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Es la cultura, Florentino

Es la cultura, Florentino

Escrito por: John Falstaff1 diciembre, 2015
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Culture eats strategy for breakfast (Peter Drucker)

 

El Real Madrid, y con él todo el madridismo, debería mirarse en el espejo. Pero no en un espejito mágico que nos diga que somos los más guapos, los que más títulos tenemos y los que más envidia despertamos en el mundo mundial, sino en un espejo de verdad. Un espejo que nos devuelva fielmente nuestra imagen, sin maquillajes y sin afeites y con sus luces y con sus sombras, que cada vez son mayores y más oscuras, hasta el punto de amenazar con eclipsar a las primeras. Un espejo, por ejemplo, como los que lúcidamente han puesto ante nuestros ojos en fechas recientes Fantantonio y Mr Sambo en estas mismas páginas. El Real Madrid, y con él todo el madridismo, haría bien en dejar de hacerse trampas al solitario.

floper hablando por teléfono

Yo miro al espejo del Real Madrid y la imagen que me devuelve es la que certeramente describía Jesús Bengoechea, trasnmutado en C.S. Lewis, en la réplica que daba a Fantantonio: que la falta de compromiso de la plantilla, la desidia, la  autocomplacencia y el aburguesamiento se han enseñoreado del Real Madrid desde hace, ay, varias décadas. Pero la conclusión a la que me lleva la observación de tal circunstancia es la opuesta a la que alcanza el muy querido y admirado editor de esta publicación. Viene a defender Bengoechea que, teniendo el mal una naturaleza poco menos que endémica en nuestro club y aun a pesar de tratarse de un padecimiento del que convendría sanar, habida cuenta de que hasta el momento la enfermedad no se ha mostrado capaz de acabar con la inercia victoriosa del club, no es asunto tan grave convivir con ella. Sería, en la visión de Bengoechea, algo así como una dolencia crónica que cursa con achaques a veces dolorosos, pero que no impide llevar una vida normal, lo que tratándose del Real Madrid equivale a continuar con su trayectoria de acumulación de éxitos.

Como digo, no puedo estar más en desacuerdo (lo siento, Jesús). En primer lugar, por una cuestión de valores (los valores son para el madridismo lo contrario que para el barcelonismo: algo de lo que raramente presumimos pero que constituye nuestra esencia primera y última). El Real Madrid ha sido siempre el club del esfuerzo, de la lucha hasta el último minuto, del no dar un balón por perdido. Nada repugna más, por tanto, al madridismo -al menos al madridismo como yo lo entiendo- que el talento desaprovechado, los títulos dejados de ganar o directamente regalados al adversario por pura indolencia, por falta de ganas, por ausencia de espíritu competitivo. Pero también, sin necesidad de principios grandilocuentes (aunque auténticos) estoy en desacuerdo por una consideración de orden meramente práctico, egoísta si se quiere, que es en la que me interesa incidir en este artículo: porque la organización que amamanta una cultura en que se aceptan la abulia, la desgana y la holgazanería -pongan ustedes el sinónimo que prefieran-, está abocada a la mediocridad y al fracaso. Los vicios, como las enfermedades, tienen por naturaleza una vis expansiva que les lleva a crecer y a extenderse aniquilando cuanta virtud encuentran a su paso. Ya saben, la manzana podrida en el cesto de manzanas sanas. Precisamente por ello es preciso combatirlos; es cuestión de supervivencia.

Piensen ustedes en cualquier organización, en el mundo de la empresa, del deporte o en cualquier otro ámbito de naturaleza competitiva, que sea conocida por su éxito indiscutido y continuado en el tiempo, por haber sido admirada e imitada a lo largo de los años y de las décadas. Sea cual sea la organización que hayan traído a su imaginación, les apuesto doble contra sencillo a que una de las características que la definen -me atrevo a decir que la única característica que realmente la define- es la de tener una cultura ganadora firmemente arraigada. No es posible el éxito sin una cultura ganadora. La cultura ganadora es la salsa secreta, el ingrediente indispensable en toda historia de éxito. Y en mi opinión, es precisamente la falta de una auténtica cultura ganadora el gran problema del Madrid que va desde la Quinta del Buitre a nuestros días.

¿Pero qué es una cultura ganadora? Desde luego, una cultura ganadora no consiste en mirar al pasado glorioso para presumir de él y confiar en que, por el solo hecho de lucir un determinado escudo en el pecho, la historia volverá a repetirse en el futuro. Una cultura ganadora no rehúye la introspección y el análisis de lo que hay que mejorar so pretexto de la persecución de la prensa y de los árbitros. Una cultura ganadora no vuelve los ojos a la realidad, pero no para quejarse de ella sino para combatirla, y sobre todo no utiliza a los enemigos externos (por muy numerosos que sean y por muy formidable que sea su fuerza y munición) como excusa para justificar sus propias debilidades. Una cultura ganadora huye de la autocomplacencia como de la peste y persigue la excelencia de forma incansable, sin concederse un respiro. Una cultura ganadora premia el mérito y el rendimiento y los hace prevalecer sobre los años de antigüedad o sobre el amiguismo. Una cultura ganadora no tolera la indolencia y la holgazanería, por más que después se pida perdón con lágrimas de cocodrilo en la televisión o en las redes sociales antes de acudir a la próxima cita con el peluquero. Una cultura ganadora lucha con igual fuerza contra la injusticia a la que pretenden someterla sus adversarios que contra la deslealtad y el egoísmo con la que pretenden dinamitarla quienes deberían defenderla.

Una cultura ganadora es una cultura incómoda, que exige esfuerzo continuo, demostrar la valía constantemente y perseguir siempre la mejora. Es antipática para los miembros de la organización y es antipática para sus dirigentes, que tienen que tomar decisiones incómodas, con frecuencia impopulares, con la frialdad y la asepsia del cirujano que extirpa el apéndice infectado. Es una cultura en la que sólo unos pocos se encuentran a gusto porque es una cultura sólo para los ganadores,  y por definición éstos son escasos. Es una cultura muy difícil de instaurar y de mantener; por eso hay tan pocas. Es la cultura -los madridistas lo sabemos muy bien-  que construyó don Santiago Bernabéu, otro ilustre antipático (muy oportuno el ejemplo que nos traía Mr Sambo de Di Stefano acabando sus días en el Español), y que desgraciadamente el Real Madrid ha perdido.

Florentino Pérez, a lo largo de sus dos mandatos, ha fichado extraordinarios jugadores y ha conformado plantillas rutilantes y difícilmente mejorables. El balance general de títulos, habida consideración de la calidad de nuestros futbolistas, es extremadamente pobre, sin que dicho balance haya variado mucho con un entrenador o con otro. (Hablo, claro, de Ligas y de Copas de Europa, que son los únicos títulos que de verdad nos importan a los madridistas, porque los títulos de menor cuantía -entre los que incluyo la Copa, por emotivas que fueran las ganadas por Mourinho y Ancelotti- no son los que construyeron nuestra grandeza ni los que han de mantenerla.) Los episodios de dejadez de los jugadores se han repetido con entrenadores paternalistas y con entrenadores exigentes. Incluso en la temporada de la Décima, los jugadores renunciaron a una Liga que tenían ya casi ganada en un caso de desinterés e indolencia como nunca se había visto y que constituía una afrenta a la historia del club.

¿Obedece todo ello a que Florentino Pérez tiene especial acierto al fichar a los futbolistas más vagos del mercado? Es posible, pero altamente improbable. Lo más probable, en mi opinión, es que los jugadores, al llegar a nuestro club, encuentran una cultura que no exige la excelencia y el esfuerzo continuo, donde los pesos pesados del vestuario, en lugar de inculcar a los nuevos lo que significa defender el escudo -como en tiempos hicieran Juanito, Stielike y otros muchos- hacen mohines en el campo, se declaran "tristes" o incluso se permiten retorcer el brazo del presidente para echar al entrenador. Donde son idolatrados y nunca exigidos, y donde la deslealtad y la falta de profesionalidad no sólo no son castigadas, sino que a veces son recompensadas con renovaciones al alza de los contratos. Pretender que en ese caldo de cultivo brote y arraigue el esfuerzo, la sed de victoria y el inconformismo es como esperar que llueva hacia arriba.

No es casualidad que la llegada de Mourinho, que con sus pocos defectos y con sus muchos excesos pretendió acabar con esta cultura conformista y perdedora e instaurar una cultura ganadora, despertase tan extraordinario entusiasmo entre el ala del madridismo que veía con desazón y con creciente frustración este estado de cosas. Por esa misma razón fue tan mayúscula la decepción que buena parte de ese madridismo se llevó cuando, puesto entre la espada y la pared por los capitanes, Florentino Pérez no fue capaz de hacer lo que exigía el momento. Ese día Florentino, sin necesidad de carta de despido, le comunicó a Mourinho que no tenía hueco en el Madrid, y al permitir la sublevación sin represalias, abortó la tan necesaria revolución cultural que el portugués había comenzado. Ese día acabó la promesa de regeneración que tanto necesitaba el club, y que tantas adhesiones había provocado entre el madridismo más clarividente (la adhesión era a lo que Mourinho representaba, no a la persona de Mourinho, pese a lo que muchos siguen empeñados en hacernos creer). Ese día Florentino cometió su mayor error como presidente, un error que todavía sigue pagando el Real Madrid. El mensaje fue inmediatamente captado por la plantilla, y no tardaron dos de los jugadores más carismáticos del club, Pepe y Cristiano, a quienes Mourinho había defendido a capa y espada, en sumarse al aquelarre contra el entrenador que no dejaba de exigirles en lugar de pasarles la mano por el lomo. Mourinho era ya un cadáver en el Real Madrid y la plantilla no tardó en escupir y lanzar dardos a su cabeza expuesta en la plaza pública.

Yo no sé si Florentino Pérez es capaz de arreglar esto o si es mejor que lo intente otro. Personalmente, yo no veo a nadie más capacitado, pero creo que no sobraría que el club reflexione sobre lo que encierra la frase de Drucker que encabeza este artículo: podemos tener la mejor plantilla, la mejor planificación, la mejor estrategia de club y las mejores estructuras; si no cambiamos la cultura, nada habremos conseguido. Los títulos seguirán cayendo como fruta madura por virtud de la dimensión y el poder económico del club, pero acaso un día nos sorprendamos ante un espejo que nos devuelva la mirada entre perturbada y espantada de Bette Davis en Eva al desnudo mientras nos preguntamos en qué momento dejamos de ser la estrella más admirada.

En el prosaico mundo real me llaman Eduardo Ruiz, pero comprenderán ustedes que con ese nombre no se va a ninguna parte, así que sigan llamándome Falstaff si tienen a bien. Por lo demás, soy un hombre recto, cabal y circunspecto. O sea, un coñazo. Y ahora, si me disculpan, tengo otras cosas que hacer.

15 comentarios en: Es la cultura, Florentino

  1. Buenas noches John y que quiere que le diga, me ha dejado sin palabras, me ha dejado boquiabierto,
    es imposible decir las cosas con más claridad, dureza, sentido y verdad, verdad que duele, hasta decir basta
    entre usted, Jorgeneo, Antonio y Jorge García, llevan unos días iluminando al madridismo, ( que quiera dejarse
    iluminar), haciendo teoría pero de la buena, teoría para aprender, teoría para pensar, teoría para analizar
    la realidad y comprenderla, sin teoría somos como ciegos, vamos dando palos sin sentido, sin sistema
    desesperándonos por no poder entender lo que sucede, teoría para transformar esa realidad y que nos da el orden y equilibrio para hacerlo.
    Usted habla de la cultura, aunque para ser más exactos de la falta de una cultura del esfuerzo.
    Jorgeneo habla de la motivación en sus dos vertientes, extrínseca e intrínseca
    Jorge García habla de trabajo y disciplina.
    Antonio habla de una falta de ética del esfuerzo, falta de mentalidad ganadora, falta de inteligencia
    competitiva, y de jugadores que se han acostumbrado a perder.
    Creo que vamos identificando los problemas y aportando soluciones, ahora sólo falta lo más difícil de todo
    el equipo gerencial, que este dispuesto a soportar la presión, que la puesta en marcha de las soluciones
    que se deducen de esta serie inigualable de artículos seguramente conlleva.
    Algunos son de tal nivel, que los leo y releo y siempre descubres algún matiz, que en la lectura anterior
    se te había pasado.
    Se que lo que voy a comentar no es popular, y a lo mejor me estoy pasando, pero dado el nivel
    intelectual que esta alcanzando La Galerna, este revista digital debería promover la renovación gerencial
    que este club necesita como el respirar. D. Florentino en mi opinión no esta capacitado para encabezar
    ese cambio estructural y cultural. Aunque estoy dispuesto a esperar hasta el cierre del mercado
    EL 31/ 01/ 2016. por si se produjese una reacción, en la que siendo sincero no creo
    Saludos blancos y comuneros

  2. Todo lo que ha escrito en su artículo es lo que llevo años denunciando en las RRSS y en los foros de fútbol. Solo discrepo con usted cuando dice q Floren es el que lo puede arreglar. No sé cuando lo piensa arreglar, tal vez en una tercera etapa, porque en esta como en la primera se le ha vuelto a ir de las manos el asunto.
    Cada día me identifico menos con los jugadores del Madrid. No puedo con estos niñatos que la única ambición, el único hambre y el único orgullo que se les conoce es para conseguir mejores contratos. Que solo les preocupan los premios individuales. No puedo con ellos. Estoy tocando fondo con estos jugadores y con estos proyectos donde no veo ningún compromiso con el club, ni con la afición. Se han aprendido la cantinela de pedir perdón y se creen q con eso ya estamos todos contentos. Me jode que no les joda perder. Me jode que no se encabronen con ellos mismos cuando les bailan otros equipos. Me jode que no tengan ni amor propio ni orgullo.
    Saludos y enhorabuena por su análisis.

  3. Perdimos el gen ganador que antaño tantas satisfacciones nos brindó. Se ve que es un gen recesivo y asoma en nuestra plantilla muy de tarde en tarde y cada vez menos. Lo peor del caso, es que no se puede comprar. Se nace con él o no.

  4. Buenas

    Buen punto de vista, aunque me da la impresión de que se menosprecia el peso que tiene en esta ecuación la grada del Bernabeu.

    La afición. No se nos olvide que son los primeros en permitir que se rían de los auténticos madridistas como Arbeloa, que son los primeros en pedir la cabeza de Mourinho, en aplaudir al traidor en que terminó convirtiéndose Iker (por cierto, ejemplo del conformismo, holgazanería, y pasividad ante la derrota que denuncia el artículo). Fueron los primeros en aplaudir a Ramos cuando se batió en duelo con los cimientos del club, y serán los primeros, no lo dude, en silbar a Benzemá o a Bale porque se lo indique la prensa.

    El Club es de todos, desde el presidente hasta el socio infantil que acaba de entrar (incluido yo, por cierto, desde hace más de 20 años). Y es responsabilidad de todos. Tenemos que ponernos en nuestro sitio y mostrarnos firmes respecto a la oligarquía del Club. Primero el ESCUDO, después...me da igual.

    1. Sumándome a este sentir general de todos los lectores y participantes de LaGalerna sobre los males que aquejan al Club, como ya he hecho en otros artículos, también estoy de acuerdo en destacar el papel nefasto que juega buena parte de nuestra afición.

      El ejemplo más visible la reventa de abonos en masa para el Clásico. El próximo año puede que juguemos como visitantes. Si a quien se supone que son los que más sufren con el equipo les da igual el asunto, es normal que críos con 25 años y ganando una millonada se vuelvan acomodaticios en cuanto pisan el Bernabéu.

  5. No se puede decir más claro; se trata de cultura intrínseca. Excelente artículo expresando la verdad y nada más que la verdad. El gen competitivo se ha perdido desde la presidencia y cuantos más fichajes se hagan y más caros sean, más se aburguesarán. Si el día que salió D. Florentino a rebatir la portada del marca "O Mou o nosotros" lo hubiese empleado en su lugar para poner en la calle a los dos capitanes, intuyo que ahora el equipo sería otra cosa. Pero este señor se dejó caer y no creo que sea precisamente él quien lo vaya a arreglar. Este señor es el que da palos a la prensa en sus ruedas de prensa, pero a la vez se monta unas giras nocturnas a lo grande por todas las emisoras y es capaz de dejar abrir el estadio por la noche para que un periodista antimadridista entreviste a un jugador. Lo peor es que no se atisba ningún aspirante que lo mejore.

  6. Tal vez no sea el espacio, pero valorar la relación inversión en compra de jugadores y títulos obtenidos, pueda ayudar a tener un mejor análisis del desempeño deportivo y del desempeño financiero de la gestión del presidente actual, sería un buen artículo.

  7. Como se dice en el artículo, Florentino acude al mismo mercado que los demás (pero con posibilidad de pescar entre lo mejor). No puede ser el problema que los jugadores del Madrid sean 'especiales'. Por otra parte, jugadores con comportamiento poco ejemplar los encontramos también en nuestros rivales y en otros clubes.
    ¿Dónde yo veo la deficiencia?
    - Un ambiente altamente tóxico dónde se le regalan los oidos a unos jugadores y se machaca sin piedad a otros, a veces antes siquiera de pisar el verde. Esto va unido a la necesidad continua de promover polémicas y enfrentamientos por parte de la prensa deportiva. Especialmente esa que llaman 'madridista'. Los jugadores también se han dejado llevar a eso y en ocasiones han participado de ello. Puntualmente han faltado lealtad al club, compañerismo y profesionalidad. Y sentido común.
    - Una pérdida de valores en el aficionado, probablemente intoxicado por la desinformación continua que debe asimilar a diario. Como aficionados somos extraordinariamente críticos y exigentes con el juego del equipo pero tenemos unas tragaderas enormes con lo que leemos, oimos o vemos en los medios.
    El 'cobran mucho dinero' o 'pago mi abono' para que ganen siempre o jueguen bien siempre. Para eso está el cine. Corremos el riesgo si no estamos ya de acabar con el 'fulanito' vete ya y una insatisfacción suicida permanente. Por otro lado, tenemos mucha tendencia a dividirnos en bandos (me incluyo) y decir "pues si me pitas a este yo pito al tuyo", de dejarnos llevar a sus forzadas polémicas. De hecho, creo que lo que más disfrutan algunos de ir al campo o al bar, es del pito y del improperio a sus propios jugadores.
    - En cultura de club me parece que seguimos teniendo un equipo luchador que intenta remontar, que no se rinde fácilmente, aunque no siempre lo consiga. También se han 'tirado' inexplicablemente ligas que parecían encarriladas o hemos visto partidos como el del otro día en el 'clásico'. Sobre esto último, dónde si tienen otra actitud los jugadores del Barcelona es en los enfrentamientos directos. Tienen mucho más interiorizado una especie de 'rencor' (sólo hay que ver como ganando 4-0 buscaban hacer más sangre). Bien es cierto que el Barcelona tiene una cultura de club que siempre se ha mirado con algo de complejo en el Madrid (siendo un blog madridista me permito decir esto, espero no molestar a nadie), con el famoso victimismo, el "es que desde Madrid..." o "el pais pequeñito que no cuenta para nada" (no tenemos otra cosa que hacer que conspirar contra ellos), jaleados además por una prensa que a veces ha superado los límites (ejemplo como prepararon la vuelta de Figo o los insultos a rivales en portada). Sin pretender obsesionarse con el Barcelona, creo que a todos los madridistas nos hubiera gustado un extra de actitud siempre, pero también cuando hemos tenido a nuestro Rival (con mayúscula) contra las cuerdas y el equipo ha aflojado o se ha relajado en vez de machacar.

  8. No acabo de verlo. ¿De qué espejo y trampas habla usted? A ver si vamos a acabar como Narciso.

    Soy del Madrid desde los años 60-70 y no me he mirado en el espejo ese del que habla ni una vez y no tengo por costumbre hacerme trampas y menos al solitario.

    ¿Está diciendo en serio que el RM carece de una cultura ganadora? Joder, pues menos mal porque si no tendríamos que hacer un plan parcial en Valdebebas para acomodar nuestra sala de trofeos. Sin olvidar que ganamos la 10ª Copa de Europa no hace nada.

    ¿Desde cuándo hay que ganarlo todo? Esta exigencia extrema no es intrínseca al RM si no que viene de las placas de petri que hay en las redacciones deportivas, sobre todo madrileñas. Una trampa más. Yo, sin ir más lejos, me comí enterita la sequía entre la 6ª y la 7ª y aquí me tienen, feliz como una perdiz.

    Mi cansina clave: La única diferencia entre nuestra institución y todas las demás organzaciones es la basura que nos rodea y que nos impide trabajar con normalidad y mejorar. Si no se lo creen comparen nuestro "entollllno" con los de nuestros principales rivales y saquen conclusiones. En el Madrid está mal TODO lo que se hace, es increíble que todavía exista; sin embargo los de la acera de enfrente NUNCA cometen errores y si lo hacen ya están ahí sus falanges mediáticas para minimizar los daños.

    Esa misma basura es la que se sirve de empleados del club con pocas luces u oscuros intereses para recargar sus armas y seguir con las andanadas contra nuestro club. Esto último tiene arreglo, creo yo, mediante una política de comunicación diferente al menos, medidas disciplinarias con sanciones económicas y traspasos, si es preciso.

    Esa misma basura es la que infecta con su propaganda la información que genera nuestro club. Miente y manipula a conciencia y de ella surgen y se alimentan los inframadridistas que pululan por ahí perjudicando al club y haciéndolo un equipo más perdedor que ayer.

    Y en mi opinión, a Florentino lo único que le separa de la gloria de Bernabéu es su carencia de ardor guerrero frente a los continuos ataque al club, un buen Reglamento de Disciplina Interna que se aplique sin miramientos y ser un poco menos moñas en estos temas.

  9. Una vez más me siento defraudado. Se intenta hacer un análisis profundo y de nuevo nos quedamos en la superficie.
    Primero niego la mayor. Desde hace tiempo, por parte de los medios, se lleva inculcando la premisa de que el Madrid siempre ha ganado todo y siempre se ha jugado bien. Esto no es ni bueno ni malo, es simplemente MENTIRA. Yo ya tengo una edad y he sido testigo del dominio de varios equipos. El del Barça de Cruyff en España y el del Milán en Europa, sin ir más lejos. También viví el dominio de la Quinta en España, esa generación que, creo recordar, no ganó ninguna final. Hemos estado muchos años sin ganar La Copa o la Champions, por ejemplo. Esa es la primera trampa que hace usted al solitario.
    La segunda vez que hace usted trampas al solitario es en la descripción que hace de la famosa comida de los capitanes. Da por buena la teoría de la prensa de que ese día exigieron al presidente cesar a Mou y este aceptó. Todo se basa en que a final de año Mou se marchó. Es cierta esta teoría. Para mí no. Mou no se fue porque le echara el presi, para mí se fue porque el ambiente era asfixiante. Su vida deportiva era mala, pero es que ya se había extendido a la vida personal de su FAMILIA. No se ha presenciado nada igual. Ni siquiera se persigue a los hijos mayores de los políticos que han robado. Y, esta gentuza (lo siento redactor), persiguió al hijo menor de Mou en sus entrenamientos. Amén de provocar que en los partidos le insultaran a través de su padre.
    En resumen, en estos dos puntos veo el gran mal que aqueja a nuestro Club. La peor enfermedad que está corroyendo la Institución hasta sus cimientos es la aceptación de LO QUE ES Y LO QUE SIGNIFICA EL R MADRID CONTADO POR NUESTROS ENEMIGOS Y ACEPTADO POR LA AFICIÓN.
    Por ejemplo, la alargada sombra de D. Santiago y de Di Stefano, que son sacados en procesión como santones para justificar tal o cual teoría por parte de la canallesca. Les han dotado de superpoderes y de la virtud de la infalibilidad. Que se me entienda, no niego su grandeza pero creo en su humanidad y por tanto en su falibilidad.. Esta es tu tercera trampa al solitario: comparar peras con manzanas. Nada tiene que ver aquellos tiempos con estos de ahora. Si resucitaran los dos, con el carácter que parece que gastaban, la prensa y por ende, la afición, los masacraría a diario.
    Echo a faltar algún palo a los mayores causantes de que el Madrid esté sumido en una crisis continua, real o imaginaria. Esos son los aficionados, con especial mención a los socios que acuden al campo. Cierto es que los medios de comunicación están en una campaña sin descanso ni concesiones contra el Madrid. Pero, los que de verdad hacen que esta campaña fructifique son los señoritos aficionado. Unos, los más jóvenes porque han nacido en la época de las Champions. Otros, los más veteranos, porque para ellos cualquier tiempo pasado fue mejor, la memoria es traicionera. Y todos porque son/somos víctimas de esta época de los mensajes sin reflexión, de la información sin filtro y sin verificar o contrastar, del Sálvame, del rumor, del cotilleo, del Gran Hermano, de la falta de reflexión, de la falta de opinión propia, del titular, del tweet, de la simpleza, de la impaciencia... en resumen de esta conjura de necios.

  10. Pues yo tengo muchos años, he vivido la sexta copa de Europa y jamás he asistido a un poderío como el del actual barsa. He visto al farsa del Cruyff futbolista y al dream team que ganó 4 ligas seguidas, tres de las cuales en el último partido maletines y árbitros dios mediante. He visto mucho fútbol y muchos momentos buenos y malos para el Madrid, así es que no me vengan con que los medios nos comen el tarro y nos han hecho creer q el Madrid lo ha ganado todo siempre y jugando bien y por eso ahora estamos perdidos o frustrados. No me cuenten películas, solo los ciegos no ven q el barsa está dominando el fútbol mundial desde hace una década de manera aplastante y que el Madrid rasca poca bola y no tanto porque estos últimos tres o cuatro años haya mucha diferencia en cuanto a calidad, pero sí la hay en cuanto a mentalidad. Sus futbolistas tienen hambre de títulos y de recortárselos al Madrid, los nuestros están ahítos y la verdad es que me gustaría saber porqué, pues han ganado muy pocos títulos. Y esto debería ser analizado por el club, porque algo pasa para q ese vestuario no tenga ni pizca de orgullo ni amor propio y estén tan encantados de conocerse. Y no solo es porque los medios les ensalzan, que también, y la afición, pero algo de culpa tendrá el club por no exigirles más y sobre todo por no averiguar qué cojones pasa ahí dentro para que todos los que llegan acaben infectados de ese mal.
    Saludos

  11. Estimado Máximo:

    Le agradezco que se haya tomado la molestia de leer mi artículo y de comentarlo con tanta vehemencia, la cual evidentemente nace del amor al club que nos une. Ya me gustaría ver a los jugadores poner en muchos partidos la mitad de la pasión con que usted ha escrito su comentario. Lo que ocurre es que, me parece, en esta ocasión el ímpetu le ha jugado una mala pasada y así, sin dejar de intentar rebatir alguno de los argumentos (trampas al solitario, los llama usted) que yo daba en mi artículo, rebate algunos otros que sólo su imaginación pone en mi pluma. Pero lo más importante es que no aclara en qué o por qué discrepa de la línea argumental principal que vertebra ese artículo que tanto le ha defraudado (en concreto, que la instauración de una cultura del esfuerzo y de la exigencia es la empresa fundamental -ojo, no la única- que debe acometer el club). Infiero, de su "negación de la mayor" en el primer párrafo, que a usted le parece que no estamos tan mal en lo que a consecución de títulos se refiere, pero no me queda claro si coincide o no conmigo en el diagnóstico de que el compromiso de la plantilla desde hace muchos años es, como calificaba aquella vieja ley de la transición a determinadas fincas en Andalucía, "manifiestamente mejorable". Vamos por partes, y perdón por la extensión.

    1. Dice usted que es mentira que siempre se haya jugado bien y se haya ganado todo, y que la Quinta del Buitre no ganó ninguna final. Yerra usted levemente en lo último (ganó dos copas de la UEFA), pero en general tiene razón y no seré yo quien pretenda quitársela. El único problema es que no hay una sola palabra en mi artículo que defienda esa mentira que usted denuncia. Es más, mi artículo cita expresamente a la Quinta del Buitre como el momento en que la enfermedad que yo denuncio comenzó a manifestarse. Así pues, mal puedo hacer trampas al solitario con un argumento que no utilizo. Al contrario: convendrá usted conmigo -y se lo digo cordialmente- que lo tramposo desde el punto de vista dialéctico será, en todo caso, inventarse un argumento que no doy para poder tirarlo a tierra con estrépito.

    2. La segunda trampa al solitario que Vd. me imputa es la descripción que hago de la comida de los capitanes. La verdad es que mi artículo no contiene descripción de comida, ágape o refrigerio alguno, por lo que entiendo debe de referirse al hecho de dar por cierto que los capitanes le plantearon al presidente el famoso ultimátum. Señala usted que"todo se basa en que al final de año Mou se marchó". Pues yerra usted nuevamente. Se basa en mucho más que eso. Entre otras cosas, en las siguientes:

    a) En la famosa rueda de prensa que el presidente dio ese día, brillaron por su ausencia los dos capitanes a los que el Marca atribuyó la felonía, circunstancia que ya de por sí es elocuente. Pero lo es más si tenemos en cuenta que la fuente (directa o indirecta) del Marca, de ser cierta la noticia, sólo podría ser o el presidente o alguno de los capitanes, ya que nadie más fue partícipe de la reunión. Su incomparecencia para desmentir expresamente, y con contundencia similar a la usada por el presidente, una acusación tan grave no tiene explicación lógico si lo publicado era una vil difamación.

    b) En dicha rueda de prensa, el presidente anunció acciones judiciales contra el Marca en defensa del honor del club y de sus capitanes. Tres años después aún estamos esperando a que se materialicen. Cabe preguntarse por qué.

    c) Al día siguiente, con la amenaza de acciones judiciales y tras la rueda de prensa del presidente, el Marca volvió a insistir en su portada en la veracidad de la información, retando -en tono guasón y casi ofensivo- al club a desmentirla. El Real Madrid y sus capitanes dieron la callada por respuesta.

    c) Pasado todo este tiempo, ninguno de los dos capitanes ha desmentido nunca que se produjera aquel ultimátum. Tan sólo se limitaron a publicar en sus cuentas de Twitter el desmentido oficial del club. Poco tiempo después la novia del primer capitán dijo públicamente que era notorio que el vestuario estaba en contra del entrenador, sin que aquél encontrase la ocasión de apagar el incendio provocado por su novia, incumpliendo así su obligación como capitán. Se hace difícil extraer otra conclusión de todo esto que el conocido "quien calla, otorga".

    d) Es más, en el inverosímil supuesto de que todo fuera una invención de Marca, el atronador silencio de los dos capitanes le habría dado carta de veracidad. En la opinión pública caló (con toda lógica, como hemos visto) que lo publicado era cierto, y los capitanes, con su silencio cómplice, contribuyeron poderosamente a ello. Si hubieran tenido el menor interés en desfacer el supuesto entuerto, no les habría costado nada hacerlo. Pero no lo hicieron. Así que habrá que recordar el viejo adagio moral que dice que quien pudiendo evitar un mal no lo hace, se convierte en responsable de sus consecuencias.

    3. Todo lo que dice usted de la persecución a Mourinho y a su familia es verdad, y no puedo estar más de acuerdo. Yo estoy convencido de que lo que le llevó a dejar el Madrid no fue eso, sino precisamente la falta de apoyo del club ante esos ataques y ante la sublevación de los jugadores representados en los capitanes. Pero ni usted ni yo tenemos manera de saber quién está en lo cierto, como no sea preguntando al propio Mourinho. En cualquier caso, da igual, porque lo importante no es por qué Mourinho decidió irse, sino las consecuencias que para la institución tuvo la tolerancia del presidente con la indisciplina de los jugadores, y éstas no varían en función de si Mourinho se fue por una razón o por otra.

    4. Me atribuye usted una tercera trampa en el solitario, que es la de comparar dos épocas diferentes, cuando lo cierto es que, nuevamente, sólo haciendo uso de su imaginación habrá podido ver esa comparación en mi artículo. Lo que digo, y sostengo, es que Bernabéu sí creó una cultura gandora, y que esa cultura la hemos perdido en el club hoy en día. Para ello esgrimo una serie de razones con las que usted podrá estar o no de acuerdo (faltaría más), pero no me traiga a colación comparaciones de épocas que ni hago ni vienen al caso. Qué tendrá que ver el perseguir la excelencia y el exigir el esfuerzo con la época en que a uno le haya tocado vivir.

    5. Finalmente, me afea usted que no haya reclamado su parte de responsabilidad a los aficionados y a la perniciosa influencia que los medios de comunicación ejercen sobre ellos. Respecto a lo segundo, le invito a que relea mi artículo, en el que expreso mi opinión de que el club debería tener una actitud mucho más enérgica frente a los enemigos externos, si bien me niego a aceptar que ello nos deba hacer olvidar los problemas que tenemos, que son reales y -a mi modo de ver- serios. En punto a los aficionados, mi artículo trata de exponer mi punto de vista de que el cambio en la cultura del club (y por tanto, en el modo de regirlo) es urgente y necesario. No veo, en consecuencia, a santo de qué habría de traer a colación a los aficionados (por los que, como masa, siento tan poca simpatía como usted, pero a los que nunca me atrevería a llamar necios), cuya existencia, identidad y opiniones, salvo que se me escape algún detalle, quedan lejos del ámbito de poder del club. Usted y yo podemos compartir la frustración que nos generan, pero creo que el club ganaría poco quejándose de ellos y haría mejor en tratar de atacar el problema en su raíz, es decir, en los creadores de opinión. Estoy seguro de que en esto usted y yo estamos de acuerdo.

    6. Acabo ya. La cuestión mollar, que como digo su comentario no permite dilucidar, es si usted coincide conmigo en que el club, desde hace ya varias décadas, tiene un problema crónico con la falta de compromiso de los jugadores, y que se trata de un problema que es perentorio resolver. Si usted cree que no, desde luego nuestros puntos de vista están muy alejados; si le parece que sí, creo que están mucho más cerca de lo que usted piensa.

    En cualquier caso, celebro debatir con madridistas de raza como usted, con trampas o sin ellas. Un saludo afectuoso.

  12. Totalmente de acuerdo. Cómo lo expone, el lenguaje utilizado y la claridad del mensaje merece que guarde este artículo en mi corazón y en mi mente. Entre tanto madridistas por supuesto que hay cerebros que pueden ser los caudillos de un nuevo Madrid, un Madrid que atesore esta cultura ya desaparecida. Pero para ello es necesario que ese caudillo esté en el silencio y que sean otros con "capacidad legal" los que tengan la generosidad de dar las riendas del club. Me explico: la ley del deporte de 1990 exige unos avales que ni nuestro gran Bernabéu podría presentar. ¿Se imaginan a Florentino, fabuloso empresario, de presidente de derecho y a Bernabéu se presidente de hecho? Pero la clave también está en una afición más exigente con estos valores. Saludos.

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