La prensa madrileña se centra en darle vueltas a lo que pueda hacer Benítez en el Madrid, mientras la prensa catalana ya está facturando su equipaje en El Prat rumbo a Berlín. Desde La Galerna solo podemos desearles un apacible vuelo de ida y un regreso en el que prime la salud sobre todas las cosas.
Marca opta por destacar en su portada una valiosísima información sobre el ya indigesto caso de la portería del Madrid. "Benítez ya los controla", es el titular. La frase elegida tiene un toque marcial, como quien atribuye al supuesto controlador el papel de un severo capitán de infantería. No negamos que esa es la fama que ha cobrado Benítez para la opinión pública y, cómo no, Marca no puede evitar deslizar el tópico, sea verdad o no. En todo caso, lo único noticiable -aunque más bien poco- es que el preparador de porteros del nuevo Madrid se personó ayer en el entrenamiento de la selección española para -supuestamente- seguir de cerca el trabajo de Iker y De Gea. No de otros jugadores madridistas convocados por del Bosque, sino solo y exclusivamente de Iker y De Gea. Ya decimos que estamos antes una valiosísima información. No duden en correr a leer los pormenores de la noticia, que nosotros bastante tenemos con lo que tenemos. Tal vez en páginas interiores se hable de que Iker llegó tarde a la sesión de entrenamiento y fue irónicamente aplaudido por los presentes. Vaya desde aquí nuestro aplauso también para Marca.
La información de As es más arriesgada y tal vez solo llegue a especulación, pero no osaremos nosotros dudar de las buenas fuentes que tiene el diario de Relaño, y menos aun en este caso, cuando para decir que "Cristiano es el nueve de Benítez", no habrá hecho falta consultar a ningún espíritu pululante vía ouija. Además, adelanta As el esquema de juego del nuevo Madrid y, en juguetón subtítulo, habla de que "la BBC pasa a la historia". Seguro que no ignoran en As la posible doble lectura de esa frase, y de ahí que le elogiemos la escaramuza. Y más cuando estamos seguros de que, en algún momento de la noche, cuando se perpetran las portadas, alguien deseó en lo más íntimo destacar en negrita muy negra una B sobre el resto, o acaso tomar el camino más obvio y más valiente de escribir BALEBC. Pero no. No fueron tan explícitos en su deseo, por lo demás expresado esta temporada hasta la saciedad. En esta ocasión se cortaron y de limitan a sonreír, no sin cierto cinismo.
Entendemos que la euforia nubla a veces el verbo y que la alegría no precisa de palabras para ser expresada y vivida. De ahí que disculpemos la puerilidad del "Hola Berlín" con el que titula Mundo Deportivo. Tal vez el cava lleve días haciendo estragos en la redacción y no den ya más de sí las cabezas para elaborar nada más que un saludo. No en vano, sigue Mundo Deportivo promocionando sus ya míticas cubiteras, y bien puede haber ocurrido que el stock sea excesivo y ya estén haciendo uso de ellas en la propia oficina. Si es así, entendemos que incluyan en su portada dos "noticias" de altura: Arturo Vidal es propietario de una cuadra de caballos de carreras; y un socio del Barça compra entradas de las finales para no ir. Tremendos documentos. ¡Que siga la fiesta hasta la noche de mañana!
Está que lo tira Sport con sus artículos promocionales: un bañador, un DVD, una bufanda, palomitas de maíz y lo que haga falta. Es lo que tiene la corriente festiva que disfruta Barcelona estos días. Mercadillo aparte, Luis Suárez y Neymar son los protagonistas de la portada de Sport. Aparecen ambos arrodillados ante sendas Copas de Europa, bajo el siguiente titular: "Vinieron para ganarla". No negamos que esa fuera su intención al fichar por el equipo blaugrana, pero ignoramos si morder a algún que otro rival o revolcarse en el suelo a causa de un ligero soplo de aire puntúan a la hora de conseguir el máximo logro continental. Preguntaremos a Blatter, que de reglamento sabe mucho.
Por lo demás, lamentamos profundamente que en Sport hayan perdido la impagable ocasión de vestir a Neymar con los artículos promocionales que venden en la franja superior. Creemos que no hubiera roto en exceso los estándares estéticos del brasileño y hubiera sido una buena estrategia comercial. Una pena.
