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La Divina Comedia

La Divina Comedia

Escrito por: Mario De Las Heras23 diciembre, 2019
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Crónica de la comida de Navidad de La Galerna

 

Llamadle Juan. Así empieza casi Moby Dick. A mí ahora me gustaría ser Juan, Juan Mercado, para contar esta historia en primera persona, pero no me queda más remedio que contarla en tercera. Bien está de cualquier modo. Así que llamadle Juan. Juan Mercado. Él estaba en un bar casi anexo a la Gran Tasca, el restaurante de la quinta comida navideña de La Galerna, acompañado del editor de la misma, el muy británico Jesús Bengoechea.

Juan Mercado era un potentado. Un acérrimo madridista del norte, empresario de hostelería, que venía a poner sus buenos dineros para la financiación de La Galerna. No quería quedarse a comer. Sólo quería conocernos. Jesús nos había avisado la noche de antes sobre su piperismo, característica que todos nos pusimos de acuerdo en pasar por alto por el bien de la empresa. Juan Mercado tenía un aspecto afable y despreocupado, aunque sus ojos parecían hacer constantes y precisas fotografías.

Cuando dijo que Bale no hablaba español, hubo un casi imperceptible silencio. Juan Mercado no obtuvo respuesta. Creo que Jesús Bengoechea llegó a practicar algo parecido a un tímido asentimiento mientras parecía tragar aceite de ricino. Fue a Manuel Matamoros a quien se le desencajó un instante la mandíbula, pero se contuvo.

Manuel Matamoros le recomendaba todo el tiempo a Juan Mercado que no se hiciera de Twitter, pues sólo servía para insultar. Una de esas veces, Juan dijo que el mejor Madrid fue el del año 66, cuando todos eran españoles, igual que el Athletic. Aquello generó un vacío de consecuencias imprevisibles, un espacio dificilísimo de salvar en una conversación que se pretendía ligera.

Alguien pidió algo para picar, mientras Juan, sin inmutarse, insistió con Bale: “No ha hecho nada en el Madrid”. Estaba resultando complicado. Empezábamos a pensar que Juan Mercado no había venido para patrocinarnos sino para provocarnos. Pero podía ser una prueba. Había que resistir y esperar. Cuando dijo que el mejor periodista español era Lama, algo se rompió. ¿Cómo podía haber venido desde Guipúzcoa para ayudar a La Galerna un aficionado de estas características?

Ya casi nadie escuchaba las opiniones de Juan Mercado porque bastante teníamos con contenernos. Juan Mercado dijo que el mejor entrenador que había tenido el Madrid era Camacho, y entonces fue cuando Manuel Matamoros le dijo que se hiciera Twitter, para poder insultarlo a diario. El mandoble directo de Manuel no pareció hacer mella en Juan, que permaneció como estaba, sentado tranquilamente en la banqueta y de espaldas a la barra.

Nadie sabía qué más decir salvo Manuel y Juan Mercado. El primero ya estaba dispuesto a batirse allí mismo y el segundo sólo parecía haber empezado a soltar su colección de piperismos y estar preparado para seguir soltándolos hasta el final. Se acercaba la hora de la comida y alguien tuvo que intervenir ante el cariz que estaban tomando los acontecimientos. Lo dijo Jesús Bengoechea, el cómplice de la farsa.

Juan Mercado no era Juan Mercado. Juan Mercado era Fred Gwynne, al que todos conocíamos como a un hermano, pero al que nunca habíamos visto en persona. El Fred Gwynne de La Galerna se había hecho cuerpo delante de nosotros a su inimitable manera. Un genio. un gran actor. Un gran comediante. Un farsante maravilloso. No recuerdo haber asistido a una presentación semejante. Y creo que nunca lo olvidaré. Esas cosas de la Galerna.

Un cocido madrileño nos sirvió para solazarnos en la ansiada y finalmente apoteósica venida de Fred Gwynne, quién en su metódico proceso interpretativo, una joya, el Yves Montand vascuence, había hasta desarrollado y memorizado una empresa ficticia para colárnosla a todos. Les decía al principio que le llamaran Juan, como en Moby Dick, así, en tercera persona, porque esta es una historia que he acabado contando yo, pero es como si la hubiera contado el gran Fredo, el cargante Juan Mercado, de quién aún restarían dos últimas hazañas.

La primera fue cuando llegó José María Faerna, quien preocupado porque Fred Gwynne (al que, por otro lado todos esperábamos con gran emoción) no había llegado, comenzó a enviarle mensajes. Fred finalmente lo llamó por teléfono y lo saludó con la mano ante el despelote general. Luego apareció Athos Dumas. Todos estábamos sentados y lo vimos llegar. Fred Gwynne volvía a ser Juan Mercado y Jesús Bengoechea hizo de nuevo la presentación.

Quedaron uno en frente del otro. Desde mi silla yo podía ver en diagonal a Dumas, no así a Juan Mercado que se sentaba en el mismo lado de la mesa. Yo observaba a monsieur asentir entre el ruido de los cubiertos. Juan Mercado estaba recuperando su retahíla. Yo no podía escuchar lo que decía, pero me llegaba a través del resto de comensales el rumor del deshueve, mientras observaba el rostro cada vez menos amable de monsieur Dumas.

Hubo un momento que se hizo el silencio y todos pudimos oír a Juan Mercado, con perfecta dicción y convencimiento, decirle al infortunado Athos: “El Madrid se ha portado fatal con Vicente del Bosque”. La mesa empezó a temblar por la risa contenida de catorce individuos al borde del espasmo, mientras a Athos se le ponía la mirada como a Clint Eastwood en los primerísimos planos de Sergio Leone. Sólo le faltaba el cigarro.

Y es verdad que antes de que desenfundara, Juan Mercado fue más rápido y lo llamó allí mismo por teléfono y al fin terminó la gran comedia. Lo que vino después fue el ron y la ginebra, mayormente, donde se asentó el amor (sí, sí, el amor había llegado también a La Galerna. A La Galerna va a acabar llegando todo).

Una estupenda velada de sorpresas que terminó también por sorpresa en Ca Bengoechea, donde los niños (también los míos, incluida Candela, orgullosa madrina de La Galerna) corrían de un lado a otro, salvajes, libres, como la siempre estupenda conversación. Gracias a todos. Gracias, Crispu.

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Ha trabajado en Marca y colaborado en revistas como Jot Down o Leer, entre otras. Escribe columnas de actualidad en Frontera D. Sobre el Real Madrid ha publicado sus artículos en El Minuto 7, Madrid Sports, Meritocracia Blanca y ahora en La Galerna.

11 comentarios en: La Divina Comedia

  1. Muy divertido pero sobre todo esto: "y entonces fue cuando Manuel Matamoros le dijo que se hiciera Twitter, para poder insultarlo a diario".......jajaajajajajajaaja me ha parecido genial y tan realista 😉

    Sólo entré para desearos a todos los galernautas, los escriben y los que leen, y a vuestras familias una muy: ¡Feliz Navidad!

    1. Me alegro de leerte, Paz, me gustaban mucho tus comentarios, espero que vuelvas a escribir aquí. ¡¡ Felices fiestas, madridistas y galernautas!! Pasadlo muy bien y que el partido de ayer y el tinglao no os desanime. Nuestro equipo puede con todo.

  2. Buenísimo, si de verdad ha ocurrido eso....es una pasada. Al imaginármelo, mientra lo leía, me descojonaba vivo. Con Mas o menos "atrezzo", o Mas o menos ficción, también divertido.

    ¡¡ FELIZ NAVIDAD (no cambiéis en la esencia) !!

  3. otro de los argumentos del piperismo es el que dice que el Club no puede andar llorando por los arbitrajes, que Butragueño no estuvo bien el otro día, y que lo que tienen que hacer es ganar, con el espíritu de Juanito, de Camacho, de Benito (no el Floro), la verdadera esencia...
    Se sabe si se dijo algo de esto?
    Feliz Navidad

  4. FELICIDADES A TODOS Y PROSPERO AÑO 2.020 Y QUE LA TABERNA NO NOS IMPIDA DISFRUTAR DE NUESTROS EQUIPOS, PERO TENIENDO EN CUENTA DÓNDE ESTAN NUESTROS ENEMIGOS....EL VARZA, LA MAFIA PROCULÉ, Y LOS ASPORT, MARZA, AND CIA. HALA MADRID

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