Laterales bravos

De todos es sabido el mal endémico que ha venido padeciendo el Real Madrid en los últimos años en cuanto al rol de laterales suplentes se refiere. Por razón de unas circunstancias u otras, jugadores que para muchos eran considerados estrellas en sus respectivos equipos, siendo asimismo acreedores de un reconocido prestigio internacional, al enfundarse la camiseta blanca se empequeñecían hasta límites insospechados. A pesar de poseer unas cualidades técnicas innegables, eran irregulares en su juego y daban una sensación de candidez ostensible, siendo devorados en última instancia por la presión que implica jugar en el club más exigente del mundo. Como es natural, sus prestaciones, salvo fugaces puntualidades, eran objeto de una decepción constante por parte de dirigentes y aficionados, lo que suscitó cierta preocupación en tanto en cuanto Marcelo y Carvajal, laterales titularísimos, no gozaban de una competencia real, quedando el equipo al albur de que sus jugadores no cayesen lesionados o no sufrieran amonestaciones.

Sin embargo, debido a la eclosión que experimentó la pasada temporada Sergio Reguilón, -actualmente cedido en el Sevilla-, y el buen hacer de Ferland Mendy en ésta, podemos llegar a concluir que la tónica pesimista que se circunscribía al hablar de laterales suplentes queda relegada a los fantasmas del pasado. Y eso sin contar con Achraf, el cual está siendo una de las figuras más destacadas en el Borussia Dortmund, club que le ha permitido sacar a relucir sus grandes cualidades físicas y técnicas con las que, de hecho, ya llegó a maravillar en el Estadio Alfredo Di Stéfano. El marroquí, en su segunda temporada en el Signal Iduna Park, está siendo una de las sensaciones más positivas de lo que llevamos de UCL (lleva 4 goles en 5 partidos en la competición continental), y a pesar de que el BVB no esté pasando por sus mejores días en la Bundesliga, las prestaciones del canterano madridista no están pasando para nada desapercibidas en el panorama internacional. El jugador se ha transformado en un futbolista con más presencia física, más polivalencia (ha llegado incluso a disputa partidos en el extremo diestro) y con más llegada al área rival. Un multiusos capaz de marcar la diferencia, con experiencia a nivel de selecciones y con un historial de partidos muy destacado a sus espaldas, sobre todo teniendo en cuenta sus veinte años de edad. En suma, nadie duda de que es un auténtico guerrero que está plenamente capacitado para apretarle las tuercas a Carvajal la próxima temporada

En lo que a Mendy respecta, conviene recordar que fue elegido mejor lateral izquierdo de la Ligue1 durante dos temporadas consecutivas. Su exuberancia física, potencia, velocidad y fuerza explosiva son solo un puñado de los avales con los que aterrizó el pasado verano, pero sin lugar a dudas, lo más meritorio del galo es que sabe conjugar a la perfección todas esas características para nada desdeñables con un orden y rigor defensivo beneméritos. Un superdotado físicamente que, además, goza de una notable inteligencia táctica para tapar espacios y sumarse al ataque cuando los accidentes del juego lo requieren. Este pormenor bien que podría constituirse como un factor clave en el devenir de la temporada, y más teniendo en cuenta el evidente déficit defensivo que lleva sufriendo Marcelo desde hace varios años. Por añadidura, también es digno de subrayar su rápida adaptación al club en particular, y a La Liga en general, pues a pesar de que quizá sea prematuro realizar un análisis más extenso en este sentido, sus prestaciones cuando ha estado sobre el césped han estado siempre a la altura de las circunstancias. Si a este factor le sumamos la lesión en el sóleo que ha sufrido Marcelo, las puertas de la titularidad se han abierto ante él, estando marcada en rojo la cita del Clásico el próximo 18 de diciembre. Sin lugar a dudas una prueba de fuego que puede llegar a ser su consagración definitiva. A este respecto, la leve preocupación que ha despertado al respecto la baja del brasileño es consecuencia directa del trabajo y buen rendimiento del francés. Un valor seguro.

Por lo que respecta a Sergio Reguilón, ya la temporada pasada fuimos conscientes de su valía. Trabajó en silencio, llegó y convenció, y en medio de una de las temporadas más grises que se recuerdan, terminó ocupando el flanco izquierdo de la defensa durante largos meses del año sin despertar ni un atisbo de duda en su juego. Hay que poner en valor el consenso general que despertó su figura, pues lejos de obedecer a causas derivadas por su nacionalidad o su condición de canterano, se ganó un status brillante a ojos de la afición por su rendimiento en el césped, que tanto contrastaba, por otra parte, con el nivel de apatía e indolencia que transmitían sus compañeros. Un futbolista poderoso en campo abierto, voluntarioso en acciones defensivas y muy resolutivo en los últimos metros, capaz de sacar a relucir su gran pie o de trazar diagonales en conducción. Como en el caso de Ferland, su suficiencia física le permite subir y bajar la banda a lo largo de todo el partido, ofreciendo líneas de pase continuamente a sus compañeros, recorriendo kilómetros infatigablemente y erigiéndose como un futbolista permeable y versátil en función de los distintos registros que busque su entrenador. Su ejercicio en el Sevilla está siendo encomiable hasta el momento, y fruto de ser titular indiscutible con Julen Lopetegui, se ha ganado con creces vestir los colores de la selección absoluta. Es evidente que aún tiene margen de crecimiento en la toma de decisiones, pero lo que es indiscutible es que si continúa por este sendero será, más pronto que tarde, una garantía para el Real Madrid.

Achraf Hakimi, Ferland Mendy y Sergio Reguilón, a fin de cuentas, son tres jugadores solventes que aúnan presente y futuro, trabajadores, disciplinados y poseedores de una gran técnica y proyección. Los tres, aunque conserven sus particularidades, comparten de igual forma todo ese compendio virtudes que a buen seguro los harán asentarse definitivamente más pronto que tarde. En definitiva, en tiempos como los actuales en donde la abundancia de laterales que cumplan con tales características es escasa, el equipo blanco tiene un tesoro que debe saber aprovechar. Y lo hará, el destino está escrito. Para frotarse las manos.