Las mejores firmas madridistas del planeta

Ayer un accidente de coche segó la vida del utrerano José Antonio Reyes a los 35 años. El andaluz pasó por numerosos equipos, entre ellos el Real Madrid durante una campaña en la que será recordado como uno de los artífices más importantes de la Liga de las remontadas.

Reyes llegó al club blanco ya empezada la temporada 2006-2007. En el último día del mercado se cerró una operación con el Arsenal mediante un trueque por el cual, durante aquel curso, el sevillano reforzaría al equipo de Fabio Capello y Julio Baptista se iba a Londres. El fax que debía dar el OK a la operación se demoró más de lo esperado, pero finalmente llegó a tiempo.

 

Capello tuvo muy en consideración al futbolista andaluz que sobresalía siempre por su talento innato y una zurda primorosa. Sin embargo, le siguió faltando la regularidad de la que adoleció el resto de su carrera. No se hizo con un puesto fijo en el once y, aunque salió en 19 partidos como titular, apenas completó cinco de manera completa. De este modo terminó por ser un revulsivo extraordinario. Cuatro fueron sus actuaciones decisivas para que el Real Madrid levantase una Liga ya mítica en la historia de la competición.

Su debut se produjo el 10 de septiembre en el campo del Levante, en la jornada dos de Liga, y tres días más tarde tuvo minutos en la derrota en Champions frente al Olympique de Lyon. El estreno en el Bernabéu no pudo ser mejor para el utrerano ya que partió de inicio ante la Real Sociedad y logró el primer tanto de los blancos. El cuadro capitalino estaba colapsado en ataque y Reyes, con un magistral lanzamiento de falta, desatascó a los merengues, que finalmente se impusieron por 2-0. Diez días más tarde también anotaría en su primer partido europeo en casa con el Real Madrid con un bonito tanto de volea ante el Dínamo de Kiev.

En la noche del homenaje a Puskas, tras su reciente fallecimiento, Reyes le homenajeó con un gol de zurdo de calidad, como fue el húngaro. Un disparo sutil, amagando que iba a pasar al centro del área, engañó totalmente a Toño que vio el cuero introducirse en su marco. Aquel tanto suponía el 2-0 ante el Racing que minutos más tarde terminó 4-1. Pero fue con la llegada del 2007 cuando se vio al mejor y más decisivo Reyes.

Su primer momento álgido de la campaña se produjo en Mallorca. En la última jornada de la primera vuelta Reyes salvó al Madrid de un empate en la isla que le alejaría de Barcelona y Sevilla. En un partido discretísimo de los hombres de Capello, la siniestra del andaluz volvió a dar tres puntos vitales con un golazo de falta que se coló en la escuadra de Moyá. Tres puntos que llevaron su firma.

 

Otro instante recordadísimo de aquella Liga fue el choque ante el Espanyol en el Santiago Bernabéu. “El Rifle” Pandiani se empeñó en acabar con las opciones ligueras de los blancos con un hat-trick, pero la remontada merengue fue antológica. En el descanso, y con 1-3 en el marcador, Fabio Capello echó mano de Reyes que realizó una segunda parte fantástica al entrar por Guti. Primero logró el empate a tres con el exterior de su bota izquierda y en el ’89 fue el encargado de filtrar un pase milimétrico que se coló entre las piernas de Dani Jarque para que Higuaín superase a Kameni y llevara el éxtasis a las gradas.

La lucha por la Liga era titánica, y con esta victoria el equipo madridista aguantó el liderato pese a la presión del Barcelona. Así se mantuvo la competición tras otra remontada en Huelva, un triunfo no sin apuros contra el Deportivo y el día de los transistores, con el empate blanco en Zaragoza y el del Barça en casa ante el Espanyol, con una diana ya legendaria de Tamudo.

En la última jornada el Real Madrid recibía al Mallorca, y a los 16 minutos la primera en la frente con un tanto del visitante Varela. Los nervios atenazaron a jugadores, técnicos y público, y fue Reyes el que cambió el curso de los acontecimientos. A la hora de partido fue reclamado por Fabio Capello para ingresar en el campo por David Beckham, que estaba lesionado. Dos minutos más tarde el utrerano firmaba el empate con su pierna mala tras pase de Higuaín. Reyes también intervino en el 2-1 al forzar un córner que acabó rematando Diarra. Y para culminar unos 15 minutos épicos en su vida deportiva, cerró la victoria y la Liga con un gol de clase con su maravillosa zurda. Un disparo de rosca, punzante e imparable pese a una gran estirada del arquero bermellón. Fue su último servicio al club blanco, un tanto que supuso uno de los alirones más fascinantes de la historia del Real Madrid y que muchos aficionados consideran el más emocionante que han gritado y vivido.

DEP.

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