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Fútbol y dictadura del proletariado

Fútbol y dictadura del proletariado

Escrito por: Ramón Álvarez de Mon24 febrero, 2016
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Cuando Karl Marx expuso su doctrina sobre la dictadura del proletariado nunca imaginó que tendría su más contundente y manifiesta constatación en el mundo del fútbol de élite. En sus postulados Marx aspiraba a que fueran los trabajadores los que tomasen el control de todas las estructuras. Sobre ellos debía caer la responsabilidad de las decisiones que gobernasen cada institución: la pirámide se invertía.

Pese a distar mucho del concepto de "clase obrera", lo cierto es que los futbolistas de élite de hoy en día ejercen un control sobre los clubes que abonan sus salarios que va más allá de lo imaginable hace sólo unos años.

En el mundo empresarial las estructuras fuertemente jerarquizadas siguen siendo claramente predominantes. Nadie imagina a un empleado de Inditex poniendo en jaque a Amancio Ortega por la renovación de su contrato, o a un empleado de Microsoft coquetear públicamente con la posibilidad de aceptar una oferta de Apple. Más allá de la importancia que pueda tener cada trabajador, el empresario no vacila a la hora de tomar decisiones empresarialmente responsables ante la menor desconsideración o reto.

Marx

Los clubes que forman parte del fútbol de élite suelen estar dirigidos por importantes dirigentes que han tenido un indudable éxito en el mundo empresarial. En sus ámbitos profesionales sus decisiones suelen estar amparadas en una serie de criterios que, cuando llegan al fútbol, parecen convertirse en inservibles. ¿Pero en qué se basa esa dictadura de las estrellas? Pues lo cierto es que hay criterios objetivos y otros que no lo son tanto. Entre los primeros debemos hacer constar que los mejores jugadores del mundo son auténticas máquinas de facturación. El primer club que comprendió que el marketing futbolístico podía equilibrar hasta el balance económico más inestable fue el Manchester United, pero pronto Florentino Pérez elevó con gran maestría este concepto a su máxima expresión. El resto de gigantes europeos fue detrás ante la evidencia. A medida que aumentan los ingresos por estos conceptos, antes atípicos, crece la dependencia hacia los jugadores que posibilitan esta enorme facturación.

Pero no olvidemos que este es un negocio en el que el objetivo es ganar, y ocurre a menudo que el rendimiento deportivo de algunos jugadores (y su impacto social) es tan sobresaliente que los clubes hacen lo que sea para seguir manteniéndoles en nómina. Ese podría ser otro criterio objetivo, pero que empieza a ser fronterizo con un criterio subjetivo que lo condiciona todo.

La mitomanía cada vez más imperante en la sociedad encuentra ídolos cuyo equipamiento formativo, a veces, no está a la altura de las especiales circunstancias. Los sentimientos del grueso de una afición, cada vez más global, hacia sus ídolos produce pavor en los dirigentes que se enfrentan a la tesitura de tomar decisiones relacionadas con los mismos. El coste político de no renovar por encima de su valor al ídolo de la afición nubla el juicio de los dirigentes que en el fondo de su ser son conscientes de lo erróneo de su decisión. Directivos que son capaces de llegar al consejo de administración de sus multinacionales e imponer su criterio no saben cómo enfrentar a veinteañeros que, asesorados por sus representantes y con un par de semanas de portadas, son capaces de poner en jaque a las instituciones deportivas más importantes del mundo. El fútbol siempre ha sido de los futbolistas, pero ahora parece que también lo es la economía de los clubes.

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Asesor fiscal autónomo. Soy socio de La Galerna y colaboro en Radio Marca. Twitter: @Ramon_AlvarezMM Youtube: https://www.youtube.com/c/RamonAlvarezdeMon

11 comentarios en: Fútbol y dictadura del proletariado

  1. Sinceramente creo que lo que pasa es una falta de valor supina por parte de los directivos en general y los del RM en particular. Que CR o cualquier otro se ponen farrucos y comprometen la estabilidad del club, a la puta calle.

    Es fácil pero hay que tenerlos bien puestos y, sobre todo, anteponer el bien del club a cualquier otra cosa. Mucho me temo que en nuestro querido club esto no ocurre.

  2. Ese es el reto de un gestor deportivo de élite: hacer compatible los éxitos deportivos con los ingresos económicos sin que la dependencia de éstos últimos te impida alcanzar los primeros. Difícil, salvo que te caiga un "Messi". En situaciones de no-Messi, creo que el RM lo ha hecho razonablemente bien. Hay ejemplos, como el del Man United, de como hacerlo fatal. Se han gastado 300 kilos y necesitan otros 300 más para aspirar a ¡jugar la Champions!. Aspirar a ganarla ya es una quimera

  3. Encuentro este artículo ligeramente demagógico e irreal. La comparación entre un currito de cualquier empresa y un futbolista de élite (y cuando me refiero de élite me refiero a los top 10) es simpelmete inexistente, ya que de los primeros hay a patadas, mientras que de los segundos se se cuentan con los dedos de una mano, por no mencionar que darle puerta a uno y al otro supone una diferencia económica abismal.
    También conviene recordar un par de cosas. La primera, que los futbolistas que generan ese dinero lo generan (salvo contadísimas excepciones) porque son muy buenos en lo suyo. La segunda, y por seguir las comparaciones odiosas con nuestros máximos rivales, es que este modelo en donde el marketing juega un papel fundamental es seguido por todos los equipos de élite, incluido el sacrosanto Barcelona.
    ¿Tal vez la solucíon sería hacer un equipo de auténticos tuercebotas que ni sus madres los quieren?
    Seamos serios, ese equipo no valdría ni para la Europa League, bueno para la Europa League sí, como el Atleti o el Sevilla, pero no creo que nadie suspire por ese modelo.
    ¿Qué cual es la solución? Ni idea, de lo contrario no estaría aquí, pero no derribemos los pilares fundamentales sobre los que se sostiene un equipo de futbol de élite porque entonces se nos cae el edificio.
    No caigamos en la demagogia barata, Si hay que caer, al menos, que sea cara.

  4. ¿Por qué tanto madridista le está quitando el valor que tiene Cristiano? Y me refiero al valor futbolístico, no al crematístico (que también es importante, pero no tanto). ¿Nadie recuerda cuando Messi andaba por los campos vomitando y que ni corría? ¿Ahora resulta que será 'eterno', él no va cumpliendo años o qué?

    Si hablamos del "poder" de la plantilla para hacer y deshacer a su gusto, podríamos hablar de uno que no está, para hacer memoria, Casillas, que gracias a que periolistos le tapaban los desaguisados, él hacía mutis por el foro (y seguía "gordito", y seguía con "manos de mantequilla") y un montón de madridistas halagándolo...

    Ahora al que más temo es a Sergio Ramos que, para colmo, tampoco es que sepa expresarse mucho (a veces prefiero que no hable tanto, la verdad, pongan a otro) y ahí va de "capitán", también con una ristra de periolistos que lo apoyan y que tapan todo lo que hace mal.

    Pero venga, ahora toca darle palos a Cristiano, o al que sea, mejor si es extranjero (cuando vuelva Bale estarán ávidos porque el jugador no tenga acierto de cara a puerta para volver a sacar el fantasma del herniado)...

    1. Los palos a Cristiano son el fruto de una costumbre muy española: darle palos al muñeco del pimpampum. Cuanto más dé la cara, más te la van a partir. Haga lo que haga está mal, y si lo hace bien, no será mérito suyo.
      ¿A quién hay que darle estopa, a los 24 que se rascan la barriga, o al tio que en 7 años siendo un ejemplo de profesionalidad? Si el resto de sus compañeros hubiese tenido la mitad de esfuerzo, compromiso, dedicación y orgullo, otro gallo hubiera cantado. La gran diferencia entre Barcelona y Real Madrid no es Messi y Cristiano, son el resto de la plantilla.
      Pero no, es más fácil hacer seguidismo y repetir los mantras sin fundamento, medias mentiras, o trolas como catedrales de la prensa "amiga" y nuestros rivales, ya saben: sólo marca a equipos pequeños, sólo ha ganado una liga, etc...
      Yo no acabo de entender la forma de razonar de la gente.

  5. A mí la duda q me asalta es qué pinta Ramos en esa ecuación. Me explico. Entiendo que Cristiano tenga poder e incluso consiga lo q quiera en el Madrid, porque tanto deportiva como económicamente es un jugador muy rentable, o lo ha sido hasta temporada en lo deportivo. Pero qué me decís de Ramos. Ni tiene la calidad que nos venden. Ni es muy rentable futbolísticamente puesto que suele darnos como mucho dos meses buenos, esta temporada no llegará ni a medio mes y luego está el tema económico. Ramos no es un jugador mediático. No se paga su ficha. No genera dinero. Venderá camisetas en Camas y poco más. Y contratos publicitarios no veo yo que tenga. En fin, que no entenderé nunca cómo consiguió meter tanto miedo a Floren que le renovó por esa morterada y casi de forma vitalicia.

    1. Uxi, la respuesta está en la prensa "amiga", sin duda. Yo creo que hay periodistas a sueldo a la hora de las renovaciones y el pago puede ser monetario o filtrando información sensible del vestuario a nuestros enemigos.

      Recuerde el pollo que montó el hermanísimo en los medios durante la renovación y la repercusión que tuvo en los mismos -yéndose "de gratis" además-. Mientras Floper no se sacuda el miedo/respeto a los medios este club no va a pelear contra eso nunca.

  6. Si empleando el marketing y otras técnicas se puede hacer un producto ganador de un equipo o un jugador perdedores habituales, me figuro que sería mucho más fácil hacerlo con un equipo o un jugador habitualmente ganadores. Si eso es así, que alguien en los despachos empiece a sustituir de manera lenta pero segura a jugadores perdedores impenitentes por otros cuyas costumbres sean el trabajo duro y el triunfo continuado.

  7. Rascayú, ya sé que la renovación de Ramos la hizo la presión mediática. Por cosas como estas es por las q no quiero a Floren en el Madrid, porque la prensa manda en nuestro club.
    Saludos

    1. No le falta a usted razón, pero la paradoja es que el tio que venga a sustitur a Florentino, muy seguramente sea (o sería) una marioneta de esa prensa que quiere manipularnos.
      Así que...

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