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Ciclismo y Tinder

Portanálisis: "Una mirada irónica sobre la prensa deportiva diaria"

Ciclismo y Tinder

Escrito por: La Galerna31 julio, 2020
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Buenos días. Entre las arduas pruebas que jalonan el camino que concluye con el título oficial de portanalista, figura un examen sumamente exigente sobre ciclismo. Dos, mejor dicho. Uno sobre historia universal del ciclismo, que lleva aparejada la necesidad de concluir los años de estudio con una tesis doctoral con tema a decidir por el editor, y otro sobre actualidad de dicho deporte.

Sucede, con todo, que es el último día de julio y, de igual manera que solo en estas fechas puede uno topar con una primera plana de Marca que versa sobre el deporte de las dos ruedas, solo en esta época del año, también, descansan los portanalistas oficiales de La Galerna y son temporalmente sustituidos por becarios que no necesariamente han pasado por exigentes tests que calibren sus conocimientos de ciclismo.

Los becarios veraniegos del portanalismo sí somos sometidos, en cambio, a fieras baterías de preguntas sobre atletismo, rugby, balonmano, bádminton y soft-ball, asignatura esta última impartida por Orel Morales y al término de la cual hay que pasar una reválida que, de concluirse con éxito, permite al becario portanalista disputar su puesto de trabajo al propio Orel, que es seleccionador nacional femenino de soft-ball y, a la sazón, el único lector culé de La Galerna. Ya es verdadera mala suerte que hoy no haya tocado una portada de soft-Ball en lugar de una de ciclismo, porque entonces de verdad que sí que lo clavábamos.

De ciclismo en cambio, al no entrar en el temario de la oposición a becario de julio, no sabemos mucho, pero también os decimos que si Marca cuenta que este chico belga que lidera la Vuelta a Burgos (¡la vuelta a Burgos!) va a ser el próximo Bernard Hinault, nosotros otorgamos a Marca todas las convalidaciones necesarias para considerarlo una fuente válida en todo lo relativo no solo a ciclismo, sino a la Vuelta a Burgos en concreto. El portanalista de La Galerna, en cambio, por Burgos se pierde, y no nos referimos ya solo al becario sino incluso al portanalista titular, que sabe de ciclismo todo lo que hay que saber y un poco más pero que flojea un poco, todo sea dicho, en lo concerniente a la muy señorial ciudad castellanoleonesa, de la que apenas conoce algunos célebres oriundos que han paseado su nombre con orgullo por otros lares patrios, sin ir más lejos el colegiado De Burgos Bengoetxea, de quien aprovechamos para aclarar que carece de parentesco alguno con nuestro editor Jesús Bengoechea y a quien Dios guarde muchos años (a ambos, al árbitro y al editor).

La Vuelta a Burgos, esto sí lo sabemos, constituye una prueba lo suficientemente exigente como para medir las fuerzas de grandes promesas belgas. Sí fueran naturales de otros destinos europeos, valdría con la vuelta a la Catedral de Burgos, que ya es en sí misma extenuante, máxime en esta época del año, pero para mesurar la magnitud ciclista de mirlos blancos belgas es preciso trascender el perímetro de tan icónico edificio y fijarse en la ciudad en su conjunto, que es donde tuvieron que pasar noche nuestro colaborador Athos Dumas y su amigo C.S. para poder asistir en una saturada Vitoria a un play-off europeo donde jugaban los de Laso. Aquel play-off es de infausto recuerdo y si no que se lo pregunten a Athos, no asi al Tinder de su amigo C.S., que echaba chispas en los tiempos muertos de los partidos aunque se enfriaba al darse a conocer la noticia de que había que viajar de Vitoria a a Burgos para consumar.
Se enfriaba no porque la noble ciudad castellanoleonesa no rezume el suficiente erotismo como para bendecir sin remilgos el más apasionado affair pasajero de Tinder, sino por el corte de rollo que supone tener que coger el coche y cubrir el recorrido que separa Gasteiz del NH burgalés en el que se alojaban Athos y C.S. antes de poder proceder al refocile. Aprovechamos también la ocasión para reiterar que el que anduvo brujuleando con Tinder en el pabellón vitoriano, mientras un equipo probablemente turco se apiolaba a Llull y compañeros, no fue Athos sino C.S. Athos es un hombre serio que jamás se habría distraído con pormenores tan frívolos, no al menos mientras el Madrid aún contara con la oportunidad matemática de remontar a los putos turcos.

Y bueno. Lo vamos a ir dejando por hoy, dado que nada nos gustaría menos que el que, en este nuestro primer verano de beca en el seno de La Galerna, alguien nos acusara de propender a la disgresión. “La disgresión es el gran pecado del becario”, nos advirtió Bengoechea (Jesús, no De Burgos, madrileño de hecho) con las maletas ya en la puerta justo antes de partir de vacaciones rumbo a los cayos de Belice. “Que no me entere yo a mí vuelta de que habéis sucumbido a tan burda tentación. Si aconteciese un cataclismo y Marca os colocase una portada de, yo qué sé, pongamos ciclismo, vosotros evitad el merodeo por laberintos dialécticos de ningún tipo y acudid al As por si hubiera más suerte y la materia objeto de la primera plana de Ouija Daily fuese un poco más comentable”.

Sucede que sobre centrales prometedores que juegan en tierras monegascas tampoco se exigen conocimientos especialmente potentes al portabecario galernauta, de donde se deduce que el camino más digno llegados a este punto consiste en la presentación vía el propio portanálisis, por dignidad profesional, de la correspondiente dimisión. Esperemos que internet funcione decentemente en los cayos. Mientras el mensaje alcanza a Bengoechea, vosotros disfrutad del resto de portadas del día, y si queréis saber algo sobre Badiashile llamad a Alberto Cosín, cojones ya.

Pasad un buen día.

 

 

11 comentarios en: Ciclismo y Tinder

  1. Que no se quejen los becarios del portaanalista, que no estamos en tiempos de Bill Clinton, cuando se les sometía a un examen oral (aunque decían que estaba chupado)

  2. Me parto con el becario que ha escrito hoy el portanálisis.
    Me deja con la duda de si C.S. volvió al NH de Burgos a tiempo de consumar, o la cosa se quedó en un "soft-ball" como los del único lector culé de La Galerna.
    Si se me permite una licencia cinematográfica, maravillosa la Catedral de Burgos, con su escalinata nevada y Maribel Verdú exhalando un último suspiro en un banco helado.
    Finalmente, para tranquilidad del editor de La Galerna, que conste una vez más que De Burgos Bengoetxea, ni es de Burgos, ni es Bengoechea.
    Saludos.

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