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Un jugador, una canción: Gareth Bale

Un jugador, una canción: Gareth Bale

Escrito por: Nanook The Eskimo26 diciembre, 2019
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Un jugador, una canción

Gareth Bale - Master Of Puppets 

Llamémoslo signo de los tiempos, pero a veces acudimos a espectáculos, ya sean conciertos o eventos deportivos, con mentalidad de clientes más que de espectadores o fans, yo el primero , y ello distorsiona la manera en que entendemos qué podemos exigir. El Real Madrid es colosalmente grande porque su exigencia bien entendida es máxima. Malinterpretada, la exigencia puede llevar a que los asistentes al espectáculo de turno adopten actitudes de todo punto reprobables que pueden llevarlos a faltar al respeto incluso a aquéllos a quienes han pagado buen dinero por ir a ver.

Gareth Bale y Metallica tienen más aspectos en común de lo que pudiera parecer. Como primera providencia, ambos, en plena forma, se transforman en máquinas capaces de ser sublimes en su área de especialización. También comparten la inquina del periodismo presuntamente especializado de su esfera de actuación y, por extensión, del público más intelectualmente gregario de cada actividad. Igualmente, y de manera paralela a otros integrantes de la plantilla, respecto a Bale, cualquier tiempo pasado fue mejor según la opinión de los presuntos expertos, hasta el punto de que el Gareth Bale del Tottenham, ese lateral de dorsal creciente en la misma sucesión que su posición, no en vano empezó con el 3, siguió con el 6 y acabó con el 11, era la máquina definitiva del fútbol. Su exhibición ante el Inter de Milán, en la que adelantaba a Maicon, presunto mejor lateral derecho del mundo en ese momento, como un Bugatti Chiron rebasaría a... pongamos que a Marc Bartra, por ejemplo, y su triplete en el Giusseppe Meazza lo presentó como candidato al Olimpo balompédico.

Velocidad, potencia, contundencia, épica... Cualquiera de estos conceptos entra en los 3 primeros álbumes de Metallica. Velocidad y potencia descontroladas son lo que se escucha en el primer álbum, Kill'em All. Que en 1983 alguien tocara a la velocidad a la que lo hacían esos chicos de 21 años y transmitiera tanta furia era algo inédito. La Nueva Ola de Heavy Metal Británico (NWOBHM) encabezada por Def Leppard, Judas Priest y Motörhead impregnó las tiernas meninges de James Hetfield, Dave Mustaine, Lars Ulrich y Cliff Burton, que se propusieron dotar de aún mayor dureza la música dura de esas bandas con las que vivían obsesionados. En el proceso, Mustaine fue expulsado de la banda y su puesto como guitarra solista lo ocupó un chico llamado Kirk Hammett. De ahí al estrellato. Tras el Kill' em All salió Ride the Lightning, más oscuro, maduro y redondo, con temas a veces más lentos pero más progresivos, aunque siempre manteniendo el filo de su acelerado primer disco. La consolidación vino en 1986.  Master of Puppets es el título de la obra de mayor y más consistente calidad de la carrera de Metallica. Temas elaborados, largos, maduros, arreglos y producción más cuidados, con frenéticas estampidas cuando es necesario; en definitiva, la obra de referencia. Hay un poco de Bale en carrera por la banda de Mestalla o volando sin motor en Kiev en esos puños al viento mientras gritamos MASTER, MASTER y un guitarrazo de la ESP de James Hetfield en cada cañonazo salido de esa potentísima zurda galesa.

Con el éxito, llegan las críticas. Metallica hace ...And Justice for All y Bale ficha por el Real Madrid. Unos empiezan  a acumular candidaturas a los Grammy y el otro comienza a ganar Copas de Europa. A unos se los ve ya como caducos dinosaurios que amasan millones de dólares e incluso ya hacen videoclips y que encima se están ablandando como se demuestra en el álbum negro de 1991, de enorme éxito comercial y que dejó para la historia temas como Nothing Else Matters, Sad But True, The Unforgiven, un favorito personal, Don't Tread on Me y, sobre todo, Enter Sandman. El punto de inflexión de Bale es su llegada al Real Madrid tras haber recibido el galardón a mejor jugador de la temporada de la Premier League, votado por los propios jugadores del campeonato. Desde ese momento se le percibe como el enemigo a batir, pues encarna la nueva joya de la corona del mejor equipo del mundo, ese equipo presidido por Florentino Pérez, que ha pagado 100 millones de euros por él y, desde hace 3 temporadas, blindó mediáticamente a su plantilla y dejó a los periodistas sin sus filtraciones gracias a las cuales creían tener influencia en el club.  Semejante afrenta no podía quedar sin réplica. Así, el odio que el lobby juntaletras profesa hacia Gareth Bale y la pobreza de argumentos con que lo hace, no hace sino dar la razón a don Frank Zappa, que definió el periodismo musical como gente que no sabe escribir, entrevistando a gente que no sabe hablar para gente que no sabe leer. Esa misma definición del perilludo genio de Baltimore sería de aplicación al periodismo deportivo español. Eso sí, habría una diferencia, y esta sería que los intereses de los periodistas musicales no son tan burdos ni tan abiertamente sesgados.

Igual que a Metallica se les acusa de estar más  pendientes de ganar un dólar más en vez de centrarse en la música, a Bale se le achaca estar más centrado en el golf que en el Real Madrid. Sin entrar a valorar la veracidad de lo primero, sí que he podido comprobar primera mano que Metallica es una multinacional. Más allá de concepciones artísticas. sus conciertos ya no son celebraciones del buen rock, sino experiencias multimedia en las que hacerse fotos para las stories de Instagram, al menos eso fue cuanto vi en su último concierto en Madrid.  Metallica ya es un producto más, y eso duele al fan que para llegar a esa conclusión ha tenido que ir a un concierto en el que ya no huele a porro y a cerveza, sino que es terreno abonado para influencers poniendo morritos cuando suena Nothing Else Matters, único tema del set que conocen, pues acuden al concierto no porque les guste la banda, sino porque es el lugar en el que hay que estar. Una parte de la afición madridista tiene una inquina por Bale que no es producto de un criterio propio formado a base de experiencia y análisis, sino de una dieta pseudo intelectual a base de noticias preopinadas de dudosa si no inexistente veracidad, redactadas por esbirros de aquéllos que quieren atacar al Real Madrid por envidia, venganza o intereses de cualquier tipo, y contra eso no vale ningún argumento mínimamente racional.

Estamos de acuerdo con que Metallica ha hecho cosas mejorables en su carrera artística, como la producción del propio ...And Justice for All, algunos temas de Reload o el St. Anger entero. Con Bale comparten su dudoso acierto  también a la hora de nombrar portavoces, pues Jonathan Barnett no desmerece los niveles de audacia e imprudencia de Lars Ulrich en sus declaraciones, pero no creo que haya otra actitud censurable del 11 madridista más allá que cierta estoica pasividad ante las enormes faltas de respeto que recibe por parte de prensa y los individuos antes calificados como intelectualmente gregarios que dicen ser aficionados del Real Madrid . Por oposición, a Metallica se los criticó por cortarse el pelo, mientras que a Bale le llama despectivamente "el coletas" un locutor de rústica dicción y mucho predicamento entre los aficionados a los vídeo juegos. Las falacias ad personam son igualmente comunes: el álbum Load de 1996 es una colección de grandes canciones que cualquier banda mataría por saber escribir, pero como no es lo esperado por los fans de Metallica, se organizó la mundial, igual que con la producción del disco Death Magnetic, que contiene el último material medianamente potable de la banda junto con el tema Moth into the Flame de su más reciente lanzamiento, Hardwired... to self destruct. Bale puede meter goles y ser decisivos en las finales de Copa o Champions League, llevar más goles que Raúl y los mismos que Cristiano en ellas, pero las críticas no sólo siguen, sino que arrecian. Eso sí, que a nadie se le ocurra exponer de manera objetiva que Bale es más determinante que otros compañeros de nacionalidad española si no queremos correr el riesgo de graves disturbios, cosa que, por otra parte, no podría importarme menos.

Un jugador, una canción

1-Sergio Ramos – Dazed and confused

2-Karim Benzema – Aint’t that a kick in the head?

3-Luka Modric –  Dark Side of the Moon

4-Lucas Vázquez Neon

5-Raphaël Varane -Suck my kiss

6-Rodrygo Goes – Shout it out loud

7-Toni Kroos Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band

8-Gareth Bale - Master Of Puppets

9-Nacho - Overkill

10-Isco - Dance of Eternity 

11-Valverde -The Trooper

 

3 comentarios en: Un jugador, una canción: Gareth Bale

  1. Me duelen las manos de aplaudir el artículo, aunque yo habría elegido el 'Battery'.

    'Master of Puppets' es un temazo, pero de fondo tiene guiños a la cocaína... no parece lo más justo para defender al bueno de Gareth xD

  2. Es fantástico, no he podido apreciar en profundidad ninguna de las entregas de la serie por la simple razón de no coincidir con la cultura musical del autor.

  3. Excelente artículo. Estaba leyendo una columna de opinión en la que según el iluminado y sabio Alfredo Relaño como Bale jugó los últimos 30 minutos el resultado contra el Athletic es culpa de Bale ya que paseó su indiferencia. Para Relaño no hay culpables en los 63 minutos anteriores al ingreso del "coletudo". Este señor Relaño cansa e irrita la paciencia. "Bale es la pieza que le está fallando al Madrid" y "Zidane hace lo posible con él", cuando el propio Zidane lo que hizo desde pretemporada fue devaluar al galés y así quieren que sea el CR7 de turno. Bale se hubiera ido ayer, no merece tanto ataque. Relaño continúa con su fijación para con Florentino y con Bale cuando ya debería estar retirado hasta de la columnas de opinión.

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