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Gabriel Alonso, lateral por derecho

Gabriel Alonso, lateral por derecho

Escrito por: Alberto Cosín28 enero, 2022
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En esta serie de artículos de La Galerna, especulamos sobre cuál es el mejor lateral derecho de la historia del Real Madrid. Para ello, hemos pedido a varios de nuestros colaboradores que se decanten por su favorito y argumenten su elección.

 

Gabriel Alonso, hermano mayor de Juanito (el gran portero campeón de Europa) fue un anhelo del club blanco durante muchos años. Cuando llegó, se hizo dueño del carril y fue a la selección española representando al equipo merengue, siendo un precursor de los ‘Fifo’ Navarro o Marquitos que acudirían posteriormente.

Gabriel y Juanito Alonso

Nacido en Fuenterrabía en 1923, tenía los apellidos de su madre, al quedarse huérfano de padre antes de nacer. Mientras que su hermano Juan fue fruto del matrimonio de su madre con Carmelo Adelarpe. Un hecho fundamental para su aterrizaje en el Real Madrid fue la implementación de la WM en el fútbol español. La WM es una táctica revolucionaria creada por Johnny Hunter, manager del Motherwell, que luego a mediados de los 30 perfeccionó el célebre Herbert Chapman en el Arsenal. Con este nuevo sistema se pasó de dos a tres defensas y por tanto, llegó el papel de los laterales. Benito Díaz, técnico de la Real Sociedad, fue el primero en utilizarla en España pero la Federación Española, a partir de la campaña 1948-1949 y en beneficio de la selección, obligó a que todos los equipos de Primera la usaran.

Gabriel Alonso, hermano mayor de Juanito (el gran portero campeón de Europa) fue un anhelo del club blanco durante muchos años. Cuando llegó, se hizo dueño del carril y fue a la selección española representando al equipo merengue

El jugador vasco se formó de joven en el Real Unión y luego vistió la camiseta del Racing de Ferrol porque allí le destinó el sorteo militar. El Celta lo incorporó a su plantilla en 1946 y ahí explotó como futbolista en un magnífico curso de los gallegos que terminaron cuartos en Liga. Su polivalencia le permitió ocupar cualquiera de las dos bandas en la defensa y también la posición de medio centro, medio ala y medio volante, pero sus mejores cualidades las exhibió como lateral derecho, adaptándose de forma inteligente a la consigna del marcaje. Alonso era un jugador bajito (1,67cm), pero potente, veloz, vigoroso, con dominio de ambas piernas, de enorme derroche físico y personalidad para subir por su costado si veía oportunidad. En el campo nunca dejaba de animar a sus compañeros y mostraba gran casta, bravura y carácter. Él mismo declaró en una entrevista a AS que “si antes no corrías el entrenador te quitaba sin contemplaciones”, que lo suyo “siempre fue subir y bajar, bregar” o que le entusiasmaba “defender y lanzarme al ataque instintivamente porque, a pesar de estar considerado como un batallador, yo tuve el concepto de que el fútbol debe de ser alegre, sin complejos defensivos”.

Gabriel Alonso

La primera vez que intentó el secretario técnico merengue Hernández Coronado cerrar su fichaje fue en 1948. Aquel mercado de fichajes el cuadro capitalino firmó del Celta al magnífico dúo formado por Miguel Muñoz y Pahiño. Los blancos negociaron también por el lateral, pero el equipo celeste se negó en redondo a su traspaso. Tanto decepcionó a Gabriel Alonso que no se culminase la operación que se declaró en rebeldía, siendo uno de los primeros futbolistas del fútbol español en tomar esta postura. El vasco hizo huelga, se instaló en su localidad natal y tardó varios días en incorporase a los entrenamientos. En ese intervalo de tiempo pidió que le doblaran la ficha, pero finalmente tampoco tuvo éxito su propuesta y antes del inicio liguero retornó a Vigo.

Alonso era un jugador bajito (1,67cm), pero potente, veloz, vigoroso, con dominio de ambas piernas, de enorme derroche físico y personalidad para subir por su costado si veía oportunidad. En el campo nunca dejaba de animar a sus compañeros y mostraba gran casta, bravura y carácter

En 1950 acudió al Mundial de Brasil con la selección donde se ganó el apodo de ‘El león de Río’ y junto a Zarra, Puchades y Basora fue el único que disputó todos los minutos. Para la historia queda también como el futbolista que inició la jugada del mítico gol de Zarra a Inglaterra. “Gabriel Alonso arrebata el balón a Finney, avanza velozmente por la banda, supera en carrera la oposición de Dickinson y la entrada de Eckersley, levanta la cabeza y ve a Gaínza desmarcado, centra, este de cabeza cede al punto de penalti donde Igoa no llega al remate y Zarra, con la espinilla bate al inglés Williams. Goool, goool”. Así narró Matías Prats Cañete la mítica acción. En esa carrera se vio a un Alonso que desempeñaba el rol de defensa-extremo, el primero en distinguirse de ese modo en el panorama patrio. Alonso, por cierto, hizo oídos sordos a las instrucciones que llegaban desde la banda por parte de Eizaguirre, el seleccionador, y Díaz, el entrenador, que le pedían que no subiese y soltase el cuero.

Gabriel Alonso Real Madrid

Un año más tarde, en la primavera de 1951, por fin fichó por el Real Madrid, tres años más tarde de lo esperado. Los blancos le incorporaron junto a su compañero Sobrado para disputar ya la Copa en los meses de abril y mayo. La prensa publicó las cifras de la operación: 300.000 pesetas más 192.000 pesetas que adeudaba el equipo vigués a Alonso y que abonaría el Real Madrid al guipuzcoano. Además, también se estudiaría la cesión de algún jugador del equipo blanco y se celebraría un partido amistoso entre ambos conjuntos.

Para la historia queda también como el futbolista que inició la jugada del mítico gol de Zarra a Inglaterra

Inmensamente feliz, en la capital se reunió con su hermano que ya llevaba temporada y media en la disciplina madridista. Nada más bajar del tren fue indiscutible para Héctor Scarone en la Copa, competición en la que el Real Madrid llegó hasta semifinales, cuando cayó contra la Real Sociedad. En el mes de junio de 1951, participó con España en un amistoso contra Bélgica y durante dos cursos se convirtió en fijo de las alineaciones para Scarone y posteriormente para Ipiña en el cuadro blanco. Su último curso fue en la temporada 1953-1954, la de la llegada de Di Stéfano y Gento, con lo que pudo alzar el título liguero tan ansiado en la entidad después de 21 años de sequía.

Con 30 años dejó el Real Madrid con la sensación de que se perdió tres campañas de gran carrera que hubieran elevado todavía más su importancia en la Casa Blanca. Pasó por CD Málaga o Rayo Vallecano y con 33 colgó las botas. Luego vivió una breve etapa como técnico dirigiendo al Real Jaén y al Racing de Ferrol.

 

Índice:

Capítulo 1: Chendo

 

 

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Apasionado del balompié, me hubiese gustado ver en directo a las figuras de los años 30, 40 y 50. Gato y madridista, en mi primera visita al Santiago Bernabéu pude contemplar a Diego Armando Maradona.

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Se pasó ocho años @antoniohualde despotricando de Bale porque no hablaba español. Ahora le parece que Bellingham en cambio bien... aunque tampoco habla español.

Sin embargo, creo que le entiendo, aunque no comparta su texto.

Estamos ante un escenario -en fútbol y baloncesto- que puede hacer de 2024 el mejor año deportivo de nuestras vidas.
Concentración, humildad y ¡a por ello!
¡VAMOS REAL!

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