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Más quemado que la moto de un hippie

Portanálisis: "Una mirada irónica sobre la prensa deportiva diaria"

Más quemado que la moto de un hippie

Escrito por: La Galerna29 abril, 2020
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Como si no viviéramos días suficientemente lánguidos, monótonos y melancólicos, zarandeados por cada nueva noticia funesta que el coronavirus arroja despiadado a nuestro buzón, hoy además desayunamos más quemados que la moto de un hippie. Se ha ido Michael Robinson, nuestro más querido paciente inglés, cuyo estilo, acento y flema (británica, por supuesto) ocupan desde ayer un espacio de honor en nuestro imaginario colectivo.

Hoy afrontamos El Día Después de su marcha en un nuevo ejercicio magistral de Marca para el arte de la primera plana. La ocasión lo merece y el diario más vendido de España siempre responde ante las grandes ocasiones, aunque estemos, como es el caso, ante el albur de una triste efeméride. ¿Quién no recuerda El Día Después de Michael Robinson e Ignacio Lewin? Fue algo tan bueno —y tan felizmente sencillo— como un programa de fútbol. Con goles y palomitas. En la Liga, en el Calcio, en la Premier, incluso en Argentina, éste fue el programa que brindó a este portanalista la oportunidad de conocer a las tantas de la madrugada a la memorable dupla de comentaristas argentinos Enrique Macaya y Marcelo Araujo. Sí. Los de Abreeeeeeu.

¿Quién no recuerda esa felicidad adolescente que suponía bajar al kiosco y ver la figura de Robinson sonriente balón en mano, troquelado sobre una lámina de cartón que anunciaba la nueva edición del PC Fútbol? Probablemente si usted, amigo galernauta, no recuerda nada de esto, amén del sinfín de retransmisiones futbolísticas junto a su inseparable Pelopincho Martínez, seguramente se sienta hoy más sólo que la una.

Hoy es el Día Después de todos estos recuerdos, de todas estas memorias que, desde hoy, quedan impresas a fuego en los cuarentones como postales de la niñez. No en vano, como decía el poeta austriaco Rainer Maria Rilke, la patria es la infancia.

Desde que aterrizara en Noaín procedente del John Lennon, aquel fornido inglés no dejó de cantar goles una vez colgara las botas. Parece premonitorio que este mocetón de Liverpool, en su primera noche en Pamplona junto a sus nuevos compañeros de Osasuna, tuviera la bendita ingenuidad de pedir cinco hijo putas en la barra de un bar por indicación de los cabrones de sus colegas rojillos.

Welcome to Spain, Michael.

Sin embargo, como adelanta hoy As, en una de sus primeras primicias en mucho tiempo, Robinson aún no ha terminado de confeccionar recuerdos para nosotros, sufridos hinchas, hoy sin colores ni hooliganismos varios para cacarear. O al menos deberíamos.

As anuncia un Informe Robinson sobre Michael Robinson, grabado 13 días antes de su prematura muerte a los 61 años. Increíble e imperdible. Genio y figura hasta la sepultura.

Robinson no camina sólo en esta bonita primera plana del diario madrileño donde prácticamente a modo póstumo, Michael no sólo vuelve a declarar por enésima vez su amor a España, sino que vuelve a construir puentes entre dos culturas, cañí y british, tan aparentemente irreconciliables, Pérfida Albión y Armada Invencible mediante.

Hoy en Cádiz hasta los cucuruchos de cazón en adobo están tristes.

Porque efectivamente, como saluda hoy el diario Sport, Michael fue único. Singular en granjearse el cariño de todos en esta época de radicales atrincherados con cuchillos entre los dientes.  Único en fabricar un estilo propio, algo que parece sencillo, pero que resulta una tarea hercúlea. No en vano, Robinson era un 9 clásico, fuerte, potente, goleador, pero ante el micrófono era por el contrario versátil, atípico, extemporáneo. Fue un soplo de aire fresco en las ondas, donde todo el carisma parecía haberse esfumado ya con Matías Prats padre. Y donde tampoco se adivina heredero, con un recuerdo también especial para el gran Andrés Montes.

Hoy despedimos este triste portanálisis desde la primera plana de Mundo Deportivo. Como Rodrigo Diaz de Vivar, Michael campea en una de las portadas culés por antonomasia. ¿Quién si no Robinson podría conseguir que el diario deportivo referente de la prensa barcelonista publicara una foto suya en el Camp Nou mostrando la bufanda del equipo protagonista de la peor verbena azulgrana de todos los tiempos? Son las cosas de Robin.

Y es cierto, tal día como hoy no deberíamos pensar estas cosas. Disculpadnos.

Por eso desde La Galerna nos cuesta entender a determinados madridistas que pueden no comprender la naturaleza de este portanálisis o que discrepan del comunicado de condolencias emitido ayer por el Real Madrid, parapetados tras un presunto antimadridismo del inglés.

Si usted no ha entendido este portanálisis o el comunicado de nuestro club, no seremos nosotros quienes le expliquemos en qué consisten los valores del madridismo.

Esta falta de cintura resulta irritante.

O como diría Robinson: "He visto barcos girar más rápido".

Descanse en paz, Robin.

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