Nueva exhibición en el Wizink Center ante un Casademont Zaragoza que nos había ganado claramente en la capital aragonesa.
Como comentaba Pepe Kollins en nuestro chat de La Galerna, la convocatoria de Laso en principio daba que pensar, una mezcla de veteranos y de adolescentes (Garuba, Spagnolo, Tisma y Nakic), dada la plaga de lesionados que sufrimos ahora mismo (Llull, Deck, Randolph, Mickey y Mejri). Pero el caso es que con este Madrid de ensueño, el equipo más fiable, brillante y exitoso desde los tiempos de Brabender, Corbalán y Luyk, cualquier obstáculo parece sencillo de superar.
La fórmula empieza con un cinco compuesto por el martillo pilón de Tor/Tavares, el talento de TTT (Trey Thompkins Tercero), la garra juvenil de Garuba, la espléndida mano de Carroll y la batuta digna de Wilhelm Furtwängler (el mejor intérprete de la música de Herr Richard Wagner) del base número uno de toda Europa, don Facundo Campazzo.
Cuando hay que tomar el relevo, sale Rudy Fernández y te clava tres triples seguidos, uno de ellos desde Porto Colom. La sinfonía elegante la pone la zurda de seda de Causeur volviendo loca a la defensa rival con unas fintas diabólicamente eficaces, como quien no quiere la cosa, como las tías adorables de Cary Grant capaces de envenenar con una sonrisa en Arsénico por compasión. Además, claro está, del oficio del capitán Reyes y de la aportación cada vez más notable de Nico Laprovittola, que respondía a los triples de Carlitos Alocén con otros triples aún más lejanos y osados.
Y de esta forma, con una coralidad que ríanse ustedes del coro nupcial de Lohengrin, este grupo maravilloso pasa en cinco minutos de un 26-26 a un 47-31 al descanso. 21-5 de parcial y al vestuario.
Laso contemplaba este meisterwerk del que es padre absoluto bebiendo su agua plácidamente, ufano, mientras Usman Garuba ponía tapones y rebotes sin parar, al tiempo que atendía y ayudaba a levantar a los rivales a los que acababa de taponar y que yacían tendidos por el suelo, rendidos ante tal contundencia.
El último cuarto ya lo tomaron los nuestros como un merecido descanso tras el esfuerzo, lo que supuso que una diferencia de +23 se redujese a +9 a falta de ocho minutos. Hubo de nuevo que ponerse el mono de trabajo, y en esas tareas se desenvuelve bien Nico Lapro que incrementó los guarismos para no tener que sufrir en los instantes finales. Es más, la diferencia final se consolidó en los 22 puntos, superando el basket average de 17 que nos infligieron en Zaragoza.
Aún hubo tiempo para que Pablo Laso dejase jugar unos segundos a sus jóvenes cachorros-guerreros Spagnolo (debut a sus 17 años), Nakic y Boris Tisma (que anotó) mientras aún resonaba por el Palacio el furibundo martilleo al aro de Garuba (espléndido mate con su mano izquierda) recordando al célebre Walkürenritt, el leitmotiv de la sin par cabalgata de las valquirias.
El mayor espectáculo que hoy en día se puede ver en una cancha de baloncesto en toda Europa. Y quizás me quedo corto. Una ópera inacabable de talento, compromiso, calidad y potencia infinita.
Po zi
Todos nos quedamos cortos al describir a este auténtico equipazo. Hoy, he vuelto a disfrutar ...otra vez los Jaycee, Rudy, Usman, el Facu, Eddie, Trey, Felipe, Fabien... me han sonsacado exclamaciones...Y ¡qué bien! ver a Nakic, Tisma y Spagnolo jugando con los mayores.
Por cierto, a Usman le diría que si un rival cae al suelo, por un lance del juego -típica jugada fortuiyt donde no hay riesgo para la salud de nadie- , que se deje de "fair-play" innecesario y mal correspondido; él a lo suyo, ha de seguir la jugada , ya le ayudará una vez conseguida la canasta nuestro equipo.
Buenas tardes, cierto que es una locura lo que esta haciendo este equipo con la mitad de los titulares lesionados, pero emocionados por el buen juego del equipo estamos olvidando otros aspectos colaterales que también tienen su importancia, vean sino la siguiente estadistica que cuesta creerla, pues es tan cierta como que el sol sale por el Este.
hace dos años había un jugador llamado Donciç que lanzó 141 tiros libres en su última temporada ACB antes de irse a ser estrella en la NBA, y eso incluyendo todos los Playoff hasta la final. Se fue siendo MVP de la Euroliga.
Por el contrario, otro gran jugador que ha vuelto de la NBA sin ser allí nunca un jugador estelar da la casualidad de que, con los 8 de hoy, suma exactamente 158. Es decir, lleva 17 más de los que lanzó Donciç en toda su última temporada, quedando todavía 12 partidos de liga regular y todos los Playoff.
Esto es un escándalo y una manipulación de la competición en toda regla
Saludos blancos, castellanos y comuneros