queremos certezas, y una de las mayores que tenemos son las prestaciones de un tipo que preferiría no estar allí, según confesión propia.

Jugadores que retrasan su posición pisan más área que nunca

 

Confieso haber tenido dudas respecto a la adecuación de Güler al puesto de centrocampista. No porque supiera que no podía hacerlo bien ahí. Ni siquiera por no saber si podía. Mis reticencias se debían al coste de oportunidad de la decisión. En su primer año, anotó seis tantos en seis ratitos y literalmente tirando seis veces. ¿De verdad quieres alejar del área a alguien que tiene semejante relación con el gol?

Ya estoy convencido: sí, quieres. Paradójicamente, el movimiento táctico de Güler con el turco le ha hecho ganar peso en la gestión del juego, a veces desde muy atrás, y su genial lucidez aporta mucho ahí. El milagro (que expongo de manera intuitiva pues no tengo estadísticas que lo respalden) consiste en que sigue pisando área casi tanto como antes. No por empujarlo hacia atrás le has restado presencia arriba, y eso solo ha podido pasar por enseñar al jugador a multiplicarse, como suena. Lleva la manija, como decían los clásicos, pero eso no le ha impedido marcar tres goles, dar numerosas asistencias y personarse para rematar. Va a aportar mucho en la tarea anotadora.

Dicen que a Xabi no le gusta Vini, o que hay facetas de su juego que no le convencen. Para ser el entrenador que se supone menos aprecia a Vini, se antoja el que mejor puede llegar a hacerle jugar

Y lo propio parece que hará Bellingham. Ya en su primera rueda de prensa, Xabi dejó claro que lo quería como centrocampista. Y eso es lo que estamos viendo, realidad al parecer compatible con tres goles en tres partidos. El tolosarra está obrando la bendita anomalía. Vemos un Jude que interviene mucho más en el juego que la temporada pasada sin por ello disminuir su potencial anotador y de asistencias. En el segundo gol de Mbappé pudimos ver a Jude y Arda intercambiando papeles, y a nadie le habría extrañado. El pase en profundidad pudo ser de Güler y la asistencia del inglés, pero fue al contrario. En este Madrid reina un dinamismo que extrañamente no llega al caos, aunque lo bordee. La gente aparece por donde menos lo esperas. Es un equipo ininteligible, lo que resulta fascinante.

Las notas del Real Madrid-Juventus

El enemigo benigno

 

Es posible que mucha gente vea en Xabi al típico entrenador coñazo que desbarata la espontaneidad de sus estrellas. Es posible que mucha gente lo piense en lo relativo a Vinícius. Es posible que el propio Vini así lo considere.

La realidad demuestra que, si Xabi es el enemigo del brasileño que cuentan las crónicas, es un enemigo rotundamente benigno, pues Vini está jugando como nunca, sembrando el pánico como nunca y haciendo el trabajo sucio como si de ello dependiera su vida.

Dicen que a Xabi no le gusta Vini, o que hay facetas de su juego que no le convencen. Para ser el entrenador que se supone menos aprecia a Vini, se antoja el que mejor puede llegar a hacerle jugar. Toma paradoja. El intervencionismo de otro como contexto idóneo para hacer valer tu irreductible, libérrima esencia. Vini jugó un partido soberbio ante los levantinos, aunque fallara un penalti.

No puedo con tantas paradojas. Voy a ponerme otra vez el partido del Valencia. Necesito bañar en puro gozo tantas contradicciones para ver si consigo integrarlas orgánicamente, como se dice ahora, en la felicidad de mi vida.

Sobre Vinícius y el cambio

 

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Courtois: BIEN. Hasta entrada la segunda parte, había quien aseguraba que Thibaut no estaba jugando. Pero una buena intervención tras un disparo de Almeida confirmó la presencia del belga en el partido.

Valverde: NOTABLE. Quizá no sea su posición preferida, pero se marcó otro gran encuentro como lateral derecho.

Militao: NOTABLE. Es un fiera. Mili sigue magnífico y nos agrada en grado sumo.

Huijsen: NOTABLE. Ganó más duelos que Billy el Niño.

Carreras: SOBRESALIENTE. Juega con suficiencia. Nos regaló un delicioso taconcito útil y nos deleitó con un gol superlativo.

Tchouaméni: SOBRESALIENTE. Fiable y regular como los taxis Skoda 1.9 TDI de finales de los noventa.

Güler: SOBRESALIENTE. Va a marcar una época. Defiende, ataca, fija, brilla y da esplendor.

Bellingham: SOBRESALIENTE. Ha vuelto ÉL.

Mastantuono: APROBADO. El menos brillante. Además, le hacían faltas que Busquets Ferrer no señalaba nunca.

Vinícius: BIEN ALTO. Falló un penalti, pero lleva varios encuentros siendo el Vini atrevido que encara y vuelve locas a las defensas rivales.

Mbappé: SOBRESALIENTE. Otros dos goles. Y van... Sucede como ocurría con Cristiano, con él en el campo hay asegurado al menos un gol.

Ceballos: BIEN. Contemporizó la segunda parte.

Camavinga: BIEN. Está en línea ascendente.

Asencio: BIEN. Desbarató los pocos ataques valencianistas.

Rodrygo: APROBADO. Jugó pocos minutos.

Endrick: BIEN. Salió como un toro y firmó una gran internada que solo pudo ser frenada con tarjeta. Quizá en la banda derecha tendría más oportunidades.

Xabi Alonso: SOBRESALIENTE. Su Madrid volvió a demostrar compromiso, talento y brillantez.

 

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Arbitró Mateo Busquets Ferrer del colegio balear. En el VAR estuvo Trujillo Suárez.

Probablemente el mejor colegiado de la actualidad, y eso que es uno de los jóvenes del estamento arbitral y con pocos años en la élite. Hoy falló en algunos detalles que tuvieron que ver principalmente con faltas y con el primer penalti de la noche, cuando necesitó la ayuda de Trujillo.

En el 17' Copete cometió la pena máxima por una mano extendida y abierta que, como dice el nuevo testamento de las manos, es penalti. A Busquets Ferrer se le escapó y se puede entender, porque es complicada de apreciar en directo. Le ayudó el VAR para que lo pitase con el monitor. Pero en la misma jugada hay un penalti catedralicio de Diego López a Mbappé al que agarra sin opción de jugar el balón que tampoco vio. Tuvo suerte el equipo che de que pitase la primera acción, porque Diego López habría visto la roja de señalar el segundo.

La primera y única amarilla para los locales llegó por una falta de Tchouaméni a Beltrán que iniciaba una contra. Justa, pero viene precedida de un claro derribo a Mastantuono en la frontal del área.

En el 43', el segundo penalti a favor de los madridista que admitió poca duda. Thierry llegó tarde ante Carreras y se lo llevó por delante.

En la segunda mitad lo más destacable fue la amarilla a Javi Guerra por agarrar a Endrick en el 87' y que el colegiado balear volvió a obviar una falta sobre Mastantuono cerca de la frontal. Gayá le pisó por detrás en el talón y era una entrada merecedora por lo menos de tarjeta amarilla.

Busquets Ferrer, DISCRETO.

El Madrid llegaba al partido contra el Valencia con el runrún del enfado de Vinícius en el cambio prolongado artificialmente por los medios. Al final, ni runrún ni ranrán, los de Xabi firmaron un encuentro sublime, principalmente durante la primera mitad, y confirmaron varias buenas noticias: la vuelta del mejor Jude, la productividad de Mbappé, el jugadorazo que es Güler, la feliz recuperación de Militao, lo bueno que es Carreras... Me detengo porque esta crónica ha de empezar.

El técnico vasco solo modificó una pieza respecto al último partido: Mastantuono por Brahim.

Antes del comienzo, Mbappé ofreció la Bota de Oro a la afición fotografiándose con todos los jugadores convocados. También se guardó un minuto de silencio en memoria de Ochotorena y de la abuela de Dani Carvajal.

El partido empezó con susto, Arda cayó mal y se torció el tobillo. Mostraba claros gestos de dolor y Camavinga comenzaba a calentar. Pero a Güler le dio igual, siguió y no tardó en servir un pase espléndido a Mbappé que rozó un defensor evitando que se convirtiera en gol. Tras el córner, Valverde empalmó el balón como un poseso, no marcó por centímetros.

Güler y Mbappé forman una pareja casi casi tan sólida como la que conforman política y corrupción.

Antes del 10, fue Vini quien gozó de una buena oportunidad que despejó Agirrezabala. Y en el 13, Jude tuvo otra bastante similar, pero su chut desde la izquierda fue más centrado.

En cada córner, los valencianistas sujetaban y derribaban a todos los jugadores madridistas que querían sin consecuencia alguna. En uno de ellos, coincidieron tres penaltis a la vez: agarrones a Bellingham y Mbappé y, además, hubo mano valencianista. Después de varios minutos —en la sala VOR estaba Trujillo y tiene su ritmo—, le llamaron al VAR. Busquets Ferrer pitó solo uno de ellos, la mano de Tárrega (César, no Cristina). Lo suyo habría sido señalar los tres. Aunque quizá, para no sobrecargar, podrían haberlos lanzado uno cada cinco minutos. Lo ejecutó Mbappé, engañó al guardameta y marcó su tropeciento gol de la temporada.

Güler se asoció esta vez con Bellingham para crear una nueva ocasión de peligro. El inglés también estaba jugando a un gran nivel otro día más. Entre pase filtrado y pase filtrado, Arda se dedicaba a recuperar balones, algo complicado de aunar en un futbolista, como planchar la colada mientras te secas el pelo.

Cuando el conjunto che tenía el balón, el Madrid presionaba  y recuperaba rápido. Por momentos, el nivel de presión era casi fiscal. Cuando la pelota la tenían los de Xabi, dibujaban jugadas como la del segundo tanto: Jude en profundidad para la excursión de Güler por la izquierda, centro preciso del turco y segundo de Kylian. Los goles de Mbappé son como las discusiones de pareja, hay al menos uno todos los días. Arda-Kylian SL. Y que arda troya si hace falta.

Los blancos, en modo apisonadora turbo. El Valencia hace tiempo que echa de menos las bajas de Piojo López y la Cobra Ilie.

Antes del descanso, Thierry cometió un penalti nítido sobre Carreras. Lo lanzó Vini y lo falló. Agirrezabala también detuvo el remate posterior de Güler.

Como la jugada dejó mal sabor de boca, Jude agarró el balón, recortó —sin tijeras— a un par de defensas, se lo colocó —el balón— y lo depositó en el fondo de la portería mediante un disparo seco y raso como una mañana de julio en Cuenca. No veíamos un latigazo así desde la última película buena de Indiana Jones.

En el 49, cuatro años después del fin de la Segunda Guerra Mundial, Arda pudo marcar el cuarto, pero el tiro resultó inocente, como una bala disparada sin querer que no mata.

Descanso. 3-0. Primer tiempo descomunal del Real Madrid. Y, lo mejor, el mejor Bellingham ya está de vuelta. El centro del campo formado por Aurélien, Jude y Arda, el AJÁ, es una mina.

La segunda parte empezó con Ceballos sobre el campo en sustitución de Güler, uno de los mejores de los primeros 45 minutos, pero lastrado por la torcedura sufrida al comienzo en la bisagra del paso. Camavinga entró en lugar de Tchouaméni, que también había firmado una gran primera mitad y estaba lastrado, en este caso, con una amarilla mostrada por Busquets Ferrer después de no señalar una falta clara sobre Franco Mastantuono.

El Madrid monopolizaba el juego como ha monopolizado la UEFA el fútbol durante décadas. Poco después del cuarto de hora de la segunda mitad, fabulosa jugada de Vini cuyo centro lo empotró Kylian, pero el meta del Valencia anduvo muy acertado. También se lució Courtois en la siguiente acción, repeliendo un trallazo repentino de Almeida (André, no Martínez). Sí, Thibaut estaba jugando, aunque aún no había intervenido.

EL REAL MADRID FIRMÓ UN ENCUENTRO SUBLIME CONTRA EL VALENCIA, SOBRE TODO EN LA PRIMERA PARTE

Huijsen también se fue a descansar antes del 70. Saltó al campo Asencio. Rodrygo y Endrick, que aún sigue en el Madrid, salieron a calentar.

Varios jugadores blancos chutaron a puerta desde lejos sin éxito, entre ellos, Camavinga, Fede y Bellingham, cuyo movimiento para armar el disparo recuerda al de una catapulta. Valverde directamente es una catapulta.

Después del aluvión de juego del Madrid y el 3-0 de la primera mitad, esta segunda tenía la emoción de una cita con uno mismo a la que encima llegas tarde. Lo cual no quiere decir que el Madrid hubiese dejado de trabajar. El desempeño del Valencia era mediocre, en parte por su nivel y en parte porque el Madrid no le dejaba. Corberán intentó cambiarle la cara a su equipo con la entrada de varios futbolistas, entre ellos Hugo Duro y Jesús Vázquez, pero la operación no fue un triunfo.

Xabi sacó a Rodrygo y Endrick. Sustituyó a Mbappé y Vinícius, este último también fue aplaudido por el Bernabéu.

Al poco de comenzar los ochenta, Carreras marcó un golazo sublime. Recogió un rechace a disparo de Rodrygo y largó un zapatazo salvaje desde el lateral izquierdo del área grande que facturó el balón a la escuadra más lejana. 4-0. Y además lo celebró con la sobriedad wayneana de Jude.

Javi Guerra a punto estuvo de responder con otro golazo, pero su fantástico disparó lo escupió el palo.

No hubo tiempo para más. El Madrid jugó de cine, sobre todo la primera parte, y pudo infligir una goleada de escándalo al Valencia si no hubiese marrado una pena máxima y Agirrezabala no hubiera evitado varios tantos.

El líder sigue intratable.

 

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Buenos días, amigos. Xabi juega con la prensa como si fuese un gatete que se entretiene con un ratón antes de engullirlo. La diferencia de capacidad intelectual entre el periodista medio español y el entrenador del Madrid es evidente, y el tolosarra despachó ayer a los medios a su antojo en una rueda de prensa a la que acudieron ansiosos por hacer sangre con el cambio de Vinícius contra el Barça.

Lo hizo de manera educada y contundente, sin resquicio para la crítica infundada: «Fue un comunicado —el de Vini— muy valioso, muy positivo. Demostró honestidad, habló con el corazón. Lo más importante es lo que dijo y quedé muy satisfecho. El miércoles se cerró el tema. Tuvimos una reunión con todos y estuvo impecable. Habló con sinceridad y estuvo muy bien. Para mí, queda zanjado».

El problema es que la prensa no es honesta porque no ejerce su labor al sustentarse gracias al riego que recibe de una parte, la que tiene como enemigo al Madrid. Por lo que la impecable respuesta de Xabi no zanja el asunto, sino que la espolea a seguir metiendo el dedo en la llaga.

Es obvio que a los principales medios no les sentaron bien las explicaciones del técnico blanco, porque zanjó la polémica, justo lo contrario de lo que deseaban. Con lo cual hoy, haga lo que haga Xabi, lo criticarán. Si juega Vini de titular, se habrá bajado los pantalones; si no juega, le habrá castigado y sumiría al Madrid en una crisis de vestuario. Era previsible y As lo destaca en su portada.

«Xabi decide hoy si es titular o no», que es algo así como un aviso de la mafia alertando de que van a ir a por él sea cual sea su decisión. ¿Acaso alguien esperaba algo diferente?

Por lo demás, las dos primeras planas de los medios de la capital ponen el foco en la entrega de la Bota de Oro a Mbappé. Una ceremonia que nos detalló nuestro querido mosquetero Athos Dumas, quien acudió a la misma. Podéis leerla en esta pieza.

Mundo Deportivo y Sport, a sus cosas, como es habitual.

El diario de Godó, grande España, titula «Lamine tiene ganas». Se trata de un destacado ambiguo, al leerlo uno no sabe si tiene ganas de jugar, de bailar, de volver a contratar chicas de imagen y personas con acondroplasia para hacer una fiesta o qué. Aunque al seguir leyendo salimos de dudas: «El ‘10’ del Barça recupera sensaciones tras el Clásico y tiene muchas ganas de reivindicarse contra el Elche».

Sport abre con un «¡Por fin en casa!», y al igual que nos sucedió con Mundo Deportivo, se trata de un titular con múltiples interpretaciones. La primera, una exclamación de Laporta después de tres días de juerga. Una vez más, no es la interpretación correcta: el asunto va por la vuelta al Camp Nou. El club cliente de Negreira confirma un entrenamiento a puerta abierta con un aforo de 23.000 valientes el próximo viernes. Además, adelantan que el estadio podría acoger el primer partido oficial este mes.

Llegados a este punto en el que da igual la normativa, porque el Barça goza de patente de corso para comportarse a placer, lo único que nos importa realmente es la seguridad. Deseamos que Laporta se haya conformado con poco y la solidez de la obra no se vea comprometida.

Para terminar, os recordamos que esta noche el Madrid se enfrenta al Valencia a las 21:00 en el Bernabéu. Alberto Cosín ha analizado el juego del conjunto che en esta espléndida previa.

Los de Xabi buscan otro triunfo que los mantenga destacados en el liderato de la Mugrienta Liga Negreira. Los choques contra los valencianistas siempre son intensos, si bien es cierto que más cuando se disputan en la capital del Turia, lugar donde ocurren fenómenos no tan extraños como que un colegiado señale el final del partido cuando un cabezazo de Bellingham se dirige a gol o que el VAR oculte adrede imágenes importantes con el objetivo de transformar a Vinícius de agredido a agresor y de este modo expulsarlo.

Pasad un buen día.

1- Sistema de juego y posible once

 

Undécima jornada del Campeonato Nacional de Liga y llega al Santiago Bernabéu un clásico del fútbol español, el Valencia. Lo hace en horas bajas, con su técnico cuestionado y en puestos de descenso. Los che son antepenúltimos en la tabla con nueve puntos, pero en su última visita al coliseo blanco se llevaron el triunfo. Corberán cuenta con las bajas seguras de Diakhaby, Ramazani, Ugrinic y Foulquier, y con las dudas por molestias de Javi Guerra y Beltrán. Según medios locales, el técnico ha estado ensayando con un sistema de 1-4-4-2 y, a falta de confirmar la disponibilidad de Guerra y Beltrán, entrarían por ellos en el once Santamaría y Dani Raba. En la portería es fijo Aguirrezabala; en defensa los laterales Thierry por la derecha y Gayá por la izquierda; Tárrega y Copete centrales; el doble pivote para Pepelu y Javi Guerra; Diego López en la derecha, Luis Rioja en la izquierda; arriba, Danjuma y Beltrán.

 

2- Presión

 

Corberán mezcla la presión arriba con otros momentos de esperar más atrás, en bloque medio, y ser agresivo a partir del mediocampo y tres cuartos. También influye el escenario, y fuera de casa intenta ser más mesurado y prudente en sus tácticas. Cuando ha situado a sus hombres en bloque alto para dificultar la salida de balón, la línea defensiva se colocaba casi en el mediocampo, mientras que los medios apuraban en zona de tres cuartos y los jugadores de banda ahogaban por los carriles. La labor de desgaste es importante e imposible de mantener los 90 minutos, por lo que, en tramos concretos de los partidos, el conjunto valencianista se junta, repliega líneas y se coloca en un bloque medio bajo a esperar al rival. Corberán ordena agresividad, intensidad y fuerza en los duelos para robar y no permite ninguna indolencia en ese sentido. Los valencianistas son un conjunto vigoroso en los duelos. Una buena opción madridista para eludir esta presión será la salida con pocos toques en el medio o una circulación rápida del cuero.

3- Salida de balón

 

El Valencia no se complica demasiado en este aspecto y no duda a la hora de sacar el cuero ya sea por bajo o buscando un balón en largo. Lo importante es hacerlo con rapidez, eficacia y solvencia. Los dos medios, Pepelu y Guerra, se colocan de manera escalonada buscando recibir y conectar con los atacantes o los jugadores de banda que bajan a recibir. Otra opción muy viable es la salida a través de Gayá, que tiene un buen pie para avanzar, profundizar y enlazar con Rioja, que juega por delante. En muchas ocasiones, se saltan la línea del centro del campo y la conexión es defensa-delantera, en el caso de recibir una presión intensa y no quedarles más remedio que lanzar un balón arriba, ya sea un cuero frontal o cambio de juego en diagonal. El plan es que los puntas se peleen con los centrales, busquen sus espaldas, prolonguen el cuero o descarguen a los centrocampistas que vienen de cara y realicen aperturas a los hombres de banda. Una premisa de Corberán es no generar pérdidas cerca de su área que puedan desembocar en ocasiones de peligro para su equipo. Si el Real Madrid presiona como viene siendo habitual, el Valencia puede sufrir una barbaridad.

 

4- Parcela defensiva

 

Es un equipo que está sufriendo atrás más de lo esperado después de la buena línea que construyó Corberán al final del curso pasado. Por el momento, en diez partidos han encajado 16 goles, aunque es cierto que seis de ellos fueron del Barça. La pareja de centrales ha ido cambiando en función de lesiones o estados de forma y ahora la integran Tárrega y el fichaje veraniego Copete. Los laterales cubren bien su banda, sobre todo en el caso de Gayá, puesto que Thierry tiene desconexiones importantes y fatídicas, algo que intenta corregir con su físico. Los medios ayudan y colaboran en tareas defensivas. Los jugadores de banda aportan energía y recorrido en ayudas y coberturas. El Real Madrid deberá mezclar mucho el juego por banda y entre líneas para desarmar al Valencia y llenarse de paciencia para entrar en el sistema defensivo che. Vinícius volverá a ser clave en un duelo apasionante que vivirá con Thierry en velocidad, y tanto Bellingham como Arda tendrán que ser fundamentales con su juego entre líneas y sus llegadas constantes al área. Por arriba, en córners o faltas, es un equipo con altura en defensa y la media.

5- Aspecto ofensivo

 

No está siendo un conjunto especialmente goleador y su media es un tanto por encuentro. Danjuma y Hugo Duro llevan tres goles cada uno, pero está faltando más aportación de los delanteros y los jugadores de banda. En ataque tienen velocidad, desborde, desequilibrio y futbolistas con oportunismo. Por bandas, Diego López es punzante y tiene talento para el regate, mientras que por el otro costado el canterano madridista Rioja es todo velocidad, pundonor, entrega y disparo. En la media, Pepelu y Guerra forman un dúo atrevido, repleto de dinamismo y energía, pero cuyo estado de forma actual está lejos de lo que han demostrado en temporadas anteriores. Javi Guerra ha ido de más a menos, pero aporta mucha llegada al área y disparo; Pepelu, presencia y también un gran golpeo. Por último, cabe destacar lo que ofrece Gayá por banda, un lateral rápido, de mucho recorrido y con un guante en la izquierda para los centros. A balón parado es un conjunto donde se deben tener puestos los cinco sentidos, al disponer de buenos cabeceadores. Es un equipo que con espacios se siente a gusto y tratará de explotarlos para conseguir la victoria ante el Real Madrid con la misma fórmula que utilizaron hace apenas unos meses cuando asaltaron Chamartín. La velocidad de sus atacantes, la verticalidad y el vértigo que dan a sus acciones con pocos toques pero muy directos son aspectos a vigilar por el Real Madrid, que si controla esas jugadas tendrá mucho ganado, puesto que al Valencia en estático le cuesta generar más peligro.

 

6- Estilo de juego

 

En el libreto de Corberán hay aspectos fundamentales como el equilibrio, la intensidad, la versatilidad y el pragmatismo para utilizar diferentes registros según el rival. Su planteamiento no será muy diferente al de la temporada pasada, con un equipo fuerte atrás, junto, generoso en el esfuerzo y que tratará de explotar el contragolpe con los espacios que dejen los blancos. También en algunos tramos, como consiguió en su última visita, intentará descansar con balón, juntar a sus mejores jugadores y que acumulen posesión del cuero. Al Valencia se le está reclamando la fortaleza e intensidad que alcanzó al final de la 24-25 y seguro que buscan que regrese en un gran escenario como el Bernabéu.

7- Hombre clave

 

El refuerzo estrella del verano fue Danjuma, que no termina de lograr una regularidad ni constancia en juego y goles. Es un jugador intermitente, capaz de cuajar grandes actuaciones o marcar goles fantásticos y alternarlos otros choques en los que pasa desapercibido y está muy desacertado. Es un atacante que puede jugar tanto arriba como referencia o volcado a la banda izquierda para salir del regate hacia su perfil diestro y hacer diagonales para armar el disparo. El chut potente y preciso es una de sus cualidades, al igual que su velocidad y capacidad de desborde.

 

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La Galerna estuvo presente, como medio de comunicación debidamente acreditado, en la entrega de la Bota de Oro 2024-2025 a Kylian Mbappé.

Normalmente es un acto organizado 100% por ESM (European Sports Media), organismo al que representa en España el diario Marca. Pero esta vez tomó las riendas de la celebración el club al que pertenece el ganador del trofeo, el Real Madrid, por lo cual el acto tuvo lugar en el palco de honor del Santiago Bernabéu, y la mayor parte del protagonismo tuvo tintes merengues antes que tintes de comunicación propiamente dichos.

Más de 70 periodistas acreditados, más de 50 fotógrafos y numerosas cámaras de televisión en un evento caracterizado por su sobriedad, por una duración adecuada (apenas 35 minutos) y con la presencia de todos los compañeros de plantilla del premiado y del plantel técnico, encabezado por el primer entrenador del equipo, Xabi Alonso.

Discurso muy sentido el del presidente Florentino Pérez, muy satisfecho por haber sido el promotor del fichaje de Mbappé, y discurso muy adecuado al acto y al entorno 100% madridista, como el del director de Marca (y a la sazón vicepresidente de ESM), Juan Ignacio Gallardo.

El galardonado tuvo en consideración a la mayoría de los presentes y se marcó un discurso en su perfecto castellano, con su deje ligeramente jiennense, en el que agradeció su premio en particular a su presidente y a todos sus compañeros de club.

Una ceremonia de buen gusto y con una duración perfecta, para homenajear a quien sin duda va a recibir muchos más prestigiosos trofeos, esperemos que no sólo individuales, en los próximos años

Tras las fotos de rigor, con los representantes de ESM, con toda la directiva y con la plantilla del Real Madrid al completo, donde relució la sonrisa de Vinícius (tras las absurdas polémicas postclásico), el club invitó a todos los presentes a un pequeño cóctel.

No hubo forma de acercarse a los jugadores, menos aún al premiado, al que "secuestró" Juancho Gallardo para hacerle la correspondiente entrevista para Marca. Pero sí tuvimos la oportunidad de saludar al presidente Pérez ("La Galerna, siempre La Galerna", me dijo), a varios de sus directivos, como Manuel Gómez Barrera, a ejecutivos como Antonio Galeano y José Luis Sánchez, "Josele", director del área social del club.

También al entrañable Miguel Porlán "Chendo'", siempre con palabras agradables, a la cúpula de Marca con su directora de Negocio, Gema Monjas, a Carlos Carpio y a Pablo Polo, francófilo de pro y muy bien relacionado con Kylian Mbappé.

Una ceremonia de buen gusto y con una duración perfecta, para homenajear a quien sin duda va a recibir muchos más prestigiosos trofeos, esperemos que no sólo individuales, en los próximos años.

 

Fotografías: Athos Dumas

El último clásico nos recordó a los de antaño. Pero, por encima de todo, fue un clásico que podría haber sido el principio del fin para la vida útil del proyecto actual del Real Madrid encabezado por Xabi Alonso. Además, nos deparó una gran noticia: el fabuloso encuentro de Éder Militao.

El triunfo en el Bernabéu fue como una victoria de proyecto, sinceramente. El Real Madrid venía acumulando resultados sonrojantes en partidos de alta exigencia durante los últimos 16 meses. El propio Xabi había salido muy mal parado en los dos encuentros ante rivales del primer escalón con aquel 4-0 ante el PSG en el mundial de clubes, y con aquella dura y merecida derrota en el Metropolitano por 5-2 ante el Atlético de Madrid. Los jugadores parecían tener un bloqueo mental tremendo que les impedía siquiera ser competitivos ante esta clase de rivales, especialmente en los enfrentamientos contra el Barcelona.

Pero la semana pasada se vio algo completamente diferente. Tanto los jugadores como el entrenador eran conscientes de lo que había en juego a nivel ambiental y de proyecto. Y dieron el paso al frente que todos esperábamos.

Un Clásico de vértigo y misericordia

Bien es cierto que al comienzo se vio a un Real Madrid algo coartado y nervioso, con un Huijsen impreciso a la hora de desplazar el balón, y errático a la hora de anticipar a campo abierto.

Pero gracias a un ajuste de Xabi Alonso intercambiando las posiciones de Camavinga y Bellingham, el Real Madrid comenzó a arrasar al Barcelona al son del futbolista inglés. La presión comenzó a surtir efecto provocando varios errores en salida del equipo de Flick. El Real Madrid plantó la defensa en la línea divisoria y el Barcelona apenas pudo salir, sin encontrar a Lamine Yamal para generar desequilibrio, y con un Pedri totalmente desdibujado y perdido por el campo. Su única vía de escape fue encontrar a Fermín, y que el jugador andaluz arrancara en conducción zafándose de su marcador para poder armar el contragolpe.

El plan de Xabi durante los primeros 70 minutos fue prácticamente perfecto. La posición de Camavinga como extremo derecho aportaba el equilibrio necesario en banda a la hora de defender, y estiraba el ataque por esa zona cuando el Real Madrid recuperaba el balón. Durante 50 minutos se vio un bloque alto muy bien trabajado y visible en la presión. Quiero mencionar, porque así lo merecen, la actitud de los jugadores. Me pareció sencillamente impecable durante gran parte del partido: comprometidos en la presión, sin regalar un esfuerzo, y marcando territorio frente a los jugadores que cubrían.

No es normal que un jugador que ha sufrido hasta en dos ocasiones una de las peores lesiones que puede sufrir un futbolista regrese al mismo nivel o incluso mejor del mostrado antes de lesionarse

El único lunar durante el primer tiempo de aquel encuentro fue el gol del empate, producto de un error no forzado de Arda Güler en salida de balón, relajándose en exceso y perdiendo el esférico ante Pedri. Es un fallo de principiante, pero no por ello hay que pasarlo por alto. Xabi habla siempre del proceso que hay que llevar a cabo con Arda para convertirlo en un centrocampista total y que cuenta con estos errores durante esta conversión, pero es algo que tiene que empezar a corregir.

Su partido, más allá del error, me convenció. No tuvo demasiado peso con balón, dado que Bellingham fue el jugador en torno al que giraba todo el caudal ofensivo madridista, pero supo cuándo aparecer, volvió a dejar constancia del veneno que tiene cerca del área con un pase que dejó a Mbappé mano a mano contra Szczęsny, y supo acompañar la presión.

El Madrid reaccionó bien. Lejos de amilanarse y dejarse llevar, siguió con el mismo plan que había diseñado su entrenador, apoyándose en un Vinícius muy incisivo. De hecho, gracias a una acción suya llegó el gol de Bellingham.

Me resultó muy difícil de entender el cambio de Vini. En un partido que podía estar cerca de abrirse y romperse, se quitó al jugador más amenazante y autosuficiente que tenía el Real Madrid, sabiendo además las dificultades del Barcelona en defensa y su apuesta arriesgada por la línea adelantada.

Me gustaría cerrar esta pieza resaltando la mejor noticia del partido: Éder Militão, que para mí fue el futbolista más destacado. Bellingham por fin volvió a recordarnos el jugador generacional que lleva dentro, y me gustaría también ponderar la gran segunda parte de Tchouameni. Creo que, a diferencia de su partido en el Metropolitano, estuvo imperial a la hora de defender la frontal del área, y muy inteligente a la hora de realizar las coberturas necesarias.

Pero la actuación de Militão fue otra cosa. A campo abierto se comió a Ferrán y nos recordó, como viene haciendo desde su regreso, a su versión más exuberante y dominante. En la defensa del área también estuvo inexpugnable. Recuerdo varias jugadas en las que un desvío suyo fue providencial para desbaratar las ocasiones del Barcelona. Desde aquí hago una petición al cuerpo técnico y a la directiva para cuidar lo máximo posible al central brasileño. No es normal que un jugador que ha sufrido hasta en dos ocasiones una de las peores lesiones que puede sufrir un futbolista regrese al mismo nivel o incluso mejor del mostrado antes de lesionarse.

Qué bueno que volviste, Éder.

 

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La Audiencia Provincial de Madrid ha hablado. Y, por una vez, la justicia española no ha pitado en contra del Real Madrid ni ha visto penalti en una sombra del área, no estaba González Fuertes ni Cuadra Fernández al chifle claro. Ha visto lo que todos sabíamos desde el minuto uno: que la UEFA ha ejercido durante décadas un monopolio disfrazado de altruismo, un cortijo suizo con reglamento a medida, en el que Ceferin hace de señor feudal y los clubes son sus vasallos.

El fallo no es un matiz. Es un terremoto jurídico con epicentro en Madrid y réplicas en toda Europa. La sentencia declara que UEFA incurrió en abuso de posición dominante, esto es, que actuó como dueño absoluto del negocio, castigando a quienes se atrevían a cuestionar su autoridad. Traducido del latín judicial al idioma del Bernabéu: Florentino tenía razón, y lo sabíamos todos los que no dependemos de la nómina de Ceferin.

Florentino y Ceferin

La resolución no convierte automáticamente la Superliga en un torneo oficial ni otorga licencia para empezar mañana, pero sí dinamita la muralla legal que impedía siquiera hablar de ella. Por primera vez, un tribunal ha dicho lo que ningún dirigente se atrevía a pronunciar en público: la UEFA no puede ser juez, parte y verdugo del fútbol europeo.

 

El día que Florentino pasó de villano a visionario

 

Abril de 2021. Florentino Pérez fue presentado como el Lucifer del balompié. El hombre que pretendía destruir el fútbol, mercantilizar los sueños y arrebatarle al niño pobre de Moldavia la ilusión de perder 6-0 ante el Bayern.

Los mismos que hoy alaban la sostenibilidad lloraban entonces por la pureza del fútbol, mientras firmaban contratos con casas de apuestas y emisoras cataríes. La prensa, fiel como un perrito de aeropuerto, repitió el argumentario de Nyon: “Florentino quiere el dinero para él”, “quieren acabar con las pequeñas ligas”, “esto es el fin del fútbol que amamos”.

La sentencia declara que UEFA incurrió en abuso de posición dominante. Florentino tenía razón, y lo sabíamos todos los que no dependemos de la nómina de Ceferin

Tres años después, resulta que el fin del fútbol era Ceferin, no Florentino. Que los que decían defender la igualdad han sido condenados por abuso de poder. Que los que pontificaban sobre moralidad eran, en realidad, el oligopolio más rentable de Europa.

 

La UEFA, ese Vaticano sin Papa infalible

 

La sentencia madrileña no hace sino aplicar el sentido común. La UEFA no puede autorizar o prohibir competiciones según su conveniencia, ni amenazar a clubes y jugadores con expulsiones. No puede ser regulador, juez y beneficiario a la vez.

Ceferin

Hasta ahora lo hacía con naturalidad, como si el fútbol fuera Derecho divino. Ceferin de Papa infalible, rodeado de cardenales federativos y periodistas indulgentes. El que se apartaba del credo era excomulgado. Así cayeron los doce apóstoles de la Superliga: seis ingleses arrepentidos en 24 horas, tres italianos que firmaron y se escondieron, y el Real Madrid, que aguantó el chaparrón con dignidad de mártir. Y mientras todos huían del fuego inquisidor, Florentino se mantuvo en el centro del ring, solo, recibiendo golpes y respondiendo con argumentos.

 

El papel de ese equipo del que usted me habla

 

El club cliente de Negreira ha quedado atrapado en su propio laberinto moral. Después de insinuar que abandonaba la Superliga y de abrazarse con entusiasmo casi litúrgico a Ceferin y Al-Khelaïfi en la ECA —la congregación oficial de los obedientes—, la sentencia lo deja en una posición tan incómoda como incoherente. Mientras el Real Madrid emerge como vencedor jurídico y visionario, ese club del que usted me habla aparece como ese alumno que copió en el examen equivocado. Aplaudió al poder cuando el poder era ilegítimo, y ahora el poder está desnudo. No puede volver del todo a la Superliga sin quedar como oportunista, ni quedarse fuera sin admitir que se equivocó. En resumen: el club investigado por corrupción entre particulares en el ámbito deportivo ha pasado de socio fundador a figurante arrepentido, con la bandera de la independencia colgada del perchero de Nyon.

Y el papel de Tebas

 

La Liga de Fútbol Profesional, vulgo La Liga de Tebasqueda como un souvenir de un poder que se creía eterno. Su cruzada personal contra la Superliga —y, por extensión, contra Florentino Pérez y el Real Madrid— se ha convertido en un boomerang jurídico de precisión suiza. El modelo Tebas, basado en el control férreo, la homilía populista, la  obediencia de sus propios empleadores y su sumisión al amo europeo, ha quedado desautorizado por los tribunales. El discurso de “salvar el fútbol” se revela como lo que siempre fue: una maniobra para conservar el trono y el micrófono. Ahora, con la sentencia en la mano, la Liga pierde autoridad moral y se asoma a un escenario en el que los clubes podrán mirar más allá de su corral. Tebas, por fin, tendrá que gobernar sin látigo o marcharse, pero los más de cinco millones de euros anuales que trinca, harán difícil la salida.

Partido en Miami: otro golpe a la equidad

Ceferin y la nobleza cortesana del fútbol

 

Aleksander Ceferin, ese abogado esloveno con alma de virrey, se ha comportado como un monarca de opereta. Capaz de presentarse como defensor del pueblo mientras viaja en jet privado para denunciar los excesos del capitalismo futbolístico. Su discurso tiene la coherencia de un comité de ética de la RFEF.

El club cliente de Negreira ha quedado atrapado en su propio laberinto moral. Después de insinuar que abandonaba la Superliga y de abrazarse con entusiasmo casi litúrgico a Ceferin y Al-Khelaïfi en la ECA, la sentencia lo deja en una posición tan incómoda como incoherente

Ceferin encarna el poder que se aferra al sillón. No soporta que nadie cuestione su autoridad, porque sabe que su imperio se basa en un contrato tácito de miedo: “o conmigo o contra mí”. Y lo que ha dicho la Audiencia de Madrid es precisamente eso: que el miedo ya no es ley.

 

El triunfo de la idea, no solo del club

 

La sentencia no aprueba una Superliga concreta, pero valida su principio fundacional. Y ese principio no es el dinero, sino la libertad, valida el derecho de los clubes a organizar competiciones sin pedir permiso al burócrata de turno.

El Real Madrid no buscaba una revolución de mercado, sino una reforma estructural. La UEFA había convertido el fútbol en un casino donde solo gana la banca. Florentino propuso cambiar las reglas: menos intermediarios, más mérito, más previsión económica y más respeto al espectador ya los clubes, y por eso le declararon la guerra.

El silencio de los conversos

 

Hoy muchos callan. Los mismos que tacharon a Florentino de pirómano del fútbol guardan ahora un silencio reverencial. Los que se reían en tertulias de medianoche ahora ponen cara de “no era para tanto”. Los que llamaban codicia a la Superliga hoy llaman sostenibilidad a los nuevos formatos de la competiciones europeas que se vienen, que curiosamente copiarán las ideas de aquella.

Ceferin ha pasado de villano salvador a funcionario acorralado. Tebas, por su parte, sigue en su eterna cruzada contra el Madrid, declarando cada semana que el club blanco es el mal. Ya lo era cuando defendía la Superliga; ahora lo es por tener razón.

Y la prensa, siempre lista para arrodillarse ante el poder, finge neutralidad mientras busca el próximo argumentario que le dicten desde Zúrich.

 

Florentino y la guerra de desgaste

 

Mientras otros insultaban, él litigaba, mientras los opinadores gritaban, él redactaba demandas, mientras los influencers de salón de las redes sociales clamaban por un comunicado diario del club, Florentino trabajaba donde había que hacerlo. Durante tres años, el Real Madrid ha peleado en los tribunales con la paciencia de un ajedrecista, sabiendo que el tiempo y la razón estaban de su lado.

Florentino no es solo un presidente: es una mentalidad. El tipo que ve diez jugadas más. Cuando la UEFA creyó que el escándalo mediático había enterrado la Superliga, él siguió cavando túneles judiciales y ahora, desde un tribunal de la calle Santiago de Compostela, ha hecho temblar los cimientos del fútbol europeo.

El triunfo de la sensatez

 

Un fallo con consecuencias continentales

 

El impacto del fallo va más allá del Real Madrid. Cualquier club europeo podrá invocarlo para reclamar independencia. Las ligas nacionales tendrán que replantearse sus relaciones con las federaciones y, sobre todo, se abre la puerta a una reconfiguración de los derechos televisivos y comerciales.

Miles de millones en juego. Contratos, patrocinios, licencias, derechos de imagen. El fútbol europeo, por fin, entra en la era del Derecho y sale del feudo.

Ceferin tratará de vender el desastre como “matiz técnico”. Pero ha perdido su poder absoluto. Y un rey que deja de ser absoluto ya no es rey, es un asesor con ego.

 

España, epicentro de la revolución

 

Que haya sido la Audiencia Provincial de Madrid la que haya dado el golpe de martillo es casi poético. En el país donde los árbitros expulsan a Bellingham por respirar, la justicia ha devuelto al fútbol algo de equilibrio.

El fútbol europeo, por fin, entra en la era del Derecho y sale del feudo

Desde Madrid, precisamente desde la ciudad del club que Ceferin quiso humillar en aquella gala del Balón de Oro, llega la jurisprudencia que puede cambiar el mapa del fútbol mundial.

El Real Madrid no solo gana Copas de Europa: también gana causas. Donde otros clubes protestan al árbitro, el Real Madrid va al juez y el juez, esta vez, ha dicho: “Florentino, tenías razón.”

 

Lo que viene

 

La Superliga no nacerá de la noche a la mañana, habrá negociaciones, formatos nuevos, equilibrios políticos, pero el precedente está ahí, firme. El Real Madrid tiene ahora el aval legal para promover un modelo alternativo y lo más importante, la sartén por el mango para negociar.

Los clubes que antes temían las represalias de Ceferin empezarán a mirar a Florentino como a un faro, no como a un hereje. La historia del fútbol europeo va lenta pero segura, volverá a moverse donde siempre ha estado el futuro: en Chamartín.

 

Florentino 1 – Ceferin 0

 

No es ironía: es la descripción exacta de los hechos. Florentino Pérez, el presidente que lleva veinte años desafiando dogmas, ha conseguido que la justicia reconozca que el emperador iba desnudo y lo ha hecho sin ruido, sin filtraciones, sin victimismo.

Mientras Ceferin pronunciaba sermones sobre la “unidad del fútbol europeo”, Florentino esperaba la sentencia, mientras sus enemigos soñaban con verlo caer, él estaba ganando otra batalla.

Y lo mejor: lo hace sin celebrar. Porque sabe que el partido aún no ha terminado, pero va ganando, y por goleada moral.

La sentencia no aprueba una Superliga concreta, pero valida su principio fundacional. Y ese principio no es el dinero, sino la libertad, valida el derecho de los clubes a organizar competiciones sin pedir permiso al burócrata de turno

Habrá quien repita que la Superliga era codicia, que Florentino quería el fútbol para él, pero la realidad ha demostrado lo contrario: el único que ha defendido el fútbol de todos ha sido el Real Madrid.

Cuando el poder se vuelve absoluto, solo alguien lo bastante libre se atreve a decir “basta”. El Real Madrid lo ha hecho, ha ganado en el único campo donde no se puede comprar al árbitro: un juzgado.

Y desde ese día, Ceferin duerme peor, porque la Superliga, al final, no era un proyecto, era una advertencia. Y ahora, con la ley en la mano, también es una promesa.

Me despido como siempre. Ser del real Madrid es lo mejor que una persona puede ser en esta vida… ¡Hala Madrid!

 

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