Se acerca septiembre y llega la vuelta al cole. Se cambia mar por asfalto, mojitos por agua mineral y madrugada por madrugones. Vuelven las rutinas, algunas de ellas salvíficas, no lo neguemos. Seguro que muchos de ustedes han soñado, ya incluso en edad no escolar, que llegaban tarde a un examen, corriendo por los pasillos de un colegio que aparece amenazante, extraño, llenos de agobio, sudores fríos y, a la postre, sano despertar. No sabemos qué sueña Gareth Bale, pero la prensa madrileña de hoy le da algunas pistas de por dónde pueden ir sus pesadillas, mientras los periódicos catalanes acunan con dulzura a sus bebés, cantándoles dulces nanas. ¿Qué será más inquietante?
Más allá de los tópicos que recoge As en su portada, expresados en español por el galés en una entrevista para el canal televisivo del Real Madrid, centrémonos en el titular escogido por Relaño: "Bale quiere agradar". Bien puede leerse esta frase de distintas maneras, algunas de ellas sin duda amables. Ocurre, sin embargo, que As nos ha acostumbrado a suspender el modo amable de lectura, nos ha robado progresivamente la inocencia, nos ha vuelto lectores críticos y desconfiados, creemos que con razón, pero también con cierta desazón, algo de enfado, una pizca de pena y, en ocasiones, un toque de vergüenza ajena. Es por esto que, teniendo en cuenta el constante trato poco favorable a Bale (lo decimos de un modo suave) por parte del Diario de la Ouija, nos inclinamos a ver dobleces en su titular de hoy, algo así como si dijera "mira tú, ahora viene el galés a intentar caernos bien", o "a estas alturas se pone a hablar español", o también "por mucho que quiera agradar, llega tarde el tipo". Aunque bien pensado, el minuto uno de su fichaje por el Madrid ya era tarde para el As, así como un fracaso sonado incluso después de aquellos isquios de Bartra y después de aquel gol intrascendente de La Décima. Bale estaba muerto al llegar, como dice el título de aquella película de Dennis Quaid y Meg Ryan, y es sabido que los muertos ya no pueden agradar y aún menos intentarlo.
Así que Gareth tiene hoy un examen al que llega tarde, como en nuestros malos sueños, aunque Marca dice que la prueba es para Rafa, pero claro, pone a Bale a su lado en la portada aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid y también por el Bernabéu, por donde siempre pasa el Pisuerga (y otros ríos, afluentes, charcos y fregados) según nuestra prensa deportiva. La asociación de ideas es peligrosa y tiene un punto perverso, ya que Marca hace coincidir la suerte de Benítez con la suerte de Bale, reduciendo al máximo el discurso, haciéndolo tan sencillo que hasta el niño de cuatro años que pedía Groucho en Sopa de ganso sospecharía de tanto reduccionismo. Encajar a Bale parece ser el único fin de Benítez, y con ello pasará el supuesto examen. Ante la imposibilidad de ser Groucho, nosotros nos contentamos con ser ese niño de cuatro años, así que también sospechamos de esta portada, y no solo porque el examen de Benítez no sea más que una evaluación continua que se resolverá, como todas, a final de temporada, no solo porque su tarea es mucho más amplia que la que podamos asociar al galés, sino porque también consideramos que Bale ya ha pasado varios exámenes con nota en el Madrid, diga Relaño lo que quiera y elija Marca la foto que elija para sus portadas.
Si a la prensa madrileña cabe decirle aquello de "los muertos que vos matáis gozan de buena salud", hay que reconocer que la catalana es pura vida, si bien maquillada, pasada por Photoshop y hasta por botox si hace falta. Una vida de eterna felicidad como la prometida en El show de Truman, una vida acartonada y hasta con un punto de lobotomía, pero pura vida al fin. Hoy (otra vez) pasan (y posan) Messi, Neymar y Suárez por el photocall blaugrana, en lo que siempre parece una gala de verano, una fiesta televisiva de fin de año, un estreno de la última superproducción de Hollywood, es decir, un simulacro, una mascarada. Vuelve el tridente. Flashes no. Sweet dreams are made of this.
