Usman Garuba, otro talento incontenible

Usman Garuba. Parece que fue ayer cuando aquel niño español de 11 años de origen africano, muy flaquito y alto llegó al Real Madrid. Era el año 2013 y con el paso del tiempo se convertiría en el canterano madridista con más títulos de la historia (2 Minicopas, 2 Campeonatos de España Infantil, 2 Campeonatos de España Cadete, 2 Campeonatos de España Junior, 1 Euroliga Junior y múltiples torneos prestigiosos, con multitud de MVP’s y galardones individuales), y eso que su último año como junior lo está pasando con el primer equipo.

Hoy Usman Garuba cumple los 18 años en uno de los mejores momentos de su cortísima carrera profesional, aprovechando muy bien los minutos que han dejado las ausencias de Randolph y Mickey. En los últimos 6 partidos (4 de EL y 2 de ACB) Usman promedia 5'5 puntos (12 de 17 en tiros de 2, 2 de 8 en triples, 3 de 7 en libres), 6'3 rebotes, 1'2 asistencias, 1'5 robos, 1'2 tapones, 0'8 pérdidas para 11 de valoración y un acumulado de +70 con él en pista en 22 minutos por partido. Nada mal para un junior, sobre todo tratándose de un jugador cuyo máximo valor radica en todo lo que hace y no aparece en la hoja de estadísticas, como intenté recalcar en este hilo de twitter sobre su exhibición defensiva ante el Fenerbahçe:

Ya sabemos cuáles son sus puntos fuertes (defensa, rapidez, manos, inteligencia, lectura, madurez, agresividad, explosividad, capacidad reboteadora en ataque, motor ilimitado, capacidad de pase…) y débiles (lanzamiento irregular, déficit de altura al finalizar, bote excesivamente alto, dificultad al cerrar el rebote defensivo y al defender en el poste, falta de finura técnica, errores de juventud…), así que esta vez seré breve y simplemente haré referencia a un par de aspectos que me parecen relevantes e ilusionantes de cara a su futuro a corto plazo, sobre todo para la próxima temporada.

• En primer lugar, me parece una muy buena noticia (toquemos madera) que Garuba no haya sufrido ningún percance físico esta temporada. Usman es un jugador que rezuma energía por todos los poros. Esa energía y el saberse capaz de llegar prácticamente a todos lados le hacen jugarse el físico demasiado a menudo. En temporadas pasadas Garuba sufrió lesiones (esquinces de tobillo, problemas musculares e incluso de rodilla) que cortaron su ritmo a mitad de temporada. De momento esta campaña ya lleva 5 meses sin parar, y vaya que si se nota. Yo le veo mejor que nunca físicamente: no se fatiga tanto como al comienzo de la temporada (se lleva mucho menos las manos a las rodillas) y se le ve más fuerte y coordinado sin haber perdido la rapidez que le caracteriza. Que siga así.

• Por otro lado, la mejor señal de todas es que Garuba ha respondido siempre que el equipo le ha necesitado. El interior español brilló en octubre, cuando Trey Thompkins y Felipe Reyes no jugaban, y está sobresaliendo en febrero y marzo con las bajas de Randolph y Mickey. Que un jugador secundario dé un paso adelante cuando más se le necesita siempre es un buen signo, especialmente si llevaba meses con un rol muy poco protagonista, a menudo sin pisar la cancha. Si encima ese jugador secundario no ha cumplido aún los 18 años y está inmerso en su primera temporada como profesional, pues… Te puede dar por pensar que tienes algo bastante gordo entre manos.

Cuando vuelvan los lesionados es más que probable que el rol de Garuba se reduzca nuevamente. Es lógico, ya que el juego interior del Madrid, pese al flojo nivel tras la lesión de Mejri y el rendimiento irregular de Mickey, es muy profundo. En todo caso, a mí me da la sensación de que Usman está para sumar en prácticamente cualquier partido por cuestión de energía y versatilidad, al poder dar minutos de calidad como 4 y como 5, y creo que la próxima temporada, si la salud le respeta, puede ser un jugador importante en la rotación del equipo.

Pero ya habrá tiempo para hablar de eso. De momento, lo importante es que el chaval siga así, acumulando experiencia e intentando hacer cada vez más cosas. Como todos sabemos, a los jugadores jóvenes les cuesta soltarse. No quieren liarla ni decepcionar o enfadar al entrenador y a sus compañeros. Prefieren no forzar, aun sabiéndose capaces de hacer más cosas. Pasó con Doncic durante la temporada 2015/2016, que era y es un talento histórico que siempre se ha caracterizado por su “sinvergonzonería”; pues imaginad con los demás. Con Garuba seguramente pase algo similar. El chico se irá soltando, sus compañeros confiarán más en él, cometerá más errores, aprenderá de ellos y todo esto le servirá para sacar a relucir todo el basket que tiene dentro, que es mucho, especialmente su capacidad de pase e incluso su juego de espaldas y de cara al aro con el balón en las manos.

Nada más. ¡Felicidades, Usman!