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La paranoia sobra

La paranoia sobra

Escrito por: Antonio Escohotado27 enero, 2019
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Leer los dos últimos artículos de Relaño en As, y el último allí de Segurola, muestra que ambos perciben la mejora radical experimentada por el equipo en las últimas jornadas, tanto más memorable cuando el horizonte insinuaba el melodrama de esperar refuerzos -en una hueste diezmada por la molicie y las sobrecargas musculares-, aunque en vez de plegarse al guión el Real recobra el género épico: tras parecer una flor ajada vuelve por sus fueros con una proliferación de brotes verdes, que aúnan mordiente con calidad.

Veremos cuánto dura, y qué resultados ofrece eventualmente; pero tome nota el madridismo subvencionado –ante todo el expuesto a través de su canal televisivo- de lo que Relaño escribe sobre Benzema y Vinicius, o del equipo actual como espíritu fiel a una tradición, sin omitir tampoco el himno dedicado por Segurola a Sergio Ramos. Añadir a dotes de observación una prosa sin grumos, elegante por eso mismo, deparó a ambos un lugar destacado entre los cronistas deportivos, y quien aspire a estatus parejo hará bien imitando su capacidad para desmentir imputaciones de parcialismo fanático.

Sea cual fuere el fondo anímico de cada uno, los dos aplauden hoy sin reservas una metamorfosis que Relaño -abiertamente afectado por un rechazo “visceral” hacia Florentino- liga con la epopeya gestada desde los años 50 en torno a camiseta blanca, y en particular con el retorno del preparador Pintus, apartado por Lopetegui atendiendo a la siempre sospechosa intención de controlarlo todo. Quién sabe, y a quién le importa, que sean o no merengues desde la infancia, cuando la saga del Real fue y es asumir la marca España ante el resto del mundo, engendrando un antimadridismo paralelo a sus éxitos.

RELAÑO Y SEGUROLA APLAUDEN SIN RESERVAS LA METAMORFOSIS DEL REAL MADRID

No hay duda de que la envidia es una quintaesencia de la admiración, y tampoco de que -mediando o no maletines- se infiltró en decisiones arbitrales desde las de Mr. Ellis y Mr. Leafe en la eliminatoria con el Barça para la copa europea de 1960. Internet preserva intacto dicho atraco, quizá el más espectacular de todos los tiempos, y permite combinar las imágenes de YouTube con noticias de la prensa internacional, que ofrecen al interesado un apasionante cuarto de hora. También es innegable que cierto sector de los medios profesa el antimadridismo como corolario de la causa altermundista, dispuesta siempre a poner primeros a los últimos, clamando por un desfavorecido que ya no necesita ser discapacitado para exigir lo que sus propios hermanos -criados en el mismo hogar y compartiendo posición social- cumplen sin recurso al victimismo.

El folletín de buenos y malos no debería contagiarse a los admiradores de una institución cuyos cimientos planetarios se remontan a Santiago Bernabéu, un empresario que murió pobre cuando podía haberse forrado, y fue el único presidente con arrestos para prohibir la entrada en el campo al general Millán Astray, aquel energúmeno dispuesto a maldecir la inteligencia con vivas a la muerte. Probablemente no será posible torcer la trayectoria inaugurada por Bernabéu, y el Madrid seguirá siendo el único equipo disconforme con ganar jugando mal, así como el único refractario a alimentar resentimientos locales, sociales y políticos.

Pero parece esencial que no se contagie de aquello que aúna a toda suerte de resentidos, pues el único adversario temible es el dispuesto a tener por amigo al enemigo del enemigo. Véase por ejemplo el abrazo de islámicos y marxistas, o el de Putin y Maduro. La única alternativa al juego de la piñata es quitarse la venda, a arrear los porrazos que corresponda con los ojos bien abiertos.

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Escritor de una veintena de obras de referencia, como Historia General de las Drogas, Caos y Orden o Los Enemigos del Comercio. Su hijo Jorge administra sus RRSS. @aescohotado

9 comentarios en: La paranoia sobra

  1. Prudente advertencia para que no nos cataculevictimicemos. Una cosa es denunciar el evidente trato de favor de las instituciones al equipo de la horrorosa camiseta granate y azul; y otra bien distinta es caer en la
    paranoia de los segundones. Sería mal síntoma.

  2. Vaya por Dios, viene a uno a esta página para no tener que ir al As, y leo que hay que ir a ver las ultimas columnas de Relaño y Segurola, aparte del palo a canal del equipo. Lo único que han hecho el comedor de croquetas y el guardiolista de guardia es dar un azucarillo (supongo que defendiendo el negocio, son gentuza y mentirosos, pero no idiotas) al piperío después de AÑOS de "arrear los porrazos" con los ojos bien abiertos, a quien correspondía. Lo que pasa es que siempre le correspondían al Madrid, fíjate tu que cosas.

  3. Esta vez no estoy 100% de acuerdo con el maestro Escohotado, y voy a tratar de explicar por qué:

    Partimos de la base en que la paranoia se genera ante una situación en la que el individuo percibe una realidad. Es decir, esta realidad no es "real", sino solo percibida por el individuo, lo que le genera el trastorno.

    La cuestión aquí es que la realidad, no es percibidda, sino que es que es real: No creo que pueda negarse el uso, abuso y además cada vez más descarado, por parte del Far$a, de las instituciones futbolísticas dizque españolas (yo ya comenté otra vez que más que Liga Española, ésto se ha convertido en la Lliga Catalana, en la que permiten jugar a equipos de la p,uta Espanya, pero que para participar los cobran un handicap en forma de puntos)

    En resumen: No somos paranoicos, sino que vemos la realidad como es. En cuanto a los periodistas mencionados, hubo una época en la que efectivamente fueron prestigiosos, si bien han puesto su talento y fama a favor de corriente.

    Saludos

    1. Recomiendo disfrutar con el material que deparan las actuaciones de mr. Leafe y mr. Ellis en 1960. Me parece que le hace más daño al Real dar a sus actuaciones el trato de verdad revelada que la distancia crítica, cuando lo primero es el plan B para equipos que no rompieron todos los récords. De otros clubs se es o no, pero la trayectoria del Real depara a sus admiradores mucho más que ansias de ganar. De ahí que le sobren pelotas y turiferarios organizados como claque.

  4. Yo no creo en las conspiraciones.
    Siempre que digo esto, me acuerdo a continuación, de aquella película de Richard Donner, "Conspiración" en la que Mel Gibson interpretaba a un taxista paranoico que se sentía perseguido por el Gobierno. Su comportamiento era el propio de un chiflado que creía que todo el mundo le espiaba, y convirtió su casa en un búnker inexpugnable, para protegerse. Sólo le faltaba el cucurucho forrado de papel de aluminio en la cabeza.
    Sin embargo, Jerry Fletcher, el taxista interpretado por Gibson, sin querer, había tocado una tecla que puso en marcha una verdadera persecución en su contra, puesto que había descubierto una auténtica conspiración gubernamental. A partir de ahí, con la sola ayuda de Julia Roberts, que no era poca ayuda, tendrá que defenderse de los malvados agentes de la CIA, que harán lo posible y lo imposible para eliminarle.
    No creo en conspiraciones antimadridistas. Pero hay tantas señales que nos advierten respecto de que no somos un equipo simpático para las instituciones deportivas, ni para los medios de comunicación dominantes, que me pregunto si estamos paranoicos, o de verdad nos persigue la CIA.
    Luego pienso en Villar, Sánchez Arminio, Rubiales, ..., los pongo todos juntos y pienso: no es posible que con esto mimbres se pueda hacer una conspiración como Dios manda.
    Pero que hay enemigos declarados de Florentino, y por extensión del Madrid, y amigos de los de la esquinita, me parece un hecho cierto, que no necesita demostración.
    Una cosa es que Segurola y Relaño sean, o hayan sido buenos periodistas, y que algunos tertulianos de RMTV no den la talla, y otra que no tengan el afán descarado dfe perjudicar al Madrid, dentro de sus ámbitos de actuación.
    Por eso, me pasa como con Richard Fletcher, el taxista paranoico que descibrió que, efectivamente, había una conspiración del Gobierno.
    Saludos.

    1. El perseguidor no es la CIA, sino quien maldice la riqueza de espíritu. Por ahora, ni Relaño ni Segurola exaltan los méritos de quien antepone el fin a los medios. Otra cosa es tipo de cronista como un tal Castaño, que llamó cobarde al valiente, escandalizado ante un penalti evidente, y de ahí la propuesta de no arrear a ciegas.

  5. Un par de reconocimientos elogiosos no pueden contrarrestar los miles de párrafos insidiosos y malintencionados de estos dos señores a los que Vd. pretende aquí blanquear presentándolos como la encarnación de la objetividad frente al forofismo del canal del club.

    Sin entrar en teorías conspiranoicas, yo creo que con poner en la balanza las dos o flores que hayan podido echar con las toneladas de basura que vienen vertiendo desde hace lustros sobre el mismo ya está dicho todo.

    Otra cosa es que tontos no son. Y saben ponerse a favor de corriente cuando (esporádicamente) toca. Pero, por favor, no nos dejemos engañar, que para eso precisamente nació La Galerna

    1. También nació para que los que aquí pastamos tengamos a bien cuidar la sintaxis de lo que escribimos, por lo que el segundo párrafo de mi comentario merecería destierro en los foros del Marca por esa razón. Pero bueno, creo que se entiende

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