Buenos días. Suele pasar. Allá donde la vida es rosa, las malas nuevas caen como un asesinato en Disneylandia. Espantan en la misma medida en que los rayos de sol no son capaces de atravesar los perennemente negros cirros, cúmulos y estratos allá donde se ha declarado un estado oficial catastrófico. El portanálisis de ayer después de nuestras breves Vacaciones en Roma es una buena muestra de ello. La Central Lechera fue La Vaca que ríe por un día, saludó la victoria madridista y nos dejó tan desconcertados como un pato al que un gorrión le acaba de mangar el mendrugo de pan que desde la valla le arrojó un niño. El entusiasmo –puntual, excepcional, único- refulgió por un día en la cotidiana oscuridad de la prensa mesetaria y cavernícola del mismo modo que hoy los diarios deportivos neanderthalensis de Catalunya deben ajustar al milímetro sus líricas acrobacias para no estamparse en el suelo como The Flying Robins después de que el gánster Tony Zucco saboteara su trapecio.
Sucede que anoche en la Ciudad Condal de los prodigios, Messi y el pá amb tumaca hubo de recibirse una mala noticia deportiva. Una que posiblemente hubiera crecido cual tamagotchi hormonado en otros lares y otras primeras planas, pero que aquí, en el país de Puigdemont, se pretende camuflar con aquello que mejor saben inventar: paladas y paladas de felicidad.
Cuesta caer en la melancolía cuando uno respira el amor que exudan las cabeceras deportivas catalanas. Si el soçi no saca la lupa y le pone empeño en buscar el dichoso breve, no tiene por qué llevarse ningún disgusto mañanero. Porque así es, queridos galernautas: ayer el culerío hubo de encajar una mala noticia. Vale, sí, tampoco es ningún drama, en todas partes cuecen habas y sucede en las mejores familias. Lo que sí resulta más dramático es encontrar la noticia entre tantos colorines y agujetas de color de rosa.
Anoche comenzó la Copa del Rey de baloncesto. Y anoche el Barcelona se fue para casa merced a la épica de un Bilbao Basket copado por exmadridistas. Como para sacar la gabarra. Cosa del mágico biportadismo será comprobar cómo en la edición vasca de Sport se aplaude la bilbainada ante el equipo de baloncesto de Xavi Pascual que, dicho sea de paso, ha perdido 8 de los últimos 10 títulos disputados. Fracaso monumental, definen los amics de Mascaró, anoche indignados y con pocas ganas de redactar ninguna de sus venenosas opiniones express. Besos y abrazos para ellos.
Ouija News también saca esta mañana la calculadora. Aunque lo hace para registrar kilómetros, en un intento por demostrar que los futbolistas del Real Madrid corren más por Zizou que por Benítez, muy locuaz y dicharachero desde una isla con una Canal de la Mancha de por medio. Donde pretenda llegar As con semejante dato -evidentemente sesgado a tenor de las medias, modas y estadísticas analizadas- no lo sabemos.
Nos zambullimos en el editorial de Freddy en busca de respuestas y ¿adivinan que encontramos? Una nueva entrega de la fascinante saga literario-artística “El Penalti de Messi”.
Si es que este Freddy es como el Deadpool que asoma por su portada.
El p…. amo
Feliz fin de semana, galernautas. Y que volvamos con la Copa del Rey de baloncesto.