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Antonio Maceda: el 'Rubio de Oro'

Antonio Maceda: el 'Rubio de Oro'

Escrito por: Alberto Cosín16 mayo, 2018
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Hoy, 16 de mayo, cumple 61 años Antonio Maceda, un formidable defensa que llegó para apuntalar la zaga en la época de la ‘Quinta del Buitre’, pero al que una grave lesión le hizo colgar las botas en uno de sus mejores momentos como profesional.

Nacido en Puerto de Sagunto (Valencia), se desempeñaba como central o líbero. Futbolista espigado, era un zaguero muy completo, seguro, con un gran físico, eficiente al cruce y hábil en la anticipación, dominante en el juego aéreo y muy inteligente y sabio para sacar el balón desde atrás con limpieza.

El valenciano jugó en el CD Acero hasta que con 18 años lo firmó el Sporting. En el club gijonés pasaría una década alternando épocas de alegría con otras de tristeza. Primero vivió la cara amarga con un descenso a Segunda en el curso de su estreno, pero pronto la situación daría un giro brusco al comenzar el Sporting a pelear las Ligas a los grandes. Así, en 1979 lucharon mano a mano con el Real Madrid hasta obtener un subcampeonato liguero y en 1981 y 1982 también les ocurrió en la Copa tras caer en la final contra el Barça y el Real Madrid respectivamente.

En su momento de madurez le llegó la ocasión de fichar por el Real Madrid. En el verano de 1985, Ramón Mendoza desembolsó 60 millones (más el 15% para el jugador por su porcentaje) por su fichaje y se unió a Gordillo y Hugo Sánchez en la llamada ‘Quinta de los Machos’ por el delantero mexicano. Aterrizaba en un cuadro blanco en el que la ‘Quinta’ avisaba de lo que estaba por venir y reforzaba el puesto de central en la defensa de la que sería el líder nada más fichar.

Debutó de forma oficial en la jornada dos de la Liga contra el Valencia en el Bernabéu, en un choque espectacular de los merengues, que vencieron por 5-0. Molowny le dio galones y compartió el puesto de central junto a Sanchís. Anotó el primero de sus cinco tantos ligueros ante el Hércules y en la Copa de la UEFA también fue un bastión viviendo las remontadas frente al Gladbach en octavos o el Inter de Milán en semifinales.

Pero todo se empezó a torcer en febrero, en la jornada 26 ante el Sevilla. Maceda se lesiona, aunque dos jornadas más tarde juega contra el Barça en un choque decisivo por la Liga que se resuelve por 3-1 para el Madrid con un tanto fundamental suyo. Tras el gran duelo se opera del menisco el 11 de marzo de 1986 y un mes más tarde ya se vuelve a vestir de corto contra el Celta. Todo parece ir bien y continúa actuando tanto en Liga como en la Copa de la UEFA, donde únicamente se ausenta en la ida de la final para retornar en la vuelta cuando se pierde por 2-0 ante el Colonia en el Olympiastadion pero se alza el trofeo europeo.

Tras sus problemas en el Mundial de México se realiza una artroscopia en una operación que tiene éxito, pero con el paso del tiempo la recuperación completa no termina de llegar. Se pasa en blanco la temporada 1986-1987 y de nuevo toma la decisión de operarse. Parece que ve la luz del túnel en los últimos meses del curso 1987-1988 (casi dos años después de lesionarse) cuando juega unos minutos de la jornada 33 ante el Celta y de la 36 frente al Murcia en una Liga que conquista el Madrid de Beenhakker.

Así termina la temporada después de jugar un amistoso entero contra el Almansa en un partido conmemorativo por el décimo aniversario de la muerte de Santiago Bernabéu, y llega a la pretemporada de la 1988-1989 al ser renovado por un año por el Real Madrid. Viaja a la concentración en los Países Bajos y participa media parte en las goleadas frente al Velvwese Selektie y el Agovv Apeldoorn y en el empate a dos ante el Heracles 74. Fueron sus últimas apariciones como blanco al no volver a tener ningún minuto el resto del año por seguir con molestias en la rodilla. El Real Madrid logra la 4ª Liga consecutiva y la Copa del Rey y Maceda decide colgar las botas con 31 años. Solicita una pensión por invalidez que le será concedida, por la cual obtendrá 150.000 pesetas al mes el resto de su vida.

maceda colgó las botas a los 31 años

Con la selección española disputó un total de treinta y seis partidos y anotó ocho dianas, un bagaje sensacional para un central. Su debut no pudo ser más especial ni tener más calado al ser en un amistoso contra Inglaterra en Wembley. La fecha fue el 25 de marzo de 1981 y el cuadro español conquistó por primera vez el coliseo londinense al vencer por 1-2. Maceda actuó los 90 minutos y tuvo como acompañante en el centro de la defensa a Tendillo.

Unos meses más tarde acudió al Mundial de España, aunque como suplente, y únicamente participó en el choque intrascendente de la segunda ronda frente a Inglaterra. Su ascenso a la titularidad se produjo con Miguel Muñoz en el cargo, que le asignó un rol muy importante. Decisivo en la fase de clasificación para la Eurocopa de 1984, participó en el histórico 12-1 contra Malta. Luego, en el torneo en tierras francesas, rindió a un excepcional nivel y un gol suyo de cabeza en el minuto noventa contra Alemania dio el pase a semifinales. Y en ese duelo ante Dinamarca volvió a marcar para igualar el tanteo, que no se movería hasta la tanda de penaltis en la que triunfó España. Sin embargo no se pudo redondear el éxito al caer en la final contra Francia en un estadio Parque de los Príncipes a reventar.

El central valenciano dos años después llegó como titular al Mundial de México 1986, aunque ya renqueante de su rodilla. Un encontronazo con su compañero Calderé en un entreno hizo que le tuvieran que extraer líquido y que fuese duda para el debut ante Brasil. Finalmente forzó para el estreno y la rodilla llegó a su límite. Concluyó el choque en el que España perdió por 1-0, pero nunca más volvería a disputar 90 minutos completos en un partido oficial en su carrera.

En la década de los 90 y varios años después de dejar el fútbol volvió a los campos como técnico. Dirigió primero al Badajoz un curso en 2ª División en 1996-1997 y luego firmó por el Sporting para entrenar al filial. Sin embargo, el mal inicio del primer equipo hizo que la directiva confiase en él para una reacción a partir de la jornada 5 de Primera División. Sustituyó a Miguel Ángel Montes pero tampoco pudo encauzar la situación al sumar apenas dos puntos en dos empates en un total de 11 choques ligueros.

La temporada siguiente, la de 1998-1999, aterrizó en Santiago para coger las riendas del Compostela, pero su aventura en el cuadro gallego, que militaba en la categoría de plata, se terminó tras nueve encuentros. Su último trabajo fue de nuevo en el Sporting en el curso 2002-2003 en Segunda, donde finalizó la campaña tras reemplazar a Pepe Acebal.

Después, su vida ha estado ligada a los medios de comunicación trabajando como comentarista y analista deportivo en La Sexta, Gol Televisión, Al Jazeera Sports o Castilla-La Mancha TV y como presidente de la empresa StarDreams, una compañía dedicada al asesoramiento a ejecutivos y directivos para un mejor desempeño laboral.

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Apasionado del balompié, me hubiese gustado ver en directo a las figuras de los años 30, 40 y 50. Gato y madridista, en mi primera visita al Santiago Bernabéu pude contemplar a Diego Armando Maradona.

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